La Decisión de Lucy
Una semana ha pasado desde aquella visita inesperada, una semana en la cual a Natsu y Lucy la vida les dio un giro enorme.
Se encontraban en el gimnasio despidiendose de Sting y Rogue, ya que se deben marchar a San Francisco para encontrarse con Igneel.
Lucy: ¿Rogue, te puedo decir algo en confianza?
Rogue: Dime, pequeña, ya sabes que no diré nada.
Lucy: Tengo miedo...
Rogue: ¿De qué hablas?
Lucy: Rogue, ¿tú crees que merezco estar con alguién como Natsu? Él es hijo de uno de los empresarios más poderosos de California.
Rogue: ¿Pero Lucy? Si él te eligió como su pareja, no veo por que tienes miedo.
Lucy: Me temo que no estoy a su altura.
Rogue: ¡Vamos Lucy! A Natsu no lo importa eso, se le nota que esta loco por tí.
Lucy: Y yo también lo amo... Gracias por escucharme.
Luego de la visita, la pareja se dirigio al aeropuerto para hacer el corto vuelo hacia San Francisco, en donde Igneel estaría esperando por ellos.
Natsu: Sé que mi padre te va a querer.
Lucy: Eso mismo espero.
La rubia tenía un mal presentimiento, aunque sabía que los sentimientos de Natsu eran sinceros, ella no sabía en cuanto a la familia.
Al llegar a la ciudad, ella se sorprendio que no hicierán el mismo proceso como las demás personas en el aeropuerto sino que estubiera un grupo de seguridad aguardando por ellos, que de inmediato alguién ya tenía su equipaje listo y que un auto estubiera esperando por ellos en la pista.
Zeref: Ese es papá...
La rubia vio a un hombre de alta constitución salir del auto, su aspecto era serio. Se notaba que las cosas se hacían a su modo y ahora entiende por que Natsu no pudo negarse al matrimonio.
Natsu: ¿Estás lista?
Ella solo lo miró con ojos de preocupación pero él alzo sus manos entrelazadas y estampó un beso en el dorso de su mano.
Natsu: Todo saldrá bien...
Zeref hizo las presentaciones correspondientes e Igneel y Natsu se abrazarón, simbolizando la reconciliación familiar.
Igneel: Lo siento mucho, hijo.
Natsu: No te preocupes, papá. Gracias a esto pude conocer a Lucy.
La rubia estaba juntó a Zeref cuando el pelirosa la tomó de nuevo de la mano para presentarla como su novia.
Lucy: Mucho gusto, Sr. Dragneel.
Igneel: El gusto es mío. Muchas gracias por cuidar de mi hijo.
Aunque la primera impresión no estubo del todo mal, el progenitor de los Dragneel tenía sus dudas con respecto a la rubia. Él no quería que se aprovecharán de su hijo, otra vez.
Natsu y Lucy se fuerón a un apartamento en uno de los complejos más lujosos de la ciudad. Cada día que pasaba la rubia se daba cuenta que la alta sociedad era de los más temible.
Natsu: Iremos al baile de los Vastia esta noche, ¿quieres ir de compras?
Lucy: Pero cariño, ya tengo como 5 vestidos nuevos, puedo usar uno de esos.
Natsu: Ya los usaste en otras ocaciones, mereces otro.
La rubia sabía que él hacía eso para que no hablarán de ella en esos eventos sociales pero de todos modos esa gente ya la criticaban por haber cazado a uno de los solteros codiciados de la alta sociedad. Una vez hasta escucho que la llamaban "La segunda Jenny"
A pesar de todo, ella siguió aplicando a universidades, los cuales ahora por su conección con los Dragneel, la invitaban a formar parte de sus complejos educativos. Es cierto, era genial tener la facilidad de escoger que institución asistir pero ella quería hacerlo por sus meritos.
En esa noche de fiesta, la gente la observaba como un bicho raro. El problema, que la creen una cazafortunas e incluso ha llegado a creer que su suegro piensa lo mismo.
Natsu: ¿Te sientes bien?
Lucy: No, quiero ir a casa.
El pelirosa con lo complaciente que era con ella, se despidio del anfitrión y se fuerón. La rubia parecía frustrada pero su novio intentaba siempre hacerla sentir bien.
Al llegar a su apartamento, él de inmediato la cargo hacia la cama.
Natsu: ¿Ya te había dicho que te ves hermosa en ese vestido azul?
Esos erán los momentos en los cuales la rubia se sentía amada, era ahí cuando no le importaba lo que hablarán de ella, por que él era el único que la hacía sentir especial.
Lucy: ¿Ya te había dicho lo guapo que te miras de traje?
Sus labios se juntarón, poco a poco la ropa voló por algún lado de la habitación e hicierón el amor. Al terminar, ellos se quedaban hablando hasta que uno de los dos se quedará dormido.
A la mañana siguiente, el pelirosa se desperto antes que ella, él debía realizar una llamada telefónica urgente.
Jude: ¿Natsu?
Natsu: Sr. Heartfilia, ¿recibió mi correo con las indicaciones para el viaje?
