VII


Seokjin bajó rápidamente las escaleras y tomó el brazo del rubio quien lo miró sorprendido por el acto.

—¿Qué haces aquí Jimin?

—Extrañaba verte, vine por una copa con mi anfitrión favorito.

—¿Estás borracho?

Jimin rió y se tambaleo mientras trataba de zafarse del pelinegro.

—Quizá, pasé a un bar a tomar algo... De verdad te extrañé.

—Mierda Jimin, ven —Seokjin lo arrastró por los pasillos hasta un área libre de guardias y cámaras de seguridad, o eso esperaba Seokjin.

El rubio reía mientras era arrastrado por los pasillos oscuros del club.

Llegaron hasta una habitación que no era usada por nadie, servía para guardar ropa y accesorios para los anfitriones.

Jimin se apoyó en una de las paredes y puso sus manos en los bolsillos mientras miraba a Seokjin que estaba frente a él.

—¿Porqué eres tan atractivo?

Seokjin bufó molesto y se acercó a él.

—Tienes que irte de aquí.

—¿Porqué?

—Por qué eres un jodido policía encubierto y no se que mierda andas averiguando pero yo no quiero estar involucrado.

El rubio sorprendido se movió para tomar sus manos, falló y cayó de rodillas al piso.

—Seok-...  Yo lo siento debía haberte dicho.

El anfitrión se arrodilló y tomó la cara del abatido policía que murmuraba cosas sin sentido.

—¿Cómo me llamaste?

Jimin se mordió el labio y levantó su mirada hacia Seokjin que tenía la cara desfigurada. Nunca lo había visto así.

—¿Me investigaste? ¡Dime maldita sea!  ¡Qué sabes de mí! —gritó.

—No te enojes... Soy policía tú lo sabías... Tenfo acceso a mucha información.

—Increíble —el pelinegro se alejó todo lo que pudo de Jimin.

Deneb...

—¡No me digas así cuando ya sabes mi puto nombre!

Jimin se levantó como pudo y llegó hasta él.

—Sal de este lugar, yo te puedo ayudar... Yo puedo darte una mejor vida.

—Aléjate de mí —Seokjin sintió un nudo en su garganta —Yo... —su voz salió con dificultad —confié en tí, de cierto modo y sabiendo que tu eras policía yo confié en ti Jimin ¿por qué me investigaste, que querías saber?

—Lo siento... De verdad lo siento yo solo quería saber de tí... Tú me gustaste desde el primer momento en que te ví... Yo no estoy en ninguna investigación aquí, esa ya no es mi área... Lo fue en algún momento pero me sacaron.

—¿Por qué? —Seokjin preguntó en un murmuro.

—Por tí.

—¿Por mí?, ¿qué significa eso?

—Que mi superior de alguna forma se enteró que estaba viniendo y me pidió investigar, yo me negué y por eso me sacó del caso.

—¿Qué caso? Dime que están investigando.

—No puedo Seokjin, aunque quisiera contarte todo no puedo, arriesgo mi trabajo, lo único que te puedo decir es que es una investigación secreta y que tiene de cabeza a todo un departamento.

Seokjin se quedó quieto cuando Jimin acarició su mejilla.

—Yo te puedo dar un gran futuro, puedo darte cariño, podemos hacer una vida juntos si quieres.

—No hagas eso —el pelinegro se alejó cuando sus ojos comenzaron a picar.

Jimin no se dió por vencido y lo tomó suavemente del brazo para evitar que se fuera de su lado.

—Podemos iniciar una vida juntos, los dos... —Jimin lo tomó por la cintura.

—¿Te estás escuchando? —Seokjin rió, pero sus lágrimas comenzaban a asomar por sus verdes ojos —¿Quieres formar una vida con un hombre como yo? —el anfitrión trató de moverse pero no pudo, Jimin lo tenía fuertemente abrazado —Un hombre usado.

Una lágrima se deslizó por la mejilla del pelinegro, Jimin lo atrajo más cerca juntando sus frentes.

—Iniciar de cero, eso es lo que quiero hacer contigo, sin importar lo que hayas hecho antes... No me importa, yo solo te quiero a tí.

—No... no prometas cosas que no vas a poder cumplir —Seokjin acarició los mechones rubios que caían sobre la frente del atractivo policia —¿sabes cuántos hombres me han prometido lo mismo que tú?

