LIX


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Cuando Park Jimin había ingresado a la policía varios años atrás la emoción que recorría sus venas cada vez que se acercaba a alguna redada lo ponía eufórico. Siempre preparado para un emboscada, armado hasta decir basta, Jimin encontraba en aquellos lugares lúgubres y peligrosos, su hogar.

Y aunque andaba con pies de plomo desde que había tenido esa rara conversación con su superior, él no dejaba de sentir esa energía que removía todo en su interior. Jung Hoseok le negó una y otra vez que su camioneta hubiese sido adulterada mientras la había tenido en su poder. Pero Jimin no se dejó engañar, necesitaba alguna prueba de que su superior tuviera algo en contra de ese chico Kim.

Él tenía que averiguar…

—¿Donde nos dirigimos?

—Al parecer a un lugar con rehenes. Recibimos un llamado anónimo, pero no estamos seguros... Yongwha está revisando un chip de rastreo que desapareció del almacén. —Dijo la agente Kang.

Jimin arrugó su ceño, muy pocos oficiales tenían acceso a dicho almacén… Él era uno de ellos, también Choi Sobin, otros agentes más y Min Yoongi quien estaba con permiso esos días por su cambio de residencia.

Nadie había tenido noticias del agente.

—¿Que más sabemos del lugar al que vamos?

Choi Soobin tomó más firmemente su arma y miró en dirección de Park —Es un lote de casas abandonadas, en la llamada dijeron que habían dos rehenes heridos y es para allá donde vamos.

Jimin lamió sus labios y se quedó en silencio no queriendo decir algo que pudiera molestar a su superior que iba en los asientos de adelante, pero ¿Porque se habían tomado esas medidas cuando era una llamada anónima?

Iban más vehículos de los que Jimin podía contar con los dedos de su mano.

Jimin arrugó aún más su ceño. Algo no estaba bien.

—El capitán Jung nos está esperando allá —murmuró la agente Kang cerca del rubio.

Jimin no dijo nada más mientras todos dentro del vehículo se preparaban de alguna u otra manera a lo que encontrarían en aquel lugar.

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Jung Hoseok se pasó una mano por su cabello recién teñido de castaño. Ya sin lentes de contacto y volviendo a su ropa habitual, el capitán de la prestigiosa policía se encontraba atormentado por sus decisiones.

Había recibido el llamado de su esposa mientras observaba el cuerpo de un Seokjin dormido. Las ganas de tomarlo habían recorrido su interior, pero ese llamado había sido el detonante para detener sus pensamientos. Entonces corrió a casa y acompañó a su mujer que estaba paranoica por que uno de los niños del jardín de su hijo menor tenía varicela y ella creía que su pequeño también. Pero no era eso, luego de que lo llevaran al médico descartaron aquello y Hoseok había podido controlar a su ruidosa familia. Luego había pasado por tintura para su cabello, de eso habían pasado unas cuatro horas.

Ahora mientras esperaba a sus colegas su pulso no hacía más que acelerarse más y más.

Miró la enorme y abandonada propiedad en donde sabía tenían a Seokjin, ahora él no sabía si debía entrar antes que llegarán los demás.

Incluso mirando hacia el horizonte, Jung Hoseok no tenía idea como iba a explicar lo que sabía.

Cada paso que daba lo metía más y más al fondo.

Ya había perdido la confianza de Park Jimin y era cuestión de tiempo para que todo se uniera y cayeran sobre él y eso Hoseok no lo podía permitir.

Él tenía una carrera brillante como policía, era padre de cuatro maravillosos niños, tenía una vida planeada, no podía tirar eso a la borda… Park no podía hundirlo de esa manera, no lo permitiría.

Suspiró pesadamente y cuando escuchó el ruido característico de las sirenas de los vehículos de emergencias y se irguió en toda su altura al ver que también venían dos ambulancias detrás de la caravana.

Frotó sus manos en un intento desesperado por calmarse pero no surtió efecto por que a cada latido de su corazón Hoseok recordaba a uno de sus agentes moribundo por su culpa... Había traicionado a uno de los suyos y tendría que vivir con la culpa si Yoongi moría.

Y ahora pensaba que era mejor que muriese.

Min Yoongi era inteligente y sagaz, fácilmente podría buscar todas las malditas pruebas que lo vinculaban al caso de Kim Taehyung y denunciarlo.

Los vehículos pararon y el ahora castaño avanzó rápidamente hasta encontrarse con su jefe.

Mierda.

Los demás hombres y mujeres bajaron y prontamente comenzaron a rodear el edificio, las órdenes al parecer ya estaban dadas.

