12.- Boda
The Legend of Zelda y todos sus personajes son propiedad de Miyamoto Shigeru, Tezuka Takashi y Nintendo.
Palabras: 1382.
12.- Boda
De pequeña, llena de curiosidad, Zelda le había preguntado a su madre por su boda. Había sido una ceremonia dual, boda y coronación, pero imaginar el Templo del Tiempo repleto de gente poderosa, la mayoría desconocida, le agobió. Nunca supo por ella que eran dos desconocidos el día en que se casaron, lo supo por su padre, años después. Era terrible y cruel. ¿Cómo podían obligar a dos personas a casarse sin haberse visto ni una sola vez? Sus padres habían acabado enamorándose, pero eso no lo hacía menos cruel. Zelda tenía claro que no quería lo mismo para ella. Si tenía que casarse algún día pensaba hacerlo con la persona de la que estuviera enamorada, aunque tuviera que enfrentarse a su padre y acabase desterrada, también tenía claro que sería algo íntimo y rodeada de gente que le importase.
Antes de que se declarase el Catacalismo ella ya sabía a quién quería a su lado, también sabía que sus sentimientos eran correspondidos. Se lo había insinuado a su padre y él, curiosamente, no se había opuesto a la idea. De eso hacía ya más de cien años.
Acabó de vestirse y dejó la casa. Las calles de Hatelia estaban engalanadas con flores, su perfume era fresco y dulce como una caricia en el alma. Era precioso. Los niños corretearon a su alrededor cantando y riendo, acompañándola en su camino hasta la explanada que había unos metros más adelante. Allí la gente se congregaba en corrillos vistiendo sus mejores galas.
Link estaba en el centro, quitando un taburete de madera. Zelda entendió que era una broma más sobre su estatura, algo que se repetía con demasiada frecuencia, porque al parecer era demasiado bajo para ser el gran héroe de Hyrule, demasiado bajo para estar con ella y demasiado bajo para cualquier cosa que implicase ser un hombre. Pero Link era perfecto tal y como era, a ella le daba absolutamente igual su estatura. Link era Link.
El silencio se expandió por la explanada cuando se percataron de su presencia. Link se olvidó del taburete, se irguió como si estuviera a punto de pasar revista y eso la hizo sonreír. Cuando no sabía qué hacer su formación militar le hacía moverse como si estuviera en el castillo a punto de recibir órdenes para combatir a un ejército de monstruos.
Symon se apresuró a alcanzarla, le ofreció el brazo y ella se aferró a él. Con él había fundado la escuela de Hatelia, junto a Link e Impa era lo más parecido a una familia que tenía.
—Estáis preciosa, majestad.
—Por favor, Symon, te lo he dicho mil veces, soy sólo Zelda.
El sheikah esbozó una sonrisa que Zelda no logró descifrar. La casa real de Hyrule había caído, ¿qué sentido tenía que la llamasen princesa o majestad? Ya no era nada más que una hyliana. Recorrió la explanada del brazo de Symon, caminando entre hylianos, zoras, ornis, gorons y sheikahs, gente a la que apreciaba, gente importante, gente a la que quería a su lado. Symon la dejó junto a Link.
Prunia y Pay les pusieron guirnaldas de flores en la cabeza. Link parecía tan nervioso que no pudo contener la risa. Sólo era una formalidad, hacer oficial lo que era un secreto a voces. Sólo una formalidad, porque una ceremonia no haría más real lo que había entre ellos.
Kaporen, el viejo sacerdote zora, había tomado los hábitos por última vez. Según él habría sido imperdonable no participar en aquella ceremonia. Zelda no le conocía demasiado, sin embargo, Link, tenía una buena relación con él.
El zora dio un largo discurso sobre los tiempos pasados, las tradiciones, la importancia del amor y el respeto mutuos. Continuó con una alabanza al héroe que había liberado a Mipha y asestado el golpe de gracia a Ganon y a la princesa que había combatido durante cien años para contenerle.
Zelda no necesitaba un resumen de su desastre de hacía cien años, como tampoco una narración sesgada sobre lo que había hecho Link después de despertarse en el Santuario de la Vida.
La mano de Link tomó la suya, le acarició el dorso con el pulgar, siempre había sido bueno captando cuando se sentía ansiosa y, en ese momento estaba al borde una crisis nerviosa.
Finalmente, Kaporen, dio inicio a la ceremonia en sí. Habló de cómo era Link, de cómo era ella y de cómo eran ambos juntos.
