XII


Jung Hoseok se paseaba por su oficina intranquilo. Estaba en ese lugar escuchando toda la información recabada de su infiltrado en el prestigioso club para hombres Paradise.

—Entonces ¿me dices que ese chico de ojos verdes no sabe lo que pasa dentro del club?

—No lo sabe. Él sale mucho en realidad y cuando se hacen los intercambios él jamás está, no sé si es coincidencia pero es así.

—¿Sale mucho?, ¿Dónde va?

Su informante lo miró un momento antes de responder —No lo sé la verdad, no somos tan cercanos. He tratado de entrar a su círculo de amigos pero no he podido acercarme a él del todo.

—Bien. Entonces se está moviendo algo dentro del club pero la tienen tan jodidamente bien escondida que cuando vamos no encontramos nada —Hoseok llegó hasta la ventana de su oficina —Bien, gracias por tu trabajo agente, lamento que tenga que estar inmerso en ese ambiente.

—No es nada capitán Jung —sonrió —lo disfruto mucho en realidad.

Rodó los ojos y sin mirar a su agente infiltrado lo despachó.

Volvió a su escritorio y revisó las fotografías que había tomado del anfitrión de ojos verdes.

Lamió sus labios inconscientemente al verlo. Llevaba unos días siguiéndolo pero para su mala suerte el chico se movía muy poco. Había algo que lo inquietaba, algo del anfitrión que lo tenía pensando.

No sabía que era, no entendía porqué ese muchacho llamaba tanto su atención. Había algo llamativo en él, Hoseok no quería interiorizar tanto en eso, más bien quería creer que su interés era por la investigación. Aún creía que el anfitrión sabía algo.

Volvió a revisar las fotos y se levantó molesto al mirar su entrepierna. Estaba tan malditamente duro bajo su pantalón de trabajo.

Molesto caminó hasta su baño para poder arreglar su problema.

— —

Seokjin despertó con Jungkook anclado a él. Giró su cabeza y suspiró por la imagen que veía. El futbolista dormía con la boca entreabierta y respiraba suavemente. Se veía aún más joven de lo que era, sus facciones relajadas le daban un aire mucho más aniñado.

Tocó su rostro suavemente, llevó su dedo índice hasta sus labios, eran tan suaves y bonitos. Siguió tocando suavemente su rostro hasta la cicatriz casi imperceptible que Jungkook tenía en su mejilla izquierda, contó sus lunares y dejó un pequeño beso en el lunar que tenía bajo el labio inferior.

—No me enojaría si me despertarás así todas las mañanas.

Seokjin alejó su mano y se la pasó por el cabello.

—Lo siento, no quería despertarte.

—No importa, creo que es hora de irme, parece que dormimos mucho.

Sonó un timbre dentro de la habitación que informaba que la hora del cliente había finalizado.

—Si, pasaron las horas. Lo siento Jungkook no pudimos hacer mucho.

El futbolista rió y se sentó en la cama —Creeme que mi zona baja dice que hiciste demasiado por mí hoy.

Seokjin se quedó acostado con la sábana tapando la mitad de su cuerpo. Observó cómo su cliente se vestía y por un momento quiso pedirle que se quedara.

Cerró los ojos molesto por pensar así. Él era un simple trabajador sexual que servía nada más que para satisfacer las necesidades de sus clientes.

Aunque el futbolista le dijera que podría darle una mejor vida, él jamás creería en las palabras de los hombre. No. Nunca más confiaría en uno.

Aún con los ojos cerrados sintió un beso en sus labios.

—Nos vemos la otra semana y me gustaría salir contigo.

Lentamente los abrió. Jungkook estaba mirándolo desde arriba ¿Porqué era tan atractivo?, esos bonitos ojos no lo dejaban pensar con claridad.

—¿Salir?

—Todavia estoy en recuperación y tengo que ir a unas termas para recuperar más rápido los músculos dañados ¿quieres ir conmigo?

El timbre volvió a sonar y Jungkook dejó otro beso en sus labios —Volveré.

Y se retiró de la habitación.

Suspiró y se metió en las sábanas. Enojado consigo mismo por dejarse llevar como un principiante.

Él conocía las reglas, sabía que no debía pasar los límites con sus clientes pero últimamente se veía rompiendo todas y lo peor de todo era que le gustaba.

Le gustaba sentirse de alguna forma querido, más allá del deseo de los hombres, quizás estaba siendo ingenuo pero le gustaba pensar que ellos de verdad le querían dar una mejor vida y que dejara atrás la vida de mierda que llevaba.

Porqué follar a otros hombres por dinero era caer bajo, muy bajo.

Se dió ánimos y salió de la cama, fue hasta el baño de la habitación que por alguna razón los clientes no ocupaban, seguramente por asco. Pero Seokjin estaba al tanto que estaban completamente limpias.

Se metió a la ducha y se quedó ahí pensando en su vida en el pasado y en lo distinta que esta era ahora.

