26:
Antes de pasar a leer, informó que LCT está por terminar, quedan un par de capítulos más, pero esta muy cerca del fin y no sé realmente si estoy feliz por ello o triste. Creo que ambas.
También para dedicar este capítulo a una pequeñina que ha estado muy al pendiente de mis gemelos y de Edward desde que empezó a leerme: te lo mereces princesa, te amo y agradezco mucho el tiempo que le has dedicado a mi novela <3.
Ahora si, ¡A leer!
ARIZONA LEE.
Mis lágrimas caían a mis mejillas sin control alguno, y Alex se encargaba de limpiarlas con sus pulgares cada vez. Me tenía abrazada fuertemente con sus brazos encima de él en el sofá. Ya me había cansado de gritar y maldecir, ahora lo único que trataba de hacer era calmarme para intentar explicarme el porqué me han hecho esto.
Soy su hija, su única hija, ¿por qué me han ocultado algo como eso?
¿Y cómo estará ella? Sé lo suficiente del Cáncer de sangre como para saber que es algo bastante delicado y peligroso, ¿por eso ella nunca llamaba? ¿Por eso papá se escuchaba triste y cansado? ¿Era la culpa de estarme escondiendo algo tan importante?
Ahora mismo estaba preocupada, decepcionada y sobre todo enojada con ellos. Me mintieron, me estuvieron mintiendo desde mucho antes de que me enviaran acá, yo merecía saber que mamá estaba enferma, merecía estar cerca de ella para cuidarla y atenderla, para abrazarla y decirle que todo estaría bien.
Y no solo eso, estaba claro que toda la familia de Edward lo sabía, y estuvieron ocultándomelo también. Fui una idiota al creer que mis padres realmente se iban a Mexico por trabajo, debí sospecharlo al ver que mamá actuaba raro de repente, pero es que jamás lo note, pasaba tanto tiempo lejos de ellos que nunca lo noté. ¡Tonta, tonta!
Ethan tenía que haber sido el que le llevó el sobre al director, él me lo había dado, y por estúpida no lo había abierto ese mismo día. Aunque solo me pregunto una cosa, en la carta dice, que mamá se había estado preparando el último mes para un trasplante de médula, sé lo que significa eso, lo que no sé es porque me ha dejado el sobre y luego ha pedido a alguien que se encargue de hacerlo desaparecer.
Como pude ser tan tonta de no recordarlo, simplemente lo olvidé, olvide por completo que lo había dejado en la habitación para abrirlo luego.
Cierro los ojos y Alex empieza a acariciar mi cabello tiernamente haciendo que me relaje un poco. Las últimas horas había estado en shock, había gritado, maldecido, golpeado la pared, y sobre todo había llamado mil veces a mi padre, pero jamás atendió. Y eso me dolía y asustaba aún más.
Alex empieza a susúrrame que intente dormir un poco, y que todo va a estar bien al oído, pero deja de hacerlo en cuanto se escucha que la puerta se ha abierto. No me molesto en abrir mis ojos, Alejandra había salido a buscar un par de pastillas para el dolor de cabeza con Wanda, así que debe ser ella, y lo mejor que puedo hacer ahora mismo es fingir que estoy dormida, no deseo tomarme ninguna pastilla, solo deseo ver a mamá, abrazarla, y aunque no serviría de nada también reclamarle por haber hecho esto, me hizo a un lado para no afectarme y termino haciéndolo aún así.
—¿Hace cuánto se ha dormido?— la fría voz de ese idiota que debería estar volando a España, hace que abra mis ojos de inmediato.
Y ahí está vestido completamente de negro como siempre, a un lado de Alejandra quien se ve destrozada por todas las palabras feas que le dije, y está claro, si al igual que yo no ha parado de llorar desde hace rato.
Alex aprieta sus brazos a mis costados, para evitar que me mueva. Y mira fijamente a Edward.
Ahora mismo lo único que quiero es no verlo, que se vaya a a España y esté lejos de mi, al final él tenía razón, al alejarse me hacía un increíble favor.
No te lastimes mintiéndote Arizona, no quieres eso.
—¡Vete! ¡Idiota, ¿cómo pudiste?!— intento soltarme del agarre de Alex, pero él no me lo permite.
—Ari, para.— me susurra tratando de calmarme.
