XX

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Seokjin despertó y por supuesto abrió sus ojos. Pasaron unos segundos antes de que recordara que tenía los ojos vendados.

¿Qué hora serían?

Se incorporó con dificultad, se llevó una mano a la cara y se tocó la venda. Quería arrancarla. Sus ojos aún ardían un poco.

Se movió un poco en la cama y las ganas de usar el inodoro se acumularon. Hacía un poco de frío cuando bajó sus pies al piso de madera.

Con sus manos y pies avanzó lentamente por si había algún obstáculo en el camino. Rodeó la cama lentamente casi como una tortuga, hasta que pisó algo que lo hizo maldecir y finalmente caer al piso como un pesado costal de papas.

La puerta se abrió de golpe y Taehyung gritó cuando lo vio en tirado en el frío piso.

-¿Porqué no me llamaste? -Taehyung lo levantó y lo sentó en la cama.

Seokjin se rió porque al parecer no había avanzado mucho.

-Queria ir al baño -se disculpó.

-Oh, te podía haber ayudado -murmuró -Además de todas formas me iba a levantar, a las tres hay que cambiar tu venda y colocarte la pomada.

-Oh.

-Ven -Taehyung tomó su mano firmemente y lo llevó hasta el baño -Yo esperaré aquí fuera ¿Si?

-Tae.

El de cabellos rojos se devolvió.

-¿Qué?

-Estoy bien aquí ¿cierto? Es que no quiero estropear tu baño.

Taehyung sonrió y asintió. Aunque estaba claro que Seokjin no podía verlo.

-Estás justo al frente del inodoro, ya subí la tapa... Solo debes... Ya sabes -se sonrojó cuando miró la entrepierna de Seokjin.

-Bien -Seokjin se estaba bajando el pantalón para poder orinar.

-¡Hey! ¿Qué haces? Aún estoy aquí.

El de ojos verdes rió -Lo siento. Pensé que te había ido.

-No. Pero ahora sí me voy, me llamas cuando termines.

-Si. Lo haré.

Taehyung salió del baño completamente sonrojado. Cerró los ojos con fuerza, pero sin siquiera pensarlo se llevó su mano a su entrepierna que estaba completamente dura. Había visto un poco del pene de Seokjin.

-Calma. Calma -le habló a su erección -No es momento.

Suspiró y pensó en cosas desagradables y horribles. No quería tener su pene duro cuando llevara a Seokjin de vuelta a la cama.

No. Eso no estaba bien.

-Tae estoy listo.

La voz de Seokjin lo hizo reaccionar. Ajustó su pantalón de pijama y entró al baño.

-Parezco un jodido niño -Seokjin se rió.

-No hay problema -Taehyung puso sus manos en los hombros de su invitado para llevarlo de vuelta a la habitación.

-Um, Tae... Me quiero lavar las manos.

-Oh, tienes razón -lo paró justo frente al lavamanos y le subió las mangas de su camiseta manga larga. Abrió la llave y le echó jabón líquido a sus manos.

-Esto es agradable -Seokjin solo podía sentir las suaves manos del universitario masajeando las suyas.

Taehyung abrió la llave y esperó hasta que estuviera tibia para poder acercar las manos de Seokjin.

Las masajeó lentamente hasta sacar todo el jabón, observó sus labios entreabiertos y como los humedecía y le dieron ganas de probarlos.

Pero se mantuvo en su lugar. Él había besado a un par de hombres pero no sentía que tuviera experiencia en el tema, en realidad no tenía mayor experiencia Taehyung era tan tímido que jamás dejó que nadie lo viera sin ropa. Taehyung era virgen pero cerca de Seokjin se sentía hambriento de algo que ni él estaba seguro de lo que era. Se sentía ansioso cerca de él pero a la vez ver a ese hombre en su casa lo hacía sentir tranquilo.

-Estás listo.

Secó sus manos y lo llevó hasta la habitación. La casa estaba fría ya que Taehyung había apagado el sistema de calefacción.

Lo acostó entre las mantas y almohadas en silencio. Terminó de arropar y se irguió para salir de ahí.

