"-ninguno puede vivir sin el otro, ambos estamos destinados a estar unidos, -le dijo la lluvia a los relámpagos"

Me entere por medio del maestro Bo'raicho sobre los resultados del torneo, Liu Kang había sido el vencedor, derrotando con valentía a Goro y a Shang su, contenta le mencione que ahora el reino iba a estar más seguro, pero dentro de mi ser sentí que algo malo iba a ocurrir.

Decidida a cambiar mi destino y evitar seguir causando problemas recogí mis cosas y busque un lugar nuevo donde poder instalarme, ya que no me podía quedar más tiempo en el templo del dios del trueno, he pasado tantas cosas con el que tengo el temor de que algo malo ocurra por mis estúpidas decisiones.

Llegue muy tranquilamente a mi templo después de haber condecorado a Liu Kang por su valentía y esfuerzo en el Torneo y por haber protegido por otras generaciones más al reino.

Pero al entrar en este algo inquieto mucho mi espíritu, habiendo que a mi mente llegara el nombre de Anika, rápidamente me dirigí a su habitación y no estaba ella, ni ninguna de sus cosas, solo la cama y los muebles que ya se encontraban y una nota, me acerque a ella, la tome y me senté en la cama comenzando a leer lo que en ella había escrito...

"Raiden:

Agradezco mucho las cosas que hiciste por mí, y por haberme dado una segunda oportunidad de vivir y poder haber entrenado a los campeones de este reino, me ayudaste a recuperar la esperanza y te prometo que seguiré ayudándote a proteger al reino aunque ya no esté a tu lado. Espero que comprendas el hecho de que si continuo estando cerca de ti puedo generar graves consecuencias para ambos, espero me perdones el hecho de haberme ido de tu hogar, pero esto es lo mejor para ambos. No trates de buscarme ya que sería un grave error, he comenzado una búsqueda de respuestas, una búsqueda que debo realizar sola. Descuida, no estaré tan vulnerable como antes, gracias a ti me he fortalecido mucho, pero aun así continuo siendo un peligro.

Atentamente:

Anika

Diosa del agua y protectora del Earthrealm"

Angustiado mire alrededor de la habitación esperando a que fuera el indicio de alguna broma, pero no era así, preocupado salí corriendo del templo y me tele transporte a la academia Wu shi para preguntar si alguien sabia del paradero de Anika, pero ninguno de los shaolines, ni siquiera el maestro Bo'raicho sabían de su paradero, pero justo antes de irme me mandó llamar el maestro When.

En cuanto llegue con él, el me pidió que mantuviera la calma y me invito a meditar un poco a su lado, en medio del silencio y el aroma a incienso de bambú sus sabias palabras interrumpieron la meditación; -Lord Raiden, sabes ¿Por qué la diosa del agua decidió irse de tu lado?, ¿tienes idea o acaso ella te menciono algo sumamente importante, algo que te pueda dar indicios de la razón por la cual actúan así de extraño los dos?- pregunto tranquilamente,-no- conteste secamente, -existió alguna situación en donde ustedes dos hayan sentido algo extraño, algo que el destino quiso que ocurriera?-, y fue entonces que a mi mente vinieron esos recuerdos con ella, la vez que la ayude cuando fue al juicio con los dioses antiguos, cuando estaba a punto de desvanecerse en mis brazos, cuando me platico de su pasado, cuando... ambos nos entregamos apasionadamente bajo la lluvia, cuando no solo nuestras mentes sino nuestras almas pedían ser una sola, -no hubo ninguna explicación maestro, simplemente ella y yo manteníamos la comunicación muy cerrada- le mencione tratando de continuar recordando; -ve con los dioses mayores y preséntales esa duda que tanto te abruma, que tanto te conmociona en tu mente y después búscala y no dudes de tus acciones, porque el destino es quien te maneja a ti y a tu compañera, ambos son importantes y complementarios y no pueden defender el reino estando por su cuenta-, asentí y le agradecí al maestro por su sabio consejo y rápidamente me dirigí a ver a los Dioses antiguos en su templo.