Ya en su habitación Seokjin buscó la foto de su hija Rachel y la miró, dejó un beso y la volvió a esconder entre sus ropas. Se puso pijama y aunque ya los rayos de sol estaban llegando débilmente a su ventana se acostó. Había dormido unas horas con Jungkook pero aún así necesitaba recargar energías.

Cerró los ojos y trató de dormirse pero no tenía sueño. Cerca de las diez de la mañana se levantó definitivamente, un poco mal genio por no haber podido dormir.

Se vistió nuevamente y tomó su mochila negra, ese día tenía libre por lo tanto debía ir a ver a su pequeña hija.

Tomó su billetera y salió de su habitación.

Fuera del club estaba todo tranquilo. Salió por la parte trasera y se dirigió a paso lento hacía la parada de buses. Arregló su gorra negra y mientras lo hacía se dió cuenta que alguien lo estaba siguiendo.

Era un automóvil negro con los vidrios polarizados, no quería ser tan obvio pero quería mirar.

Dobló en la esquina  y se metió en una tienda.

—Buenos dias —dijo un chico detrás del mesón —¿en que lo puedo ayudar?

Seokjin miró a través de la ventana el automóvil había parado justo fuera de la tienda. El pelinegro observó el lugar un momento, era una tienda de mascotas.

—¿Señor? —habló nuevamente el chico.

Seokjin finalmente se giró y lo miró rápidamente —Yo... um, no necesito nada...

El chico frunció el ceño y rodó los ojos cuando el no cliente volvió a mirar por la ventana. Observó por la ventana que a pesar de las jaulas y todo lo que había cerca de estas aún se podía apreciar la calle. Afuera había un automóvil negro. El dependiente no encontró nada extraño en eso y volvió su vista hacia el extraño hombre que vestía completo de negro y con una gorra en su cabeza.

—Señor, si no va a comprar tiene que salir de aquí.

Seokjin no se movió de dónde estaba parado. Quería que el automóvil se fuera, no sentía que fuera seguro salir.

Miró hacia el chico que se notaba estaba muy molesto y suspiró derrotado —Déjame ver —miró por el lugar pero no podía comprar nada, no tenía mascotas y su hija tampoco por lo que optó por ser honesto —lo siento pero no puedo salir, ese vehículo me está siguiendo desde qué salí de mi... —¿casa, trabajo? Seokjin no sabía cómo llamar al Paradise —trabajo. Y la verdad que no tengo idea porqué.

—Oh, ya veo —el chico pensó en que le estaba mintiendo — me vas a asaltar ¿cierto? —dijo el chico totalmente serio.

Seokjin se echó a reír y el chico hizo una mueca bastante infantil —¿qué dices? —volvió a reír y el chico se contagió también con su risa.

—Bien, creo que no eres un ladrón, no te muevas —el chico salió de su lugar y llegó hasta la puerta, salió y bajó la cortina metálica de la tienda. A los segundos volvió a entrar y cerró la puerta con seguro —Ven, vamos a tomar un café o té, lo que quieras mientras se va el auto misterioso.

Seokjin dudó pero aún así siguió al chico hasta lo que parecía ser un comedor bastante acogedor.

—¿Qué prefieres? —el dependiente apuntó sobre la encimera.

—Té, gracias.

—Toma asiento —se giró para empezar a preparar las bebidas calientes. Estaba de espaldas a su no cliente pero aún así le habló —a mi también me gusta el té, me hace mal el café —no recibió respuesta, pero estaba bien. Estaba acostumbrado a que no lo tomaran en cuenta.

Llenó las tazas cuando el agua estuvo lista y se sentó frente al hombre de negro.

—Gracias —Seokjin tomó la taza entre sus manos sintiendo la calidez de esta.

—Soy Taehyung ¿tú cómo te llamas?

Seokjin lo miró a los ojos, había algo en esos ojos color chocolate, algo familiar y luego del susto de haber sido seguido por las calles agradeció que el chico frente a él lo ayudará.

—Yo...

Un teléfono sonó en algún lugar y Taehyung se levantó como un resorte de la silla.

Volvió prontamente con las mejillas rosadas —Lo siento por eso.

—No te preocupes, gracias por ayudarme —dijo sincero y mirándolo a los ojos.

—No es nada, aquí es tan aburrido —Taehyung miró su taza.

—¿Esta tienda es tuya?

—No —negó repetidas veces con su cabeza —es de mi abuela yo solo la atiendo para ayudarla, ella ya está algo mayor.

—Entiendo, yo también tengo a mi abuela ya algo mayor —sonrió al recordarla —de hecho ahora iba hacía allá.

—¿Es muy lejos? —Taehyung tenía ojos curiosos.

—Si, es fuera de la ciudad me demoro una hora en llegar y ya voy tarde... Si no fuera por ese auto que me está siguiendo ya estaría en camino.

—¿Tienes problemas con la ley?

—No —aclaró de inmediato —pero el lugar en el que trabajo está bajo investigación —¿qué estaba diciendo? estaba hablando de más.

