XLIII


Dedicado a una de mis personas favoritas, gracias por tu apoyo incondicional te quiero un montón hermosa 💕
PatriiShiranui

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Seokjin se miró por última vez al espejo antes de salir de su casa. Había dejado una vez más a Rachel en casa de sus abuelos y se disponía a salir una noche más.

Luego de su salida al área sur y ser drogado, Seokjin había hecho la denuncia y se abrió una investigación secreta en la cual él era participe.

Cuando llegó al lugar asignado se bajó del taxi y observó hacia el otro lado de la calle el automóvil negro que él sabía traía a los agentes que estaban investigando la red de tráfico en los bares gays de la ciudad.

Lamió sus labios y mientras entraba al oscuro lugar se abrió su chaqueta de cuero negra, metió sus manos en los bolsillos de su pantalón ajustado negro y pudo apreciar como varios hombres clavaron su mirada en él.

Nada nuevo.

Caminó seguro hasta la barra y se sentó para pedir una cerveza, su misión esa noche era fácil, Seokjin debía encontrar a quien estuviera llenando los vasos de droga de los más jóvenes que asistían a ese tipo de lugares.

O por lo menos encontrar algún sospechoso.

Muy simple.

Comenzó a tomar su trago tranquilo y mirando de vez en cuando sobre su hombro cuando algún hombre se acercaba a él.

Al otro lado el bar Jung Hoseok sonreía complacido al ver al hermoso hombre de ojos verdes, no podía creer la buena suerte que tenía, por fin sus ineptos jefes habían contratado al ex anfitrión y él estaba listo para hacer uso de su identidad falsa.

Su cabello rubio y largo lo hacía ver como un hombre completamente diferente, ojos azules, por supuesto, gracias a unos costosos lentes de contacto, nueva ropa, más ajustada y que lo hacía ver mucho más joven de lo que él era. Su piel ya no estaba tan clara, ahora lucía un precioso bronceado que hacía que más de algún chiquillo se diera vuelta a mirarlo.

Se había preparado para Seokjin, había estado follando con varios hombres desconocidos, ahora realmente podía asumir que era totalmente homosexual en privado, aunque su estampa de buen marido ante su familia la seguía manteniendo. Jung Hoseok tenía una doble vida y estaba feliz con eso, su trabajo le daba las facilidades para meterse sin problema en los bares que él jamás en el pasado habría puesto un pie.

Aunque él estaba en ese lugar para investigar, jamás se negaría a un polvo rápido en el baño de aquel lugar.

Lamió sus labios mientras se acomodaba en su silla, había sido una buena idea quitar a Park y a Min del departamento. Hoseok estaba al tanto de lo cercano que era el agente Min con el hermoso hombre de ojos verdes. Llevaba meses siguiendolos, aunque muchas veces casi fue descubierto por el impecable agente jamás dejó de seguir a Seokjin que era un poco más despistado, tan despistado que ni siquiera se había dado el tiempo de investigar quien había enviado la carta anunciando el compromiso de su ex novio Kim Taehyung.

Hoseok sonrió de lado y lamió sus labios mientras veía esa espalda ancha, tan maravillosamente marcada a través de la tela de su chaqueta.

Sintió su pene endurecerse mientras miles de imágenes de ellos dos follando venían a su mente. Quería probar sus labios, saborear su lengua y tocarlo por todos lados, ansiaba el día en que pudiera verlo sin ropa, quería tanto chupar y lamer su polla que el pensamiento era casi enfermizo.

Se terminó su botella de cerveza y gruñó cuando un hombre joven se acercó al azabache.

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Yoongi estaba frente al computador, esa noche le tocaba guardia y él estaba ansiando estar malditamente en otro lugar, había hablado con Seokjin y le había pedido mil veces que no accediera a meterse en los bares para trabajar con ellos, pero el rubio sabía que era caso perdido, Seokjin era terco y trabajando como infiltrado tenía las cosas que quería, acostarse con desconocidos y tener una excusa para eso sin sentirse culpable.

