LXII
sujin084
Dedicado para ti, por que te quiero y por qué me has regalado tu amistad sin pedir nada a cambio.
♥️♥️
—
Seokjin volvió a caminar por los mismos pasillos que un año antes había recorrido luego del accidente que había sufrido Taehyung. El miedo lo tenía tenso y a cada paso que daba su respiración se volvía trabajosa.
Volvió a recordar el día que fue sacado a la fuerza por los médicos cuando Taehyung convulsionó. La cachetada de la madre, la negación a poder verlo… Y la pérdida completa de Taehyung en su vida. Todo eso se revolvía en su cabeza y él no quería que la historia se repitiera.
Pero no podía comparar las situaciones, todo era diferente… Ellos eran diferentes.
Cuando divisó la puerta de Yoongi apretó los puños en un intento por calmarse. Su corazón tenía una maratón en su pecho pero aún así se acercó hasta la puerta y abrió lentamente.
Dentro de esta había una mujer que apenas lo vio le sonrió. Sus ojos gatunos y su cabello castaño y brillante le dijo que quizás ella era la hermana de Yoongi. Caminó lentamente hasta ella.
—Hola, te estábamos esperando… Yoongi quería despedirse de ti.
Seokjin mordió el interior de su mejilla mientras miraba por sobre la chica hacia la cama de hospital.
Ella se movió y Seokjin avanzó hasta Yoongi. Cerró los ojos dos segundos para calmarse y concentrarse en el hombre pálido y herido que estaba al parecer durmiendo.
¿Una despedida?
Por supuesto que no, no otra vez.
La puerta se cerró despacio entonces Seokjin se sentó en la silla a un costado de la cama y miró al hombre que amaba. Su mano temblorosa se acercó a la ajena y apretó justo ahí haciéndole saber que él ya estaba con él. Agachó su cabeza mientras mordía su labio obligándose a no llorar.
—Soy un jodido gato —murmuró una voz ronca.
Seokjin levantó su cabeza y sonrió emocionado cuando sus ojos conectaron.
—Eres un gato —dijo el azabache con lágrimas en sus ojos —un hermoso gato con muchas vidas.
Yoongi tosió y luego se quejó —debería haber muerto, pero parece que alguien no me quiere en ese lugar.
—No diga eso Yoonie.
Yoongi movió su boca despacio tratando de sonreír pero le dolía todo su rostro. Apretó los dedos temblorosos de Seokjin y se obligó a hacer lo que tenía pensado desde que hubiera despertado esa mañana.
—Jinnie… Hay que hablar.
Seokjin negó —No.
—Si, escúchame, yo no quiero que tengas que cargar conmigo, con mi rehabilitación, no mereces eso… Cuidar a un enfermero requiere una total atención y tú tienes a Rachel que necesita todo de ti, todo tu tiempo.
Seokjin sintió las lágrimas caer por su rostro. Y se quedó en silencio apretando la mano de su Yoonie mientras este tomaba aire para continuar.
—¿Te acuerdas del capitán Jung?
Seokjin arrugó su ceño pero asintió —Si, recuerdo que lo nombraste, dijiste que nos ayudaría.
—Pensé que podía confiar en él pero no fue así… Lo denunciaré y necesito que tomes todos los consejos que te de la policía, no estás a salvo Jinnie.
—¿De que estás hablando Yoon?
—Jung, él es peligroso —Yoongi cerró los ojos cansado por el esfuerzo pero debía advertir al menor —debes cuidar a Rachel…
Seokjin asintió muchas veces asustado por lo que implicaba todo lo que estaba diciendo el rubio.
—Dios, esto no acabará jamás.
—Acabará cuando alguien tenga las pruebas necesarias para culparlo… Jimin ha estado investigando y hay muchas cosas que no sabía y lamento tanto haberte puesto en peligro Jin.
—No, no digas eso.
—Ve con Rachel y cuídense mucho ¿Si?
—Yoonie…
—Es lo mejor, tú sabes que siempre he priorizado tu bienestar y el de la niña, y esta no será una excepción… Yo estaré bien si tú estás bien.
Seokjin negó y se aferró a sus manos juntas —Me estás dejando Yoon ¿Por que? —clamó.
—Por que no quiero ser una carga —Yoongi cerró los ojos cuando no pudo seguir viendo la imagen de Seokjin —mereces algo mejor. Yo no te lo puedo dar, nunca pude.
—¡No, maldición Yoonie!
—No lo hagas más difícil de lo que ya es —Yoongi abrió sus ojos y lentamente lamió sus labios —por favor, entiende. Será lo mejor para ambos y lo sabes.
