XLVII
Esta canción es de Seokjin para Taehyung 💔.
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—No voy a perder mi título por encubrir esto Kihyun ¿Que mierda hiciste?
El arquitecto se pasó la mano por su cabello mientras miraba a su mejor amigo, un prestigioso médico, jefe del centro médico en donde Taehyung hacia su terapia, ese mismo centro médico que él buscó para que Taehyung no tuviera contacto con los médicos de su antigua ciudad.
¿Y porque Kihyun, con autorización de la madre de Taehyung, había querido cambiarlo de clínica?
Muy simple, Kihyun no quería que el ex novio de su bonito prometido llegara hasta él. Y él siempre lo supo, sabía de Seokjin mucho antes de que Taehyung comenzará a balbucear en sueños, había averiguado lo suficiente para sospechar que en algún momento ese hombre volvería por su Tae y él no lo podía aceptar. Y no le fue para nada difícil convencer a Kim Hee sun para que cambiaran al rubio de institución, además, si lo hacía tenía la facilidad de que la terapia fuera lo más lenta posible, evitando así que Taehyung pudiera recuperarse más rápido.
A veces Kihyun pensaba que hubiese sido un excelente actor, había engañado a Taehyung y así madre todo ese tiempo... Bueno engañaba constantemente a todo el mundo con su apariencia y buenos actos para los más necesitados.
—¿Que vamos a hacer?
—No, yo no me meteré más con este chico, déjalo ir. Además, después de este golpe quizá vuelva a ser el que era antes o definitivamente pierda más recuerdos hasta que ya no quede nada dentro de él.
A Kihyun eso último no le parecía para nada descabellado, incluso le gustaba más esa alternativa que la otra, pero iba a pasar unas horas antes de que pudiera ver la magnitud del daño.
—Entonces que debo hacer.
—Llévalo a un hospital, hay que tomar un examen completo a su cabeza —el médico miró a su mejor amigo con el ceño arrugado —las lesiones para él en su cabeza son peligrosas, si quieres mantenerlo con vida lo mejor es que lo lleves a que alguien lo revise.
—Bien, ¿Pero y que diré?
El médico suspiró —No lo sé, eso deberías haber planeado antes de golpear su cabeza.
—¡Por ningún motivo diré que lo golpeé!, además fue un accidente.
—¿Lo fue?
Kihyun desvió la mirada al cuerpo inerte de Taehyung y maldijo al chico, sabía que había estado condenado el día que fijó sus ojos en él.
Taehyung era un real problema para él y aún así siguió adelante. De hecho había pensado que sería fácil hacer que olvide su antigua vida, su antiguo amor, pero la sombra de aquel prostituto siempre estuvo en el medio.
—Lo dejaré aquí, de todos modos nadie sabe que volví, ni él lo sabía, me iré a algún hotel o algo así y alguien lo encontrará.
—Kihyun, ¿estás loco?, no puedes dejarlo aquí. Este chico puede morir.
—No importa, el mocoso de mierda me traicionó y eso se paga caro.
El médico lamió sus labios y luego asintió —Haz la mierda que quieras, yo no estoy en esto, si este chico muere van a llegar a ti y más te vale que tus labios estén cerrados.
—Lo estarán, pero nadie me va a culpar, de todas formas tengo demasiados contactos y dinero.
Ambos hombres no se miraron cuando comenzaron a limpiar el piso de la propiedad y luego la manilla de la puerta para luego dejar el departamento en total oscuridad.
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Jennie no podía creer que se encontraba nuevamente fuera de aquella bonita casa blanca de dos pisos que había visitados días atrás. Aunque no había entrado ella recordaba cada detalle de esta, incluso al revisar la dirección que le habían dado en la agencia de trabajo pensó que el nombre de las calles se le hacía levemente conocido.
Y mientras observaba la fachada pensó que la vida a veces era muy inesperada.
Tocó el timbre y llevó sus cabellos castaños detrás de su oreja, trató de relajarse y apretó un poco más fuerte el tirante de su bolso. Ese mismo que su amigo Taehyung le había regalado para su cumpleaños y que ella había recibido gustosa porque no tenía nada más que bolsos rotos y pasados de moda.
La situación de la castaña era por decirlo menos precaria, lo que la llevó a buscar nuevos horizontes y lamentablemente tuvo que cambiar de ciudad por una mejor vida o por lo menos intentar tener algo mejor.