Últimamente estaba haciendo todo mal.

—¿Dónde trabajas?

Seokjin se recriminó por su falta de tacto pero ya no podía hacer nada más que responder al chico de ojos color chocolate —Cerca de aquí.

—Ya veo... Eres muy misterioso, pero está bien —se encogió de hombros.

—Lo siento, solo que hay cosas que prefiero no decir.

Taehyung asintió pensativo —¿Quieres más té?

El de ojos verdes miró su taza casi vacía, no quería irse del lugar aún, hace mucho que no tenía una conversación normal con alguien que no fuera un cliente o parte de su familia.

—Bueno, un poco más.

Conversaron mucho tiempo, de todo un poco, por obvias razones el chico tenía mucho más que contar. Taehyung sorprendentemente tenía la misma edad de Seokjin, este había pensado que el chico era menor, pero no. Le comentó que estaba estudiando teatro y que lo que quería era ser actor e irse del país. El chico vivía cerca de su universidad y sus padres lo hacían en una ciudad más pequeña. Un tanto lejos de la capital.

Y Seokjin se dió cuenta que los abuelos de Taehyung y sus abuelos vivían en la misma calle.

Cuando se despidieron en la puerta de la tienda ya no había rastro del automóvil negro misterioso y Seokjin ya no tuvo tanto miedo después de haber pasado la mitad de la mañana con Taehyung.

—De verdad gracias, estaba un poco asustado —sonrió y se puso la mochila en sus hombros.

—De nada, si vuelve a pasar puedes venir aquí, abro a las nueve y cierro a las seis.

Seokjin soltó una risita y se alejó agitando una de sus manos en forma de despedida.

Taehyung suspiró al verlo irse, se había sentido realmente bien haber hablado con el hombre misterioso. Una leve decepción se alojó en él al saber que nunca más lo vería.

Ni siquiera sabía su nombre.

Entró a la tienda de nuevo y se sentó en su lugar de siempre detrás de la caja registradora. Apoyó su codo en el mesón de vidrio y apoyó el mentón en su mano.

De pronto alguien irrumpió en la tienda. Era un hombre alto y delgado con la mirada más asesina que Taehyung había visto alguna vez.

—Buenas tardes señor.

—Buenas tardes, mi nombre es Jung Hoseok —sacó su placa para identificarse —capitán y jefe de la unidad de Antinarcóticos y Crimen Organizado de la ciudad de...

—¿Qué necesita señor? —A Taehyung no le gustaban los policías.

—Solo quiero saber algo sobre un sospechoso al que estoy investigando. Un hombre de aproximadamente un metro ochenta, pelo oscuro, entró a su tienda temprano esta mañana.

—¿Usted lo estaba siguiendo?

Hoseok lo miró como si Taehyung fuera la persona más desagradable del mundo. Pero a diferencia de otros, el chico no se intimidó bajo esa mirada seria.

—Eso no es de su incumbencia.

—De hecho lo es señor, usted está en mi lugar de trabajo preguntando por un cliente, no tengo porqué responder a sus preguntas si usted no me informa debidamente que es lo que realmente quiere saber de esa persona.

—Mira mocoso aquí entre los dos yo soy la ley, por tanto debes responder ante mi.

—Bueno entonces pregunte que tengo muchas cosas que hacer.

Hoseok guardó su placa y respiró profundo. Estaba odiando mucho al mocoso rubio que tenía frente a él.

—¿De donde lo conoce?

—¿A quién?

Hoseok gruñó pero se calmó inmediatamente —¿conoce al hombre que entro a su tienda está mañana?

—No.

El capitán se llevó sus dedos al puente de su nariz —¿Lo habías visto antes?

—No. Nunca lo había visto, él entró a mi tienda asustado porque dijo que lo estaban siguiendo —¿Es un delincuente?—preguntó casi con inocencia pero lo único que quería era hacer enojar al policía y que se fuera de una maldita vez de su tienda.

—Yo... No puedo hablar de eso, es información confidencial —Hosoek se rascó la nuca y sabiendo que no obtendría más información y un poco asustado también por qué ambos chicos se habían dado cuenta que estaba siguiendo al anfitrión, había pensado que su sospechoso no se había dado cuenta que lo seguía.

Hoseok luego de unos minutos se retiró del lugar.

Taehyung miró hasta que el raro policía se retiró. No entendía por qué andaba siguiendo al chico de ojos verdes. El hombre no se veía como un delicuente o un criminal de temer.

Y Taehyung pensó que nunca había visto a un hombre con los ojos de ese color y que fueran reales. Porque Taehyung sabía que esos ojos no eran lentes de contactos. Estaba casi seguro.

Sonrió y buscó la pala que estaba debajo del mesón para empezar a limpiar las jaulas.

☆★

Apareció Taehyung 😌

Ahora están todos xD.

Este es algo así como esos capítulos que son puro relleno pero son necesarios para el avance de la historia.

Perdón por lo poco😂

Nos leemos pronto ♥️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top