Capítulo 3

Naruto caminaba por la aldea con cuidado de no ser visto, algo llamó su atención -es un asesino, mató a todo su clan - escuchaba atentamente -¿Itachi-kun?, no puedo creerlo- la señora confirmó - nada de Itachi-kun, es un asesino, después de cometer el crimen huyó de la aldea, dejó a su hermanito vivo, piensan que sobrevivió al ataque porque se escondió, no sé bien los detalles -Naruto tenía muy abiertos los ojos, recordaba como la madre del anbu lo había llamado Itachi-kun, lágrimas comenzaron a salir de sus grandes gemas, negaba con insistencia mientras corría lejos de ahí hacia su departamento. El pequeño no podía aceptar que ese ser lleno de luz que lo había ayudado tanto y lo había tratado como ser humano, fuera lo que la aldea decía, esos bastardos se equivocaban, recordaba cómo él vio el ataque que el Uchiha sufrió y la conversación con su amigo antes de que se tirara del barranco y le entregara su ojo.

El pequeño sorbía su nariz e hipaba mientras se escondía en su departamento, se acostó en su cama, comenzó a llorar con tristeza recordando sus ojos llenos de bondad y cariño, dijeran lo que dijeran para él, Itachi era un ser hermoso y nada, ni nadie lo haría cambiar de parecer.

Cuando logró tranquilizarse un poco, después de horas de llorar y sentirse solo ahora que el anbu no estaba en la aldea, bajó un poco su cobija pensando con más claridad, giró sus ojos a su mesita donde siempre le dejaba algún regalito el Uchiha, ya sea comida o dulces, ahí vio algo con sorpresa, sus ojos se abrieron demasiado, retiró su cobija con velocidad, se sentó tomando con cariño la cajita con pokis de su mesita de noche, sonrió con cariño. No, Itachi no era lo que el resto pensaba, era un ser hermoso y bondadoso, seguramente existió algún motivo detrás de toda esa masacre, pensaba el pequeño limpiando sus ojos, sacó un poki, se lo comió con una sonrisa renovada, esos comentarios de la gente lo habían fastidiado, no dejaría que nadie hablara mal de ese hermoso ángel tan tranquilamente sin recibir un pago.

….

Una hola de bromas y vandalismo se desató en la aldea, locales pintados, ropa rota en las calles, lodo en los restaurantes. Diario había quejas en el escritorio del Hokage, nadie sabía quién o porqué lo hacían. El pequeño cada vez que escuchaba que alguien se refería a su hermoso ángel su rostro ardía  en puro coraje, por la noche iba y se desquitaba de cualquiera que lo hubiera difamado, no le importaba que lo atraparan, pero tampoco era idiota, había aprendido a huir de los bastardos cómo él los llamaba.

…..

Años después

-Es un asesino Kakashi, no existió otro motivo más que sus ganas de superar a su familia, el mismo Sasuke lo dijo, sé que era tu kohai, pero no hay un motivo, simplemente lo hizo - Kakashi siempre había dudado de la situación de Itachi, por años había sido insistente, veía con duda todo con respecto a la masacre, no le quedaba más que aceptar lo que su kage decía -bien Hokage-sama, creo que alguien lo busca -un pequeño rubio de catorce años entró por la puerta de la oficina, había escuchado todo, no le había parecido en lo absoluto las palabras del kage. Las bromas habían terminado con respecto al tema de Itachi, Naruto se vengaba haciendo fechorías ahora. Cuando el menor entró, vio con recelo al anciano, nunca había escuchado a su abuelo hablar de su ángel, apretó sus puños con disimulo, fingió una sonrisa como siempre lo hacía -jiji, vengo por mi mesada - el rubio vio de lado al peliplata recordando su chakra cálido y su cabello, era de los anbus que lo salvaban cuando era pequeño, sonrió ligeramente hacia el mayor - Inu-san - el shinobi y el Hokage abrieron sus ojos con sorpresa - ¿cómo?- el rubio no era estúpido, estos años había aprendido a vivir sin la ayuda de los anbus, no permitiría que nadie más lo salvara, nadie tomaría el lugar de su ángel, pensó rápidamente, no quería que supieran que podía sentir el chakra, años después se dio cuenta que podía hacerlo, recordando la calidez que el chakra de Itachi le daba - tu cabello - ambos se compraron la mentira. Hiruzen sonrió levemente- toma Naruto-kun - el anciano le entregó un sobre que sacó de su cajón.

Kakashi observaba al pequeño con cuidado, ésta vez su sonrisa no llegaba a sus ojos como siempre le sonreía al Hokage, estaba molesto por algo -nos vemos después jiji - el Hokage veía cuidadosamente al pequeño - está molesto -Kakashi asintió - el anciano respiró hondo - me ha pedido ayuda con su jutsu de clonación, pero el consejo me prohibió ofrecerle cualquier tipo de ayuda, dijeron que debo ser imparcial -Kakashi confirmó - no puedo ayudarlo, no quiere esforzarse en la escuela, le molesta tener que ir, prefiere hacer travesuras y de esa manera llamar la atención - Kakashi analizaba sus palabras recordando a su amigo Obito de la infancia.

El pequeño salió de la oficina, había escuchado eso último - idiotas -el rubio salió disparado a su escondite, sacó sus pinturas, el viejito tendría su lección, no podía pasarse o así lo detendrían, corrió con velocidad. A plena luz del día pintarrajeó el rostro Hokage del tercero. Naruto era bastante inteligente, diariamente llegaba a hacer sus deberes y estudiar, pero el maldito Mitzuki siempre lo reprobaba, Iruka ni si quiera cuenta se daba, el informe que le daban al Hokage era de un chico travieso que no le interesaba nada, no era así, sí era difícil, pero estudiaba y cumplía sus labores, sabía que sus exámenes tenían una especie de genjutsu, con su limitado conocimiento por no recibir ayuda extra, no sabía cómo eliminar un genjutsu, su chakra era mucho, le costaba trabajo liberarlos y hacerlos ni mencionarlo.

Diario entrenaba por horas arduamente, había visto a Sasuke hacerlo, trataba de copiar sus movimientos con el shuriken y los kunais. Le tenía un especial rencor al bastardo Uchiha, odiaba su pose de vengador que manejaba, odiaba que ni siquiera hubiera dudado de su hermano, odiaba que él pudo estar más cerca de Itachi, simplemente lo odiaba, la atención que recibía que él no podía tener, las preferencias a las que era sometido, al final tenía que fingir sino quería tener problemas.

Había copiado un poco del taijutsu de Sasuke y de un sujeto en mallas verdes, no era muy bueno, pero diario se esforzaba al máximo, no se quedaría atrás, él se había puesto una meta, volver a ver a su ángel, sabía que era un criminal catalogado como rango s, si quería verlo tenía que ser poderoso. Hace un año arrancó la hoja de un libro bingo de un shinobi descuidado, la atesoraba en sus cosas como algo preciado.

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