El azabache se levantó y se alejó enojado. Le dio la espalda y limpio sus lágrimas con brusquedad odiando el hecho de que Yoongi lo estuviera sacando de su vida así como así.
—Jin.
—¡No puedes jodidamente decidir por mi Yoongi!
El rubio sonrió levemente, aún si le dolía un poco todavía —no quiero que termines odiándome. Hagamos las cosas bien.
—Yo te amo Yoongi, eso no es algo inventado, es real… Te dije que si salíamos de ese lugar iniciaríamos algo los dos, algo en serio y ahora me estas diciendo todo esto ¿Que me estás ocultando?
—Solo quiero que elijas tu felicidad… Nuestra historia tiene demasiados recovecos, por favor Jinnie... Regálame esto.
Seokjin volvió a llorar pero se acercó de nuevo la camilla. Luego llevó sus dedos temblorosos hasta la piel herida del rubio y acarició muy despacio. Se acercó hasta que juntó sus labios con los de Yoongi.
—Te amo —susurró en sus labios. —Sé que cambiarás de parecer.
—Jinnie… No hagas esto, ¿Crees que no me duele? —Yoongi sorbió por la nariz y juntó todo el valor que tenía para hablar —quiero irme con él.
—¿Qué?
Yoongi rompió en llanto y se llevó la mano libre de cables hasta sus ojos para taparse mientras su cuerpo temblaba —quiero morir para irme con él, se suponía que moriría desangrado en ese maldito lugar pero no pasó y ahora yo…
—No, ¡Como puedes decir algo como eso! Yoongi estás vivo, estás aquí —Seokjin olvidó que todo el cuerpo de Yoongi seguía recuperándose y lo abrazó fuerte —¡Como puedes ser tan egoísta!
—No lo soy ¡Maldición! Todo lo que he hecho estos meses es dejarme de lado por ti, prácticamente te envié a los brazos de Taehyung y no lo tomaste. No soy egoísta Seokjin. No lo soy —dijo dolido. —Y si tú no quieres estar con el hombre que amas ese no es mi problema.
—¡Por que sigues diciendo eso! ¡Yo te amo a ti, te quiero a ti en mi vida! ¿Cuando vas a entender? —Seokjin de irguió y se llevó la mano a su boca para contener los sollozos que escapan de su boca. No podía entender por qué Yoongi seguía alejándolo cuando él ya estaba seguro de lo que sentía su corazón.
La despedida con Taehyung había dolido, había sido el cierre mas doloroso que había tenido que enfrentar pero lo que Yoongi estaba haciendo era mil veces peor.
Lo estaba arrancando de su vida sin siquiera escucharlo.
—No puedes querer estar con un hombre como yo, mírame, mi cuerpo está lleno de heridas, quedaré con cicatrices... Tengo que hacer terapia para poder mover mis malditas piernas ¿Quieres eso para tu vida?
—Quiero estar a tu lado en el proceso, no me alejes Yoonie.
Seokjin podía ver la lucha del rubio, la rabia en su mirar, la injusticia en sus manos empuñadas. El dolor. Y él quería estar con él, quería ayudarlo a sanar.
—Es mejor que me dejes solo. No quiero que sigas viendo esto de mi, ya no soy lo que recuerdas. —Dijo con amargura en su voz.
—Me iré, pero no creas que no volveré. —El azabache volvió a acercarse al rubio que lo miraba con un brillo particular en sus ojos —no me vas a alejar de ti ahora, no lo harás Min Yoongi, ¿Me escuchaste? Pasamos un infierno en ese maldito lugar, no juegues conmigo como si yo no supiera lo que siento aquí —se tocó su pecho y luego se acercó hasta el mayor y le dio un beso en sus labios, uno largo y húmedo.
Yoongi hizo un ruido desde su garganta y Seokjin se alejó lentamente.
—Jin —susurró.
—Dile a tu familia que volveré mañana y también habla con el equipo médico para que no haya problema, quiero tener acceso a ti —volvió a darle un beso, uno más corto pero era un toque seguro. Era una demostración de lo mucho que quería luchar por ellos. —Adiós Yoonie, no olvides lo mucho que te amo.
—Jinnie, por favor —Yoongi volvió a llorar. Su boca volvió a ser tomada en un beso dulce y cariñoso, uno lleno de amor y él ya no tuvo fuerzas para alejarlo —cuida a la pequeña y cuídate tú también —murmuró cuando se separaron.
—Lo haré, tú solo preocúpate de ti.
Yoongi parpadeó y luego suspiró —eres tan terco —bufó
—Así me amas.
—Tienes razón. Te amo tal y como eres.
