Capítulo 1
-No por favor… duele… no… duele- el pequeño veía suelas de zapatos y puñetazo caer en su rostro y en su pequeño cuerpo, colocaba sus manitas para defenderse, pero los bastardos las retiraron, levantando su camisa, girándolo boca abajo- para que no se te olvidé tu lugar, maldito demonio - los gritos y los golpes no dejaban de llegar, un dolor punzante en su espalda comenzó a intensificarse - aaaaaah dueleeeee noooo… por… fa…vor - el pequeño pataleaba y brincaba tratando de zafarse. Un anbu llegó a la escena, defendió al pequeño, pateó al shinobi que estaba usando un kunai para marcar al rubio -quedan arrestados, no se atrevan a moverse o su castigo será peor- un clon del anbu impedía que aldeanos y shinobis escaparan del lugar, los agresores se veían unos a otros con miedo tragando saliva con dificultad.
El anbu lanzó una vengala, su equipo llegó al callejón, esa noche había sido su guardia. Un anbu peliplata cayó a su lado, cuando vio al pequeño lastimado apretó su puño con coraje - esto les costará muy caro, llevémoslos con Ibiki, comadreja, lleva al pequeño a su casa, el hospital no es un lugar seguro para él - el anbu confirmó, con delicadeza cargó al rubio evitando lastimarlo más, corrió con velocidad a su departamento cómo lo ordenaron, sacó su kit de primeros auxilios de su bolsa de herramientas y comenzó a atender sus heridas. Naruto lloraba con dolor, su rostro lleno de tierra mostraba un camino limpió en el recorrido de sus lágrimas - du… due… duele - comadreja trataba de evitar más dolor al niño - ya casi termino, trata de calmarte - el rubio confirmó levemente temblando en su lugar, apretaba las sábanas de su cama con fuerza tratando de aguantar el analgésico y desinfectante. El chakra del kyubi comenzó a salir curando sus heridas, aunque al final había quedado una cicatriz en su costilla derecha, con la palabra demonio. El azabache abrió los ojos con sorpresa observando con impresión como su piel sanaba rápidamente, mordió sus labios con duda.
El mayor pasó las yemas de los dedos por el lugar de la herida, no sabía si aún dolía su cuerpo, principalmente el lugar de la marca -¿te duele aún?- el rubio negó ya más tranquilo, su llanto mermaba, pero sus hipidos y resoplidos aún se mantenían, se hizo bolita sobre su cama - gracias, anbu-san -comadreja se retiró su máscara, el rubio lo observó con cuidado reteniendo el aire por un segundo, sonrió levemente. El anbu quería que el rubio se tranquilizara y confiara un poco en él, el pequeño se veía nervioso y con miedo, fue la única manera que encontró para relajarlo -lamento que tengas que pasar por esto pequeño - el rubio negó un poco. Itachi acomodaba su cabello con cariño, algunos cabellos caían y se pegaban a su rostro por las lágrimas, con cuidado el mayor los retiraba de su rostro y acariciaba usando el dorso de sus dedos su mejilla - ¿te sientes mejor? -Naruto había calmado su respiración, en consecuencia sus hipidos, cerró sus ojos disfrutando del leve tacto de otro humano hacia él, era algo que difícilmente podía disfrutar, sino llevaba de por medio un golpe. El pequeño confirmó abriendo sus gemas azules, observando los onix del mayor quién lo veía con cuidado. Naruto despertaba en él mucha ternura y tristeza, unas ganas enormes de protegerlo del mundo, era tan chiquito y tan solitario, totalmente distinto a su hermano, a pesar de ser buen niño, era bastante caprichoso - no salgas después de las cinco pequeño, esa gente está buscando encontrarte y lastimarte, debes ser más inteligente que ellos -el menor asintió lentamente. Itachi se levantó, colocó su máscara anbu - debo irme - el rubio mordió sus labios, asintió con tristeza dándole la espalda haciéndose bolita en su cama, sintiéndose nuevamente sólo. El azabache lo vio con cuidado, bajó su rostro con frustración, salió del lugar con un gran pesar.
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