Chef
Hiro
Mi pasantía con el señor Krei me absorbía bastante tiempo, apenas y tenía tiempo para mí mismo, pues el poco que tenía debía dividirlo entre la universidad, mi pocos pasatiempos que tenía y el ayudarle a mi tía Cass en su cafetería.
Debo admitir que las propinas eran bastantes buenas, aunque nada más le ayudaba como mesero junto con Baymax, mi tía era la que realmente se llevaba todo el crédito: cocinaba, cobraba, atendía y surtía su mercancía. Realmente era necesario que contratará personal que le ayudará en la cafetería.
Pasaron por los menos dos semanas desde que hablamos sobre la contratación, sin que nadie preguntará por el puesto vacante, yo empezaba a creer que nunca encontraríamos a alguien que nos ayudará. Hasta qué una tarde tranquila qué tenía libre de trabajo, me encontraba jugando un videojuego sentado en una mesa vacía del café con Baymax a mi lado, el azote de las puertas de vidrio resonar por el lugar distrajo mi atención haciéndome voltear de inmediato. Observe entrar a un muchacho alto, delgado de cabello negro, vestía una chaqueta negra de cuero. Tenía el ceño serio.
Preguntó en un tono de voz grave por los informes del trabajo disponible.
Un poco nervioso me acerque a atenderlo, debido a qué mi tía Cass se encontraba ocupada horneando unos pastelitos con forma de panda, y por ende no podía interrumpirla para que atendiera al interesado, dejándome únicamente a mí sólo con él.
- Buenas tardes, ¿En que puedo ayudarle? Le pregunté un poco nervioso.
- Vengo a preguntar por el trabajo. Me respondió en tono serio.
- Bueno, acompáñame. Lo lleve a una de las varias mesas libres para empezar a entrevistarlo.
Lo entrevisté, él chico se llamaba Kyle y tenía las actitudes que buscamos en un empleado (responsable, experiencia laboral y amante de la cocina). Parecía ser el indicado, casi cómo si fuera caído del cielo pero aún así necesitaba la opinión de mi tía, después de todo ella sería su futura jefa con quién debía arreglarse personalmente.
- Muy bien Kyle, parece que tienes potencial, solo necesitas hablar con mi tía para que te de su visto bueno. Le respondí cuando finalmente terminó de contarme sus experiencias pasadas de trabajos anteriores.
Al terminar de hablar lo lleve inmediatamente con mi tía mientras le hablaba acerca de él desde la barra de la cocina, y de su reciente entrevista, ella parecía encantada pero para no precipitarse en tomar una decisión errónea quiso poner aprueba la capacidad del chico para asegurarse que era lo que ella buscaba.
- Parece ser justo lo que estoy buscando Kyle pero para estar convencida acompáñame a la cocina. Dijo señalando mi tía. - Muéstrame lo que sabes hacer.
Dicho ésto Kyle se adentro a la cocina y empezó a moverse libremente por el lugar, tomaba trastes, quitaba algunos y en cuestión de minutos comenzó a preparar cafés, malteadas, y hornear una bandeja de panecillos de nuez. Realmente debía admitir que se lució.
Nos retiramos a la barra para no estorbarle, mientras lo observaba hacer lo suyo, parecía encantarle la cocina porque todo lo que preparaba lo hacía con amor y pasión en su mirada.
Cuando terminó de preparar y hornear todo nos dió a probar a ambos y fue un verdadero deleite para él paladar.
- Exquisito Kyle, quedas contratado. Le dijo mi tía mientras probaba un cuchara de un panquecito recién salido del horno.
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Al siguiente día Kyle se presentó a trabajar formalmente vestido y peinado, mi tía me decía que era realmente eficiente, pues ella estaba encantada con su primer y nuevo empleado. Era mucho más fácil atender la cafetería y a la clientela que iba en aumento, aunque la mayoría eran más jóvenes de entre diecinueve y veinticuatro años que obviamente sólo iban para mirar a Kyle. Fue bastante simple percatarme de eso desde el primer día que les ayude. Pues él a diferencia mía era demasiado llamativo para las chicas.
Aunque Kyle era demasiado serio era un joven educado y trabajador comparado con varios de mis compañeros de clase.
Me costó mucho empezarle a hablar porque su mirada fría me llegaba a intimidar de vez en cuando pero sólo era algo superficial. Cuándo comencé a tratar más con él me di cuenta que era lo opuesto a su apariencia intimidante, que no tenía nada que ver con su persona. Sintiéndome culpable por juzgarlo antes de conocerlo, y por mis prejuicios obsoletos que debía mejorar.
Conforme pasaban lo días que se convertían en semanas nuestra relación mejoraba y casi me atrevía a considerado mi amigo pero sentía que era demasiado pronto.
Tal vez después de todo las cosas parecían mejorar lentamente, así como Baymax me dijo:
- Hiro algunas cosas son inevitables en la vida, como el que tus amigos hayan terminado su carrera universitaria no significa que debas cerrarte a las personas, al contrario ábrete a nuevas posibilidades y verás cómo mejora tu estado emocional.
Recuerdo que cuando Baymax me dió ese sermón acerca del buen autoestima y la importancia de las relaciones sociales, quería desactivarlo y arrojar su chip hasta el rincón más oscuro de mi habitación pero ahora me daba cuenta de lo sabio que era su consejo.
De verdad tenía razón, mi estado emocional mejoraba lentamente, aunque aún seguía sintiendo un enorme miedo por abrirme a las personas y que después de un tiempo me dejarán sólo, al igual muchos de mis seres queridos habían hecho. Todo eso me ha causado un temor enorme al abandono, provocándome un vacío con su partida de cada persona que he conocido y se ha ido, el cuál no he conseguido llenar con ninguna cosa.
Sin embargo por ahora gozaría de la enorme felicidad que sentía en este preciso momento. Porque algo que he aprendido a lo largo de los años, es que cuándo todo marcha bien significa que algo grave de aproxima para tirarte y patearte en el suelo.
Debía esperar a que eso sucediera, disfrutando y viviendo mi momento.
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