Mantiene entre sus manos un ramillete de amapolas rojas, flores que sus hermanos habían cortado de una casa ajena sin pedir permiso y simplemente las empujo en sus manos, antes de irse corriendo y desearle suerte. Maldito fuera Phantasos por andar de chismoso.
Traga saliva nervioso, asegurando las flores entre sus manos mientras observa a la gente pasar, esperando ver una persona en especial, aunque por la presión que siente debido al poco tiempo que tiene para hacer eso, finalmente se acerca a cualquier rostro que le parezca conocido.

—Disculpa, ¿podrias ayudarme? —detuvo al castaño que estaba a segundos de cruzar el portón, la persona con la que de vez en cuando veía al de cabello verde—. Lo que pasa es que estoy buscando a alguien.

El de cabello castaño se detiene, aparentemente escaneandolo con un poco de desconfianza, antes de simplemente darle una sonrisa amistosa y girarse totalmente hacia el.

—Sin problema, tu dime quien es y en un momento te aseguro que damos con el.

Intenta sonreír ante la cantidad de energía y confianza que el otro demuestra tener a esa hora, sorprendido por lo rápido que era para confiar en alguien como él, pero obviamente prefiere no hacer ningún comentario al respecto, no podía ir a sus clases con esa cosa en sus manos.

—Bueno, lamentablemente no se como se llama, pero tiene... El cabello verde y esponjado.

— ¡Un admirador secreto! —exclamó repentinamente el de cabello castaño, soltando una risa al ver los nervios que inesperadamente el otro había demostrado—. Bueno, aun con la pequeña descripcion podría jurar que se trata de mi amigo Shion...

Sus ojos literalmente brillan y su mano se cierra contra los tallos de las flores, grabandose de memoria el nombre que le acababan de decir.

—Si, lo mas probable es que sea él, siempre esta contigo —dice con familiaridad, demostrando levemente lo bien vigilado que tenía al otro—. ¿Podrías darle esto por mi?

— ¿No prefieres hacerlo tu? —cuestiona el de cabello castaño, tomando el delicado ramillete con una de sus manos—. Ya debe de estar al llegar, normalmente siempre llega temprano, pero supongo que algo lo retraso.

—Lo que pasa es que no tengo tiempo.

—Ya veo, bueno, supongo que las dejaré en su lugar, tu no te preocupes.

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Las flores rojas le regresan la mirada, adornando el pupitre donde le tocaba sentarse.

— ¿Qué se supone que significa esto? —pregunta Shion a Manigoldo, quien mira con una sonrisa las bonitas flores que se encuentran abandonadas encima de su pupitre.

—Nadie lo sabe, pero al parecer Dohko las dejo ahí.

El de cabello verde se sienta confundido en su lugar, buscando con la mirada al castaño que, como siempre, se encuentra de pie platicando con otros compañeros.

¿Porque esto le olía a malentendido? En verdad esperaba que no lo fuera.