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Jimin no miró a su capitán Jung cuando descendió del vehículo. Sino que avanzó a paso firme hasta la propiedad que más parecía un enorme granero detrás de sus compañeros, las instrucciones eran claras y harían lo mismo que cuando iban a alguna redada.

Escuchó los pasos de sus otros compañeros, habían llegado con a lo menos veinte personas y Jimin se estaba preguntando si sus superiores sabían que era lo que se encontrarían dentro de aquel lugar.

—Rubio —dijo su compañero Choi.

Park rodó sus ojos detrás de su caso mientras avanzaba por el costado de la propiedad.

—Ese no es mi nombre cuando estamos en misión.

—Lo siento, me gusta más ese ¿Sabes?, me gustaría que tuviéramos otro tipo de nombres y no nuestras fechas de nacimiento… A mi me gustaría ser Stich por ejemplo.

—Ponte serio 2005. Estamos en misión, no lo olvides, debes estar atento.

Choi Soobin resopló pero luego sonrió mientras avanzaba dentro de la propiedad con Jimin pisando sus talones.

—Bien. Tienes voz de jefe aunque no lo seas.

—Soy más antiguo que tú en este lugar.

Choi resopló de nuevo pero se quedó en silencio cuando la agente Kang alzó la mano para que se callaran.

A lo menos tres agentes habían entrado minutos antes que ellos, estos se encargaban de revisar el perímetro y dejar pasar a la segunda línea. Entre estos agentes se encontraba Lee Sungjong, quien había sido uno de los policías infiltrados en el club nocturno Paradise cuando la investigación estaba en curso. Ahora ese caso estaba cerrado y él había vuelto a sus labores habituales.

—9303 —llamó la agente Kang.

Sungjong volvió hacia ellos y les indicó que subieran al segundo piso, habían escuchado unos ruidos y otro agente estaba derribando la puerta.

Entonces las cosas se volvieron apresuradas y agitadas. Jimin no sabía por qué su corazón latía tan descontrolado en su pecho y cuando finalmente la puerta cedió, él dio todos los pasos que no debería dentro de la habitación y su vista se nubló ante la escena.

—¡¿Oh mierda ese es Min?! —la agente Kang tomó su radio y llamó por ayuda.

Park se quedó congelado mientras veía a Seokjin de costado sollozando cerca de toda la sangre que salía del cuerpo de alguno de ellos dos.

Su estómago dolió cuando lo vio tan indefenso. Quería vomitar, jamás pensó que volvería a ver a Seokjin bajo esas circunstancias.

¿Y Yoongi? Dios, se suponía que estaba buscando una casa en su futura ciudad.

—¿Seokjin? —Sungjong avanzó también.

—¡Es una puta escena del crimen! —Soobin les gritó —y uno de los nuestros está aquí también, ¡No caguen la evidencia!

Jimin retrocedió y cuando llegaron los enfermeros él dejó que hicieran su trabajo sin dejar de mirar a Seokjin y a Yoongi. Lamió sus labios tantas veces y es que estaba por colapsar mientras veía como se llevaban a su compañero hacia la ambulancia.

Todo se transformó en ruidos y gritos mientras sacaban a uno de ellos medio moribundo rumbo al hospital más cercano.

Otra camilla subió y tomaron a Seokjin que seguía sollozando con los ojos cerrados.

Jimin jamás olvidaría aquel día, lo sabía.

Y todas las preguntas que ahora se hacía estaba seguro que se responderían pronto… Y Jung Hoseok fue el primer nombre que se le vino a la cabeza mientras trataba de entender lo que estaba sucediendo.

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Taehyung corrió y corrió sin soltar jamás la mano de Rachel. El bosque se abría a cada paso que daban y varias veces Rachel había tropezado con las ramas o alguna piedra en el suelo y ambos habían caído sobre la tierra húmeda.

Estaban sucios y cansados pero no podían parar, Taehyung sabía que luego de los disparos que escuchó debía sacar a la niña de ahí aún si no supiera para donde ir.

—Taetae, tengo sed —dijo Rachel en un susurro cansado, casi sin aliento.

Taehyung se detuvo en seguida y enfocó su mirada hacia el claro que se veía a lo lejos.

—Debemos caminar un poco más, princesa.

Rachel agachó su cabeza y sus hombros se levantaron y luego cayeron. El llanto fue inminente y gruesas lágrimas cayeron por sus mejillas.

—Ya no puedo… —sollozó. —No puedo Taetae.

