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No tenía idea de lo que pasaba a mi alrededor. Me sentía algo nerviosa, ya que había pocas personas en un lugar enorme y llena de mesas.
La mayoría eran mujeres y algún que otro hombre. Pero algo de lo que me llamaba la atención es que las personas eran atractivas; jóvenes de veinti tantos años, probablemente recién cumplidos la mayoría de edad.
El lugar lleno de luces neón, pero estaban apagadas y luces normales iluminaban todo el lugar. En algunas partes habían tubos para bailar y un enorme escenario con dos tubos.
Definitivamente estaba en un lugar para adultos.
Las personas que estaban ahí hablaban animadas entre ellos. Otros muchos por curiosidad miraban el restaurante por encima, sin llegar a tocar algo. No había nadie, y lo único que habia que llamaba increíblemente la atención era un enorme hombre semi-oculto en una de las paredes del recinto. Parecía apagado, pero cuando lo mire fijamente comenzó a moverse y me saludó con una de sus enormes manos.
⸻Es enorme, ¿verdad?
Salté en mi lugar y con el corazón en la mano me giré a ver a Nora, quien me sonreía animadamente mientras saludaba al enorme robot.
⸻S-Si...⸻Le respondí sin saber que más decir.
Me había asustado, pues ni siquiera sentí el momento en que se colocó a mi lado. Me perturba el hecho de que sea silenciosa Nora.
Esperen. ¿Nora está aquí?
⸻¿Cómo te fue? ⸻Le solté más curiosa y un poco calmada.
⸻No lo sé, la señorita Vela me mandó aquí también. ⸻La chica se encogió de brazos y miraba el lugar con fascinación en sus ojos.
Ver a Nora es como ver a una niña incorporarse por primera vez en le mundo adulto, porque estábamos en uno. Se veía muy jóven, casi que una niña adolescente "inocente".
En estos tiempos mantener adolescentes con inocencia es como pedirle a un niño que odie los dulces. Es decir, imposible.
⸻¿Cómo conociste el lugar? ⸻Pregunté sentandome en una de las sillas que estaba cerca de mí. Mirando cualquier lugar menos el gigante robot.
Nora nota mi curiosidad sobre ella, pues se termina girando a mi dirección y me sonríe dulcemente para sentarse en frente de mí.
⸻Mi prometido es el gerente de ventas.
No supe ni que cara hice porque la carcajada de Nora me deja avergonzada. Podía sentir calor en mis mejillas y con disimulo cubrí mi rostro con mis manos intentando apaciguar los nervios.
⸻L-Lo siento...⸻Me disculpe sintiéndome fatal por no haber podido disimular.
Nora limpió una lágrima de las risas que le dí. Finalmente se aclaró la garganta y con gentileza sonrió.
⸻Está bien, no te preocupes. ⸻Soltó una mini risa y me volvió a ver. ⸻No eres la primera con esa expresión, aunque si fue muy divertido.
Tragué saliva aún más avergonzada; ¿Realmente no puedo disimular? Quiero tragarme la idea que probablemente si lo hice, pero mi pánico fue el que delató mis intenciones.
Aunque me quedé con la intriga. ¿A quién más le habrá dicho? Y no sólo eso, ¿quién es el gerente de ventas?; en todo caso con disimulo (lo poco que aún podía disimular) miraba atenta a Nora.
Una chica simpática, dulce por su personalidad y bastante paciente por lo que se le ve. Y su juventud le hace aún más hermosa. La envidiaba un poco por su belleza, aunque parecía bastante tímida en algunas situaciones.
El sonido de uno micrófono siendo conectado, al escenario más cercano a nosostros nos hizo mirar a ese lugar.
Nora y yo nos levantamos, fuimos caminando junto con todos los aspirantes a camareros para estar frente al escenario. Y ahí vimos a dos personas: un hombre y una mujer.
⸻El que va hablar es mi prometido. ⸻Me murmuró Nora.
Podía notar un brillo de admiración, y de no ser porque me acaba de informar que el hombre que va hablar es su futuro esposo, creo que hubiera pensado que lo miraba con ciertas intenciones; aquel hombre era alto y bastante elegante con su uniforme de camarero. Un hombre muy formal y con semblante serio, sus ojos azules le daban una intencidad abrumadora a su mirada, y su cabello oscuro le daba un toque de ser hombre un tanto "especial".
⸻Bienvenidos a todos. ⸻Habló firme, pasando sus ojos en todos dejándolos unos segundos en Nora. ⸻Sean todos motivados por nuestra presencia, pues es el significado de que han sido contratados para este puesto tan deseado.
Jadeos de sorpresa y admiración por sus palabras fueron lo suficiente para que aquel hombre aclarara su garganta y verlos con un rostro duro; me sentí como niña al escuchar por primera vez que entre a la universidad, la noticia de que había sido aceptada. Mi pecho se presionó y luego salió disparado mi corazón de la exaltación de aquel aviso.
⸻Pero no se emocionen. Estarán en una semana de capacitación, hasta que el jefe y gerente del restaurante acepte su estadía. Cabe aclarar que yo soy el jefe en cocina, Henry y la señorita aquí es la secretaria de mi persona y del gerente, la licenciada Vela.