Abrió la reja y Jennie entró lentamente, esperaba que su nuevo jefe no la reconociera, aunque era casi imposible que lo hiciera, ya que cuando Taehyung habló en el estacionamiento del hospital ella se había quedado dentro del hospital alejada de ellos y luego cuando estaba en el automóvil Seokjin no la había visto porque ella nunca se bajó del vehículo.
Cuando llegó a la puerta vio al hombre que tantas veces su mejor amigo Taehyung le describió cuando se estaba recuperando del daño en su cabeza.
Gentil, bondadoso, buen cocinero y extremadamente guapo, fueron algunas de las cosas que alguna vez le dijo el chico.
—Hola, ¿Eres Jennie?
—Si, buenas tardes señor.
Seokjin sonrió y la dejó entrar a su casa —Soy Kim Seokjin.
Ella sonrió sin mostrar sus dientes y sus ojos curiosos miraron por la bonita casa un momento, luego volvió su mirada hacia el alto hombre y de apariencia relajada.
—Mi hija Rachel vendrá en un momento, disculpa el desorden, estamos haciendo los preparativos para su cumpleaños.
—No se preocupe, ¿Cuantos años cumple?
—Siete.
Rachel bajó despacio las escaleras y cuando llegó al lado de su padre miró a la bonita chica frente a ella y le sonrió.
—Rach, ella es Jennie, es quien te va a cuidar mientras yo esté en el trabajo.
La niña asintió sin dejar de mirarla.
—Hola Rachel.
—Hola.
Seokjin se movió por la sala e invitó a Jennie a sentarse en uno de los sofás, cuando la chica lo hizo él hizo lo propio con Rachel en el otro sofá.
—No sé si ya estás al tanto del horario.
—Si, la agencia me entregó el horario en que debo cuidar a la niña.
—Si, ella sale del colegio a las tres.
Jennie asintió. —¿Debo pasar por ella al colegio?
—Si, no es muy lejos de aquí... —el teléfono del azabache sonó y este se levantó inmediatamente para contestar la llamada —es mi abuelo, iré a hablar a la cocina —le dijo Seokjin a Jennie, luego miró a su hija —quédate aquí y conversa con Jennie, vuelvo enseguida para dejar todo en orden.
Jennie asintió.
—Si papá —dijo la pequeña.
El azabache caminó hasta la cocina y Rachel con ojos muy grandes miró a la chica frente a ella.
—Tu papá me dijo que estarás de cumpleaños.
—Si.
—Eres muy bonita, me gusta tu cabello.
—Es rubio —Rachel miró sus pies y jugó con ellos —Taetae me lo trenzaba... Pero él está enojado conmigo —dijo bajito para que su padre no la escuchara.
Jennie tragó y trató de alejar la tristeza que de pronto la embargó al escucharla —¿Taetae?
—Él ya no está y yo todavía lo extraño.
—Oh cariño, no creo que él esté enojado contigo, eres una niña muy dulce y lo más probable que él también te extrañe.
—Él está enfermo y es mi culpa.
—No digas eso pequeña —Jennie sintió su boca seca —sea lo que sea que haya pasado tú no tienes la culpa.
Rachel se encogió de hombros —yo lo quiero...
—Seguramente él está luchando por recuperarse Rachel.
—Papá lo quiere, todavía llora por las noches —Rachel abrió sus ojos grandes y luego miró hacia la puerta cerrada de la cocina —él tiene una foto escondida de ellos dos juntos... Papi cree que no lo escucho llorar.
La castaña limpió la lágrima que bajo por su mejilla odiando que ambos estuvieran separados y que aún se amaran a pesar de todo.
—Hay amores que son difíciles de olvidar —sonrió tratando de calmar la presión en su pecho.
Rachel no dijo nada más y su mirada triste cayó sobre su ahora niñera —¿Te gusta dibujar?
—Me encanta, cuando era niña tenía una colección enorme de lápices.
—¡Yo también tengo una! —apludió la niña contenta.
—¿Que más te gusta hacer?
—Pintar.
—Eso es perfecto, haremos una planificación para cada día ¿Si?
Rachel asintió con una linda sonrisa en sus labios.
Jennie le sonrió también a aquella niña, tristeza fue lo que sintió al conocer un poco más como se sentía la pequeña con respecto a su mejor amigo.
Seokjin volvió a la sala y se disculpó —mi abuela no ha tenido buenas semanas, ahora mismo se está recuperando de un infarto, por eso me urgía contratar a alguien para Rachel.
—Espero que ella se encuentre bien —dijo la castaña sincera.
—Yo también, estaba pensando que ahora que vas a cuidar a mi bebé, podría ir todas las tardes a ver a mi abuela, no serían tantas horas y por supuesto que sería pagado, podría llamar a la agencia para alargar tu jornada de trabajo ¿Que te parece?