Jude: Claro que si, Layla y yo no tenemos como agradecerle por arreglar esta reunión con nuestra hija.
Natsu: Por eso no se preocupe, lo hago por la felicidad de Lucy. Sé que ella los extraña mucho.
Jude: Y nosotros a ella.
Natsu: Entonces, los veré en una semana aquí.
Jude: Así será.
Natsu estaba muy feliz de poder reunir a Lucy con sus padres. En el día del encuentro le pediría matrimonio, tenía el anillo listo y no dejaba de contemplarlo cada vez que podía.
Lucy: Te levantaste temprano...
Natsu: Tengo un negocio importante, cariño.
Lucy: Ok.
Natsu: ¿Te pasa algo?
Lucy: Es que extraño mi antigua vida; ya sabes, trabajar y a mis amigos.
Natsu: Pero no necesitas trabajar, me tienes a mí.
Lucy: Lo sé pero siempre he trabajado. No me siento bien estando en el apartamento todo el día. No quiero parecer una mantenida.
El pelirosa pudo ver la tristeza en los ojos de su novia, eso le partió el corazón. Aunque, se verá mal que ella trabaje cuando él puede darle una vida cómoda.
Natsu: ¿Qué te parece ir y ayudar en alguna fundación?
Lucy: ¿En serio? Si, yo puedo ayudar en lo que sea, lo único que quiero es mantenerme ocupada.
Natsu: Pero si empezarás la universidad pronto, pasarás muy ocupada con eso.
Lucy: Si pero también quiero te quiero ayudar, no sé aunque sea con comprar la comida o algo así.
Natsu: Esta bien, hablaré con Gray para que te deje trabajar en la fundación de rescate animal que tiene.
La rubia saltó sobre él para besarlo. A pesar de todo, él quería complacerla.
Pasarón los días y el humor de la rubia había mejorado mucho, a pesar que siempre la criticaban. Después de una satisfactoria jornada en el refugio, ella iba muy alegre al apartamento para decirle a Natsu que había sido aceptada en la universidad estatal, eso la enorgullecía por que lo había logrado por sus propios méritos.
Al llegar a su apartamento, se quedo inmóvil en la puerta al escuchar una discusión. Era Natsu hablando con su padre.
Igneel: ¡No entiendo por que si sales de una te metes con otra. De seguro, al saber tu apellido hizo lo posible para embobarte!
Natsu: ¡Tú me obligaste a casarme, en cambio Lucy y yo estamos juntos por que nos amamos, ¿acaso no puedes ver la diferencia?
Igneel: Natsu te quiero proteger, no quiero cometer el mismo erros dos veces, ¿no entiendes? Esa niña ha trabajado en unos lugares de mala muerte en Nevada.
Natsu: ¡Maldición, eso lo sé! Yo sé todo ella, como ella sabe todo de mí.
Igneel: No creo que sepas que perdió un bebé y que su ex fuera un traficante de drogas...
La rubia se quedo sin aliento, eso ni ella lo sabía. Bora fue a la cárcel por casí matarla pero ¿traficante de drogas? Ahora tenía sentido el ataque, Bora tenía deudas y esa gente se quería cobrar con ella.
Natsu: ¡Eso no me importa, Lucy ha hecho lo posible para enmendar su pasado!
Igneel: Quiero verte cuando me digas que tenía razón, que esa mujer se esta aprovechando de tí...
Ella lo sabía, jamás iba a encajar en ese mundo. Para detener la discusión entró a la casa como si no hubiera escuchado nada.
Natsu: ¡Lucy!
Lucy: Buenas noches, Sr. Dragneel que agradable que nos visite. ¿Ya comierón? Puedo prepararles algo, solo dejen que guarde mis cosas y me ponga cómoda.
Igneel: No es necesario, debo irme.
Él se marcho dejando a la pareja solos. El pelirosa aún estaba molesto pero al ver a su novia, la ira comenzo a irse.
Natsu: ¿Cómo te fue, cariño?
Lucy: ¡Muy bien, logramos hacer muchas adopciones!
Natsu: Me alegro mucho... ¿Quieres salir a comer?
Lucy: Prefiero cocinarte... ¿Quieres algo específico?
Natsu: Te quiero a tí...
Ella sonrió, le encantaba que Natsu se le insinuara así pero a pesar de aparentar que todo estaba bien, la rubia sabía perfectamente que a él le dolía llevarle la contraria a su padre.
Ella se encargó de hacer el amor de una manera especial y única, como quizas nunca lo había hecho en su vida. Cuando ya sus cuerpos no soportarón más, el pelirosa se rindió en un sueño profundo.
Pero la rubia, escribio una carta, tomó sus pocas cosas y se marchó con un dolor en su pecho insoportable. Debía dejar al amor de su vida por su bien, por que ella estaba cansada de que su familia lo molestara por tener a una chica de "su clase" a su lado, cansada de que la tratarán como cazafortuna, cansada de hacer a Natsu elegir sobre su familia y ella. Por la paz de la familia Dragneel, ella se marchaba para siempre.
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