-Sigues teniendo frío Tae ¿Porqué no te acuestas conmigo? Yo también tengo frío.

Oh, no.

-Um, yo no tengo tanto frío.

-Está bien, no confías en mí como para hacer eso. Lo siento no quiero incomodarte.

Seokjin se dio cuenta de su error. Taehyung no era como otros hombres que solo lo querían llevar a la cama apenas él hablara. Ciertamente había advertido las miradas amorosas y llenas de anhelo por parte del chico y se sentía un poco mal por no poder corresponderle.

Seokjin no podía ver a Taehyung de otra forma que no fuera amistosa y debía calmar las ganas de coquetearle. Pero Seokjin no podía porque adoraba ver el sonrojo de Taehyung, estaba amando mucho ese lado inocente, hace mucho que no trataba con alguien como el chico de pelos rojos.

Quizá nunca había conocido a alguien como Taehyung.

-Yo dormiré en el sofá, en dos horas más vendré a ponerte la pomada ¿Si?

-Gracias. De verdad agradezco tus cuidados.

Taehyung sonrió y lo arropó una vez más como lo hacía su madre, aunque se reservó la parte en donde le daba un beso en la frente y murmuraba un te amo antes de alejarse.

Salió de la habitación y volvió a la fría sala. Se enrolló en la frazada para tratar de encontrar calor.

Claramente había sido mala idea rechazar a Seokjin.

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Park Jimin estaba odiando una vez más a su jefe de departamento.

Lo había enviado a una redada en una de las villas más peligrosas de la ciudad. Aunque Jimin sabía muy bien que ese día era el día en que tratarían de desbaratar una de las redes de narcotráfico más grandes de la ciudad y antes de conocer a Seokjin el policía sería el primero en llegar para equiparse para el asalto, ahora ya no era tan así.

Jimin no quería estar ahí.

Su cabeza estaba con Seokjin y sus ojos vendados, Seokjin y los cuidados que requería... Y por supuesto que Seokjin y ese chico con esos cabellos rojos que había mirado a su estrella como él también lo hacia.

No podía concentrarse, él definitivamente no quería estar ahí.

-9513 atento a tu posición.

Jimin tomó su audífono y respondió afirmativamente.

El lugar estaba desierto, Jimin y su equipo se encontraban a varias calles de la casa a la que iban a entrar.

Tomó firmemente su armamento y comenzaron a avanzar sigilosamente por las calles oscuras.

-Todos en posición.

La voz no dejaba de dar órdenes. Se ajustó el audífono cuando la primera línea de policías rodeaban la casa.

Él era de segunda línea, de hecho el era de los que entraba al lugar y se encontraba cara a cara con los delincuentes.

Era la parte más difícil sin duda porque Jimin nunca estaba seguro si ellos no les harían una emboscada y por razones obvias los primeros en ser atacados eran los de la segunda línea.

Pero él confiaba en su equipo, confiaba ciegamente en la primera línea. Si la primera línea decía que podían avanzar entonces ellos lo hacían.

Con su corazón a mil por hora Jimin se paró al lado de la reja del inmueble cuando sus compañeros forzaron la puerta con un rompe puertas de fierro no tan pesado pero que debía ser manipulado por dos personas.

Jimin tomó su arma y entró corriendo junto a tres compañeros más.

Las personas que se encontraban en la propiedad a esa hora no alcanzaron a salir ya que se encontraban durmiendo y no habían sido alertados de la presencia de los efectivos policiales.

Jimin ingresó para revisar el lugar, ese era su segundo trabajo ahí. Mientras sus compañeros reducían a los traficantes él se encargaba de revisar y buscar el contrabando.

-Oye.

Jimin se giró para ver a su compañero Yugyeom que estaba cerca de él revisando unas cajas en la cocina.

-Que pasa 9717.

-¿Estás bien?

El rubio volvió a revisar las cajas sin responder. No se sentía bien, por primera vez en toda su carrera como policía sentía como si no quisiera estar ahí. Él amaba su trabajo, estaba seguro que había elegido muy bien donde estar, pero no podía dejar de pensar en Seokjin.