Jennie quería gritar de alegría, necesitaba más dinero, de hecho había estado pensando en buscar algún otro tipo de trabajo para poder cubrir el horrible y deteriorado departamento que había podido rentar.
—Puedo hacer aseo también señor Kim —avergonzada entrelazó sus dedos sobre su regazo —voy a ser sincera con usted... Necesito más dinero —sus mejillas se tiñeron de rojo al decir aquellas cosas —puedo cuidar de la niña hasta los fines de semana si usted lo requiere... Y en las mañana podría venir a hacer el aseo, incluso cocinar —dijo rápidamente.
Seokjin permaneció en silencio unos segundos —¿Tienes alguna deuda? ¿Algo ilegal?
—Oh no, nada de eso —mordió su labio sin saber si podía contarle toda su historia, porque si le decía que hace unos meses ella vivía en la calle quizá Seokjin se iba a enterar que Taehyung la había sacado de las sucias calles de la ciudad en donde había vivido toda su vida. Él le dio la oportunidad de hacer algo mejor que pedir en las calles y le dio una poco más dignidad al tratarla como una persona y no como un animal.
Jennie había vivido toda su infancia en hogares infantiles, nunca la adoptaron y a los dieciocho años salió del hogar para buscar una buena vida. Sin posibilidad de estudiar y buscando trabajos de bajo pago, Jennie se vio obligada a tomar más de un empleo y no siempre fue tratada bien.
—Está bien Jennie, vas a trabajar para mí jornada completa ¿Si?, llamaré a la agencia mañana a primera hora y modificaré tus horarios. —Seokjin vio los ojos llenos de agradecimiento de la chica y le recordó a él mismo muchos años atrás.
Ahora gracias a su trabajo podía darse el lujo de pagar un poco más por el servicio de la chica y vaya que lo necesitaba.
—Muchas gracias señor Kim, no lo voy a defraudar, va a ver que soy muy trabajadora, no se va a arrepentir.
Seokjin sonrió —Bien, dejemos las formalidades, soy Seokjin o Jin, pero señor no, me haces sentir viejo y tengo veinticinco recién.
Jennie parpadeó confundida, había jurado que Seokjin tenía más años, Taehyung siempre había hablado de él como un hombre muy maduro, muy seguro de sí mismo. Entonces ella había pensado que se refería a un hombre mucho más adulto.
Rachel que había ido a su habitación bajó con su caja de lápices y varias hojas, las dejó sobre la mesa de centro e invitó a Jennie a que pintara con ella.
El azabache asintió sin decir nada y caminó a la cocina, antes de entrar por completo en ella se giró y y observó a las dos dibujando —Jennie —llamó.
—Si, señor... Seokjin —rió bajito.
—¿Quieres cenar con nosotros?
—¡Si! —gritó Rachel.
La castaña no sabía que responder pero el rugido en su estómago respondió por ella.
—Bien —dijo Seokjin riendo —haré la cena.
Rachel comenzó a dibujar y Jennie bajó la mirada pensando que Taehyung estaba muy en lo cierto cuando le había dicho que quería recuperar al amor de su vida aún si le costaba perder la vida acomodada que estaba llevando.
Y Jennie rogó que su amigo pudiera volver al lado de aquel buen hombre que ese día había salvado su vida en más de un aspecto.
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Taehyung abrió los ojos lentamente y parpadeó muchas otras. Movió su cuerpo dolorido y acarició la suave manta que lo tapaba.
Estaba todo oscuro por lo que estiró su mano izquierda para encender la lámpara que estaba a ese lado de la cama.
Taehyung suspiró aliviado cuando encontró el interruptor y de pronto la habitación fue iluminada tenuemente.
Se sentó lentamente como recordaba que debía hacerlo, según su médico tratante siempre debía sentarse lentamente sin forzar el movimiento. Lo hizo y dejó que sus pies tocaran la suave alfombra de la habitación.
Se llevó la mano a la cabeza y acarició el lugar que le dolía, pronto recordó lo que había pasado con Kihyun y tragó nervioso.
Se levantó y buscó por la habitación su teléfono, pero no lo encontró en ese lugar por lo que salió de esta. Observó el departamento desde su habitación y caminó a paso seguro hasta la sala, encendió las luces y vagó por el lugar buscando su teléfono.
Lo encontró en la cocina, Taehyung arrugó el ceño cuando vio su teléfono completamente roto. El miedo se apoderó de él y corrió hasta su habitación olvidando por un momento que no podía hacerlo, no aún, pero no importó.