Alejandra por su parte se ha recostado en la pared llorando y maldiciendo en voz baja, y Edward no ha movido un solo pelo, sigue parado a un lado del sofá, su mirada está fija en mi, y por primera vez puedo ver lo que sus ojos transmiten, y es desesperación y remordimiento.
—¡Vete!— le repito de nuevo. Pero no se inmuta. —¡Que te largues, Edward! Vete, no quiero verte, ni a ti ni a nadie de tu familia. ¡Jodidos mentirosos! ¿Cómo pudieron?— sollozó cada vez más y mis gritos hacen que el cuerpo de Alex se tense.
—¡Son todos unos mentirosos!
Eso pareció afectarle un poco, y Alex se cansó de retenerme y me soltó. No perdí el tiempo y corrí hasta Edward para golpear su pecho tan fuerte como mis delgados brazos podían, —¡Tú lo sabías! ¡Tú y toda tu familia lo hacía!
Él seguía sin moverse, sin decir nada, simplemente me dejaba golpearlo, sin intención alguna de intentar detenerme. Golpeaba su pecho con tanta desesperación mientras le gritaba que se fuera, tenía a Alejandra y a Alex gritándome que parara pero no les hacía caso. Quería lastimarlo, tanto como él me había lastimado a mi, no había sido suficiente para él ocultarme lo de mi madre.
Dos fuertes manos sujetaron mis muñecas lo suficientemente fuerte para que parara de golpear a Edward, y eran las de Alex.
—¡Para, por favor!— me hace darme la vuelta esta aterrado y su rostro esta rojo, me abraza, dejándome hundir mi cabeza en su hombro. Ya no podía parar de llorar, mi corazón latía desmedidamente y dolía sobremanera, mi respiración estaba incontrolable.
—Vete, por favor...
Lo pido en un susurro, y alguien me arrebata de los brazos de Alex y me atrae a los suyos, es él, su jodido perfume llena mis fosas nasales, definitivamente es él, ¿cómo se atreve?
No luche por apartarme, al contrario me hundí en su pecho sin parar de llorar. Debía alejarme pero en el fondo no quería hacerlo.
—Vete...
Lo repito aún estando en sus brazos, que por más que me cueste admitirlo no quería alejarme, quería quedarme ahí con él. Había deseado tantas veces que me abrazara de esta forma, pero sin duda jamás hubiese imaginado que lo haría en esta situación.
—No voy a irme a ningún lado— dice suavemente enviándome miles de sensaciones por todo el cuerpo y con una de sus manos busca la mía para entrelazar sus dedos con los míos, lo hace y aprieta su agarre— No sin ti.
Eso acelera aún más mi corazón y miren que yo pensaba que ya no se podía más, debía gritarle, golpearlo, pero estar en sus brazos me había resultado tan aliviador, lo había necesitado, y estaba aquí, no al otro lado del mundo, aquí frente a mi abrazándome por primera vez.
No digo nada más y continuo llorando en sus brazos. Su pecho empieza a subir y bajar rápidamente, levantó mi rostro un poco para verlo a la cara, y sus mejillas están mojadas, esta llorando. Dios, verlo de esa forma me hacia sufrir aún más, era la primera vez que lo miraba de esta forma, está destrozado tanto como yo.
—Edward...— el me hace una seña para que me calle y antes de hablar, pega un grande suspiro.
—Tengo una hija— lo dice con los ojos cerrados.
Me quedo paralizada, viéndolo a los ojos, él aprieta su abrazo como asegurándose de que no me aparte, y casi siento como mis piernas flojean y amenazan con desvanecerse. ¿Había escuchado bien?
¿No es una broma? No, claro que no lo es.
Volteo a mi alrededor, y Alex junto a Alejandra están igual de sorprendidos y alarmados que yo, Alejandra se mueve de lugar y se acerca a abrazar a Alex, ahora me sentía mal por ella, le había reclamado también porque no me lo había dicho apenas lo supo, pero ella no tenía la culpa y yo había hecho mal en eso. Me había desquitado con ella y no se lo merecía.
Edward al ver que me he quedado en shock, vuelve a hablar aún con los ojos clavados en los míos.
—Tiene dos años, y ella es la razón por la que voy a España, ella es la razón por la que desaparezco todo el tiempo, y ella es la razón por la que estoy ahora mismo aquí contigo.
Todo se vuelve borroso, me aprieto a su abrazo. ¿Qué? Yo no entiendo nada.
