El fin de la línea.
Nail lleno de ira y rencor mando a los mejores hombres de la comarca en busca de los dos amantes, otorgó indicaciones específicas "quería que los llevaran ante él, para así poder vengarse con sus propias manos".
El ejército de hombres impartieron rumbo a la búsqueda de aquellos a quienes llamaban traidores.
Recorrieron cada pueblo vecino, cada calle, los países cercanos; más seguían sin encontrar a los hombres cuyo amor los había llevado a traicionar.
Por su parte en un lugar bastante alejado de esa hermosa ciudad, él ojiazul sabía que posiblemente había hombres encabezados por Nail, los cuales les causarían problemas.
Tenía que pensar en la solución adecuada para dar fin a todo eso.
-Levi... Debo habar contigo. -
Pronuncio el rubio mientras acogía en sus brazos a el dulce azabache, éste dirigió la mirada a el mayor y con voz dulce le pregunto.
-¿Qué sucede? -
-No estamos seguros aquí, mientras nosotros hablamos hay hombres en busca nuestra lo sabes ¿verdad? -
El azabache se limito a ascender con la cabeza mientras mantenía la mirada posada en el hombre de ojos claros, sabia que todo estaba por terminar y que en algún momento ya no podría percibir su aroma, ni quiera podría mirar esos ojos tan hermosos que poseía el rubio.
-¿Que hacemos entonces?.-
pregunto el rubio dispuesto a escuchar alguna sujerencia por parte del ojigris,sin embargo éste solo trago saliva y negó con la cabeza para después tomar la palabra respondiendo.
-aun no lo se-
la noche se hizo día y los rayos de sol entraban por la ventana de aquella cabaña.
El azabache sabía que existía la posibilidad de que aquel cuento de amor el cual habían escrito se encontrará en peligro, sin embargo todo seguía siendo tan perfecto como aquel día... Como el primer día.
El rubio entendió la cafetera, tomo un libro y se sentó frente a la ventana observando a las pocas personas que transitaban por ahí, ¿Porqué era tan difícil amarse? No podía comprender que había sido erróneo.
- ¿Y Si acabamos con esto? -
Dijo entre susurros el rubio con un tono completamente despreocupado, el azabache por su parte decidió solo ascender con la cabeza.
Fue solo cuestión de horas para que aquellos sujetos los encontraran, golpearon la puerta con brutalidad hasta que lograron abrirla.
El rubio aún permanecía en el sofá mientras que el azabache bebía café sentado en las pulidas escaleras.
No pusieron resistencia y simplemente siguieron cada paso de los soldados, entre maltratos e insultos subieron a un tren en el cual pudieron tomar asiento.
- Pase lo que pase, ten siempre en mente que
te amo. -
Dijo el rubio mientras tomaba entre sus manos las pequeñas manos del azabache.
- todo saldrá bien, confío en ti-
Respondió el azabache con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios, el camino era largo y no sabían qué estaba por suceder pero sabían que mientras estuvieran juntos la muerte no era tan mala.
Las agujas del reloj siguieron su curso y el tren avanzaba rápidamente, pasaron algunas horas cuando por fin pararon en una pequeña ciudad.
Bajaron del tren y caminaron hasta un enorme edificio, había muchas personas vestidas elegantemente y de alguna manera les hacía tener más fé en que todo saldría bien.
Ingresaron a una sala en dónde estaban presentes la chica, Nail y otros hombres, también se encontraba ahí el sacerdote Mike y Dot.
-De pie -
exclamó un policía mientras miraba a la puerta, todos se pusieron de pie mientras que entraba el jurado y el juez.
El juez tomo asiento y de esta manera los presentes pudieron hacer lo mismo.
- Mi nombre es Armin Arlet y llevaré a cabo este cargo. -
_¿cargo? ¿no era juicio?_
Se preguntó el azabache mientras dirigía su mirada a el joven de cabellos claros.
-Señor Smith, se le acusa de mantener una relación amorosa con un individuo de su mismo sexo ¿correcto?. -
Dijo el chico de cabellos claros, mientras miraba a el rubio de ojos azules, a lo que éste respondió.
- Así es -
-Rivaille Ackerman, usted es acusado de realizar un fraude económico obteniendo dinero de manera injusta e incluso de huir sin haber llevado a cabo la ceremonia de casamiento ¿correcto?.
-sí... -
respondió el azabache cabizbajo para después dar un suspiro, de alguna manera no le parecía normal la situación ¿cargo? ¿se le acusa? ¿y los abogados?
Simplemente no comprendía lo que estaba sucediendo.
-Señor Nail, usted esta acusando a estos dos individuos de lo ya mencionado ¿correcto?. -
La voz del chico de cabellos claros volvió a resonar interrogante ahora dirigiéndose a él sujeto.