Ya estoy instalada en mi nuevo hogar, conseguí construir una cabaña de bambú y ramas cerca de la cascada de las montañas mein, esta cascada es el inicio del rio mein, el lugar donde vi por primera vez a Raiden, sé que para él será muy difícil que me haya separado de su lado, pero es lo mejor para ambos, espero y no me esté buscando, ya que si me encuentra, nos pondré a ambos en un grave problema y no quiero que los dioses antiguos nos destruyan por un simple error.

Llegue con los dioses antiguos y hable con ellos, me explicaron solo de las reglas sagradas de los reinos pero no me dijeron nada sobre la razón de porque Anika se fue y su paradero. Mi cabeza estaba con muchas dudas, será realidad que Anika y yo estamos destinados a eso que me imagino, sé que no está prohibido en la leyes de los dioses pero me es muy imposible, aun así quiero arreglar este asunto ya, quiero encontrarla y poder hablar con ella, no sé cuánto tiempo me lleve, espero este bien y no esté sufriendo ningún peligro.

Cansado decidí regresar a mi templo y me senté en una de los barandales de piedra, mire el horizonte tranquilamente y de repente recordé una frase que Anika me había dicho hace mucho, justo antes de que me retirara al torneo con Liu Kang, " sabes, me gustaría poder vivir entre las montañas, cerca de una enorme cascada, donde cada amanecer el sol refleje la aurora entre la caudalosas aguas de esta al caer al vacío, siento que sería un modo de poder estar más en contacto con mi elemento y también para poder fusionarme con este reino un poco más", y justo en ese instante recordé que cerca de aquí estaba la cascada de las montañas Mein que daban comienzo al rio donde la encontré aquella vez.

Cuando llegue al lugar encontré una cabaña hecha de bambú y estaba a unos metros de las aguas del rio, entre en la cabaña pero no estaba ella, todo adentro estaba acomodado, sus cosas, estaba una hamaca y a lado había una pequeña fogata rodeada con piedras.

Salí de la cabaña y vi que una silueta femenina se aproximaba en mi dirección, era transparente y traía en sus manos una serie de ramitas, supuse que para su fogata pero en cuanto se percató de mi presencia tiro las ramas y me miro asustada.

-¡Raiden!, ¿Qué haces aquí?, te pedí que no me buscaras sabes los problemas que puedo causar si-, - si, los sé, pero eso fue lo que me trajo aquí, Anika, no puedo permitir que te alejes de mí, puedes estar en peligro o algo, más ahora que triunfamos en el torne-, -No, Raiden, te he causado tantas cosas, que fue por eso que me aleje, estoy muy agradecida por que me regresaste la esperanza a mi espíritu y por qué me ayudaste a que me dieran una segunda oportunidad, pero no es correcto que ambos sigamos juntos, continuare siendo tu aliada, si eso es lo que te preocupa, pero he aprendido a poder defenderme sola- me di la vuelta y justo cuando estaba a punto de entrar a mi cabaña su mano me sostuvo de mi brazo, mire hacia atrás y pude notar que en sus azules ojos había un brillo, uno que había visto ya en varias ocasiones antes cuando tuvimos aquellos encuentros cercanos el uno con el otro, - por favor Anika, no quiero que te alejes de mí, me has hecho sentir tantas cosas que hasta para ti son desconocidas, y sin importar nada, no quiero sepárame de ti, el destino quiere que tú y yo permanezcamos juntos, porque juntos seremos más fuertes que cualquier cosa-; - no Raiden, esto está prohibido, yo estuve cuando con los dioses formamos las sagradas leyes de los reinos, y sé que está prohibido que exista esos sentimientos entre dioses, yo...-,- estás muy equivocada Anika-, -¿Qué?-, voltee a verlo y él estaba más cerca de mí, tomo mis manos entre las suyas y deposito un delicado beso en ellas, me miro y toco suavemente mi mejilla, mostrando una mirada tranquila, -en las sagradas leyes dice que no puede existir sentimientos entre un humano y un dios, pero entre dioses no hay ningún impedimento, ya que gracias a ello se puede formar una fuerte alianza-, suspire y baje la mirada, porque estoy pasando por esto, mi mente ahora es un mar lleno de emociones y confusiones; el levanto mi mirada tomando mi barbilla y se inco frente a mi retirándose su peculiar sombrero, -Anika, hoy me encuentro ante tu celestial presencia y quiero pedirte bajo las leyes sagradas de los dioses antiguos, que tú, mi hermosa dama, te conviertas en no solo la compañera que me ayudara a proteger al reino, sino la también, en la guardiana de este único, preciado, tonto pero a la vez fuerte corazón que reside en lo más profundo de mi alma, y que guarda en su interior el más puro amor que puede existir en este reino y que puedas aceptarme, no solo como tu compañero en esta dura lucha contra el mal, sino también en el guardián de tu ser y de tu amor, que me permitas poder reconstruir y complementar ese roto y maltratado corazón que tu sola has tratado de arreglar con tanto cuidado y esmero.-.