Seokjin sonrió ante esas palabras y cuando iba a besarlo nuevamente la puerta se abrió y la misma mujer que antes lo había recibido entró tímidamente hasta llegar a la camilla.
—Yo estaba por retirarme.
—Oh no te preocupes, yo venía a despedirme, tengo que volver a casa.
Yoongi miró a su hermana —Él es Seokjin.
Ella se puso un poco de pelo detrás de la oreja y un poco sonrojada lo saludó —Hola, yo soy Sandara.
—Mucho gusto —sus manos se estrecharon suavemente por sobre el cuerpo del rubio que los miraba con ojos cariñosos.
—Bien me iré, tengo un pequeño en casa que necesita de su madre.
—Dile que lo amo y que me haga más dibujos.
Sandara rió —él quiere venir, pero ya le dije que no podía, creo que podríamos hacer una vídeo llamada.
Seokjin miraba fascinado el intercambio de los hermanos Min, esa era la única parte que no había podido conocer de él. Como era Yoongi con su familia directa.
—Cuando no tenga estas heridas y moretones.
—Bueno, bueno —Sandara se acercó a su hermano y dejó un besito en su frente —te quiero gruñón, pórtate bien. Mamá vendrá en la mañana.
—Seré un buen elemento señora Park.
Ella movió su cabeza y su cabello castaño liso se movió con gracia. Luego tomó su chaqueta y se despidió de Seokjin.
El azabache esperó hasta que estuvieron solos nuevamente para besarlo.
—Extrañé tanto tus besos.
La lengua de Yoongi salió al encuentro de la otra y la mordió ligeramente con sus dientes.
—Mhm, ¿Sabes que estoy en reposo, cierto? No es como si pudiera hacer algo con este asalto a mi boca señor Kim.
—Lo siento. Creo que debería parar ¿No? —Seokjin estaba inclinado sobre su cuerpo y el beso había encendido su interior.
—No sé cómo puedes besarme. Me veo horrible. —Yoongi hizo una mueca con sus labios.
—Para mi estás perfecto.
Yoongi suspiró pesadamente —¿En serio Jin, como puedes?
Seokjin cruzó sus brazos en su pecho y luego se acercó hasta él, se inclinó hasta que sus narices se rozaron.
—¿Sabes que es lo veo cuando te miro?
El rubio negó lentamente —No.
—Veo a un hombre fuerte y luchador… Uno que no se da por vencido por mucho que la vida sea cuesta arriba, te admiro muchísimo Yoonie… Por eso quiero besarte y también por que te amo tanto, tanto.
—Bien, señor terco. Sabes que decir en el momento indicado ¿No?
—Así es. —Seokjin le robó otro beso ya que tenía que irse, cuando se separaron ambos tenían los ojos vidriosos y sus labios húmedos —iré a dormir donde mi abuela.
—Es lo mejor, así también yo puedo estar tranquilo... No puedo protegerte desde aquí.
—No te preocupes por eso, yo estaré bien y Rachel también.
Yoongi asintió, sus ojos se sentían un poco pesados, se sentía tan cansado.
Seokjin al verlo se sentó de nuevo en la silla y comenzó a acariciar su mano suavemente hasta que la respiración del mayor fue uniforme. Se levantó y dejó un beso en sus labios. El último beso que se darían ese día.
Luego salió de la habitación y se encaminó hasta el estacionamiento. Se subió a su vehículo y dejó caer su cabeza contra el respaldo. Sabía que quedarse al lado de Yoongi sería difícil pero él no estaba dispuesto a no luchar nuevamente por la persona que amaba.
Había cometido el enorme error de dejar partir a Taehyung y no había hecho nada al respecto.
Él ya no esperaría, no. Él actuaría.
Con ese pensamiento en mente Seokjin salió del estacionamiento rumbo a casa de su abuela.
Las palabras de Yoongi haciendo eco en su cabeza...
Ellos seguían en peligro y Seokjin no iba a dejar que le arrebataran una vez más a la persona amada.
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Yoongi apretó dos veces el botón para llamar a alguien que lo fuera a ver. El dolor era insoportable y necesitaba orinar pero no había querido molestar a Seokjin, en realidad, molestar no era la palabra adecuada, más bien era vergüenza. Yoongi prefería darse un tiro en la cabeza antes que Seokjin tuviera que ayudarlo a orinar.
—Señor Min, ¿Todo bien?
El rubio suspiró, su ceño fruncido en su frente, el chico, un enfermero de unos veintitantos lo miraba con un brillo divertido en sus ojos. —Nada está jodidamente bien, dame un calmante por favor y necesito orinar.
—¿Quiere que lo ayude a caminar hasta el baño?