El rubio suspiró y tomó su teléfono para llamar a la abuela Kim, odiaba el hecho de que la anciana tuviera que cuidar de la pequeña Rachel mientras Seokjin andaba metiéndose en asquerosos baños para poder quitarse las ganas de follar.

Revisó sus papeles mientras la llamada conectaba, pero esta no fue contestada. Dejó el teléfono sobre su escritorio rogando que los abuelos estuvieran bien, últimamente Yoongi se sentía un poco paranoico y estaba viendo peligro en todos lados.

Se obligó a no pensar en que algo malo estaba pasando en casa de los Kim, seguramente la abuela estaba comprando fruta en el mercado y por la hora Yoongi estaba casi seguro que el abuelo Kim estaba jugando una partida de cartas con sus amigos y Rachel seguramente lo estaba acompañando.

Todavía era temprano, aún no oscurecía aunque él sabía que en donde estaba Seokjin el sol se había escondido hace mucho rato.

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Por más que Seokjin observó por horas todo el lugar, negándose a la compañía de muchos hombres que llegaron a su lado, no vio nada sospechoso.

El bar parecía uno de los normales y la noche había transcurrido sin mayores novedades. Hombres bebiendo, riendo, otros bailando ridículamente sobre el pequeño escenario que había en el lugar... ¿Droga? Ninguna.

Seokjin lamió sus labios y se giró sobre el taburete para observar el resto del oscuro bar en donde habían muchas mesas y en ellas varios hombres y mujeres bebiendo, conversando.

Solo un hombre llamó su completa atención mientras hacia el recorrido por la estancia con sus hermosos y atrayentes ojos verdes.

Rubio. Bien, eso era algo que le gustaba a Seokjin, hombres de cabello claro, el tipo se veía delgado, de buen porte y bien vestido.

Interesante.

Seokjin volvió a lamer sus labios y sonrió de lado cuando el hombre se levantó de su silla y caminó directo hacia él sin mirar a nadie más.

Ya no podía verlo tan claramente ya que el lugar de las mesas estaba un poco más iluminado que el resto del bar, por lo que Seokjin pudo distinguir su cabello rubio y una bonita sonrisa cuando lo tuvo frente a él.

Había tomado dos cervezas desde que estaba ahí y se había comunicado con los agentes que estaban fuera de este para indicar que su trabajo por esa noche había finalizado ya que era lo bastante tarde y el bar cerraría pronto.

Pensó en irse a su casa a dormir y contestar los mensajes de Yoongi, pero al contrario de eso pagó por lo que había tomado y caminó hasta la salida siendo seguido por el rubio de bonita sonrisa.

La noche era cálida, una pequeña brisa movió su cabello negro cuando salió del lugar. Seokjin caminó hasta el callejón y el rubio lo hizo detrás de él, cuando ambos estuvieron en aquella oscuridad el azabache se giró y tomó al rubio por los hombros y lo arrinconó hacia la pared.

—Eres por lejos lo más caliente que vi hoy en la noche —Seokjin dijo antes de robarle un beso al atractivo hombre. O por lo menos se veía así con la tenue luz del alumbrado público.

Hoseok sintió su sangre hervir mientras sus delgados labios eran devorados por los del hermoso hombre, gimió alto y sus ganas de más se apoderaron de él.

Quería hacer de todo con Seokjin, pero lo que más quería era ser follado de manera salvaje por el chico. Y no le importaba si estaban en un sucio callejón o en una cómoda cama. Iba a tener sexo con el hombre que había estado deseando por un largo tiempo y eso lo tenía fascinado.

Seokjin mordió su labio y luego sonrió de lado —arrodillate.

Hoseok dudó dos segundos antes de poner sus rodillas en el frío suelo y mirar hacia arriba.

El azabache llevó sus manos hasta su jeans y abrió el botón para luego bajar el cierre, bajó solo un poco su bóxer y sacó su polla.

—Ahora ponla dura —sentenció.

Hoseok sacó su lengua despacio, incluso un poco tímido, jamás se imaginó aquella faceta en el hermoso hombre que lo miraba esperando a que él le hiciera un oral en medio de la noche.

