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Nota:

Antes que nada quiero agradecerles por seguir la novela de cerca, apenas tiene un par de semanas y es un gran logro para mi que tenga 1k de lecturas, me emociona y motiva muchísimo. ¡Gracias <3!

Maratón 1/2.

ARIZONA LEE.

Seguía en la habitación de Camille, ella estaba recostada a mi lado revisando sus redes sociales mientras charlábamos de cosas de la facultad, Freya estaba tomando leche, era la primera vez desde que Edward desapareció que comía lo que le servía, ya no me sentía tan traicionada.

Seguro ella está igual de decepcionada que yo, ambas veníamos con la esperanza de ver al idiota de ojos verdes, y ni sus luces.

—Creo que tengo algo de sueño— dice Camille, soltando un bostezo y dejando su móvil en su mesita de noche.

—Iré por un vaso de agua.

Me pongo de pie, seguro que no tardaría mucho en la habitación de Emil. Camille únicamente asiente con la cabeza, acurrucándose en sus sábanas para dormir.

Tomo mi móvil, y lo aprieto en mi mano, estaba nerviosa, muy nerviosa. Salgo de ahí y toco la puerta de Emil, este no tarda un solo segundo en abrir, la clara sonrisa de victoria apareciendo en su rostro, haciéndolo ver más guapo que siempre. Les repito, ha sido una jodida tortura vivir con tres hombres tan guapos y atractivos. A Edward lo único que le hace falta es tener una actitud relajada.

—Pasa.

Entro y observo nuevamente su habitación, todo increíblemente en orden.

Cierra la puerta detrás de él, voy hasta su escritorio y me siento en la orilla.

—Pensé que no vendrías— confiesa tomando la silla del escritorio para sentarse ahí, y ponerse frente a mi.

—Aquí me tienes— digo poniendo firme, dejando mi móvil a un lado de mi.

—¿Y bien?— pregunta arqueando una ceja, de alguna forma su cercanía lograba provocarme un par de sensaciones.

—¿Qué es lo que quieres?— inclinó un poco más mi rostro hacia él, alzando las cejas, si él intentaba provocarme, yo también lo haría.

—¿Te sientes atraída por mi?— me pregunta y abro demasiado los ojos, sin decir nada, su pregunta realmente me había tomado por sorpresa, ¿me sentía atraída por él? No. ¿O si?

Él continúa, —¿Aunque sea un poco?

Por alguna razón no podía decir nada, él es jodidamente atractivo, muy guapo, juguetón, su rostro perfilado luciendo impecable, sus musculosos brazos, su marcado abdomen, todo en él es lindo y lograba llamar mi atención de cierta forma.

—Si no es así, puedes salir no te pediré nada.

Eso me toma por sorpresa nuevamente, había demasiada tensión, y lograba flojearme las piernas.

¿Qué haces? Sal de ahí, tonta.

—Creo que un poco— murmuré en un susurro.

Y con eso fue suficiente para que él me tomara de las rodillas y me jalara hasta quedar encima de él a horcajadas. Su mirada fija en mis ojos, quería desviar la mirada, pero no lo hice. Esta tensión que se ha formado es demasiada.

—Bésame Arizona— susurra a centímetros de mis labios.

Su susurro recorrió un escalofrío por todo mi cuerpo, ¿debía besarlo?

—Bésame tú — le reto un poco, siento como su abdomen se contrae, y no pierde tiempo en acunar mi rostro con sus manos, y besarme. Sus labios hicieron contacto con los míos, llenándome de sensaciones, fue un beso acelerado, luego de unos segundos logré seguirle el ritmo, mordió lentamente mi labio inferior e introdujo su lengua salvajemente haciendo que se me escapara un jadeo en sus labios.

Nunca había besado a alguien de esta forma.

—Mierda— masculla, y se pone de pie conmigo encima de él, es muy fuerte. Sentí como su short se apretaba y algo dentro de él crecía.

De pronto deje de pensar en Emil, y Edward se hizo presente en mi mente.

Tenía que parar, pero su beso me estaba gustando más de lo que esperaba, me deje llevar, completamente. Además de que a Edward ni siquiera le importó. Ha estado lejos de mí desde que me hizo el chupón, ha dejado bastante claro que no tiene ni el más mínimo interés en mi.

Entre besos me recostó en su cama, por instinto pase mis manos por su cabello tirando ligeramente de él y profundizando el beso, bajo sus manos hasta la orilla de mi blusa, y tiro de ella para arriba, no me queje, lo deje hacerlo. Seguía besando mis labios luego de quitarme la blusa, y cuando bajo a mi cuello se detuvo.

Se alejó, e inmediatamente lo mire extrañada, todo eso se estaba sintiendo tan bien. Su mirada estaba clavada en mi cuello mientras su respiración estaba muy agitada, y entonces recordé que el maldito chupón no terminaba de borrarse. Aunque ya estaba casi imperceptible.

¡Mierda, mierda!

—Yo...— él estaba apunto de decir algo cuando mi móvil sonó. Como él estaba de pie se acercó a ver quien era, y su rostro pasó de confusión a enojo.