—En definitiva, no existen dos personas que merezcan más unir sus vidas —finalizó con voz áspera el zora—. Si alguien tiene alguna objeción puede hablar ahora. —Les lanzó una mirada desafiante a los congregados retándolos a decir algo y ser castigados, pero nadie dijo nada y Kaporen volvió a relajarse—. Para mí es un honor unir a estos dos hylianos con la bendición de Diosa Hylia.
Link la besó en la frente, era una tradición de Hatelia y le resultó curioso que la recuperase aquel día porque le obligaba a estirarse y ponerse de puntillas para alcanzar su frente con los labios. Esperó las risas, pero nadie rió, sólo aplausos y vítores.
Impa se puso en pie con esfuerzo, avanzó hasta a ellos mientras Kaporen se retiraba.
—Majestad —pronunció tomando sus manos con fuerza, Link dio un paso a un lado, apartándose—. Hace ya más cien años que el Cataclismo se desató. Fue un momento terrible. Ganon predijo nuestra estrategia. Los elegidos de las cuatro regiones perdieron la vida dentro de las bestias divinas. La Llanura de Hyrule se convirtió en un paraje desolado. Vuestros poderes parecían negarse a despertar y sólo quedaba el elegido de la Espada Destructora del Mal.
Zelda miró a Link que parecía estar nervioso e incómodo a partes iguales.
—Nadie en todo Hyrule os hubiera culpado si hubieseis huido. Si hubieseis pensado en vuestra vida, lo hubiésemos comprendido. —Devolvió la mirada a Impa que le sonreía—. Pero corristeis hacia vuestro destino, dispuesta a dar la vida por salvarnos a todos. Cuando el Héroe de Hyrule cayó vuestros poderes se despertaron.
Se removió un poco incómoda. Nunca se había atrevido a pronunciarlo en voz alta. Sus poderes no se habían despertado con la meditación, porque no estaban ligados a la paz espiritual. Sus poderes estaban ligados a la pasión y al amor. Había sido su amor por Link lo que los había despertado, su deseo de salvarlo y protegerlo. Aunque había sido demasiado tarde.
—Pusisteis la Espada Maestra a buen recaudo, asegurasteis la supervivencia del elegido hyliano y, sin dudarlo, os adentrasteis en el castillo para contener a Ganon.
—Era mi deber.
—Erais una chiquilla asustada, majestad. Tanta responsabilidad sobre los hombros de alguien tan joven...
—Impa, deja de llamarme majestad. La casa real de Hyrule ya no existe.
—Eso no es cierto, vos seguís con vida.
Eso no importaba. La Llanura de Hyrule estaba asolada y el castillo, no tenía palabras para hablar del castillo.
—Tierras, castillos, riquezas, poder. Eso ha definido hasta ahora a la casa real de Hyrule. Vos nunca os habéis ajustado a esa definición. Sois una persona sencilla, no os importa la riqueza, no os sentís superior a nadie, las tierras y los castillos nunca han significado nada para vos.
—Impa, ¿de qué estás hablando?
Empezaba a ponerse nerviosa de nuevo. No necesitaba a nadie que enumerase sus errores como tampoco necesitaba que le recordasen que no encajaba con la imagen que su padre insistía en que tenía que dar. «Me decepcionas, Zelda» pronunció la voz del rey Rhoam, era una frase tan constante que ya no se sobresaltaba cuando la asaltaba aquel recuerdo.
—Tradicionalmente, cuando la princesa de Hyrule contrae nupcias también es coronada.
Los presentes en la explanada se arrodillaron ante ella, Impa y Link lo hicieron también, todos al unísono como si llevasen años ensayando para hacerlo.
—Link —murmuró Impa—, en pie.
Obedeció aturdido, ignorando las risitas de todos sus amigos congregados allí.
—Larga vida a la reina y al rey de Hyrule.
El clamor se extendió.
La casa real de Hyrule sería refundada gracias a dos personas que se preocupaban por su pueblo, sin ansia de poder, sin apego por la riqueza. Aunque todos sabían que nunca serían capaces de tratar a Link de majestad o con formalidad porque era la persona más humilde y cercana que podía existir.
Fin
Notas de la autora:
¡Hola! La idea inicial no era casar a Link y Zelda, pero se han revelado y han decidido que hoy había boda real. Este shot se ubicaría en algún punto del futuro tras la finalización de Tears of the Kingdom.
Mañana más.
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