Muertes del pasado

Me llamo Isaac Olgd. He visto morir, nacer, e incluso matarse entre ellos, a mucha gente. Todo por culpa suya, por culpa de la humanidad, y de la infinita sed de poder y sangre. 

Sed que nunca se acaba, sed que provoca estas guerras odiosas y sin sentido. La odio, la odio con toda mi fuerza. Soy huérfano, vivo solo con mi hermana mayor Gwen. Según ella; mis padres murieron a causa de esta maldita guerra, por culpa de una bomba nuclear. 

Mi hermana también me ha contado que si te expones en el gas que exhala el liquido nuclear, mutaras, y te convertirás en un ser espeluznante. Evidentemente no me la creo, seguro que es una broma de mal gusto que se hacen los hermanos. O eso prefiero creer. Estamos buscando un refugio donde resguardarnos, pues estamos en medio de un campo de batalla y necesitamos descansar. Gwen sale del hoyo en el que nos escondemos y dice:

-Isaac, corre lo mas rápido que puedas cuando yo te lo diga, ¿de acuerdo?-Dice con la voz muy firme, parece un soldado.

Sin negar nada, asiento y espero el momento oportuno para que los gritos de Gwen me den vía libre para correr. Cuando la escucho, arranco a correr rápidamente hasta que oigo un disparo. Me han disparado a mi, en el brazo izquierdo. Tan pronto como la bala atraviesa mi piel caigo al suelo y me retuerzo de dolor, gimoteando, esperando a que Gwen venga a ayudarme. 

Pero no viene. 

Que extraño. Intento abrir mis ojos inundados en lagrimas para ver lo que hay a mi alrededor. 

Ya veo porque mi hermana no ha venido, esta herida, tiene un enorme agujero en el pie que parece ser un disparo, mientras intento sacar fuerzas de donde sea voy a donde esta Gwen. La cojo de la cintura (pesa muy poco) y la llevo a un bunker que estaba cercano, que tenia la pinta de estar abandonado. El viento lleva el pelo rojizo de Gwen a mis ojos, que hace que mi vista sea prácticamente nula. 

No tengo un kit medico a mano pero me han enseñado a efectuar primeros auxilios. Cojo una hoja del suelo y me lo pongo en la herida, junto con un poco de mi saliva.

Mi hermana esta inconsciente por lo tanto tengo que curarle la herida antes de que se infencte. Cojo unas pinzas para sacarle la bala en el pie, aprovechando que esta K.O, pero no veo ninguna bala, que raro.

 Poco después de entrar en el bunker lo único que veo (aparte de Gwen) son un montón de telarañas y ratas muertas, lo que me hace tener ganas de vomitar. Veo como Gwen se despierta, ahora que me fijo bien en sus ojos (son de color verde esmeralda) me doy cuenta de que estan inyectados en sangre. Lo primero que hace en despertarse es preguntarme lo que ha pasado, yo se lo conte, con orgullo, pero veo que ella no se percata de la felicidad que hay en mi y se mira la pierna, que, ahora que me fijo, tiene la herida mas ancha, y de un color azulado. Veo a Gwen muy asustada.

-¡Mierda!-Suelta ella, con mucha rabia, parece que vaya a estallar en cualquier momento.-Esto es muy grave Isaac, necesito que me traigas un kit medico del cuartel general de los Aliados. Y a un medico, ya que vas.

-¿Pero porque?- pregunto, perplejo.

- No hay tiempo Isaac, hazlo por mi.

Me mira con los ojos llorosos, y la herida de su pie crece gradualmente, así que asiento y salgo del bunker abandonado con una pistola pequeña, y muy poca munición así que lo tengo que aprovechar. 

Oigo un montón de gritos, seguramente de los soldados y reclutas, pero los ignoro. Sin embargo, veo que un soldado Aliado se fija en mi, y me dice:

-¡Eh! ¡¿Que haces alli, niño?! Venga, ve al cuartel general a resguardarte.

Esperaba que me confundiesen con uno de ellos, pero solo hasta que llegase al cuartel general, me viene de perlas.

Me dirijo al cuartel general acompañado del Alférez Steve, que me pone nervioso con su maliciosa risa que repite constantemente "jujujujujuju" .

Al entrar al cuartel, veo a un medico con un kit, <<Perfecto>>, me dije,cuando lo veo, le pido que me acompañe a un bunker abandonado, ya que mi hermana tiene una herida que crece de tamaño gradualmente.

-¡¿Como?!- Dice el.

- He dicho que mi hermana tiene una herida que crece de tamaño gradualmente.- repito yo.

-Si, ya, era un "como" de sorpresa.-contesta el, y al hacerlo me siento imbécil.

Minutos mas tarde llegamos al bunker, el medico se ha traído una maleta enorme con un montón de medicinas. Creo que este se droga o algo, pero es algo que a mi no me incumbe. Veo a mi hermana en un rincón llorando y gimoteando, ahora el color de su herida es verde, verde como la hierba.

El medico saca unas pinzas y un algodón, y lo llena con un liquido de color lavanda. Nunca me he fiado de ese color, me recuerda a cementerios y a muertes, por eso me noto un pinchazo en el pecho. Cuando el algodon toca la herida, cambia de color rojo sangre, y reduce su tamaño mucho mas. Tengo un escalofrió, tengo la sensación de que algo malo ocurrirá.

Y mi instinto no me falla, cuando salgo un momento del bunker, veo que se aproxima un tornado. Genial, justo lo que faltaba. Entro rápidamente con la esperanza de que el tornado sea lo suficientemente débil como para no arrastrar el bunker abandonado, con un poco de suerte dejare de oír disparos y gritos. Pero no bajaran las muertes.

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