Capitulo 19
Una tormenta puede llegar con mucho estruendo, generando pánico a su paso, pero también no puede aparecer y solo quedarse como un mal recuerdo.
Una explosión a lo lejos... miles de visiones a posibles finales... tus jadeos y mis gemidos... el aroma a incienso y a desolación. Pensé que esas visiones habían desaparecido pero otra más hizo presencia en mi mente. Agitada salí de mi meditación, muchas cosas rondaban por mi mente y ese sentimiento de dejavu estaba latente, me sentía mareada. En cuanto volvimos de presentar nuestro compromiso con los dioses antiguos, Raiden y yo volvimos al templo, Fujin le había llamado para poder ir a la academia Wu shi a terminar de explicar el plan a los miembros del loto blanco, mientras yo me quede y decidí aprovechar el tiempo meditando un poco, aun no terminaba de asimilar lo que acababa de pasar con Raiden, Lo que tanto añore al fin había pasado, me case con el dueño de mi amor y fue mucho mejor de lo que yo esperaba, con Shao Khan fue tan extraño y frio el momento, pero con Raiden fue bastante distinto.
Trate de volver a mi templo lo las pronto que podía, era algo tarde, a notarse por la posición de la luna era alrededor de la 1 de la madrugada, me sentía mal por haber dejado a mi amada esposa sola, en cuanto llegue al patio principal sentí como Anika llego de golpe a mí, abrazándome con fuerza, inmediatamente empezó a sollozar en cuanto la abrace devuelta. -¿Qué es lo que ocurre mi flor de loto?- le pregunte luego de haber besado su cabeza; -Tuve otra visión, fue horrible, no quiero que nada de eso ocurra, cuando fue la muerte de Liu tuve la misma situación, y lo perdí, no quiero perderte a ti, no de nuevo, créeme no lo soportaría-, -¿Qué fue lo que viste?- le pregunte, levanto su rostro e inmediatamente empecé a limpiar las lágrimas de sus mejillas a sus hermosos ojos verdeazulados; - había una batalla campal, había muchos caídos, tanto soldados de los nuestros como del mundo exterior, luego hubo una explosión y una enorme nube de polvo invadía todo el terreno, muchos gritos sonaban alrededor y luego de esa enorme ventisca de polvo y muerte una enorme silueta con alas y garras emergía y tenía en sus manos el amuleto de Shinnok, el que Quan chi siempre trae, y mire mis manos, estaban llenas de sangre...-, -¿y crees que eso signifique que no logremos detener a la alianza mortal y recuperemos los kamidogus?-, - no estoy segura, pero espero y mi visión se equivoque-, la mire con una sonrisa y la bese en los labios, -descuida mi pequeña flor, yo sé que podremos lograrlo juntos, además yo no te dejare sola, estaré a tu lado- ella sonrió y volvió a abrazarme fuerte, confiaba en ella y a pesar de todo si tenía algo de temor, más por aquella visión que ella tuvo, sin embargo, no puedo mostrarme débil ante nadie ni menos frente a ella.
-¿Esto es extraño, no te parece amor?- le pregunte a Raiden después de haberme quitado mi armadura y de haber dejado mi amuleto en su mesita de noche, -¿Por qué lo dices Anika?-, - Es que, no sé yo venir a dormir a tu habitación, no te parece extraño, digo estoy acostumbrada dormir en mi cama y siento que estoy invadiendo tu espacio personal-, -no me molesta, al contrario, me alegra que estés a mi lado mi amor- me respondió acercándose a mí y dándome un beso en mis labios; suspire pesadamente y salí de su cuarto, regrese con mi camisón azul de algodón puesto y mi cabello amarrado en una trenza larga, pero en cuanto abrí la puerta Raiden traía puesto un pantalón blanco de manta, estaba descalzo y note que tenía una hermoso y algo largo cabello platinado, -wow- dije en voz alta, -¿pasa algo?- me pregunto Raiden volteando a verme a causa de mi reacción; -tu cabello... nunca me imaginé que fuese así de largo y de este bello color-, -ah, gracias-, note como Raiden se sonrojo un poco respecto a mi comentario, después me acerque a su cama y me acomode en su cama, sentada y con mi espalda recargada en el respaldo de la cama, mire atenta como Raiden apagaba las velas de la habitación, tan solo dejando encendida la que se encontraba cerca de la cama, justamente a su lado, se sentó en su cama y me miro, no le dije completamente que le había visto en aquel presagio, pero parte de él había partes donde aparecíamos ambos "amándonos" por así mencionarse; aun así tome un poco de valor y me acerqué más a él, me coloque encima de sus piernas y frente a él, tome su rostro entre mis manos y comencé a besarlo con delicadeza, rápidamente cedió a mi contacto coloco su manos en mi cintura, sentí como comenzó a recorrer mi espalda a cada centímetro, luego lo mire y sonreí, tome un pequeño mechón de su platinada melena y comencé a jugar con él, -¿estas consiente de lo que estás haciendo amor?