—¿Ethan?— preguntó secamente.

Yo me puse de pie rápidamente y puse mi blusa sobre mi pecho, —Yo, déjame explicarte.

¿Qué hace Ethan llamándome? ¿No podía solo responderme por mensaje?

Sabía que no tenía que explicarle nada, pero aún así quería hacerlo.

—No—, dijo y puso el móvil en su oreja.

—¡Que demonios! ¿Edward?— pregunta incrédulo. Intente quitarle el móvil, pero no lo logre. Deje de intentarlo, lo que sea que tuviera que decir, lo haría después de la llamada.

¿Edward? ¿Había escuchado bien? Pero si hace un rato Edward estaba dormido. ¿Qué mierda?

Mi corazón se acelera patéticamente al escuchar ese nombre.

—¡No me la estaba follando!— alza la voz; y lo miro más incrédula, ¿Edward le había preguntado eso? Mis ojos verdes favoritos había pensado que su hermano me había llevado a la cama, una sonrisa de decepción aparece en mi rostro, y no por Edward, por mi, por haber besado a Emil.—Lo que sea que iba a pasar, lo arruinaste, jodete.

Eso fue lo último que dijo, y me entregó el móvil, no podía sostenerle la mirada. Estaba nerviosa, y aún no tenía puesta mi blusa.

—Creo que debería irme— susurro, estabilizando mi respiración para darle la espalda y salir de ahí.

—Creo que...— resopló con un tono de voz frío pero titubeante, y dejó en el aire la frase.

—¿Qué?— lo miro sorprendida, girándome de nuevo a él.

Me ignoro por completo, —¿Por qué te llamo Edward del móvil de Ethan a estas horas?— aún no era muy tarde, quizás las 11 o 12 de la noche. ¿Eso es temprano no?

—Estaba hablando con Ethan por mensaje, preguntándole porque se había ido a casa de sus abuelos, eso fue todo.

Él duda por un segundo—Olvídalo , ve a dormir— definitivamente todos aquí eran jodidos bipolares, lo veo extrañada y me intento acercar a él.

—Emil... yo— él sonríe falsamente, puedo ver algo de tristeza en su rostro.

—No hace falta que me expliques nada, todo bien ¿si?— sonríe falsamente sin verme a la cara.

Asiento con la cabeza y salgo de ahí, con el rubor subiendo a mis mejillas, definitivamente ese beso había estado bien, me había gustado, pero al escuchar el nombre de Edward por alguna razón me había provocado tanta culpa.

Maldito Edward, ¿cómo te saco de mi cabeza?

Voy hasta la habitación de Camille, ya está completamente dormida con Freya a su lado, me tumbo en el sofá a lado de su cama, y clavo mi mirada en el techo.

Edward... maldito idiota, ¿por qué me habría llamado?.

Tomo mi móvil de nuevo, y entonces recuerdo que aún no tenía la blusa puesta, me la pongo rápidamente y escribo un texto a Ethan, quería golpearlos a los dos.

Yo:
Dile a Edward que es un idiota.

Pasan un par de minutos y mi móvil vibra:

Ethan:
Contacto: Edward.

Ethan:
Díselo tú misma, no seré su mandadero.

Ahi estaba el contacto de Edward, una sonrisa invade mi rostro, esa había sido la razón por la que había aceptado la apuesta de Emil, para sacarle el número de su hermano, y termine besándolo.

Haces todo mal Arizona.

Que jodida tonta soy. En mi vida había besado a alguien como había besado a Emil; habían sido tan diferentes los besos de Daniel a este beso, tampoco había tenido novio alguna vez, y lo peor de todo es que al besarme con Emil me había sentido culpable por Edward, no por Daniel, quien se había portado increíble conmigo, definitivamente tendría que hablar con él, no puedo jugar con sus sentimientos y tampoco quiero lastimarlo.

Suspiro y tomo el valor para escribir a Edward.

Yo:
Te juro que cuando te vea te voy a golpear, muy fuerte.

Era increíble lo infantil que era en ocasiones, pero sin duda lo golpearía, primero me hace un chupón, de alguna forma llego hasta su habitación que sigue siendo un misterio como fue que desperté ahí , y él desaparece justo ese día, me dejo una notita incitándome a venir acá, ¿Y para qué?, si él ni siquiera estaba aquí.

Mi móvil vibra, y lo reviso rápidamente.

Edward:
Pensé que seguías ocupada con Emil.

¿Qué? ¿Solo diría eso? La rabia se apodera de mi, que jodido que era. Seguía pensando que estaba con Emil, después de que él interrumpió eso. Se que él no tiene sentimientos ni nada por el estilo hacia mi, pero quería provocarlo. Quería hacerlo enojar, y estaba segura que esto lo haría.

Yo:
Los polvos no duran toda la noche.

Una pequeña sonrisa victoriosa aparece en mi rostro, pero se esfuma en cuanto vibra mi móvil nuevamente.

Edward:
De ser así, no te estaría respondiendo, estaba muy ocupado hace rato.