Buscó su billetera y horrorizado se dio cuenta que dentro de esta no había nada. Ni su dinero, ni sus documentos.
Una presión se alojó en su estómago y la lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas.
No podía ir donde su madre, tampoco donde su amiga Jennie, ella ya no se encontraba en la ciudad.
Estaba solo.
A merced de Kihyun.
Se sentó en el piso y apoyó su espalda en la cama, escondió su cabeza entre sus piernas y lloró.
No supo en que momento se durmió de nuevo, pero despertó con el ruido de la puerta principal. Su pulso se disparó y se levantó del piso con los ojos muy abiertos, había cerrado la noche anterior la puerta de la habitación por lo que esperó con su mano en el pecho que esta se abriera.
Miró un segundo por la habitación quizá buscando algo para defenderse en caso de que Kihyun quisiera atacarlo de nuevo, pero Taehyung no pudo ni mover un dedo cuando la puerta se abrió y la señora Moon entró a la estancia.
—Joven Taehyung —dijo sorprendida.
—Oh dios —el rubio corrió a su brazos y la sorprendida mujer acarició sus cabellos como si fuera un niño pequeño y no un hombre adulto —él se llevó todo —las lágrimas se agolparon en sus ojos y no le importaba estar llorando en los brazos de la mujer que trabajaba para Kihyun.
—Calma joven Taehyung, dígame que pasó.
—No tengo nada —lloró —no tengo como salir de aquí.
La señora Moon hizo una mueca con su boca, ella había ido sin avisarle a su patrón al recibir el llamado de una angustiada Jennie, la chica estaba al borde de un ataque de nervios porque no había podido contactarse con el rubio desde el día anterior y tenía mucho miedo de que algo malo le hubiera pasado, entonces la señora Moon había tomado su llave y se había dirigido a su lugar de trabajo incluso si ese día no le tocaba ir.
Y no se arrepentía mientras trataba de controlar al chico entre sus brazos.
Taehyung le recordaba a su nieto y le causaba tanta ternura ese chiquillo de sonrisa fácil y trato afable que no podía dejarlo ahí, aún si eso le costaría su trabajo.
—Vamos joven Taehyung, busque ropa y nos iremos de aquí.
El chiquillo asintió y se giró para abrir el armario, sacó su bolso y metió al menos dos mudas de ropa, también su ropa interior y todo lo que pudo poner en aquel costoso bolso.
—Lleve su joyero joven, si él se llevó sus cosas, usted tiene derecho a llevarse lo que le regaló —la mujer miró el fino joyero que descansaba sobre uno de los tantos muebles de la lujosa habitación.
—S-si.
El rubio tomó la caja con dedos temblorosos y la metió a su bolso. Se quedó en blanco un momento con su corazón latiendo fuerte en su pecho.
Estaba huyendo y tenía miedo, pero no quería estar en ese lugar cuando Kihyun volviera.
—Vamos joven.
Taehyung caminó detrás de la mujer y luego miró por última vez el departamento, ya casi en la puerta recordó su celular y corrió a buscarlo, aunque estaba roto sabía que podía usar el chip que estaba dentro.
Se giró y luego se agachó, abrió la puerta en donde estaba el basurero, algo le decía que su peluche estaba en aquel lugar.
Mayor fue su alegría cuando su oso pardo estaba ahí, sin cabeza pero estaba. Un puchero se formó en sus labios, tomó el cuerpo de su malogrado peluche y lo miró.
—¡Que tanto demora joven!
—Mi oso...
La señora Moon entró a la cocina y sacó el contenedor de basura, revolvió de esta un poco y pegó una risotada cuando encontró la cabeza del dichoso peluche, se la mostró a Taehyung y este otra vez se puso a llorar.
La mujer tomó una bolsa y metió la cabeza, luego le quitó el cuerpo que Taehyung tenía apresado a su cuerpo —joven Taehyung está sucio, vayamos a mi casa y lo arreglaremos ¿Si?
El rubio le entregó la parte del peluche y luego la señora Moon cerró la bolsa y la metió en su cartera.
Ambos llegaron a la puerta y Taehyung no miró hacia atrás ni una vez.
Luego cerró la puerta sin saber que sería lo que le depararía su tan incierto futuro.
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Estoy de vacaciones pero con ganas de escribir ♥️.
Tengan una bella semana, disculpen si no he contestado los comentarios pero Wattpad no me muestra la mayoría de los comentarios 😔.
Sepan que a pesar de todo las amo mucho y gracias por seguir aquí conmigo ❤️.
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