Él quería ser quien lo cuidara, Jimin estaba celoso pero se estaba controlando, finalmente Seokjin no tenía a nadie más que a sus abuelos y su hija... Y ahora tenía un amigo.

Un amigo joven y guapo.

-Hey.

Volvió a mirar a su joven compañero.

-Estás distraído, esa caja que estás revisando hace diez minutos no tiene nada.

Jimin chasqueó la lengua y se dirigió al lavaplatos. Abrió la puerta y comenzó a tantear por todo el borde interno hasta que encontró varios paquetes blancos.

Se dió la vuelta con los paquetes en sus manos -¿Ves? No estoy distraído.

Yugyeom se rió y también alzó varios paquetes que encontró en las cajas de abajo.

Luego de tres horas el operativo había terminado. El equipo de Jimin encontró más de doscientos kilos de droga en toda la propiedad, también armas y objetos robados.

Había sido un éxito sin duda.

Jimin se sentó en la camioneta que lo llevaría hasta la estación, cansado y mal humorado el rubio buscó su celular y suspiró frustrado cuando recordó que Seokjin no podría ver un mensaje de él en su celular. Pero sí su amigo, escribió un texto corto para avisarle que iría a buscar a Seokjin temprano.

Jimin sabía que no dormiría mucho esa noche, eran cerca de las cinco de la madrugada, pero no le importaba, había pedido unos días libres para poder reconquistar a Seokjin y los usaría muy bien.

Él quería cuidar de su estrella preferida.

La camioneta estacionó y todos los efectivos se bajaron cansados. Jimin debía llenar un poco de papeleo antes de poder irse a su departamento por lo que tomó una gran taza de café y comenzó a hacer sus deberes administrativos.

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-Te felicito Jung, tu equipo hizo un trabajo espectacular, limpio y ordenado.

-Gracias señor.

Hoseok tomó un sorbo de su café, estaba tan cansado que lo único que quería era estar en su cama.

-Hoy me contactó el capitán Moon y se quejó contra ti.

-¿Qué?

-Dijo que él había dado una orden y que tú lo pasaste a llevar.

-No entiendo -dijo incómodo.

-Dio la orden de que Park Jimin saliera de la investigación del bus accidentado porque su novio estaba involucrado en el -Miller juntó sus manos sobre el escritorio lleno de papeles -¿Lo sabías Jung? ¿Sabías que ese chico tenía a una persona importante para él en el hospital y aún así lo enviaste a esa redada?

-No lo sabía señor -mintió.

-Bien, espero que así sea. Ya sabes que no comparto para nada que nuestros funcionarios sean puestos en peligro cuando están distraídos. Es peligroso tanto para el funcionario y sus compañeros, como también lo es la investigación y misión.

-Lo tengo claro.

-Perfecto, entonces no hay nada más que decir -Miller se levantó y estrechó su mano con un pálido Hoseok -Vete a tu casa hombre y descansa. Tu personal también se debe un buen descanso.

-Gracias señor. Me retiro.

Hoseok salió del despacho del jefe máximo del Departamento de policías y humedeció sus labios agitado.

Había actuado mal, por supuesto que el sabía que Park Jimin tenía a ese hombre de ojos verdes en el hospital, había recibido una llamada del oficial Min y algo en el se prendió.

No los quería juntos.

No podía entender a su mejor funcionario.

¿Cómo podía acostarse con un hombre que ya había estado con otros antes?

Era asqueroso.

Park Jimin no merecía eso.

Claro que no.

Hoseok dejó el pasillo para ir a buscar sus cosas y largarse de una maldita vez a su casa.


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Eran las dos de la tarde cuando Jimin estacionó fuera del edificio de Taehyung.

Le había pedido la dirección temprano y el chico se había demorado mucho en dársela.

Respiró cuando estuvo en la calle. Hacia frío también ese día y ya quería estar en la calidez de su hogar junto a Seokjin.

Tocó la puerta y la abrió el chico de cabellos rojos. Su rostro serio se contrastaba al semblante sonriente de Jimin.

-Pasa, Seokjin está en mi cama.