Repito sus palabras en mi mente, y ella es la razón por la que estoy ahora mismo aquí contigo...
Entonces no se iba para estar lejos de mi... y yo todo este tiempo creyendo que él desaparecía para no verme. ¡Soy una tonta!
Me estaba sintiendo terriblemente mal, ¿una hija? ¿En España?
—¿Una hija...?— susurro y él acaricia mi cabello.
—Una hija.— afirma.
Ahora trataba de entender un poco, pero de pronto pensar en la mamá de la hija de Edward se sintió como un golpe demasiado fuerte en mi pecho, y casi como si él supiera lo que estaba pensando, habla de nuevo:
—Ella se suicido.
¿Qué? Por Dios, voy a morir ahora mismo. ¿Se suicido? ¿Ella lo hizo? Por todos los cielos, ¿cómo es que Edward ha podido con todo esto?
¿Cómo es que los gemelos o Camille jamás me contaron sobre esto al verme interesada en él?
Si yo lo hubiera sabido, no lo hubiera presionado...
—No continúes...
Le susurro para que pare, su voz cada vez esta más rota, y su pecho sube y baja, no tiene que hacerlo, no me debe ninguna clase de explicación, no nada.
Escucho como la puerta se cierra, y volteo en dirección a donde estaban Alex y Alejandra, pero ya no están, se han salido y me han dejado sola con él.
Ahora mismo no estábamos hablando de mi madre, ahora mismo él se estaba abriendo conmigo y le estaba resultando muy difícil. Y claro, si es algo extremadamente doloroso para él.
¿Cómo es que no me imaginé que Edward tenía una hija luego del fondo de pantalla de su computador, y la foto en casa de sus padres donde aparece con una ecografía?
—Siento no haberte dicho lo de tu madre; ahora mismo él único culpable soy yo, lo sé desde mucho antes de que llegaras aquí, después se lo confesé a Ethan porque sentía que era demasiada carga para mi solo, en parte porque no quería que cuando lo supieras me odiaras solo a mi, él insistió en contártelo pero yo no lo dejé. Michael quería decírtelo cuando tú mamá estuviera fuera del hospital, no querían alarmarte... yo lo siento de verdad.
Ahora ya estábamos hablando de mi madre y dolía, dolía mucho el hecho de que no me hayan dicho nada, mi madre podría estar mal y yo jamás me hubiese enterado de no ser porque acompañe a Alejandra a cambiar su nota.
Si no hubiese pasado eso, seguiría sin saberlo.
Me alejo un poco dejándolo de abrazar, y debo admitir que en cuanto me separe de él mi cuerpo extraño su abrazo, quería quedarme ahí, pero también quería hacer preguntas, y algo me decía que esta vez Edward sería sincero y no el idiota que siempre es.
—¿Cómo está ella?— es lo primero que quiero saber, para después preguntarle sobre su pequeña, que no crean que me he olvidado de que este ser que tengo en frente acaba de decirme que es papá.
—¿Tú madre?— alza una ceja y lleva una de sus manos a revolver su hermoso cabello, está nervioso.
Asiento con la cabeza.Ya mis lágrimas salen con menor frecuencia, me ha calmado, él lo ha hecho. Y aún no entiendo como, o por qué.
—Tú madre está bien, estuve yendo al hospital estos días, se está recuperando bastante rápido del transplante, y siempre me pregunta por ti. Le he enseñado un par de fotos que te ha sacado Ethan distraída y me las ha enviado, le pone feliz ver que estás bien.
Eso me aprieta el pecho de nuevo, él había estado al pendiente de mamá y Ethan de mi.
Doy otro paso hacia atrás; y observo detenidamente a Edward antes de hablar, su rostro perfectamente alineado, con su corta barba, sus ojos verdes, sus mejillas mojadas y rojas, y sus labios apretados en una línea. Está siendo completamente honesto, puedo verlo en sus ojos.
—¿Por eso Ethan ha estado como chicle pegado a mi?— preguntó y él curvea sus labios en una pequeña sonrisa que me da un vuelvo en el pecho.
—Sí, él fue quien te llevó a mi habitación cuando estabas durmiendo con Daniel, has sido tan mala madre con Freya que lo he obligado a alimentarla por ti a pesar de sus alergias, ha faltado a sus prácticas de fútbol solo para que no pases tiempo a solas con Emil porque yo se lo he pedido, él fue quien me ayudo a bajar cuando te ibas a ir con Daniel para que intentara evitarlo, ha estado pendiente de ti todo el tiempo cuando yo no estoy, porque él ha sido mi única forma de poder estar pendiente de ti sin estar cerca.
