¿Eres Tú?

El rubio inició una relación con la chica, su relación no era buena pues aunque el no le había dicho el motivo de el porqué estaba con ella, la chica sentía que aquel hombre de cabellos claros le era indiferente.
Nail obviamente se percataba de la distancia que mantenía Erwin así que por consecuente ideo un plan para que las cosas se apresuraran lo más posible.
Pasaron 10 meses y el rubio seguía sin recibir noticias de el azabache, en esos 10 meses de relación y espera no había logrado enamorarse ni siquiera un poco de aquella mujer, sin embargo creía tener ventaja ya que ahora era libre de el cargo religioso.
Mientras merendaban la chica y el oji azul en pleno silencio logró escucharse como abrían la puerta de el comedor detonando el silencio incómodo, era Nail el cuál con una sonrisa en su rostro se acerco a el rubio y le otorgo un par de anillos relucientes.

-aquí están los anillos-

Dijo simulando no haber visto a Marie, pues sabia que solo así se llevaría a cabo una boda.
El rubio no supo que responder, pues no sabía de que estaba hablando él no había pedido ningunos anillos ni siquiera quería casarse.
Por su lado la chica se emocionó y comenzó a reír.

- ¿me vas a pedir matrimonio?-

Dijo la chica llena de emoción

-¿eh? Yo.... Iré a caminar-

El rubio no sabía que decir, estaba molesto así que salió velozmente de aquella sala, tomo un abrigo y salió de la lujosa casa.
¿porqué me hace esto?
Era lo único que pensaba el oji azul, dentro de sus pensamientos negativos recordó que cuando era niño siempre le animaba charlar con algún conocido.
Tomó rumbo a aquella iglesia, en donde todo había comenzado, al ingresar pudo observar que la iglesia estaba completamente desierta y solo la iluminaban las luces que emergían las pequeñas voladoras, dentro de oscuridad pudo observar una sombra dentro de el confesario.
Se acercó lentamente y se puso de rodillas esperando una respuesta de el padre.

-Ave Maria purísima-

Dijo el hombre dentro de el confesario con una voz fría y demandante.
El rubio al escuchar esa voz tan seria y fría sintió como su piel se helaba mientras que su corazón latía fuertemente, trago saliva y con voz firme respondió.

-sin pecado concedido-

-Dime tus pecados hijo mio-

La piel de el oji azul estaba rizada y su corazón latía con rapidez cada vez mas notoria, quería responder pero sus labios estaban sellados por aquel sentimiento, no sabía que era pero sentía una gran angustia, en tan solo unos segundos el hombre rompió el silencio.

- ¿Hmj? Te espero hijo-

Su voz dejaba mas que evidente que no tenía interes alguno en escuchar la historia que el rubio necesitaba narrar, sin embargo el rubio respondió.

-creo que voy a casarme, pero... No quiero a esa mujer. El amor de mi vida esta muy lejos de mi alcance.
Se que sería pecado el casarme sin amarla pero..

Antes de que pudiese terminar fue interrumpido por la voz de aquel hombre que con serenidad de dijo.

-has hecho cosas peores-

Esto último paralizo a el rubio, se puso de pie y con las manos temblorosas abrió la pequeña puerta de el confesario.
Su piel se lleno de frialdad, sus manos sudaron y sus hermosos ojos azules se cubrieron de las cristalizadas lágrimas al ver el rostro casi invisible por la oscuridad de el hombre. Con voz quebradiza sus labios articularon una pregunta.

-¿Eres tú? -

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