A Park no le gustó como sonó eso pero lo dejó pasar.

Entró en la habitación y se dirigió inmediatamente hacia el hermoso hombre vendado que estaba en medio de la cama.

-Hola precioso -dejó un beso en sus labios y amó la sonrisa que asomó en Seokjin.

-Hola guapo policía.

Jimin rió -¿Estás listo?

-Si.

Seokjin se movió para llegar a la orilla de la cama y Jimin lo abrazó por la cintura. Quedaron pecho a pecho juntos y Jimin lo volvió a besar.

Lo había extrañado tanto.

La lengua de Seokjin lamió el labio del rubio y este jadeó cuando el hombre se aferró a su cintura.

-Dios, necesito llevarte a mi departamento. Vamos antes que te tire encima de esta cama.

Seokjin se rió y entrelazaron sus manos para salir lentamente de la habitación.

En la sala Taehyung estaba con su celular, había optado por darle espacio a la pareja y por el sonrojo que ambos traían en sus mejillas había decidido bien.

Observó las manos entrelazadas y la sonrisa eterna de Seokjin mientras estaba cerca del policía.

-Bien, me lo llevo. Gracias por cuidarlo por mi anoche.

-Si. Gracias Tae. De verdad que no se cómo te voy a pagar por todos tus cuidados.

Taehyung se unió a ellos y se acercó a la puerta -No es nada Jinnie, lo hice porque me pareces una buena persona y necesitabas ayuda.

-Gracias.

Seokjin avanzó tratando de buscarlo con su mano y Taehyung se acercó para que su mano pudiera tocar su rostro.

Acarició su mejilla y apretó la mano de Jimin para indicarle que estaba listo para salir.

Jimin no se perdió los ojos de cachorro abandonado de Taehyung, ni como este dejaba de mirar los labios de Seokjin.

-Nos vamos -dijo Jimin pasando por la puerta que había abierto el universitario.

Seokjin se despidió una vez más y salieron a paso lento del departamento.

Salieron del edificio y caminaron hasta la camioneta que estaba estacionada muy cerca de la entrada. Jimin dejó a Seokjin apoyado cerca de la puerta del copiloto y se paró detrás de él.

-Hueles delicioso -dejo un beso en su cuello y lamió detrás de su oreja.

Seokjin estiró la mano y tocó la puerta, necesitaba afirmarse sus piernas se sentían tan débiles cuando Jimin lo besaba o lo tocaba.

-Vamos a tu departamento... O ¿quieres que nos lleven detenidos?

Jimin lo tomó por la cintura y pegó su cadera a la contraria sacándole un gemido bajito a Seokjin.

-Ahora que estás así vendado, podríamos jugar con eso ¿Qué te parece?

-¡Mierda si! -volvió a gemir cuando sintió el duro miembro del policía en su culo.

-Tengo muchos implementos que podríamos usar bebé -mordió su lóbulo y la cabeza de Seokjin cayó.

Lamió sus labios y usó su mano libre para tocarse la erección que era incapaz de ocultar bajo su jeans.

Jimin jadeó y maldijo al no poder hacer nada más con Seokjin. Estaban en un lugar público, después de todo el era algo así como un ejemplo. No podía ponerse tan duro mientras pensaba en las mil y una formas de follar a Seokjin sobre su cama o en su camioneta.

Dejó un último beso esta vez en su boca y volvió a jadear porque Seokjin se había girado completamente y estaba moliendo su erección contra la suya.

-Vamos a mi departamento...

-Si. Dios, que ganas tengo de chuparte aquí mismo.

-Estas jugando sucio Seokjin.

El hombre de ojos verdes rió y se dejó sujetar cuando Jimin lo subió a la camioneta.

El policía rodeó el vehículo para subirse rápidamente y poder llevar al hombre que lo tenía loco de amor a su departamento.

Tenía que volver a ganarse su confianza porque lo amaba y no podía dejar que Seokjin se alejara de él. No se iba a equivocar de nuevo y trabajaría todos los días para ganarse de nuevo el afecto del hombre más importante de su vida.

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tengan un bonito día.

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