No sabía que responder a tan bellísima declaración, había visto anteriormente a los habitantes del Orderrealm hacer esto, pero nunca imagine que un día recibiría tal aclamación y menos de alguien tan puro y bueno como Raiden, puede y mi destino comience a cambiar, y sé que va a ser muy difícil, pero lo voy a hacer.

Con lágrimas en mis ojos y con miles de emociones a flor de piel decidí hablar lo más claramente posible y contestarle a aquel, cuyo amor me estaba ofreciendo. –Raiden, haz sido una de las personas que me ha demostrado que en el mundo también puede existir una pizca de esperanza que puede llegar a crecer si esta se acepta con mucha paciencia, sé que puedo confiar en ti pero no puedo permitir que solo seas el guardián de mi corazón, sino también quisiera que seas quien cuide también de mi espíritu, porque me has mostrado tu enorme bondad no solamente hacia los residentes de este mundo sino también de mí, ya que por ti, puedo conocer que la vida no solo se trata de un sufrimiento, sino que también puede existir una felicidad, y sé que esa felicidad la puedo compartir ahora con un ser tan bueno como lo eres tu-.

Pude notar que en el rostro de Raiden se dibujaba una enorme sonrisa al igual que sentía como mis mejillas comenzaban a formar parte de una también, él se levantó y me abrazo fuertemente, me sentí completa y plena ante su cariño, después lo mire con dulzura y él me beso, fue algo mucho más fuerte que lo que sentí en aquella ocasión cuando estaba entrenando, ya que ahora no solo sentí calidez ni pasión, sino lo que los terranos le llaman amor, después nos separamos, el tomo mi mano y entramos en mi cabaña.

Prepare un poco de te mientras me platicaba como le fue junto con Liu y Kung Lao en el torneo, -vaya que fue difícil vencer a Shang su- le mencione mientras colocaba amabas tazas de té de jazmín en la mesita de bambú que hice, -sí, pero aun así tengo un mal presentimiento-, menciono el tomando la taza y mirándola con detenimiento, - ¿Qué es lo que te inquieta, la tierra está a salvo, el mundo exterior no puede irrumpir e invadirla, seria en contra de las leyes del torneo-, - eso es muy cierto, pero sé que él no se quedara con los brazos cruzados-, -¿Quién shang su? No creo él sea tan... -, - no me refiero a él, me refiero al emperador del mundo exterior- me interrumpió con un tono de voz bastante serio, dejo su taza de té en la mesa y se levantó de manera pensativa, - ¡no tiene derecho para venir a reclamar el reino!, además si se atreve a hacerlo nosotros le daremos lucha- le mencione acercando a su lado y colocando mi mano en su hombro, él sabe que yo lo apoyo.

-Iré a reunirme con los miembros del loto blanco y algunos de nuestros aliados, debo asegurarme de que nos apoyaran en caso de algún ataque- se volteo y su mirada se posó en la mía, coloco sus manos en mis mejillas y me dio un cálido beso y me miro dándome una sonrisa, -mientras puedes ir cambiando tus cosas de vuelta al templo y pues te veo haya después, y si quieres esta cabaña la dejamos, no se para cuando queramos venir a meditar, digo el lugar es muy precioso como para dejarlo abandonado no crees- me dijo abrazándome fuertemente, después salió colocándose su sombrero y se telestransporto, mientras yo comencé a preparar mis cosas y a reflexionar sobre lo que me acaba de hablar Raiden, ¿será cierto que Shao khan quiera invadir el reino para tenerlo a toda costa?.