LXV



La sala de interrogación de testigos nunca había estado tan atiborrada de agentes. Todos detrás del vidrio protector no podían creer lo que estaban escuchando.

Kim Taehyung, el chico que había sufrido un grave accidente en el pasado estaba relatando lo que había vivido en aquella casa cuando fue secuestrado semanas atrás. Todos los que estaban en el lugar estaban con la boca abierta mientras el chico decía todo lo que había escuchado y que se relacionaba directamente a la declaración del oficial Min y de Kim Seokjin, todos víctimas del mismo hombre.

El murmullo se intensificó cuando el nombre del capitán Jung salía una y otra vez en el interrogatorio.

—No puede ser, debe haber un error —dijo la agente Kang.

—Park también declaró en contra del capitán —Choi Soobin acotó.

Jung Yongwha estaba pálido en el fondo de la sala mientras escuchaba a todos hablar de su tío. Con dedos tembloroso tomó su teléfono y le envío un mensaje a su tía Nayeon. Sus ojos se movían por la sala tratando de no mirar a nadie, paranoico por que pensaran que él tenía algo que ver con lo que supuestamente había hecho su tío.

Todo era muy confuso.

—¿Y donde está el capitán? —dijo Kang con la voz más débil que alguno de ellos hubo escuchado alguna vez.

—¿Ahora?, seguramente a esta hora está retirando a sus hijas del colegio…

—¿Lo detendrán ahí?

—Si —dijo Soobin —llegó la hora para el capitán Jung.

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Jung Hoseok amaba profundamente a sus hijos, tenía cuatro hermosos pequeños que atesoraba en lo más profundo de su corazón. También tenía a su mujer, una amable dueña de casa que lo acompañaba en todo momento y que era perfecta para la vida que él había planeado. Pero algo había fallado en esos años, algo que él había dejado en sus años de universidad, cuando aún no se unía a las filas de la policía nacional.

Hombres.

Hoseok había enterrado en lo más profundo de su ser sus verdaderos gustos. Y había estado bien por un largo tiempo, él se obligó a dejar esa vida de lado y comenzar a pensar en hacer una vida más "normal". Y esa mal llamada normalidad lo llevó a pedirle matrimonio a la mujer que ahora estaba sentada a su lado en el vehículo familiar. Sentía cariño por Nayeon y quería conservarla lo más que pudiera mientras mantenía la vida paralela que estaba llevando el último tiempo. Y lo cierto de todo es que cada vez se le hacía más difícil mantener su tapadera y solo había un responsable de que él volviera a pensar en hombres día y noche.

Kim Seokjin.

Jung había estado bien antes de conocerlo, su vida era maravillosa y tranquila antes de ver esos ojos verdes y esos labios llenos que invitaban a pecar una y otra vez.

Pero habían varias cosas que compensaba su matrimonio sin amor y eso eran sus hijos. Una de las cosas que más le gustaba de ser padre era sin duda verlos después de un agotador día de trabajo y escuela. Ese día había pedido la tarde libre para pasar un poco más de tiempo junto a ellos. Últimamente Nayeon se pasaba quejando de que no compartían el tiempo suficiente y Hoseok no podía decirle a su esposa que estaba paranoico día y noche luego de presenciar y ayudar en aquel secuestro que había salido en todos los medios de comunicación del país.

Ahora mientras miraba las puertas del colegio de su hija mayor y sumido en sus más oscuros pensamientos no se percató que al menos cuatro patrullas rodearon su vehículo antes que él siquiera pudiera reaccionar.

Cuando las alertas llegaron a él ya era demasiado tarde, sudor bajó por su espalda y miró de reojo a su esposa quien miraba para todos lados con claras muestras de no saber que estaba sucediendo.

—Hobi, ¿Que está pasando? —el terror en los ojos de Nayeon hicieron que Hoseok tensara sus manos en el volante. —Dios mío, habrá algún loco por aquí.

—No —susurró el capitán.

Ella no lo miró más y cuando muchos policías se bajaron de sus vehículos y rodearon el auto ella gritó.