Lamió la cabeza hinchada y saboreó el líquido que allí encontró. Luego quiso probar un poco más pero la mano de Seokjin lo detuvo.

—¿Sabes lo que estás haciendo? —dijo un tanto molesto ante el recuerdo de la mala mamada que le habían dado semanas antes.

Hoseok asintió sin decir una palabra, lo único que quería era sentirlo y daría lo mejor de sí para complacerlo.

—¿Eres mudo?

Hoseok negó sin querer que el chico escuchara su voz.

—Bien, importa poco, usa tu lengua y ponme como roca, quizá hoy pueda follar un buen culo como el tuyo.

Hoseok asintió como un niño cuando quiere un juguete y ciertamente era así, tanto tiempo deseando aquello que su dignidad se había esfumado para siempre de sus pantalones.

Pensó en el chiquillo que había atropellado tiempo atrás y casi sonrió, su plan había salido mucho mejor de lo que había pensado.

Ahora solo faltaba quitar a Min del camino y Seokjin sería para él, completamente de él.

Abrió su boca y se metió toda la polla a su boca, lamió todo el tronco haciendo sisear a Seokjin, luego chupó la punta en reiteradas ocasiones para meterse todo de nuevo a la boca.

Escuchaba a Seokjin emitir sonidos pero ninguno fue un gemido, solo gruñidos, nada más, por lo que comenzó a chupar más rápido metiendo y sacando esa hermosa y deliciosa polla de su boca.

—Basta. —La voz de Seokjin sonó por todo el callejón —¿Tienes un automóvil?

Hoseok negó.

El azabache rodó los ojos molesto y lo levantó de solo movimiento.

—Entonces lo haremos aquí —dijo sin emoción alguna.

Hoseok comenzó a preocuparse, este Seokjin no era como él se lo había imaginado, pero estaba duro y caliente. Quería ser follado por ese hombre aunque lo estuviera tratando como si no valiera nada.

No importaba, valía la pena.

El azabache tomó la mandíbula de Hoseok y volvió a besarlo, estaba siendo brusco y lo sabía, mas no importaba, el sexo casual era así, sin emoción, sin sentimientos, sin la calidez de la preocupación por tu pareja.

El sexo casual se trataba de follar y listo.

—¿Es tu primera vez?

Hoseok estuvo a punto de decir que si, para probar si el azabache sería más gentil con él, pero no quería que Seokjin lo dejara tirado por su falta de experiencia por lo que negó.

El hombre de ojos verdes entrecerró sus ojos —no me gustan los vírgenes. —Ya no, pensó mientras giraba al rubio. Había estado con hombres vírgenes y Taehyung había sido el último y el más importante.

Pero ya no más.

Si iba a entregar su corazón nuevamente se daría el tiempo de saber que su acompañante tenía un poco de experiencia, quizá no como la que él tenía pero que al menos supiera usar un jodido condón.

Seokjin ya no le quería enseñar a nadie lo que era tener relaciones sexuales.

Seokjin ya no quería enseñarle a amar a alguien y luego ser desechado como si no valiera nada su amor y su entrega.

—Hay... hay un motel en la esquina —dijo Hoseok mientras sentía el duro bulto del azabache en su trasero.

Seokjin dio un paso atrás y se abrochó el botón de su pantalón —bien, pero lo pagas tú.

Hijo de puta, Hoseok estaba empezando a molestarse.

Ambos hombres caminaron por el oscuro callejón hasta que llegaron al motel.

Este era un pasillo largo de puertas, las luces indicaban si estaban ocupados o no. Habían a lo menos veinte puertas todas iguales, en su mayoría con las ampolletas en color rojo, quedaban dos verdes y en una de esa entraron.

Seokjin iba a encender la luz para ver un poco más que la tenue iluminación que provenía de algún lugar de la habitación, pero Hoseok fue más rápido y le quitó la mano del interruptor, buscó su billetera y sacó el dinero para pagar el lugar, luego los dejó en el apartado por donde cobrarían y cuando se giró se abalanzó sobre el azabache, le robó todos los besos que siempre había querido obtener de esos gruesos y rosados labios.