Él la rodeó con sus brazos mientras la niña lloraba sobre su hombro. Taehyung la apretó fuerte para transmitirle seguridad o un poco de eso al menos. Sabía que Rachel necesitaría terapia cuando todo acabara, él mismo la necesitaría, por eso quería que el impacto sea el menos posible y para eso debía mostrarse fuerte. Tenía que serlo, ya habían salido del infierno en el que Kihyun los había envuelto, pero había algo más dando vueltas en su cabeza.

Seokjin.

—Descansemos en ese claro. Tengo un teléfono y quiero saber si tengo señal. Pero no te preocupes más ¿Si? Yo te prometí que saldríamos de aquí y que estarías con tu papi de nuevo... Yo voy a cumplir bebé. Confía en mí.

La niña asintió y más tranquila retomaron la caminata tomados de la mano.

Cuando llegaron al claro el sol se filtraba por entre los árboles, el sitio era precioso y Taehyung hubiese deseado haber conocido aquel lugar bajo otras circunstancias.

Rachel se sentó en el pasto y Taehyung hizo lo propio a su lado. Él miró su mano herida por el cuchillo que había cargado luego de salir de la casa pero que había tirado en el camino por que pensó que no lo necesitaría más. Además de que Rachel lo había mirado con ojos asustados cuando habían descansado, Taehyung calculaba, una hora atrás.

Habían corrido muy lejos.

Sacó el teléfono y por supuesto este tenía clave de acceso. Probó todos los números que sabía eran importantes para Kihyun, suspiró levemente al recordar al hombre tirado en el piso de aquella maldita habitación.

¿Habría muerto?

No se sentía el hombre más dichoso del mundo por haberlo herido, pero estaba a salvo, él y Rachel estaban a salvo, entonces no había lugar para arrepentimientos.

Solo podía hacer una llamada de emergencia y no sabía si la señal dejaría que eso pasara.

—Taetae —susurró Rachel llamándolo.

Taehyung alzó la mirada y sus ojos se conectaron, el rubio entrecerró sus ojos y dejó que la brisa llenará sus oídos por los ruidos que se escuchaban a lo lejos.

Y por primera vez en muchas horas él sintió un poco de tranquilidad mientras escuchaba a lo lejos el ruido de las sirenas de los vehículos de emergencia. Con el pasar de los segundos el ruido se escuchaba cada vez más cerca y la adrenalina recorrió el cuerpo del mayor y también el de Rachel.

—Vamos bebé, es hora de salir de aquí.

Ambos sintieron a pesar del terror que todavía habitaba en sus ojos y nuevamente tomaron sus manos para buscar la ruta más cercana y poder de una vez por todas despertar de la pesadilla en la que se encontraban.

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Seokjin abrió sus ojos y lo primero que vio fue un techo completamente blanco. Parpadeó muchas veces mientras se acostumbraba a la luz del lugar, sintió un leve dolor en la parte baja de su cuerpo, poco a poco comenzaron a llegar las imágenes de lo vivido los últimos días y se sentó de golpe en la cama. Bajó sus pies y corrió a la puerta abierta de la habitación. Los cables que tenía conectado a su brazo fueron arrancados y un ruido llenó el lugar. Prontamente llegaron dos enfermeras que lo tomaron del los hombros y lo devolvieron a la camilla.

—Señor Kim, debe estar acostado.

—¿Donde estoy?, ¿dónde está mi hija?

Ellas se miraron unos segundos pero no respondieron inmediatamente, sino que lo acostaron y limpiaron la sangrante herida de su brazo. Luego pincharon el brazo libre en silencio.

—Mi hija, por favor —pidió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. —¿Ella está aquí?

Una de las enfermeras hizo una mueca con su boca —Vendrá el doctor a hablar con usted ¿si?

Seokjin negó mientras trataba de levantarse nuevamente de la camilla —necesito saber por favor.

Unos pasos se escucharon y el azabache vio entrar a alguien que conocía.

—Déjenme a solas con él, por favor. —Kim Namjoon ajustó sus gafas y esperó a que las enfermeras salieran y se acercó al demacrado hombre frente suyo. —Sé que tienes muchas dudas, pero necesito que estés calmado, tu cuerpo necesita un respiro, tienes tus costillas fracturadas y varias heridas que no queremos que se abran.

Seokjin mordió su labio y varias lágrimas cayeron por sus mejillas —no entiendes, mi bebé… Mi hija.

Estaba cansado, agotado y recién había abierto sus ojos, ahora su pecho dolía al pensar que su pequeña no estaba a salvo, no quería estar en el puto hospital si su pequeña no estaba a su lado. Sin ella nada tenía sentido.