—¡¿Que está pasando?!

—¡Baje inmediatamente del vehículo capitán Jung!

—No te muevas cariño.

—Hoseok, ¿Que está pasando? —ella comenzó a llorar y sus gritos hicieron que Jung quisiera callarla.

—No hice nada, cálmate mujer. Debe ser una equivocación.

La puerta del copiloto se abrió y un agente apuntó a Nayeon con su arma.

—Lo siento señora Jung. Por favor baje del vehículo.

Hoseok buscó su arma y mientras su mujer bajaba del vehículo se llevó el arma justo bajo su mentón. Pero su puerta se abrió y de un manotazo lo bajaron del vehículo. Lo redujeron en el suelo frío y Hoseok rogó por que el maldito timbre del colegio de su hija no sonara en ese momento.

Nayeon lloraba y gritaba que soltaran a su esposo y miraba con ojos interrogantes a los funcionarios. Reconoció a más de uno y eso hizo que sintiera vergüenza.

—Jung Hoseok quedas arrestado por intento de homicidio en contra de Kim Taehyung y ayudar a Yoo Kihyun en el secuestro de varias personas y ser cómplice del mismo.

Nayeon gritó mientras trataba de liberarse de los fuertes brazos que la rodeaban.

Hoseok cerró los ojos, su mejilla en el frío pavimento le hizo sentir cosquillas. No levantó la cabeza pero podía escuchar a las personas hablar cerca de él.

De pronto el timbre sonó y los gritos de los niños se escucharon por todo el lugar.

—¡Dios mío no, que no lo vea así! —imploró la mujer pero fue muy tarde.

Su hija mayor corrió hacia ellos gritando el nombre de su padre y dos agentes le cortaron el paso para que no siguiera avanzando.

—¡Papá! —gritó la niña de nueve años haciendo que todo el mundo se quedara en silencio.

—¡Vamos, arriba! —gritó quien estaba a cargo del operativo —subanlo al vehículo.

Nayeon logró zafarse de los agentes y corrió donde su hija. La abrazó fuerte mientras ambas lloraban.

Uno de los vehículos se llevó a Hoseok y ella se irguió con su rostro completamente sonrojado por la vergüenza. Las demás familias estaban mirando todo, sacando fotografías y grabando la ruina en la que se había convertido su vida.

—Nayeon —la llamó un agente que ella conocía bien.

—¿Que pasó? —habló entre sollozos —¿Es verdad todo lo que dijeron?

Moon Soo In le hizo una seña a los demás agentes para hacer la retirada del lugar. Cuando quedó solo con la mujer se sintió como una mierda por llevar hasta ese punto el operativo, pero el temor a que Hoseok escapara era lo que los había llevado hasta el lugar en donde se encontraban y también por que la declaración de Kim Taehyung había sido horas atrás.

—¿Tienes donde dejar a los niños?

—S-si.

Soo In la acompañó hasta su vehículo —te llevaré, no creo que estés en condiciones de manejar Nayeon.

Cuando ella subió a su hija mayor al automóvil del capitán Moon ella se echó a llorar nuevamente y él la abrazó.

—Lo siento mucho. Jamás quise que esto fuera así.

Ella siguió llorando mientras trataba de entender por que su marido, ese hombre y padre ejemplar estaba envuelto en algo tan delicado.

Era una locura.

Su cabeza daba vueltas, no estaba obteniendo las respuestas a sus preguntas, pero tenía que estar entera para cuando se reencontrara con sus otros hijos.

—No estás sola, te vamos a apoyar en todo.

Y ella esperaba que eso fuera así.

Ahora se sentía completamente a la deriva por que todo ese tiempo había estado casada con un hombre que jamás conoció realmente.

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.

Hoseok fue esposado y arrastrado fuera del vehículo policial en el operativo más grande que haya tenido recuerdo en el último tiempo. Bueno, no todos los días un prestigioso miembro de la policía nacional se pasaba al bando por el que ellos trabajaban día y noche para ponerlos tras las rejas.