Jimin tragó, el efecto del alcohol lentamente se alejaba de él —Pero yo no soy como los otros, tú has sido diferente conmigo siempre o ¿me equívoco?

El anfitrión sonrió levemente y asintió con su cabeza, Jimin se sentó en una mesa que había cerca de ellos y acercó al pelinegro quien lo abrazó por el cuello y apoyó su cabeza en su hombro.

—Jimin por favor no me hagas querer cosas a las que no puedo optar —susurró mientras se aferraba más fuerte al rubio —por favor... No me des algo que después me vas a quitar.

Más lágrimas cayeron mientras abrazaba al policía que lo hacía querer dejar todo botado y lanzarse a lo que fuese que el rubio le quisiera dar. Pero no podía dejar de pensar que él tenía una doble vida, tenía una hija a la que tenía que proteger.

No podía pensar solo en él, tenía una tremenda responsabilidad con sus abuelos. No podía dejar todo tirado como adolecente enamorado y salir corriendo.

No, él no podía permitirse elegir.

Jimin se tensó y tomó más fuerte de la cintura al pelinegro mientras acariciaba su espalda. Él de verdad quería darle todo, quería sacarlo de ese lugar. Quería darle una nueva vida, que pudiera estudiar o trabajar en algún lugar en donde Seokjin se sintiera a gusto. Jimin necesitaba que el pelinegro se diera la oportunidad de elegir, de optar a algo mejor.

Él por experiencia sabía que los hombres y mujeres que trabajaban en dichos lugares la mayoría lo hacían por necesidad, por falta de oportunidades o por que necesitaban altas sumas de dinero en corto plazo. Él mismo había visto a muchos chicos perderse en el comercio sexual, caer en drogas. Él no quería eso para Seokjin. Tenía que sacarlo de ahí y darle un hogar.

—Me tengo que ir Jimin —Seokjin se enderezó y se secó las lágrimas con sus dedos.

Jimin acarició sus labios con su pulgar y se acercó lentamente, posó sus labios sobre los otros y enloqueció cuando Seokjin lo tomó de la nuca e introdujo su lengua. El rubio no perdió oportunidad y recibió el hambriento beso con gusto, tomó su rostro entre sus manos mientras bajaba la intensidad y el beso pasó de ansioso y lujurioso a uno más tranquilo y suave.

El rubio se separó lo suficiente para poder susurrar en la boca de Seokjin.

—Te quiero en mi vida, no te imaginas cuanto...

—No puedo Jimin, no puedo elegir.

—Si puedes, claro que puedes elegir... Dame la oportunidad de amarte como lo mereces.

El policía volvió a besarlo y se sentía tan bien. Necesitaba que Seokjin creyera en él, que lo viera como alguien con quien pudiera iniciar algo en el futuro.

—Deja de decir esas cosas Jimin, yo no merezco lo que me quieres dar —Seokjin respiró profundo antes de alejarse del rubio.

Caminó lentamente hasta la puerta y se giró.

—Tengo cosas que hacer, por favor Jimin no vuelvas, no pongas es riesgo tu trabajo... Yo te iré a ver ¿si? —tomó el pomo de la puerta —Espera por mí.

Jimin se quedó mirando la puerta una vez que Seokjin ya no estuvo en la habitación con él. Se bajó de la mesa y salió sigilosamente del lugar, su arma descansaba en la parte trasera de su pantalón, siempre debía andar preparado. El pasillo era oscuro y no recordaba muy bien por donde lo había llevado Seokjin. Ya se sentía un poco más lúcido, siguió caminando y encontró la salida. Se arregló el cabello y volvió al bar.

Observó el lugar. Habían pocas personas en las mesas, todo se concentraba en la barra. Ahí habían algunos anfitriones hablando con los clientes. Jimin recordó lo que una vez le dijo Seokjin cuando había llegado un domingo para estar con él.

Los domingos eran los días en que el club paraba en cierto modo su funcionamiento, ese día los anfitriones se dedicaban a capatar potenciales nuevos clientes.

Jimin se sentó en una de las mesas y rápidamente llegó un mesero a atenderlo.

—Señor, buenas noches bienvenido a Paradise ¿qué se va a servir?

—Whisky solamente gracias.

—¿Quisiera la compañia de alguno de nuestros anfitriones mientras bebe?

—No gracias. Estoy bien.