- me pregunto Raiden devolviéndome la sonrisa, -Si, desde un inicio estaba predestinado que entregaría mi pureza a un dios, pero nunca a un semidiós, sin embargo, desobedecí la orden no solo de los dioses antiguos, sino de mi padre y madre, y ahora... no te daré mi pureza, pero si mi amor, aunque seas un semidiós, eres merecedor de ello, sin embargo aún tengo miedo-, -¿no confías en mí?-. Suspire pesadamente solté su mechón de cabello.-Confío en ti, pero después de lo que pase con shinnok, aún tengo algo fe temor, sufrí durante tanto tiempo que...-, -descuida mi bella flor de loto, si no quieres que llegue a más a haya, no lo haré y no tienes nada por qué preocuparte, nunca te haré daño-, levante la mirada y encontré sus blancos y puros ojos, me acerque a él lentamente y a unos centímetros de sus labios susurre, -¿me lo prometes?-, -es una promesa mi querida flor de loto-; volví a besarlo con más pasión, una necesidad fuerte comenzó a crecer dentro de mí, el me correspondía, sentí como sus manos acariciaban la mayor parte de la piel de mi cuerpo. Sus manos recorrían con delicadeza mis brazos hacia mis hombros, mientras yo aún mantenía mis manos en su rostro, lentamente abandono el beso y comenzó a recorrer con sus labios el borde de mi cuello, un gemido algo sonoro salió de mi garganta mientras sentía como una de sus manos tomaba en un puñado una parte de mi cabello y la otra tomaba y acariciaba uno de mis senos; no pude evitar rasguñar un poco su abdomen, su respiración se mantenía agitada al igual que la mía; aunque pocos los crean una diosa como yo puede llegar a sucumbir a los deseos carnales que tiene un humano o terrano, y ahora puedo comprobar que incluso un semidios. Nuestras ropas comenzaron a desaparecer conforme nuestros deseos por ambos crecían, en ningún momento me sentí temerosa y aprisionada como era cuando estaba con el bastardo de Shinnok, Raiden tenía el cuidado y el respeto al tocarme y eso me hacía sentir bien; fue cuando llego el momento, con mucho cuidado se colocó encima de mí, su excitación ya era notoria, su cuerpo hablaba por si solo además de que su reparación agitada y la leve capa de sudor que cubría su cuerpo eran señales de ello, me miro y volvió a besarme y acariciarme con ferocidad mientras entraba en mi lentamente, el placer inundaba completamente mi mente, limitándome a rasguñar un poco su espalda, dándole señal de las millones de sensaciones que invadían mi cuerpo y mi espíritu en ese instante.
Acariciaba mi cuerpo con delicadeza, como si mi piel estuviera hecha de una delgada capa de hielo que a cada roce se debilitaba, durante mi vida pensé que este acto era lo peor, pero con él, me he dado cuenta que no era así, sentía su amor por mí en cada beso que él me daba, su devoción en cada embestida que daba hacia mi interior me hacían gemir y en ocasiones gritar su nombre, mientras él se movía agitado, y suspiraba a cada embestida que daba, por los dioses, no solo estábamos consumando un acto carnal y de vulgar placer, sino que estábamos sellando un pacto, una promesa que nos hicimos hace mucho en aquella cabaña. Estuvimos entregándonos el uno al otro hasta que ambos llegamos al clímax, no pude evitar gritar de placer puro al sentir como me llenaba. Cansado se acostó a mi lado y me abrazo apegándome a su fuerte pecho, se podía notar como este subía y bajaba a causa de su respiración, dando seña de lo que acabábamos de cometer.
Se había llegado el momento, el ejercito de las fuerzas especiales, los monjes shaolin y los miembros del loto blanco junto con nuestros demás aliados estaban listos, frente a nosotros estaba el palacio del antiguo emperador, el rey dragón Onaga, dentro de él estaba el ejército momificado del mismo y además nuestro objetivo principal, la alianza mortal, a lo lejos estaba Anika junto con su grupo de guerreros dispuestos a atacar de acuerdo al plan que ya habíamos acordado, mientras que yo estaba con mi grupo, preparados para atacar la primera parte del ejército que se encontraba vigilando la primera entrada, di la señal y el grupo de Anika comenzó a escabullirse mientras que yo teletransporte a mis aliados y comenzamos el ataque. Fui directamente a atacar a la primera horda tarkatana con una serie de electrochoques, mientras los demás empezaban el combate a puño limpio, después invoque mi bastón y comencé a derribar varios de mis enemigos, hasta que legue con Baraka, el saco sus cuchillas y ambos empezamos un feroz combate, logre esquivar varios de sus golpes y cortes, pero aun así logro herirme en mi costado derecho y en un brazo, fue que logre derrotarlo con un golpe certero en la mandíbula y una serie de electrochoques en todo su cuerpo.