—Tranquilo —Namjoon se sentó al borde de la camilla mientras miraba al hermoso hombre frente a él —ella está bien, ahora mismo está siendo revisada por mi colega en el piso de pediatría, lo que ustedes vivieron fue horroroso y sabemos que no se han visto por lo que apenas ella esté en condiciones favorables será trasladada hasta esta habitación.

Seokjin gritó y nuevas lágrimas se renovaron. Miró hacia el techo y una temblorosa sonrisa se dibujó en sus labios.

—¿Ella está bien? —Seokjin contuvo el aliento mientras esperaba por la respuesta del doctor Kim.

—No te voy a mentir, mereces saber su estado real. —Namjoon suspiró —ella llegó en estado de deshidratación, tiene algunas heridas superficiales en sus piernas, nada de que preocuparse… Tiene unas laceraciones en su cuero cabelludo y le falta cabello.

—Oh dios —Seokjin se llevó una mano a su boca y cerró los ojos mientras pensaba en su princesa —mi pequeña.

—Ella está en buenas manos ahora. Es una chica fuerte Seokjin y la estamos cuidando bien.

Él asintió despacio y luego del shock inicial tragó y se reconfortó con la noticia de su hija en buen estado. Lamió sus labios y la imagen de Yoongi moribundo llegó a su mente.

Miró al médico —yo… Yo estaba en ese lugar con otro hombre —Seokjin comenzó a temblar ligeramente, no sabía si estaba preparado para preguntar y ciertamente no estaba preparado para una respuesta negativa —él…

—Está en pabellón. Entró a urgencias con un grave diagnóstico, mis colegas están esperanzados en poder traerlo de vuelta.

—Mierda, no —Seokjin se llevó ambas manos a su rostro y lloró nuevamente. Su pecho dolía por la incertidumbre y por la tristeza que lo embargó.

—Yo no debería estar hablando de esto contigo, estás en un estado vulnerable y estas noticias no te hacen bien, pero creo que necesitabas saberlo.

—S-si..  Gracias —el azabache limpió sus lágrimas y luego respiró fuerte —soy fuerte, podré con esto, mi princesa también lo es.

—Iremos paso a paso —Namjoon se levantó y se pasó las manos por su bata en un gesto nervioso —descansa.

—No puedo... Necesito ver a mi princesa.

—Lo sé, pero si cierras los ojos y te comportas bien, tu pequeña estará a tu lado más pronto de lo que crees. —Namjoon se giró y cuando estaba por llegar a la puerta la voz de su paciente lo hizo darse vuelta.

—¿Quien trajo a mi hija hasta aquí? —el azabache apretó la sábana entre sus largos dedos —¿A quien le debo el maravilloso regalo de que me devolviera a mi hija?

El médico metió sus manos en su bolsillo y sonrió cálidamente —Sabes, la vida es un poco increíble la mayoría del tiempo... Hace un poco más de un año transferimos a un paciente, su tratamiento era difícil, pero siempre mantuvimos la esperanza de que pudiera recuperarse. Esa transferencia me tuvo pensando muchas veces en aquel paciente, la madre se lo llevó prácticamente a la fuerza y hace un día lo volví a ver —Namjoon sonrió de nuevo mostrando sus hermosos hoyuelos —y él está completamente recuperado, es una gran satisfacción verlo sano.

Seokjin dejó de respirar mientras escuchaba a Kim Namjoon.

Solo había una persona que encajaba con lo que estaba relatando y su corazón comenzó a latir fuerte en su pecho. Su estómago dolió pero aún así miró al médico y lamió sus labios.

Por que no tenía que preguntar nada más para saber que Taehyung había salvado a su pequeña y ahora él, Kim Seokjin, estaba en deuda por el resto de su vida con aquel bonito chico de sonrisa soñadora y noble corazón.

Él le había devuelto a su pequeña y Seokjin solo necesitaba a su niña para ser feliz otra vez.


★  ☆          ☆☆

Hola!! Como están!
Espero que estén teniendo buenos días y no comiendo todo del refrigerador xD. (Es mi caso)

Como ven las cosas se están encauzando y ya vamos derecho hacia el final, en los próximos capítulos les espera un salto en el tiempo, la salud de Yoongi y Taehyung y muchas cosas más, no ese orden específicamente.

kimtaejincactus gracias por el aguante que me hiciste estos días, te amo hasta el infinito hermana
😍❤️ Y por la bella portada, te adoro.

Tengan un lindo fin de semana en unas horas más subiré el siguiente.


























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