Seokjin cayó a la cama con el hombre rubio sobre él, sus manos bajaron inmediatamente a tocar su trasero mientras sus lenguas se encontraban una y otra vez. Hoseok gimió en esa boca y se sentó a horcajadas sobre el duro pene del azabache, comenzó a moverse sobre este gimiendo sin parar.

El de ojos verdes entrecerró sus ojos y se sentó apoyando su ancha espalda en el respaldo de la cama. Tomó del cabello al hombre sentado sobre él y rompió el beso.

—¿Estás tan caliente por mi polla? No paras de gemir como una puta.

El rubio se encendió ante tales palabras y siguió moviéndose sobre el bulto bajo él. Mordió el labio ajeno y le sacó un gruñido a Seokjin, quería escuchar sus gemidos, quería volverlo loco.

Dejó esa pecaminosa boca para quitarse la chaqueta y luego su camiseta ceñida a su cuerpo. Se bajó de la cama ante la mirada de Seokjin y se desnudó.

El azabache se quitó la chaqueta y luego su camiseta gris, después fue el turno de su pantalón, los calcetines y sus zapatos. Solo en bóxer se quedó en medio de la cama siendo devorado con la mirada por el hombre que aún estaba parado a un costado de la cama.

Hoseok quiso subirse nuevamente sobre el cuerpo del menor cuando puso una rodilla sobre la cama pero este no lo dejó.

Seokjin se incorporó y tiró a Hoseok sobre las almohadas —¿Sabes? Tu cara se me hace conocida —dijo mientras trataba de observar el rostro del contrario —es como si te hubiese visto antes.

—Mhm, no lo creo —Hoseok abrió sus piernas invitando al azabache para que lo tomara de una vez por todas.

Seokjin hizo caso omiso a la corazonada que sintió. No estaba del todo cómodo con aquel hombre y eso no le pasaba hace mucho tiempo. Pero alejando esa sensación bajó su mirada por todo ese cuerpo, realmente no estaba tan caliente como había estado en el callejón, Seokjin estaba un poco preocupado por que la idea de follar en lugares públicos se le estaba haciendo más interesante.

Se acercó al cuerpo caliente que tenía bajo él y buscó su boca, sorprendentemente el hombre besaba bien. Sintió las manos del rubio sobre su trasero invitándolo a más.

—¿Quieres mi polla? —Seokjin odiaba las prisas.

—Si, es lo que quiero.

—Bien, ponte en cuatro —ordenó.

Hoseok no quería hacerlo así, quería ver la hermosa cara del hombre de ojos verdes, pero una palmada en su culo le hizo saber que el que mandaba esa noche no era él.

Se puso en posición mientras sentía al azabache moverse detrás de él buscando algo.

—Abre las piernas.

Tragó e hizo lo que le pidió sin decir una palabra. Sintió un dedo dentro de él y un líquido bajar hasta sus bolas. Mordió su labio y cerró los ojos. Luego los abrió, los dedos se sentían raros, era como si fueran otra cosa, por lo que miró por sobre su hombro, Seokjin estaba profanando su agujero con guantes en su mano.

Gruñó cuando sintió el segundo dedo y olvidándose de la incomodidad comenzó a mover su trasero encontrando los maravillosos dedos largos del experimentado hombre tras él.

Escuchó el envoltorio del condón ser rasgado y la impaciencia de ser follado nubló sus pensamientos.

Seokjin lubricó su pene lentamente luego de haberse quitado el guante de su mano derecha mirando en todo momento al hombre abierto para él, lamió sus labios y suspiró al darse cuenta que ya no quería encuentros esporádicos, quería todo lo que había tenido tiempo atrás.

Se posicionó detrás del rubio y de solo una estocada lo llenó con su gruesa y larga polla. Sus manos se fueron hasta los glúteos ajenos y comenzó un lento vaivén en donde no dejó de escuchar en ningún momento los gemidos del hombre.

Seokjin gruñó y apretó la mandíbula mientras sentía su pene ser apretado por ese estrecho agujero. Gimió por primera vez en la noche mientras el rubio lo encontraba en cada estocada.