No fue sencillo derrotar al ejercito tarkatano, hubo muchos guerreros caídos, pero logramos vencerlos, el maestro Boraicho, después de vencer a Tanya, junto con Kung lao y Nightwolf se llevaron a los heridos mientras que yo continúe avanzando, pase la primera entrada y logre ver a lo lejos como una batalla campal se llevaba a cabo con el ejercito de las fuerzas especiales y Anika contra el ejército Oni, Scorpion y otros dos guerreros. Rápidamente me teletransporte a lado de Anika y juntos empezamos a luchar contra los dos guerreros desconocidos mientras que Scorpion se enfrentaba a Ermac; uno de los guerreros portaba una armadura de color oscuro con destellos verdosos, mientras que el otro portaba vestiduras negras y traía el símbolo del dragon negro en su chaqueta, ambos eran fuertes pero aun así logramos vencerlos. Ermac fue derrotado por Scorpion y este lo lanzo y cayó sobre Anika, lo mire con furia y rápidamente fui tras de el al ver que corría al interior del palacio.
Después de ayudar a Ermac a mi mente volvió a pasar aquella visión que tuve cuando estaba con Raiden en el templo del cielo, cuando volví en sí, mire a mi alrededor, había muchos soldados de ambos bandos muertos y heridos, y varios de mis aliados heridos, pero mi pánico creció mas cuando no vi a Scorpion ni a Raiden por la zona, me levante rápidamente mire a Ermac. -Necesito que lleves a cabo nuestro plan acordado, llévate a todos lejos de aquí, a una zona segura, y en cuanto termines asegúrate de que nada les pase, yo ire a ayudar a Raiden y si algo nos pasa te pido que ayudes a Fujin y a Sonya a proteger mi reino- le dije e inmediatamente corrí al interior del palacio, llegue a la primer salón y ahí estaba Raiden combatiendo contra Scorpion y el guerrero de la armadura, rápidamente me teletransporte cerca de Scorpion y lo inmovilice en una capsula acuosa y lo lance fuera del salón, después note que Raiden estaba inconsciente en el suelo y el guerrero de la armadura oscura estaba a punto de asesinarlo con su arma, rápidamente con mi poder lancé varios ataques a su dirección, luego corrí y lo golpee en el rostro dañando un poco su casco y logre quitarle su arma, la cual use para golpearlo y dejarlo inconsciente; me acerque a Raiden y con mi poder lo levante y nos dirigimos a otro salón, bloquee la entrada y deje a Raiden en el piso, me acerque a él y note que no tenía signos de que estuviera respirando, rápidamente me acerque a su pecho y escuche que su corazón latía muy poco y su respiración era muy débil, decidida realice el mismo conjuro que hice con Ermac y le di un poco de mi poder, pero él no respondía; afligida y con unas pocas lágrimas en mis ojos me acerque a su oído y comencé a susúrrale "!POR FAVOR RAIDEN, NO ME HAGAS ESTO, NO PUEDES ABANDONARME, TE NECESITO, NO PUEDO PERDERTE DE NUEVO, NO A TI, POR FAVOR, NECESITO QUE VUELVAS CONMIGO, PROMETISTE QUE ME AYUDARÍAS A PROTEGER AL REINO, TU... prometiste que ibas a protegerme, que no me abandonarías, yo...-.
