Es el examen, el definitivo
Me preguntan si soy fiel
Digo claro, señor, ¿Cómo no?
Si poseo alguna enfermedad
Siempre he sido débil al polvo
¿Cuántos hermanos tiene?
Si contamos a los muertos, algunos
¿Cree en el azar?
Estoy perdido por amor
¿Toma usted con frecuencia?
Soy abstemio, pero me encanta
¿Sus padres viven?
Lo ignoro, nunca volvieron
¿Algún miedo a destacar?
Que Dios exista, y me descubra
¿Cómo se pronuncia su nombre?
Con dos silencios y un adiós
¿Lugar de residencia?
Entre la nada y un jamás, pero muy cerca
¿Sabe cantar?
Prefiero morir tozudo que delator
¿Cuántos dedos estamos viendo?
Yo diez, usted dirá
¿Primer nombre de su mujer?
Se escribe memoria, se pronuncia Natalia
¿Si el viento sopla, a quién llama?
Dijo el poeta, que al final
¿Se considera mentiroso?
Si me lo permite, prefiero vivir
¿Tener raíces o llevar alas?
Prefiero el incendio, si es posible
¿Cómo se busca lo que no se encuentra?
Con la única llave que no está perdida
¿Vargas Llosa o García Márquez?
De libros uno, de verdades otro, sabrá usted distinguir cuál
¿De día prefiere la lluvia o el sol?
De día, prefiero la noche
¿Y de noche?
Prefiero dormir
¿Es feliz?
Me dijeron que respondiera que sí
¿Cuántas preguntas llevamos?
Contando con las que vine, todas
¿Tiene frío?
Tengo hambre
¿Cuál es su deber?
Pedir comida
¿Quién se es libre?
Quien aprende a amar sus cadenas
¿Qué le pareció la entrevista?
Constructiva, pero no me han devuelto mi alma

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¡Felicidades! Se le ha asignado una correa, esperamos seguir contando con usted.

Ahí se pudran