La señora que nos había dado la entrevista, dio únicamente un paso adelante, quedando al lado del hombre. Podíamos ver la superioridad con la que nos miraba, siendo una mirada de asco y prepotencia.
⸻En este día no se encontrarán con el Gerente, pero pasaran al recorrido de mi cocina. Se les avisará como trabajarán ustedes y si es posible, se les mostrará dónde será su lugar de descanso junto con un pequeño vistazo a su futuro uniforme.
Tragué grueso.
¿Cómo demonios había logrado que me aceptarán? Ni siquiera había hecho algo parecido, menos que tenía paciencia para servicio al cliente. Mis manos comenzaron a sudar y mi frente soltaba gotas de sudor que resbalan a los laterales de mi rostro hasta caer (probablemente) al suelo.
No estaba para nada lista para esto. ¡Creí que me llamarian o algo! Jamás imaginé que nos pondrían aprueba en el mismo día de la entrevista. ¿Si quiera eso es posible?
«T/N...»
Inmediatamente me giré a Nora, quien tenía una mirada enamorada. Casi notando corazones en sus ojos y otros muchas más grandes saliendo de su cabeza.
⸻Es tan guapo...⸻Susurró.
Me quise reír de lo notablemente enamorada que estaba, pero supondría para mí que me burlaba de ella, así que me mantuve al margen tomándola de su codo y guiarla a la cocina entre las mesas y sillas.
⸻Luego le dices que lo amas, ⸻Respondí con una sonrisa enternecida. ⸻pero ahora debemos escuchar sus indicaciones en su cocina.
Al principio sus pies se habían pegado al suelo, solo para que sus ojos estuvieran en la figura de Henry. Pero al darse cuenta que él comenzó a caminar a su cocina, los demás comenzaron a seguirlo de cerca.
⸻¡Oh! Pero si sus reglas me las sé de memoria.
Nora tomo mi mano, anganchando nuestros brazos para ir juntas caminando hasta el final del mediano grupo.
Es su futuro esposo, es más que obvio que lo conoce. Debe conocer su forma de trabajar, su actitud fuera de la cocina y dentro de la misma. Incluso puedo decir que antes de esto, él mismo le ha de haber dicho sus reglas de ante mano. Se consideraba trampa, sí. Pero eso a ella le daba ventaja de no meterse en problemas y es posible que sea yo la que esté a su suerte junto con todos los demás.
⸻No diré nada ante eso. ⸻Me sincere, pues sabía muy bien que si decía algo me iría de la patada.
⸻No te preocupes. Te ayudaré con esto. ⸻Tomó de la mano cuál madre tranquilizando a su hija. ⸻Pero es mejor que te cuente más cuando él haya dado las reglas oficiales.
Curiosa, me giré a verla. Su rostro dulce mantenía la sonrisa carismática con la que se me acercó, manteniendo en sus ojos un brillo inexplicable.
⸻¿Hay más reglas?
⸻Eso te lo diré si él las dice.
Fue todo lo que salió de sus labios con tono tan natural que no supe si tomarmelo para bien o para mal.
Estaba un poco asustada por el hecho de que el hombre se veía bastante autoritario, y la mujer a su lado menos daba la confianza. Todos aquí (los nuevos y futuros empleados) hablaban de ella. Se podía escuchar los murmullos de todos, siendo más hombres que mujeres, mencionar que Vela era una mujer prepotente y muy altanera.
No me iba a poner discutir por ello, y menos defender algo (por lo que se ve que así es), indefendible.
Nora hasta ahora demostraba que es una chica bastante paciente y muy amable. Su juventud parece que tampoco la detendrá, y su futuro matrimonio se veía que properaria por la dulzura que emana la mujer. ¿Qué acaso está mujer nació para esto?; la miré mejor. Su rostro está iluminado, sus labios curvados ligeramente hacia arriba dando una agradable y gentil sonrisa a quien sea que le quedaba viendo.
Era como si está mujer fuera imperturbable.
Las reglas que daba Henry hasta el momento sonaban sencillas y fáciles de acatar. Pero sabíamos muy bien que era imposible que fuera así de sencillo.
⸻Nora...⸻Llamé a la mujer a mi lado, tocando su brazo con mi codo suavemente.
⸻Tu sigue haciendo lo que haces. Y no te distraigas.
Ambas susurramos, para evitar endiscordio a las personas que prestaban atención a como debía llevar los platos.
Había platillos enormes, pero los que más se veían eran platillos pequeños con porciones aún más pequeños. Los "úunicos" platillos que eran considerablemente decentes eran las cremas y sopas que estaban en la cartilla.
El chef Henry nos indicaba como se debía llevar algunos platos para evitar moverlos y no estropear su decoración. Algo sumamente importante para este restaurante era su presentación y sabor, por lo que estábamos obligados hacerlo aunque no quisiéramos.
⸻¿Han entendido? ¿Alguna otra duda?
Nora levantó la mano, asumiendo un semblante serio y concentrado.
⸻Las bebidas, ¿Se buscan en la cocina o en las barras?
