L
—¿Bombero? —preguntó Seokjin trazando líneas con la yema de su dedo índice sobre el pecho blanquecino del policía.
—Ajá. Antes de ser parte de la policía estuve muchos años en el cuerpo de bomberos.
—Wow, eso es increíble ¿Porque lo dejaste?
Yoongi se quedó en silencio un momento pensando si sería buena idea comentarle a Seokjin la real motivación para dejar de ser bombero.
—Yo tuve un novio hace muchos años, demasiados —se rió bajito —nos conocimos en la institución cuando ambos teníamos veinte años, nos hicimos amigos y luego nos enamoramos... un día fuimos a un llamado de emergencia, mi compañía era especializada en rescate vehicular por lo que debíamos acudir a los diversos accidentes de tránsito que ocurrían a toda hora. Esa noche yo estaba de guardia y mi novio no, pero como siempre ocurría él llegó al rescate también.
—¿Pueden hacer eso?
—Si, él estaba cerca del lugar, estaba en nuestra casa... nosotros vivíamos juntos —la voz de Yoongi se fue apagando de a poco mientras los recuerdos llegaban a él.
Por primera vez Seokjin sentía que estaba conociendo el otro lado de Yoongi, el lado más íntimo, su lado más sensible quizá, porque mientras Yoongi relataba su vida junto a esa persona su voz se hacía más suave y nostálgica, entonces Seokjin pudo sentir que algo había pasado entre ellos y que ciertamente no era fácil de relatar.
—¿Que pasó esa noche?
Yoongi siguió acariciando los cabellos negros de Seokjin mientras se daba el valor necesario para continuar.
—Acudimos al llamado, había sido un choque múltiple, habían al menos tres automóviles involucrados y muchos heridos, pero había algo más y cuando empezamos a trabajar para sacar a los lesionados entre los fierros retorcidos nos dimos cuenta que los involucrados en el accidente eran miembros de alguna banda de narcotraficantes o algo así y que estaban arrancando.
—¿Como lo supieron? —el pulso del azabache se aceleró sintiéndose de pronto muy nervioso.
—Porque llegaron dos automóviles y comenzaron a balear el automóvil en el que estábamos trabajando.
—Mierda.
El rubio asintió —eran bandas rivales, nosotros nos resguardamos a tiempo pero él no alcanzó.
Silencio.
Seokjin alzó la mirada y se subió un poco en la cama para darle un beso en la mejilla —si es muy duro para ti, no es necesario que me lo cuentes Yoonie.
—Dos balas impactaron en su pecho... —el rubio siguió con su relato —yo me volví loco, grité y traté de llegar hacia él pero mi compañero me lo impidió, seguían disparando y yo solo podía verlo inerte en el suelo, su cuerpo cubierto de sangre.
—Lo siento mucho —susurró.
—Yo también... éramos felices, lo amé lo suficiente como para querer morir junto con él —Yoongi lamió sus labios —cuando los disparos cesaron corrí hacia él y traté de tapar la hemorragia, pero no fue suficiente y él murió en mis brazos.
—Oh dios mío Yoonie —Seokjin tragó sintiendo un tremendo nudo en su garganta.
—Hice terapia, pero el dolor era muy grande, mi familia me acompañó en todo el proceso, él no era de aquí por lo que su familia, la misma que lo había echado de su casa cuando era muy joven por ser homosexual, decidió cremar sus restos y llevarlo a su ciudad de nacimiento... con el tiempo tuve que volver a mis labores pero ya no podía, veía la compañía y quería morir, no podía ni mirar mi casco sin sentir que se me había ido la vida con él... no pude aguantar y presenté mi renuncia.
Seokjin no dijo nada más, porque ¿Que podía decir?, nada de lo que dijera haría sentir mejor a Yoongi y Seokjin no sabía cuanto tiempo había pasado desde la muerte del novio del policía pero por su voz y lo triste que se volvía a cada palabra el azabache estaba seguro que la pena seguía ahí, el recuerdo fresco de lo que perdiste, de lo que otros le arrebataron.
Yoongi miró a Seokjin y vio cariño en sus ojos, también respeto y eso fue suficiente para darle un pequeño beso en los labios. Él jamás había hablado con nadie sobre lo que había pasado con su novio, pero había una razón de peso para hablarlo con el azabache.
Él también había perdido a alguien, pero la gran diferencia era que Seokjin todavía podía estar con la persona anhelada. Yoongi no era idiota, él sabía que el azabache todavía tenía sentimientos por Taehyung y no podía culparlo.
