27.- Perro
The Legend of Zelda y todos sus personajes son propiedad de Miyamoto Shigeru, Tezuka Takashi y Nintendo.
Palabras: 645.
27.- Perro
Zelda se ajustó la capucha hyliana de Link asegurándose de taparse bien el pelo. Habían tenido que dejar la posta del río cuando un grupo de personas la habían reconocido y empezaron a rodearles y a hacerles preguntas, no quería que la historia se repitiera en la posta del pantano. La capucha olía un poco a humedad, podía jurar que nunca había visto a Link con ella puesta, aunque la cargaba al fondo de su mochila y seguramente la lleva sólo porque ella se la había regalado.
Link bajó del caballo antes de que llegase a detenerse, tomó las riendas del de Zelda y los dirigió a ambos hasta el mostrador de registro. Había pocos huéspedes, Link eligió las dos camas del fondo, dejó sus cosas sobre la que quedaba más cerca de la puerta. No era lo ideal, por eso habían elegido la posta del río, porque disponían de habitaciones privadas, en la del pantano no había intimidad, pero era lo que había y tendría que conformarse.
—No te preocupes, estaremos bien aquí —susurró la princesa.
Pero link sólo podía pensar en que tenía dos puertas que vigilar y un ir y venir constante de gente desconocida en un espacio abierto.
—¿Cómo sabes que no te va a seguir hasta aquí? —preguntó un hombre entrando a la posta. Su compañero rió, fue una carcajada ruidosa y desagradable que hizo que Link se pusiera en alerta—. Los perros son buenos siguiendo los rastros.
—Para eso necesitaría tener manos con las que desatarse del árbol.
—Pobre chucho.
Zelda, que amaba los animales, dio un paso al frente dispuesta a enfrentarlos. Link estiró el brazo impidiéndole avanzar y la miró lanzándole una advertencia silenciosa para que mantuviera la capucha bien puesta.
—Se morirá de hambre.
—Se lo tendrá bien merecido por estúpido.
Link cruzó el espacio en un par de zancadas y se plantó entre los dos hombres.
—¿Dónde? —lanzó la pregunta con tono amenazante.
—¿Qué?
—El perro, ¿dónde está?
El dueño del animal rió con desdén, golpeó el pecho de Link con la palma de la mano tratando de empujarlo, pero no se movió ni un milímetro, ni siquiera se tambaleó.
—¿Qué te pasa, amigo? ¿Tu novia es tan fea que tienes que preocuparte del perro de otro?
Su acompañante rió también.
—¿Dónde está? —insistió. Llevó la mano a la empuñadura de la espada—. ¿Dónde?
—E-en el bosque de ahí detrás, cerca del pozo.
Salió disparado, Zelda le siguió al exterior sujetando la capucha para que se mantuviera en su sitio. Era mucho más rápido que ella.
—Espérame, voy contigo.
Aflojó el paso para que pudiera seguirle entre los árboles. Los lamentos del animal se oían desde la distancia. Zelda sabía que la sangre de Link hervía en sus venas, no soportaba que hirieran a otras personas, pero odiaba especialmente que maltratasen a los animales. Si aquel par de idiotas seguían en la posta al regresar tendrían un problema.
—¡Está allí! —exclamó Zelda señalando un grueso árbol junto al pozo.
Link esprintó, era imposible seguirle. Para cuando llegó hasta él ya había desatado al animal y lo sujetaba entre sus brazos como si fuera un bebé.
—Sólo es un cachorro —apreció Zelda con tristeza—. ¿Cómo puede alguien lastimar a un pobre cachorro?
¿Cómo podía alguien lastimar a cualquier animal?
—Volvamos a la posta.
El camino de regreso fue mucho más tranquilo. El perro entre los brazos de Link jadeaba feliz con la lengua asomando por un lado de la boca. Se parecían un poco, alegres y enérgicos, nobles y sinceros.
—Sabes que no podemos llevarlo con nosotros, ¿verdad?
Link asintió. Su misión era peligrosa, no iba a conducirlo hacia la muerte por más que pudiera tomarle afecto.
—En la posta le cuidarán.
—Y así podrás venir a verle siempre que quieras —susurró Zelda.
Apretó el paso y ella rió, había adivinado sus intenciones.
Fin
Notas de la autora:
¡Hola! Los perros y las postas siempre van de la mano.
Mañana más.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top