Las llamas del miedo

Como es evidente, les he contado todo a Gwen y al medico, que se hace llamar Charles Coppink, se han quedado con ojos como platos.

-No os precupeis- Dice Charles-Llamo a la tropa Aliada.

- No, no, no- Digo yo, con una voz un pelin mas seca de la que yo hubiese querido.-Nos vamos por nuestra cuenta, ¿de acuerdo?

De repente oigo (por enésima vez) una explosión enorme. Charles se va corriendo sin coger el maletin,  Gwen lo coge para futuras necesidades medicas, el inconveniente es que el maletín es enorme y seguro que me va a pedir que lo lleve yo, como siempre. 

-  Isaac, llévalo tu, que estoy enferma.-Dice ella, con un tono de voz temblorosa y firme a la vez.

- Ah, hablando de eso... Que demonios te pasa en la pierna?- Digo yo con un tono de voz muy seco.

- No te lo voy a contar por tu propia seguridad...-Me responde ella

- En una guerra no hay seguridad... Eso lo dices siempre, ¿no?

Gwen pone cara de mala leche cuando digo eso.

- No discutas, sígueme.

- Que no, que me lo cuentes.

- O me sigues o te meto las medicinas por el culo, no va en broma.

Se me puso el pelo como escarpias y no me quedo mas remedio que asentir. La seguí hasta salir del bunker y salir hacia un lugar seguro. 

Claro, que, en la guerra, no hay ni un solo lugar seguro. Sobretodo cuando tu hermana amenaza con meterte una medicina desconocida por el ojete.

Al pasar mucho tiempo, hallamos un bosque, con un poco de suerte, habrá unos animales para cazar, pero cuando exploramos el bosque encontramos animales, animales, si pero no el tipo de animales que queremos, si no mutaciones de animales y fusiones de esos animales, el ejercito debe haberlos fusionado para la guerra, que asco me dan los soldados.

Sin embargo, hay fusiones tremendamente curiosas, como serpientes con cuerpo de gaillinas y viceversa. Al verme aguantarme la risa, Gwen me dice:

- Los fushis no son ningún motivo para reírse Isaac, imagínate que esa "Vibollina" te picotea y te envenena, morirías en menos que canta un gallo.

No se si me esta gastando una broma, o me esta advirtiendo, pero yo me limito a asentir.

Veo que una cosa se acerca a mi volado, y es una especie de fushi, una fusión de oso y avispa,  al darme cuenta, Gwen y yo nos limitamos a correr.

- Isaac, tenemos que dividirnos, intentare atraerle!.

Esas fueron las ultimas palabras antes de separarnos de la bifurcación.

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