La barrera que coloque en la puerta del salón había sido derribada por Scorpion quien furioso entro y le acompañaba un fuerte halo de fuego alrededor de su cuerpo. Limpie mi rostro e inmediatamente me aleje de Raiden, lance el primer ataque pero Scorpion logro esquivarlo y rápidamente lanzo su kunai en mi dirección, este se clavó en mi hombro izquierdo causándome mucho daño y tiro de vuelta jalándome a mí también, luche por quitarme su arma de mi hombro severamente lastimado pero logro arrastrarme hasta el, me levanto y golpeo mi estómago repetidas veces, luego de una patada en i pecho logro zafarme de su kunai y me lanzo algo lejos; Molesta y con mi herida sangrando me levante y lance varios ataques a su dirección y rápidamente me teletransporte a sus espaldas, lo golpee en la nuca y patee su espalda y lo inmovilice para que recibiera mis ataques, sin embargo no lo debilito mucho y me pateo el abdomen y me quemo por completo luego me lanzo una bola de fuego logrando así lanzarme lejos y haciéndome chocar con una de las paredes del salón. Debilitada y tomando con fuerza mi herida en el hombro me levante sosteniéndome de la pared y lo mire furiosa, tratando de ocultar lo agotada que me sentía. Él se acercó peligrosamente y tomo de nuevo su kunai, la cubrió de fuego y dispuesto a darme el último golpe pero una serie de truenos cubrieron su cuerpo haciendo que este se sacudiera de manera violenta. Scorpion cayó al piso inconsciente y note que a sus espaldas estaba Raiden respirando muy agitado, sentí muy pocas fuerzas en mis piernas y cai de rodillas, Raiden se acercó rápidamente a mí y con sus poderes trato de sanar mi herida pero lo detuve. -necesito que guardes tus fuerzas, tenemos que detener a Shang su y a Quan chi a como dé lugar, no podemos permitir que sigan robando almas y que revivan el ejercito de Onaga-, - No, Anika necesito que tu vuelvas con nuestros aliados, estas muy herida y no quiero que nada malo te pase-, mire con tristeza a Raiden, no quería dejarlo a que se enfrentara el solo a la alianza mortal, mire a sus espaldas y Raiden se dio la vuelta, notando como Scorpion se había levantado de nuevo, grito con furia y nos lanzo de nuevo su kunai, me limite a cerrar los ojos mientras sentía como Raiden me cubría con su cuerpo, dispuesto a recibir el golpe, sin embargo pasaron unos segundos y abrí los ojos, me solté del agarre de Raiden y ambos notamos que Sub Zero había congelado a Scorpion. Raiden tomo mi rostro entre sus manos y me miró fijamente, -por favor Raiden, no me obligues a irme, no me perdonaría nunca abandonarte- le suplique mientras ponía mi mano sobre la suya, el solo negó y me soltó, llamo a Sub zero y este se acercó, me cargo en sus hombros y con un poco de su poder congelo mi herida, mire a mi amado y comencé a negar, pero el solo se limitó a besar mi frente y pedirle al lin kuey que me llevara lejos de ahí.
-¡NOOO, POR FAVOR Raiden, te asesinaran, no puedes ir tu solo!-, -¡Tienes que irte, yo estaré bien, es la única oportunidad que aún tenemos para detener esto!-, -¡NO! No pienso dejarte aquí, me necesitas, no quiero perderte, por favor, ambos podemos detenerlos juntos-... pero mis gritos fueron en vano, a causa del poder que le di y mi herida sentí como mi cuerpo y mi poder se desvanecían.
-Sub zero... suéltame por favor, necesito ayudarle, es lo único que me queda, no dejaré que me detengas-, -lady Anika, está muy débil, tengo que llevarla con los demás aliados y protegerla, si no lo hago todos podríamos perecer- me respondió Sub zero mientras nos alejábamos cada vez más del palacio, camino cargándome un largo sendero que nos conducía a una pequeña meseta, ahí estaban los de más sobrevivientes, furiosa y débil, enfoque mi mirada a la entrada del palacio de Onaga y una visión más volvió a mí, se trataba de Onaga, se levantaba de un edificio en ruinas y traía en sus manos el amuleto de Shinnok y todos los Kamidogus. Cuando salí del trance de mi visión todos me miraban sorprendidos, agitada, me levante como pude y trate de teletransportarme lo más cerca que pude al templo, evitando que mis aliados me detuvieran, logre estar un kilómetro cerca y mis temores crecieron al ver como Onaga, el rey dragón estaba terminando de entrar a su palacio. Comencé a caminar lo más rápido que pude, pero por mí herida en el hombro me costaba bastante, estaba perdiendo bastante sangre y ya no tenía energía para volver a teletransportarme. Fue cuando sentí que algo dentro de mí tomaba mi corazón y lo estrujaba, me detuve y coloque mi mano en mi pecho, era un sentimiento de temor mezclado con tristeza, fue cuando cerré los ojos y sentí como una lagrima bajaba por mi mejilla y cuando pude abrir mis ojos un estruendo invadió todo el lugar, dejándome un poco sorda y luego una enorme nube de polvo y energía salió del palacio y genero una enorme explosión.
Mire a mi alrededor, todo el lugar está desolado, el polvo acumulado poraquella explosión limitaba mi vista, me acerque a las ruinas y pude notar unafigura a lo lejos, de gran tamaño, poseía como unas alas enormes y teníagarras, no podía creerlo, él estaba de vuelta...
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Creanme que estoy llorando en este momento, Slenderjane se paso de lanza ahora si, pero bueno aquí esta el capitulo, agradezco mucho su espera y pues espero les haya gustado y tengamos paciencia para el siguiente porque estos que se viene son muy difíciles.
Necesitamos de sus comentarios, votos y mas que nada sus criticas para ver que es lo que si les esta gustando y que es lo que no.
Nos vemos la próxima y que los dioses antiguos les protejan.
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