La fémina, quien ahora era pelinegra, se recostó en la mesa triste, en sus labios se encontraba un puchero, ella se encontraba abrazando la chaqueta de Toshinori ya que por su rabia le había lanzado a Enji la suya en la cara, lloriqueó en voz alta ganándose una risita de parte del rubio.

—Te lo digo en serio Toshinori-kun, Enji ya no me quiere. —Gimoteó ella bajó la tierna mirada de su amigo.

—Ajá.

—¡No entiendes! Seguro ya se dio cuenta de lo fastidiosa que soy y cuando nos graduemos él me deje sola. —A este punto Yagi no sabía si solo estaba exagerando o de verdad estaba a punto de llorar, solo pensando en que se veía adorable.

—Ambos están en la misma agencia, ¿cómo te dejaría sola? —Volvió a reír, pero lo único que obtuvo fue otro puchero de parte de la muchacha, se acercó a ella y tomó sus mejillas. —Anímate vamos, eres lo mas importante para él y tú lo sabes.

Gracias a la cercanía que ambos tenia y lo mucho que el cabello de la chica amaba al americano decidió cambiar al mismo color de cabello del muchacho al mismo tiempo que acariciaba su mejilla. Ambos rieron algo avergonzados, estaban demasiado cerca cualquiera que pasase por ahí pensarían que eran pareja.

El sonrojo en la cara de Toshinori era casi invisible, pero se lograba ocultar gracias a su gran sonrisa. Al tener a la chica asi de cerca, envidiaba a Enji Todoroki con todas sus fuerzas, era injusto.

¡Fue él quien le habló primero a [...]!

Fue él quien se la presentó al Todoroki en primer lugar, y tal vez ese había sido su error.

Envidiaba con todas sus fuerzas la amistad que ambos tenían, él quería ser el que acompañara a la fémina todos los días a su casa, que se sentara frente a él en clases y lo molestara, él quería todo eso.

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Enji Todoroki apretó sus puños con incredulidad, se negaba a creer la escena que estaba frente a él.

¿Qué hacia SU mejor amiga tan cerca de ese imbécil?

Con agresividad tiró al suelo las malteadas que había comprado, tal vez no eran las rellenas de caramelo que ella quería pero pensó que podría disculparse por lo que dijo antes.

Que equivocado estaba.

El pelirrojo se alejó de ahí con una mirada de pocos amigos que asustaría al mismo diablo. Al llegar a su salón de clases se sentó en su pupitre haciendo un estruendo que asustó a sus compañeros, algunos hasta huyeron aterrados del salón.

Despeinó su cabello con frustración, ¿había ido muy lejos al decirle eso a [...]?

Rápidamente el temor de perderla se apoderó de él, pasaba las manos por su pantalón escolar en un vago intento por limpiarse el sudor, por inercia pasó las manos por su chaqueta intentado tranquilizarse pero una hoja de papel llamó su atención, la abrió con rapidez al notar la letra de ella.

❝Para tu información llamitas, yo te acompañaría al fin del mundo si me lo pidieras. ❞

Una sonrisa adornó sus labios al terminar de leer la nota. Tal vez se preocupaba por nada. 

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¡Hidaka vuelveeee!

Jeje perdón por desaparecer, desde hoy prometo ya no hacerlo:(