Las instalaciones en donde se hacía el ingreso a quienes pasarían la noche en el calabozo hasta el control posterior ante el juez estaban en completo silencio. Hoseok sabía la razón, seguramente todos sabían que él había sido detenido.

Cuando los agentes, si, esos mismos que el día anterior lo habían llamado jefe lo tomaron fuerte y lo tiraron dentro de una celda Jung comenzó a sentir un poco de temor.

Tenía tanto frío y mientras miraba donde sentarse escuchó unos pasos acelerados y se giró para ver quien lo había ido a visitar, pero estaba completamente seguro que no iba a ser un cálido saludo. No mientras veía los ojos de Park Jimin al otro lado de la puerta mirando a través de la pequeña ventana de esta.

—Tienes dos minutos Park —dijo un oficial detrás del agente que estaba sin su uniforme. —No uses demanda fuerza —rió y luego se alejó.

Hoseok dio un paso atrás y Jimin con una tétrica sonrisa cerró la puerta detrás de él.

—Hola Hoseok, ¿Que tal el encierro hijo de puta?

—Park, podemos arreglar esto en buenos términos.

Jimin se rió —¿Tú crees? —se acercó un poco más y se deleitó con el terror en los ojos del otro —sabes de lo que soy capaz ¿No?, sabes que puedo ser un verdadero maldito cuando alguien me hace daño.

—Lo sé y lamento…

—¡Cállate! Ni te imaginas las ganas que tengo de matarte ¡maldito imbécil! —Jimin lo tomó de la chaquetas y lo azotó contra la pared de cemento —¿Querías cagar mi carrera, no?

—Yo solo necesitaba una coartada y tú fuiste lo que tuve a mano, estabas tan borracho y dolido por esos días —Hoseok comenzó a reír —llorando por un maldito puto, ¡Eres asqueroso Park!

—¡Cállate hijo de puta! —Jimin alzó su puño e impactó la mejilla derecha del ex capitán —¡no pudiste cagarme maldito cobarde!

Hoseok se rió y siguió riendo mientras la sangre comenzaba a brotar de su boca —perdiste la cabeza por ese hombre sucio.

—Por supuesto que la perdí, ese hombre vale mucho más de lo que tú asqueroso cobarde valdrás en mil vidas.

El castaño le dio otro puñetazo esta vez en el estómago y cuando Jung cayó al piso frío de la habitación Jimin se acercó a él.

—Lamento que tu familia tuviera que ver tu verdadera cara, pero estoy tranquilo por que ya no joderas la vida de personas inocentes y pagarás muy caro tu asquerosa obsesión. —Jimin se incorporó —adiós enfermo de mierda, ojalá te pudras en la cárcel.

Jimin se dio media vuelta pero antes de salir Jung volvió a hablar.

—Debí haberlo follado y matado esa tarde cuando tuve la posibilidad.

El castaño paró en seco y luego se giró. No concebía la locura que se había apoderado de su ex capitán, pero el daño que había causado era más grande y la compasión no cabía en aquel lugar.

Jimin se acercó lo suficiente y sin decir nada le asestó una patada que dejó inconsciente al otro.

—Espero que sufras por todo el daño que hiciste infeliz.

Jimin dejó a Hoseok en el frío piso aliviado un poco de que las víctimas de aquel hombre pudieran vivir tranquilas de ahora en más, incluso él mismo.

Todo había terminado.





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Mañana trataré de subir dos capítulos y ya no quedará nada más por escribir... Pero calculo que quedan al menos unos 5 capítulos más.

Se que el capítulo anterior dejó muchas dudas pero diré esto:

-Hay muchas manera de amar y formar una familia.

-Jinnie no va a sufrir más, tampoco Taehyung.

-La "normalidad" no es algo que se pueda a aplicar a esta historia y a estos personajes. Y lo que se viene en el futuro será algo por lo que he estado trabajando durante un tiempo...

Y estoy segura que a la mayoría les va a encantar.

Lxs dejó x hoy y disculpen por actualizar tan tarde, pero esta es la única hora en donde todo fluye para mí.

Lxs amo mucho mucho ❤️











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