—Si, gracias.
Yoongi siempre había podido caminar, el medico se había sorprendido de su condición una vez que despertó. Hasta antes que Seokjin entrara a su habitación él había caminado a paso lento por el lugar con ayuda de su hermana.
El rubio sabía que mentirle a Seokjin era lo peor que podía hacer pero él realmente no sentía que fuera a entregarle algo a futuro.
Ya no.
Seokjin sería mucho más feliz lejos de él.
Y sólo era cuestión de tiempo para que el hombre de hermosos ojos verdes se diera cuenta.
Cuando el enfermero lo ayudó a ponerse de pie sus piernas temblaron.
—No tiene que hacer un sobre esfuerzo. El doctor Lim fue enfático en que no debía caminar más por hoy.
—Quiero recuperarme, niño. Necesito sentirme útil.
El enfermero lo volvió a sentar en la cama ante el gruñido de Yoongi.
—No en este estado, ha caminado mucho hoy. Le entregaré el orinal…
—Oh por dios, ¿Crees que soy un maldito discapacitado?
—No, pero no va a poner en riesgo su salud por querer hacerse el macho alfa. Aquí usted hará lo que yo ordene. No estamos en su comisaría agente.
Yoongi apretó su mandíbula mientras tomaba el orinal entre sus manos.
No podía creerlo. Él orinando en una jodida jarra.
Seokjin no podía verlo en ese estado, él debía recuperarse antes de que pudiera verlo como el inútil en el que se estaba convirtiendo.
El enfermero comenzó a revisar la ficha y anotar algunos datos mientras miraba el monitor a un costado del paciente.
—Mañana vendrá el psiquiatra.
Yoongi cerró la tapa del orinal —no lo necesito.
—Claro que si, lo que usted vivió requiere de eso y quizá de un sacerdote.
Yoongi le gruñó mientras volvía a acostarse en la maldita cama de hospital.
—Quiero dormir, ¿Podré hacer eso, o van a venir a joder cada diez minutos? —Yoongi sabía que estaba siendo grosero pero no podía parar.
El enfermero frente a él le sonrió, estaba más que acostumbrado a pacientes como el que tenía al frente.
—Descanse señor Min. Volveré en… —miró el reloj en su muñeca y volvió su mirada al policía gruñón frente a él —diez minutos.
Y con eso el chico salió de la habitación.
El rubio tragó y lamió sus labios lentamente mientras recordaba los muchos besos que el azabache había dejado en su boca. Cerró los ojos con fuerza por que no podía caer en los encantos del menor, lo amaba demasiado para mantenerlo en su vida. Y lo cierto era que Yoongi sabía que se iba a recuperar pero tenía tanto miedo de no dar el ancho con Seokjin y Rachel. No podía fracasar luego de tanto tiempo esperando una oportunidad para estar al lado de ellos.
Estaba realmente paralizado y antes de joderla en grande lo mejor era alejarlo.
Yoongi cerró los ojos y se acomodó un poco más para poder descansar aunque sea unos minutos. Pero la puerta se abrió y él miró en aquella dirección.
—Soy un idiota, te traía un regalo y lo olvidé en el automóvil. El enfermero me dejó pasar por diez minutos, dijo que estabas algo gruñón —Seokjin sonrió amplio mientras sacaba de una bolsa negra unas revistas variadas de pesca y una completa guía de lámparas para decoración de interiores que sabía que el rubio amaría. También unas galletas que escondió inmediatamente en la mesita auxiliar bajo unos papeles que encontró allí.
—Jinnie —Yoongi mordió su labio con fuerza. El hombre que lo miraba con sus ojos brillantes era sin duda el más espectacular que había conocido. Recordó la vez que hablaron de las cosas que les gustaban y él había mencionado muy superficialmente su gusto por la pesca y las lámparas de interiores. Seokjin había estado escuchando al parecer.
Seokjin se sentó al borde de la cama —¿Me puedo sentar aquí? —dejó las revistas nuevamente dentro de la bolsa y se acomodó sobre la cama.
—S-si —dios, Yoongi sintió sus manos sudar.
—¿Que te pasa, estás nervioso? —Seokjin sonrió de lado. Y acarició el pecho del rubio y luego su mano fue bajando lentamente.
—¿Que estás haciendo? —su voz salió temblorosa mientras sentía la leve presión sobre su abdomen. No dolía.
—El enfermero dijo "su novio realmente es un gruñón" —Seokjin mordió su labio cuando la frase llegó hasta los oídos del rubio. El enfermero no había dicho la palabra novio, pero él quería ver la reacción que tendría entre ellos. Jin dejó su mano justo en la parte baja y apretó ligeramente —y eso me hace pensar solo una cosa, en realidad hacer una sola cosa.