No podía culparlo por amar a otra persona, él todavía lo hacía, pero Yoongi jamás volvería a tomar su mano, jamás podría verlo dormir nuevamente, en esa balacera había perdido al amor de su vida, a su complemento y desde ahí Yoongi no había vuelto a entregar su corazón a nadie más.
Pero a Seokjin se lo había entregado sabiendo que el corazón del otro no era completamente libre.
—Él es mi Taehyung —habló nuevamente el rubio.
Seokjin arrugó el ceño ante el nombre mencionado —¿Que?
—Que él era lo que es Taehyung para ti.
—Yoon...
—No lo digo como algo malo Jin, todo lo contrario.
—No te entiendo —Seokjin se sentó en la cama odiando que aún el nombre de su ex novio removiera tanto dentro de él.
—Yo se que estas enojado con él, por eso estás aquí ¿No?, pero no soy un idiota si tú quieres besarme y joderme yo no me voy a oponer, yo te amo, pero tú corazón no es mío Seokjin, aunque lo estás intentando —el rubio le sonrió —lo estás intentando y me gusta que lo hagas, no creas que no disfruto estar contigo, eres como un sueño la verdad... pero no me amas Jinnie, lo amas a él y...
—No. No digas nada más ¿Si?
—¿Porque?, ¿Estoy diciendo una mentira acaso?
—No hablemos de él, maldición Yoon.
Yoongi se calló, luego lamió sus labios y suspiró sonoramente —si yo pudiera estar un día con él, si tuviera la mísera posibilidad de abrazarlo nuevamente créeme que no lo soltaría jamás —se calló unos segundos viendo el rostro asombrado del menor —tu tienes la posiblidad, puedes estar con él.
Seokjin se levantó de la cama enojado y comenzó a buscar su ropa.
¿Que pretendía Yoongi?
El rubio también dejó la cama y lo abrazó por la cintura, dejó un beso en su espalda mientras sentía el cuerpo tenso del menor —no te enojes conmigo, enojate contigo por no ser honesto con tus sentimientos y con lo que realmente deseas.
El azabache se giró, su ceño fruncido y respirando rápidamente —no se que es lo que estás tratando de hacer, si no quieres estar conmigo solo dilo y listo.
—¿Estás idiota?, claro que quiero estar contigo, pero no estás entendiendo nada de lo que estoy diciendo.
—Claro que no, yo quiero estar contigo Yoon.
—Lo sé, pero eso es porque no puedes estar con él... no te sientas mal por mi Jinnie, yo disfruto tu compañía, lo que hicimos hace rato fue... —Yoongi lamió su labios lentamente mientras recordaba los gemidos del menor bajo su cuerpo —fue increíble, pero sé que esto pasó porque Taehyung se va a casar ¿No?
Seokjin suspiró derrotado y agachó la cabeza —mierda Yoon.
Sonrió, sus pequeños dientes se asomaron y llevó su mano derecha al mentón del azabache para alzar su cabeza y que se pudieran mirar a los ojos —Yo te amo, te amo mucho, lo sabes, pero tú no eres completamente mío y si tú me dices ahora que ya no lo amas, que no lo extrañas ni un poco todos los días yo dejaré el tema hasta aquí y Taehyung jamás volverá a ser un tema entre nosotros, ahora dime ¿Todavía lo amas?
.
.
.
Jennie cerró la puerta de la habitación de Rachel y bajó las escaleras para luego dejarse caer en el sofá de la sala de los Kim.
No estaba para nada cansada, la niña no daba mucho que hacer por lo que podía decir que su trabajo estaba siendo un verdadero lujo.
Tomó su teléfono y maldijo al aparato que se había quedado sin batería, buscó el cargador en su bolso y se encaminó hasta la cocina para poderlo cargar. Mientras se encendía el teléfono miró por el lugar.
No se sentía en completa confianza para comer los alimentos que el señor Seokjin compraba para él y su hija, pero sus tripas sonaron en su estómago y decidió tomar un bocado, uno pequeño.
Se hizo un café y luego de tomar el primer sorbo su teléfono sonó y ella corrió a contestarlo después de dejar la taza sobre la encimera frente a ella.
—¿Si?
—¿Jen?, soy yo Taehyung.
—Oh dios, ¿Como estás?, he estado pensando todo el maldito día en ti, dios Tae, pensé que te había pasado algo.
—Kihyun me golpeó.
Jennie pegó un grito y luego se llevó su pequeña mano a su boca al darse cuenta donde estaba.
—Que hijo de puta ¿Estás bien?, ¿Donde estas?
—La señora Moon fue al departamento, dijo que la habías llamado, ella me sacó de ese lugar.
—Oh bebé... Siento mucho lo que te pasó, ¿Fuiste al médico?