El mesero asintió silenciosamente y se alejó a buscar su trago.

Jimin cerró los ojos y recordó el primer trago que pidió en ese lugar, cuando le preguntaron si quería la compañía de algún anfitrión él miró por el lugar y divisó a Seokjin hablando con otra persona, lo vió sonreír y eso había sido suficiente para elegirlo entre todos los otros.

Y él quería tanto que ahora Seokjin lo eligiera entre todos los demás.

—Oficial Park, no pensé que volverías a este lugar, no después de la sanción.

El rubio levantó su mirada, tensó su mandíbula cuando vió a su compañero de armas parado al lado de él.

—¿Me puedo sentar?

—No. Lárgate Min.

—Oh vamos, somos compañeros Park.

—No, ya no lo somos ahora vete a cualquier otro lugar y no me molestes.

Yoongi rió —¿Estás aquí por él? No seas idiota, casi pierdes tu puto trabajo. Jung te dijo que no vuelvas más por aquí.

—¿Y tú que mierda haces aquí?, tú también tienes prohibición de venir a este lugar.

Yoongi se sentó —No vengo como oficial de policía.

—Yo tampoco.

Se observaron un momento, desafiandose con la mirada hasta que llegó el pedido de Jimin.

Tomó un sorbo mientras a lo lejos vió a Seokjin. Su corazón comenzó a latir frenéticamente. Quería ir a besarlo delante de todos y llevárselo para su casa. Estaba harto de tener que compartirlo.

—Hay un anfitrión que me interesa —Yoongi interrumpió sus pensamientos.

—Eso ya lo sabíamos. Todo el departamento sabe que andas detrás de uno de ellos.

—¿Y tú Park? —Yoongi se acercó por sobre la mesa a su compañero —¿Quién es el chico que te trae tan loco?
Tenemos una apuesta en la estación.

—No jodas Min ¿por qué te lo diría a tí?

Yoongi entrecerró sus ojos —Pedí hacer un trío con mi anfitrión favorito y otro de los chicos.

—¿Un trío? —Jimin se asombró de esa faceta tan atrevida de su silencioso compañero y que por alguna razón esa noche estaba demasiado hablador, tanto que lo tenía un poco incómodo.

—No me alcanza para pagarle a los dos por separado, ¡estos hijos de puta si que cobran caro!

—¿Y si te alcanza para el trío? Olvídalo no me interesa.

Jimin se levantó del asiento.

—Estuve ahorrando Park.

—Como sea, me voy Min. Nos vemos mañana en la comisaría.

¿Porqué tenía que importarle con quien mierda quería acostarse su compañero?

No, no le interesaba. Dejó el club luego de pagar por su trago.

Ya después buscaría la oportunidad de estar nuevamente con Seokjin, solo esperaba que el anfitrión pensara en lo que habían hablado.

══════

Seokjin observó a Jimin retirarse del club y suspiró aliviado. Se encaminó hasta su dormitorio, su cabeza dolía tanto y ya no estaba para sonreír a posibles clientes.

Llegó a su habitación y se tiró en la cama. Sonrió al recordar los besos de Jimin y también sus palabras ¿debería confiar en él?

Seokjin se sacó la ropa mientras estaba acostado, se quedó solo en ropa interior. Se llevó sus dedos a sus labios y volvió a sonreír como adolescente enamorado.

Amaba los besos de Jimin, eran dulces y también fogosos. Sus abrazos eran firmes y Seokjin sentía que jamás caería o que si llegaba a hacerlo sabía que Jimin estaría ahí para recogerlo.

El pelinegro se giró en la cama y sacó su celular del cajón del velador.

Lo encendió y lo dejó sobre la mesita.

De pronto las palabras de Jimin volvieron con fuerza a su cabeza. No sabía si podía elegir ni siquiera estaba cien por ciento seguro que el policía estaba siendo totalmente honesto, pero una parte de él quería creer, quería saber lo que era ser amado por alguien desinteresadamente.

Y aunque su pequeña Rachel estaba siempre en sus pensamientos, por esa noche Seokjin solo pensaría en él y en las infinitas posibilidades que el hermoso policía de sonrisa atrayente le estaba ofreciendo.

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Estoy inspirada con esta historia 😂

Que tengan una excelente semana.

Cariños a todas las personas que leen esto ❤❤❤❤❤



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