Henry chasqueo los dedos, señalando la y pasando sus ojos por todos nosotros invitándonos a presta aún más atención.
⸻Esa una muy buena pregunta. ⸻Dejó de señalarla y sus manos las pasó a su espalda viéndonos con ojos autoritarios. ⸻La barra y la cocina son dos cosas diferentes. ⸻Henry tomo un menú que estaba cerca de él y lo abrí mostrando ante nosotros el apartado de bebidas. ⸻Aquí solamente hay licuados, cerveza, y gaseosas. Mucho alcohol no hay, ¿verdad?
⸻Si, chef. ⸻Respondimos todos.
⸻Si el comenzal quiere de nuestra cocina lo que hay en la cartilla lo buscan aquí. Si quiere otra cosa que NO están en la cocina lo buscan en la barra. ¿Me di a comprender?
⸻Si, chef.
Henry asintió, pasando sus ojos a cada uno de nosotros, deteniéndose en la mujer que estaba a su lado, hablando bajito con ella, dónde se veía la desconformidad en ella y ver sus labios fruncirse.
Todos estábamos impacientes por qué estaba pasando ante nuestros ojos, pero no pasó mucho cuando Vela se fue de la cocina casi que a pizotones.
⸻Muy bien. ¿Alguna otra pregunta? ⸻Aquella actitud extraña nos desconcertó, por lo que Henry se cruzó de brazos esperando impaciente a que alguno de nosotros abriera la boca. ⸻Quiero decirles que aquí no se va a tolerar una falta. En mi cocina se respeta mis reglas y mis cosas. El próximo que esté más metido con lo que hable con otra persona, tengan por seguro que será la última semana en la que van a trabajar. Ahora repito, ¿Alguna otra pregunta?
En esta ocasión levanté levemente la mano.
⸻¿Habrá meseros en la barra o todos trabajaremos con las dos cosas? Me refiero cocina y barra.
Henry asintió y me miró fijamente, sintiéndome cohibida por todas las miradas sobre mi. ¿Fue muy estúpida mi pregunta? Tragué saliva disimuladamente.
⸻Por lo que sé, la mitad de ustedes trabajará como mis meseros y la otra mitad con la barra. Y si todo sale bien, no se rotarán los puestos.
⸻¿A qué se refiere con rotar puestos? ⸻Habló otra persona, llamando la atención del hombre frente a nosotros.
⸻Que si la mitad trabaja conmigo, se rotaría a la barra, y los que trabajan en la barra trabajarían conmigo.
⸻¿Hay algún encargado en específico en la barra? ¿Un gerente o algo? ⸻Volví a preguntar.
⸻El jefe y gerente del restaurante se encarga de eso. Mañana lo conocerán, por ahora está indispuesto para sus exámenes.
Una vez todo aclarado (o al menos lo que el señor Henry podía aclararnos), comenzamos hacer las pruebas para la aprobación.
Henry había dicho que si alguno le convencía iba a trabajar con él, y el que no, que resaramos a probar suerte con el jefe, pues nos había explicado que, hasta el momento, era más estricto que él.
Claramente eso no nos alentó en absoluto, por lo que pusimos todo nuestro empeño en hacerlo lo mejor posible, y hasta el momento los únicos “decente” iba siendo Nora y otro chico.
Por mi parte quería pasar, y a la vez no. Era la primera vez que hacía algo de este estilo y con el grado de complejidad que pedían.
Pasé mi lengua por mis labios, sintiendolos rececos por los nervios.
⸻Suerte. ⸻Susurró Nora.
Era mi turno, y según lo que pude ver en los fallos de los demás intenté hacerlo mejor.
⸻Postura recta... ⸻Menciona Henry entre murmuros, aceptando de buena manera mis movimientos. ⸻Manos a la altura del hombro...
Estaba incómoda, pues todas las miradas iban directas a mi, y aunque evitaba verlos, se me hacía imposible y era peor al sentir la mirada penetrante de aquel hombre grande colocado encima de un enorme escenario.
Me mantuve firme, pero por dentro quería dejar todo y salir corriendo. Pero sabía que una oportunidad de este estilo es difícil de encontrar, no debía rendirme tan fácil.
Tomé una bocanada de aire disimuladamente, caminando con gracia hacia una de las mesas vacías que nos había indicado Henry que estaría los “comenzales”, que por supuesto, eran invisibles.
Mis dos manos ocupadas con charolas de plata y platos vacíos, dispuestos hacer entregados. Y aunque estaban vacíos eran pesados.
Bajé una charola a la mesa con cuidado, sacando uno por uno los platos y repetir lo mismo con la otra charola en otra mesa.
Luego me retire de forma elegante y discreta.
⸻Pues no estuvo tan mal. ⸻Habló Henry poniendo una mano en su barbilla, pasando sus dedos en su barba corta. ⸻Creo que también te quedarás conmigo.
Sonreí en mis adentros.
⸻Gracias, chef.
Henry asintió y dejo su barba tranquila para seguí viendo a todos y anotando cosas en unos papeles.
Lo más curioso es que Vela, ya no se volvió a ver más durante el día.
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