—No tengo dinero Jenn, Kihyun se llevó todos mis documentos. Rompió mi celular y mi osito pardo.
Jennie agachó su cabeza y cerró un momento los ojos buscando la manera de ayudar a su amigo, pero ella todavía no contaba con su primer sueldo, tenía que pagar el arriendo de su departamento y sus cuentas, de hecho el único dinero que le sobraba era para transportarse dentro de la enorme ciudad en la que ahora vivía.
¿Como podía ayudar a Taehyung?
—Ya veremos que hacer bebé, yo no puedo enviarte dinero... quizá hasta el otro mes, cuando vea el aumento que tendrá mi sueldo ahora que subí las horas de trabajo.
—Oh diablos, ni siquiera pregunté como estas Jenn, lo siento, soy el peor —hubo un silencio y luego Tae volvió a hablar —¿Cómo estás Jenn?
Jennie rió —Estoy bien, conseguí trabajo de niñera.
—Wow, ¿tú con niños?
—¿Que te pasa Kim?, soy muy buena niñera para que sepas.
Una risita al otro lado de la línea hizo que la presión en su pecho fuera menos. Si Taehyung podía reír era porque estaba bien.
Era un chico fuerte.
—La señora Moon es muy amable, tiene dos nietos.
—¿Si?
—Ajá, un chico y una chica.
—Te pediría una foto de la chica pero no tienes celular —Jennie se giró para tomar su taza y terminar su café. Había extrañado hablar con su mejor amigo.
—Es bonita y muy divertida.
—¿En serio?, eso suena como a alguien que me gustaría conocer —dijo relajada mientras tomaba su café.
—Es totalmente tu tipo y bueno también está su primo que es...
—¿Que es que?
—Se parece a Seokjin.
Jennie no se esperaba eso.
—Entonces debe ser malditamente atractivo porque el señor Seokjin lo es.
—¿Señor Seokjin? —Tae rió ante las ocurrencias de su amiga —¿Estás fumando?
Jennie escupió el sorbo de café que había tomado. Maldijo su torpeza y luego la puerta de la entrada se cerró de golpe y ella se puso más nerviosa.
Tanto asi que botó la taza que tenía en sus manos y esta prácticamente se desintegró en el piso de cerámica de la cocina de los Kim. El agua caliente salpicó sus zapatillas pero eso era lo de menos.
Pronto escuchó los rápidos pasos de su jefe, ella aún con el teléfono en la mano y la voz de su mejor amigo al otro lado de la línea llamándola asustado al escuchar aquel ruido.
Jennie no sabía que hacer.
Seokjin entró a la cocina con su rostro preocupado.
—¿Estás bien Jennie?
La castaña quedó de piedra, sus ojos abiertos denotando su nerviosismo.
—Yo-
—¿Te cortaste? —Seokjin acortó la distancia.
Y Jennie cerró los ojos con fuerza cuando escuchó la voz de su mejor amigo.
—¿Jenn?, esa persona que está ahí es... ¿Es mi Seokjinnie?
La castaña no supo en que momento salió corriendo de la cocina asustada por que pensó que Seokjin la dejaría sin trabajo.
El azabache no entendía nada pero escuchó claramente que había alguien gritando en por la línea del teléfono que la chica había soltado y que ahora descansaba en la encimera conectado a un cargador.
Seokjin se llevó el teléfono a la oreja.
—¿Hola?
—Oh por dios.
Seokjin podía reconocer esa ronca voz aunque pasara meses sin escucharla.
Su corazón se disparó en su pecho y la mano que sostenía el teléfono tembló. Mordió su labio sin saber que decir, sin saber que sentir al escuchar a Taehyung nuevamente.
Afirmó su espalda en la encimera y echó su cabeza hacia atrás pensando en que decir.
Claramente podía cortar la llamada y olvidarse de todo lo que había pasado esa noche. De todas formas su noche se había ido al carajo desde que Yoongi comenzó a jugar al terapeuta de parejas con él.
Todavía se sentía molesto con el rubio policía.
Mierda, Seokjin no sabía que hacer mientras la línea al otro lado estaba en silencio, pero Taehyung todavía estaba ahí, el azabache podía escuchar la suave respiración del chico.
Lamió sus labios y todavía temblando decidió enfrentar a quien todavía se robaba sus pensamientos y que también estaba interponiéndose, sin si quiera saberlo, a que Seokjin volviera a amar a otra persona.
Finalmente se dio el valor necesario y con voz firme habló.
—Hola, Taehyung... ¿Cómo estás?
☆★☆
Tengan una buena noche ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top