—¿Te gusta así? ¿Te gusta sentir mi polla llenandote? —Seokjin lo embistió rudo y la cabeza del hombre chocó con el respaldo de la cama.

—Mierda si...

Seokjin llevó una de sus manos hasta el cabello rubio y suave. Lo tomó y lo hizo enderezarse mientras lo seguía penetrando. Hoseok se quejó por el acto pero dejó que Seokjin hiciera lo que quisiera con él.

Después de todo había logrado su cometido.

El azabache quitó la mano del cabello rubio y la bajó hasta la polla ajena, comenzó a trabajarla con movimientos rápidos que tenían a Hoseok jadeando y gimiendo desesperado. Nunca había sido tomado de esa manera, realmente Seokjin sabía lo que hacía y eso lo tenía ansiando más, mucho más.

Luego de varios minutos en esa posición Seokjin decidió que era momento de cambiar, por lo que lo tiró hacia la cama y se subió sobre él hasta la altura de su pecho, se quitó el condón y dijo: —abre la boca rubio.

Hoseok tragó al ver la dura polla de Seokjin tan cerca de su boca. La abrió y sacó su lengua, luego alzó un poco su cabeza para poder tomar un poco más y cuando lo hizo miró hacia arriba. Seokjin estaba mirando hacia el techo y Hoseok agradeció que todavía hubiera un poco de iluminación en aquella habitación por qué la vista de su nuez de Adán lo hizo gemir y chupar aún más rápido.

Seokjin sintió su orgasmo construirse en su interior mientras su polla era devorada. Gimió por segunda vez y escuchó su teléfono.

Era tarde por lo que no era una buena señal. Cerró los ojos y se dejó ir en la boca del rubio mientras este recibía todo su semen caliente.

Se quitó de encima y buscó su teléfono rápidamente.

Era Yoongi.

—¿Donde mierda estás?

—¿Pasó algo?

—Si, Rachel me llamó, voy en camino donde tu abuela, algo pasó.

Seokjin buscó con la mirada sus ropas y caminó hasta estas para vestirse, revisó la hora en la pantalla de su teléfono y maldijo.

Volvió a llevarse el teléfono a la oreja mientras se ponía su boxer.

—¿Que te dijo?

—Algo de tu abuela, no entendí, yo apenas salí del trabajo, de hecho dejé todo tirado ¿Estás en tu casa?

El azabache mordió su labio y tomó su pantalón para ponérselo rápidamente así como también sus calcetines y zapatos. —No, pero voy saliendo para allá.

—Bien, me lo esperaba de todas maneras...

—Yoo... —Seokjin se dio cuenta que no estaba solo por lo que cortó la llamada y se metió el celular en el bolsillo. Se puso la camiseta y tomó su chaqueta.

Hoseok no podía creer que el hombre que había deseado por tanto tiempo se estaba vistiendo como si nada.

Maldito hijo de puta.

—Tengo que irme... Fue bueno... —Seokjin abrió la puerta de la habitación y se marchó sin mirar atrás.

El rubio arrugó su ceño y se levantó furioso para buscar sus ropas.

¿Que se creía?

Pero las cosas no quedarían ahí.

Hoseok tenía un elaborado plan para dejar a Seokjin solo, tan solo que no tuviera a quien recurrir y ahí estaría él esperando y si las cosas no salían como él las tenía planeadas, siempre se podían hacer a la fuerza.

Hoseok sonrió de lado, había probado un poco de Seokjin y había amado cada segundo junto a él, apesar de lo rudo que había sido su encuentro.

Nada que no se pudiera arreglar en el futuro...

Con ese pensamiento Hoseok se terminó de vestir y dejó también la habitación.

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Me voy a poner 5 estrellas porque quería dejar con ganas a Hobi xD.

¿Como están? Espero que tengan un lindo día.

Yo la verdad es que no estoy pasando por mi mejor momento, ando un poco triste estos días así que quizás me tome un descanso hasta febrero.

No estoy muy segura pero quizá sea lo mejor.

Besitos a todo aquel que lee esta historia y le dio una oportunidad.

❤️

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