Cítricos

Esto es horrible.

Mei escuchando al doctor, en el hospital, junto a su madre y hermanastra, aquellas palabras que la aterraron.

"Yuzu solo tiene 7 meses de vida."

No queria creerlo, pero la cruda verdad ya fue escuchada. Como un balde de agua fría.

Realmente se desconectó de la realidad en ese momento, después de escuchar la noticia, todo se escuchó como un eco que se desvanecía a los pocos segundos. Su piel de gallina, pupilas dilatadas y ojos cristalizados.

Ese shock jamás lo podrá olvidar.

Ume tampoco.

Ya pasó un mes. Realmente todo va de mal en peor.

Obligada a casarse con Udagawa para saciar el capricho de su abuelo, sabiendo perfectamente que su padre puede heredar la academia y ella no tendría que preocuparse por eso, era símplemente frustrante.

Viendo a Yuzu debilitarse rápidamente a medida de que los días avanzan, sintiendo que muere con ella.

–Mamá...

–Si, Mei?– La voz de Ume es apagada, susurrante, agotada y adolorida

–Descansa, yo me encargaré de cuidar a Yuzu...

Ume sonrió adoloridamente, retirandose de la habitación para ir a la suya y descansar.

–Incluso si no podría despertar...– Mei toma de la mano a Yuzu quien se encuentra acostada en la cama que comparten.

En la mesita de noche hay un plato de arróz que Yuzu comió, pero luego lo vomitó. Su cuerpo está fallando.

Odiaba esto. Realmente lo odia.

¡Pero quiero ir contigo!–Lloriqueó Yuzu, queriendo acompañar a Mei a la academia.

Yuzu actua normal, ignorando por completo todo ese ... tema.

Mei parece estár melancólica, guardando todos esos recuerdos en su memoria y disfrutandolas para cuando Yuzu ...

–No puedes, el doctor dijo-

–¡No me importa lo que el doctor dijo!

–...

Apreciaba todo esto, realmente aquella rubia es insistente.


Uh?

Mei correspondió a la mirada de Yuzu, esos ojos tan llenos de vida... ya han pasado dos meses.

Yuzu empeora más. Tos, migraña, dolor al respirar, entre otras cosas. Ningún doctor sabe lo que tenía Yuzu, pero sabía que era terminal.

Mei se sonrojó tristemente.

Dios, por favor, no te la lleves, por favor...– Mei ruega a Dios, mirando que Yuzu de nuevo está conectada a esas máquinas que la mantienen con vida por el momento. Ha pasado otro mes

Madre e hija lloran al ver a Yuzu de esa forma. Les duele, les enferma, les quema, sienten agonía al solo ver a Yuzu así.

Pero... Yuzu sigue actuando con normalidad.

Harumin y Matsuri la visitan con frecuencia, incluso Himeko junto a Gafitas-Chan la visitan, pero con menor frecuencia.

Símplemente era magnífico ver a alguien como Yuzu, aquellos ojos verdes como las esmeraldas, un lujo que Mei está eternamente agradecida de tener.

Incluso cuando Yuzu impidió su matrimonio arreglado con Udagawa.

Jamás la olvidaría. Kumagoro que la bautizaron como su hija, sus besos, su piel, su voz, su cabello, sus ojos, sus labios...

Sus cálidos comentarios, su personalidad, su forma de ser, su valor, su forma de actuar de hacer algo tan hermoso y sin pedir nada a cambio, realmente jamás lo olvidaría.

¿Y qué hiciste en los ultimos 3 meses?– Preguntó Shou.

Mei solo sonrió, su mano con un anillo de bodas agarrando su collar con otro anillo de bodas, recordando con melanconía el mejor momento más felíz de su vida.

Esperando aquella "próxima vida" que Yuzu dijo en la última vez que la tuvo presente en este plano existencial.

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