Maldito, ¿Había salido con alguien?, mierda, porque no pensé en eso, quizás fueron a casa de sus abuelos para salir con alguna chica, después de todo Ethan es estúpidamente playboy, seguro que estuvieron muy entretenidos. Pero, ¿y la foto que Ethan me envío donde él dormía?

Bufo para mi misma. ¿Por qué me afectaba tanto imaginarme a Edward con alguna chica?.

Yo:
Veo que no fui la única qué pasó una buena noche.

Edward:
Te aseguro que tu noche ha sido una basura a comparación de la mía.

Enojo, eso sentía ahora mismo, la manera en que me estaba diciendo que había tenido un sexo increíble, lo único que me provocaba era eso, enojo.

Yo:
Vete a la mierda, follate a quien quieras no me importa.

Edward:
Te importa, y ese es el problema, porque no debería hacerlo, buenas noches patita mentirosa, estoy agotado.

Bufo, ¿Cómo se atrevía?, seguro él estaba muy entretenido con la situación, pero yo en lo absoluto. A demás de que solo Ethan podía llamarme así.

El calor del coraje subiendo por mis venas, quería verlo, necesitaba verlo, tener sus ojos verdes enfrente de mi. Eso necesitaba.

Yo:
Buenas noches idiota de ojos verdes.

Muy madura Arizona.

Apago el móvil, y lo dejo a un lado del sofá, maldito Edward, necesitaba sacarlo de mi cabeza a como diera lugar, y no se si estoy lista para mañana enfrentar a Emil, la sola idea de verlo, me ponía los nervios de punta.

¿Qué estabas pensando Arizona?

No debí dejarme llevar.

Me hundo en el sofá, y cierro los ojos dispuesta a dormir.

***

El día siguiente me había despertado temprano, no paraba de pensar en Emil, y en Edward, pero intentaba con todas mis fuerzas no seguir haciéndolo, cuando desperté Camille ya no estaba en su habitación. Tome de mi mochila un leggins y una blusa, junto a mi ropa interior y corrí a la ducha. Necesitaba refrescar mi mente, salí de ducharme y cepille mi cabello, y después tomé a Freya, dispuesta a salir de ahí.

Voy a la cocina, y ahí están Camille y su tía. Debo decir que suspire aliviada al no ver a Emil por ningún lado.

—Ya despertaste cariño— dice Eva acercándose a besar mi mejilla.

—Buenos días— respondo, Camille esboza una sonrisa mientras sigue comiendo.

—¿Cómo dormiste Ari?— Camille pregunta girándose un poco.

Dejo a Freya en el piso y está corre fuera de la cocina.

—Bien, muy bien— me acerco para sentarme a su lado.

—Iré a llamar a Emil, ya vengo— Eva sale de la cocina tan sonriente como siempre y Camille asiente.

Por alguna razón no podía decir nada, me sentía nerviosa.

—¿Por qué tan callada?— me pregunta Camille.

—Por nada, estaba pensando en otras cosas— le restó importancia, y entonces se abre la puerta de la cocina y entra Emil por esta.

Mi pulso se acelera, y me quedo muda. ¿Qué debería decir?

Luce recién duchado, con un jeans, y una polera naranja, se mira tan lindo, al instante el calor sube a mis mejillas al recordar que lo besé anoche. Después de todo besaba bien.

¡Arizona!

—Buenos días chicas— sonríe abiertamente yendo a la nevera, y tomando una botella de agua.

Lo miro con sorpresa, me imaginaba que sería incómodo pero está sonriendo, y no parece incómodo o molesto.

—Buenos días idiota— dice Camille sonriendo.

—Hola— le saludó ruborizándome aún más.

—¿Y mi padre? pensé que nos iríamos después de almorzar— comenta sentándose frente a nosotros.

Yo me inclino un poco hacia enfrente; quedando más cerca de la barra.

—Fue por Ethan a la casa de los abuelos, cuando regrese nos iremos— dijo Camille y una ola de tristeza me atravesó al escuchar que solo iba por Ethan, y no pude evitar preguntar.

—¿Y Edward?— la mirada de confusión de Emil se fija en mi, mientras que Camille sigue comiendo y se encoge de hombros.

¡Bien Arizona! Tenias que preguntar frente a él.

—Dijo mi tía que Edward no estará en la facultad un mes,— eso hizo que mi pecho se apretara un poco. ¿Un mes? ¿En serio?

Esfumé esas sensaciones restándole importancia.

—¿Por qué?— pregunta Emil desconcertado. Yo también quisiera saber.

—No lo sé, eso ha dicho mi tía.

Emil sale disparado de la cocina a buscar a Eva.

Luego de esa pequeña charla, Camille y yo fuimos a la sala de estar a ver algún programa cómico en la tv para esperar a Camilo y Ethan, tenía la esperanza de que cuando llegaran también viniera Edward, pero no fue así.

Y me sentía extrañamente mal por eso, una parte de mi quería verlo, y ¿un mes?, un mes sin él era demasiado tiempo.

_______
Xoxo.

Ig:vlwrite

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