Y entonces todo empieza a tener sentido, ha estado cerca de mi por Edward. ¿Cómo es que no lo pensé antes? Y ahora por fin ya sabía que era lo que había pasado cuando desperté en su habitación, Ethan me había llevado. Y también le había avisado que saldría con Daniel y por eso Edward se había comportado tan idiota.
Dios, ¿cómo es que jamás lo note?
Nota mental: agradecer luego a Ethan por haberme cuidado y estado conmigo todo este tiempo, y reclamarle por lo mismo.
Incluso ahora que lo recuerdo, dejo de follar con chicas para pasar tiempo conmigo. Dios, todo esto lo ha hecho por su hermano y por mí.
Abro mi boca para decir algo, pero él habla primero:
—Me has importado desde que supe que vendrías a casa, te busque en Instagram una madrugada, vi todas tus fotos, entré a un par de usuarios de tus amigas donde vi aún más fotos. El día que llegamos a la casa todos juntos excepto Ethan, porque él ya estaba ahí, ¿lo recuerdas?
Como olvidarlo, si desde ese día sentí curiosidad por él.
Pero esperen, ¿me había buscado en Instagram? ¿Él había estado pendiente de mi desde antes? ¿Entonces por qué ha sido tan idiota?
—Tengo una hija.
Sus palabras se repiten en mi cabeza.
Tengo tantas preguntas para él.
—Ese día ni siquiera me viste, solo me pasaste por un lado.— digo sintiéndome realmente dolida.
Él asiente con la cabeza,—Ese día Ethan tenía una sonrisota en la cara, lo primero que pensé fue que se había metido contigo. Por eso no te mire, por eso te pase por un lado como un completo imbécil, por eso baje a la cocina por una botella de tequila, por eso he sido un idiota todo este tiempo contigo...
—No pasó nada entre Ethan y yo...— me apuro a aclarar y él asiente con la cabeza.
—Lo sé, me quedo claro desde la vez que vi por primera vez a Daniel en la casa, tú no le hubieras hecho eso.
—Le hice algo peor...
—Eso no es verdad, todo ha sido mi culpa, mi jodida culpa por querer convencerme a toda costa de que no me importas, cuando lo has hecho incluso desde antes de verte por primera vez en persona.
Mi corazón no podría soportar nada más, estaba colapsando. Mi cabeza también lo estaba haciendo, ¿por qué hasta ahora me dice estas cosas?
¿Se pensaba ir sin decirme nada de esto?
—Todo lo que te he dicho ha sido una jodida mentira, y no solo te he mentido a ti, también me he mentido a mí. Te quiero Arizona, lo he sabido siempre y...
Mi impulso fue lanzarme a sus labios, uniéndolos con los míos. No se apartó, al contrario me cogio de la cintura atrayéndome aún más cerca; es tan alto que tuve que ponerme de puntitas, pero eso no es lo importante, lo importante es todo lo que este corto beso me ha hecho sentir. Miles de sensaciones que no había sentido jamás, lo estaba besando, a él, al idiota de ojos verdes que quiero.
Ahora mismo que él tuviera una hija no me importaba, seguía siendo él con o sin hija, y me había enamorado de él sin saberlo, y ahora que lo sé mis sentimientos son aún más fuertes. No lo presionaría a que me hablara de eso, él sabría cuándo hacerlo y yo sería paciente.
Nos separamos para regularizar nuestras respiraciones agitadas, toma mi mano con la suya, —¿Confías en mi?
¿Confió en él? Claro que lo hago, no sé ni siquiera porque lo he dudado.
Asiento con la cabeza mirándolo directamente a sus ojos.
—Vamos.
No pregunto a dónde, ni por qué. Simplemente camino con él tomados de la mano hacia la puerta del piso de Alejandra.
Me había tranquilizado saber que él ha estado al pendiente de mamá y que está bien.
¡Le importo! ¡Me quiere! Joder... ¡Lo amo tanto!
____
Xoxo.
Paso a hacer una pequeña aclaración y es que ha reclamado a los gemelos, y ahora mismo son todos suyos.
Es bromiiii.
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