Capítulo 16
Ambos llegaron nuevamente al hospital, Deuteros había pedido una silla de ruedas para poder llevarse a Degel.
Su hermano Aspros ya lo estaba esperando en la entrada para poder guiarlo hasta la habitación donde estaban sus padres.
-Ya era hora que llegaras hermano- Saludó el gemelo mayo acercándose a su gemelo preocupado.
-¿Para que quieren verme?- Preguntó con un tono muy serio, mientras empujaba la silla de ruedas y la colocaba hasta donde estaba su gemelo.
-Te digo, te cargas un humor de los mil demonios Deuteros- Sonrió ladino intentando molestarlo, después agachó su mirada para observar a la persona que llevaba su hermano en la silla de ruedas- ¿Y quién es esta belleza? No sé como le haces para soportar el mal humor de mi hermano...- Lentamente se agachó y tomó la mano de Degel para depositar un beso- Mi nombre es Aspros belleza- Sonrió con coquetería.
Deuteros no pudo evitar sus celos, miraba a su hermano con enojo.
Aspros se dio cuenta de eso, no pudo evitar reírse ante la forma en la que se comportaba Deuteros- Ja, ja, ja tu no cambias hermanito, estaba mirando fijamente a tu acompañante, algo me dice que lo he visto en algún lugar- Se llevó su dedo pulgar al mentón tratando de recordar en donde lo había visto.
-Quizá me recuerdes porqué yo era pareja de Kardia- Contestó seriamente.
-Cierto... Recuerdo eso, tu eras pareja de él- Sonrió después de haber recordado- ¡Espera!- Exclamó sorprendido- Kardia dijo que tu habías muerto en el hospital-
-Ni me lo recuerdes Aspros, porque Kardia fue un cobarde que dejó solo a Degel en el hospital- Respondió molesto Deuteros.
-Vaya, eso no lo sabía... Después tocaremos ese tema. Será mejor que pases de una vez a ver nuestros padres Deuteros- Contestó Aspros jalando a su hermano para llevarlo al pasillo.
El gemelo menor dio un suspiro, después miró a su pareja, ya que lo dejaría solo.
-Aquí te espero Deuteros, no te preocupes- Respondió Degel con una sonrisa.
-Yo lo cuidaré por tí Deuteros- Se burló Aspros colocando sus manos en la silla de ruedas donde estaba Degel.
El gemelo menor estuvo por decirle algo malo pero fué Degel quien interrumpió esa tensión, entre ambos gemelos.
-No te preocupes por mi Deuteros, ve tranquilo por favor-
De una extraña manera Degel lo calmaba, bastaba con solo escucharlo para que sus celos se calmaran.
Sonrió y entró a esos largos pasillos que lo llevarían en el lugar donde estaban sus padres.
Mientras tanto en la sala de espera:
-Degel, no puedo creer que Kardia prefirió mentir sobre tu estado actual- Respondió Aspros mientras tomaba asiento para quedar frente a Degel.
-¿Sabes? No guardo el más mínimo rencor. Comienzo una vida maravillosa a lado de Deuteros, es mejor dejar atrás el pasado-
-Eso tienes razón, ojalá mi hermano pensara de la misma manera y se tocara el corazón para perdonar a mis padres antes de que se vayan para siempre... Sin duda Deuteros es el hombre más afortunado por tenerte a su lado- Sonrió Aspros, ya que si lo pensaba bien, su hermano ha cambiado mucho.
Con una mano en la puerta, Deuteros estaba nervioso, desde hace años atrás no había visto a sus padres.
Lentamente abrió, ahí estaban los dos, su padre y su madre, ambos conectados al oxígeno que les permitía extender su vida un poco más.
Se fué acercando y tocó con suavidad la frente de su progenitor, quien al sentir el cálido roce de Deuteros despertaba poco a poco.
-Deu... Deuteros- Susurró su padre con dificultad.
El moreno asintió mientras lo observaba, pero no dijo ni una sola palabra.
-Me alegra que estés aquí, Aspros pudo encontrarte hijo-
-Solo... Solo te pedimos una cosa- Contestó la mamá de los gemelos, abriendo los ojos y mirando a su hijo, con algunas lágrimas en tu rostro.
-Nos equivocamos por creer en solo uno de ustedes, te hicimos mucho daño... No merecemos una disculpa tuya- Susurró su padre tomando la mano de su hijo.
-Si tan solo fuera fácil perdonar- Respondió Deuteros safandose del agarre de su padre- Pero escucharé las palabras que mi bello Ángel de ojos violetas me dijo, escuchar y perdonar- Susurró Deuteros con una sonrisa. Y si era cierto, en todo el camino Degel venía platicando su su pareja ese tema delicado sobre sus padres.
-Jamás te habíamos visto así de feliz y animado hijo, quizá tengas una buena razón para estar así- Susurró su madre al verlo así.
-¡Y lo tiene!- Se escuchó una voz a lo lejos, Deuteros se giró para observar mejor, justo en esos momentos entraba Aspros llevando a Degel en la silla.
-Degel- Llamó a su pareja, en realidad estaba muy emocionado de verlo.
-Fué idea de tu pareja Deuteros, también quiso entrar- Señaló Aspros al ruso.
Los padres de los gemelos se giraron con un poco de dificultad para ver mejor de quien se trataba.
-Mamá, papá... Les presento a Degel, es mi pareja- Deuteros fué acercando más la silla de ruedas hasta donde estaban sus padres.
-Es un gusto conocerlos, mi nombre es Degel- Se presentó ante ellos.
-Gracias hijo, nuestra vida poco a poco se nos va...- Respiró su padre con dificultad- Pero podemos estar en paz, Deuteros, tienes una vida hermosa a lado de tu pareja, son el complemento ideal... Gracias por tu perdón... Solo deseo que Aspros y tu se lleven bien y disfruten juntos del tiempo que les negamos juntos por culpa de nuestras diferencias-
-Así es... Los queremos mucho- Contestó su mamá con lágrimas en los ojos- Sean muy unidos y Degel... Fué un gusto conocerte... Gracias por ser la guía de Deuteros, por cuenta propia no hubiera venido solo-
Los hermanos junto con Degel escuchaban todo con atención, es difícil despedirse de esta manera, pero en el fondo Deuteros se sentía sin remordimiento alguno. Todo había quedado en orden.
Después de unos minutos tuvieron que terminar la hora de visitas, no les quedó de otra más que salirse, no sin antes despedirse de ellos.
Ahora los gemelos caminaban rumbo a la sala de espera llevando a Degel en la silla.
-Sabes Deuteros, haré lo posible de hablar co Sasha, ella da terapias que le serán de mucha ayuda a Degel para que pueda regresar a la movilidad de sus piernas- Respondió Aspros tomando del hombro a su hermano.
-¿De verdad?- Preguntó muy animado Deuteros.
-Claro, ella trabaja en un centro de rehabilitación. Te daré la dirección para que vayan- Aspros sacó de su cartera una tarjeta de presentación y se la entregó a su gemelo.
-Ahí es- Señaló la dirección- Vayan mañana, de todos modos yo lo platico con ella-
Deuteros no pudo evitar abrazar a su hermano, agradecido por ese favor... Sin duda el amor por Degel lo había hecho cambiar, él es su todo...
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