Yoongi se estremeció mientras veía los ojos cada vez más oscuros y la mirada caliente del azabache.
—Jinnie —jadeó cuando el hombre quitó la mano y la metió bajo las delgadas sábanas y acarició la notable erección que ya no podía esconder.
—Mhm… Creo que podría quitarte lo gruñón, aunque sea por unas horas. —Seokjin sonrió mientras su mano comenzaba a moverse lentamente haciendo que Yoongi cerrara sus ojos de inmediato y se moviera levemente hacia arriba.
El pene duro le dio la bienvenida y la misión del menor no era más que hacerle sentir a Yoongi lo deseoso que estaba que se recuperara pronto para hacer cosas divertidas. Muchas cosas divertidas sobre una cama por ejemplo.
—Mierda —Yoongi abrió los ojos cuando sintió la lengua del azabache sobre su cuello. —Jin —jadeó —tengo heridas…
—No en esta parte —luego de deslizar suavemente su lengua por su cuello pasó hasta su boca y la tomó en un beso caliente y urgido mientras seguía moviendo su mano bajo las delgadas sábanas.
—Si entra el niño odioso te van a echar —gimió un poco fuerte y su boca fue silenciada por la lengua húmeda del hombre que le estaba haciendo ver las putas estrellas —Jinnie, mierda, me voy a correr si sigues.
—Es la idea. Ahora déjate llevar amor.
Y sólo esa palabra bastó para que el rubio se descargara en su mano con un pequeño grito que de nuevo fue callado por los cálidos y calientes labios de Seokjin
—Dios…
Seokjin bombeo hasta que el último chorro cayó en su mano y un poco en las sábanas. Volvió a besarlo y sus lenguas se encontraron de inmediato. Jin gimió y le tomó todo su autocontrol para no subirse sobre el rubio y montarlo salvajemente.
Cuando se separaron el azabache quitó su mano y se irguió para caminar hasta el baño y lavarse. Luego volvió y se sintió feliz al ver a Yoongi con su boca entre abierta y sus mejillas levemente sonrojadas. Se veía como si hubiese tenido el mejor orgasmo de todos los tiempos.
—Ven aquí hombre terco.
El menor más que feliz se sentó nuevamente a su lado y se acercó hasta que sus narices se rozaron su mano se fue a acariciar la parte del rostro que no tenía heridas.
—Te amo Yoonie.
Las lágrimas de Yoongi no se hicieron esperar y negó con su cabeza haciendo que sus narices se frotaran entre sí —me haces todo más difícil.
—Bueno tú eres un gran desafío agente Min.
—Si, lo soy… —el rubio mordió su labio y se dijo así mismo que debía parar, no podía perder a ese maravilloso hombre por miedo. —Disculpa por lo que pasó temprano, te amo demasiado y supongo que tengo miedo. Mucho.
—No tengas miedo, yo no me iré a ningún lugar. —Seokjin dejó un beso en su nariz y luego se irguió.
—¿Cómo está Rachel?
—Está bien, llamé antes de entrar aquí. Ahora iré a casa y pensaré mucho en ti. Pero antes deberé ducharme.
Yoongi arrugó el ceño ante esa información.
Entonces Seokjin se levantó y le mostró su jean un poco mojado.
Yoongi se rió y luego se quejó por la acción —¿Te corriste en tu pantalón?
—Si, tus besos me llevaron a un orgasmo maravilloso Yoon —se acercó y pegó sus labios en la oreja del mayor —me corrí como un jodido crío en mi pantalón, gracias por eso, amor —luego lamió su lóbulo y se enderezó para tomar la bolsa negra.
Yoongi suspiró y recibió la revista de iluminación en sus manos. Miró al hombre que le sonreía con cariño y no pudo más que empujar todos sus miedos a un lado y aceptar que él también era bueno para la vida de los Kim.
Él era suficiente.
—Te espero mañana Jinnie.
—Claro que si, nada me detendrá de venir a ver a mi hombre.
Yoongi lamió sus labios y Jin besó justo después de eso —Hasta mañana gatito.
Y luego de eso el hombre dejó la habitación dejando un vacío en esta pero no en él. Su corazón martillaba fuerte en su pecho y no dejó de sonreír mientras revisaba el catálogo de iluminación.
Habían demasiadas lámparas hermosas que fácilmente podrían decorar su hogar…
Un hogar en donde se visualizaba con Seokjin y Rachel.
Y ese era un bonito pensamiento para dormir esa noche.
☆☆☆
Tengan una buena noche.
♥️♥️
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