- Efectivamente -
Respondió éste.
Fue un interrogatorio bastante largo, las preguntas cambiaban ocasionalmente.
¿cuándo? ¿correcto? "entiendo", era lo que más pronunciaba el juez.
Pasadas algunas horas y tras escuchar las fétidas declaraciones de Nail el jurado permaneció en silencio absoluto y solo se escuchaba la voz de la chica rubia diciendo.
- Erwin es una buena persona, él estuvo apunto de casarse conmigo pero decidí dejarlo ir con quien de verdad amaba.... Ellos no merecen esto. -
Casi por arte de magia, el jurado comenzó a hablar entre susurros, el juez observo y dibujo una sonrisa ladina en sus labios.
De alguna manera la piel del rubio y del azabache comenzó a estremecerse, sus corazones se aceleraron y ambos vieron como aquel joven de cabellos claros se acercaba a la chica colocando su mano sobre la frente de ésta, acto seguido la chica se desvaneció lentamente.
El rubio aterrorizado por lo que acaba de suceder se puso frente a él azabache para así protegerle.
- Tranquilo señor Smith ella esta bien, ha cumplido su misión aquí. -
Respondió el chico acercándose a Nail e igualmente colocando su mano sobre su frente y de igual manera se desvaneció.
El jurado abandonó la sala en completo orden al igual que Mike y Dot.
El joven se acercó a la pareja y les sonrió cálida mente;lentamente el lugar comenzó a desplomarse de una manera pacífica hasta que solamente quedaba intacto el suelo de aquella sala, de alguna manera el cielo era visible y hermoso.
-Mi nombre es Armin Arlet y estoy aquí para protegerles. -
-¿Qué eres? ¿eres un ángel? -
Preguntó el azabache completamente desconcertado.
-Me han llamado así algunas veces, yo me encargo de conservar el amor que mora en cada uno de ustedes. -
El rubio y el azabache cruzaron miradas por un momento, giraron su cabeza y regresaron la mirada nuevamente a el joven.
El rubio decidió tomar la palabra.
-Entonces tú eres cupi.. -
-¿Cupido? No, yo solo me encargo de mantener asegurado el destino de ambos, todos poseen un hilo rojo el cual esta anudado en sus dedos meñique.
Muchas personas han intentado romperlo así que he venido a protegerle.
Respondió el joven mientras miraba con suma atención a la pareja.
-¿Qué les sucederá a Nail y a los demás? -
Preguntó el azabache, el joven solo sonrió y con voz tenue le respondió mientras caminaba a un extremo de el pequeño suelo.
-Ellos creerán que solo fue un sueño, una pesadilla quizás.-
Cuando termino de hablar apareció una puerta en el centro de la pequeña sala la cual volvía a formarse.
-Fue un gusto conocerles Señores, pero me temo que es hora de irme. -
El joven salió por esa puerta la cuál se desvaneció lentamente. Fue solo cuestión de segundos cuando la gravedad se había visto afectada, las pocas cosas que permanecían en la sala comenzaron a levitar al igual que ellos.
Cerraron los ojos por un momento y pudieron escuchar como sonaban algunas campanas y cascabeles, al abrir los ojos se encontraban nuevamente en aquel mesón.
-¿ha terminado? -
Preguntó el azabache mientras miraba a su alrededor, el rubio dirigió su mirada a el oji gris y con una amplia sonrisa y los ojos cristalizados lo abrazo respondiendo.
-Si... Se ha terminado. -
~La vida siempre repara nuevas sorpresas y en ocasiones resulta difícil saber que hacer.
No siempre existe un mapa para el lugar al que te diriges y siempre debes recordar que el amor es el arma más linda que posee un ser humano.
En ocasiones nuestros sueños y anhelos se ven frustrados por la sociedad, por los familiares e incluso por uno mismo pero ¿Quién decide que es lo correcto?.
Lucha, ríe, canta y goza antes de que el tiempo termine, porque no siempre habrá un protector del amor cercas de ti y te tocará enfrentar esa problemática solo.
No es que estemos ausentes, todo lo contrario; si te estas preguntando ¿qué sucedió con el rubio y el azabache? Podré decirte que tuvieron un final digno de admiración, lograron ser felices, se amaron y desearon, se valoraron y se estimaron el uno al otro. Por otro lado si te preguntas ¿Qué sucedió con Marie? Pues ella se caso y tuvo 3 bellos hijos, Nail fue aprisionado años más tarde por fraude económico; Dot y Mike siguieron su camino y ahora son los cuidadores de la catedral de Grecia.
Y pues yo simplemente sigo reparando los hilos rojos, así que ya sabes si tienes problemas y escuchas cascabeles y campanas sabrás que yo estaré ahí para defender tu amor, sabes quien soy
¿no?.
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