IX


—¿Qué mierda estás diciendo Eunwoo?

El menor se encogió de hombros y se movió del regazo de Seokjin, dolía toda su parte trasera pero aún así se sentó al lado de su compañero para poder explicarle por que sabía algo que al parecer era un gran secreto para el mayor.

—Te seguí.

Seokjin se levantó molesto, buscó su ropa y comenzó a vestirse —¿Alguien más lo sabe?

Eunwoo negó.

—¿Porqué lo hiciste? —sonó más dolido de lo que quería.

—Lo siento... Yo solo lo hice por qué te odiaba en ese tiempo... Siempre tan perfecto, tan controlado... Lo siento de verdad.

Apretó sus puños y se giró —¿Qué quieres a cambio?

—¿Qué? —Eunwoo preguntó casi ofendido.

—¿Qué quieres para mantener la boca cerrada?

—No quiero nada.

—Lo que pasó entre nosotros no puede volver a pasar... Nada de lo que pasó.

Eunwoo se levantó y lentamente se puso su boxer, le dolía todo pero aún así debía terminar como correspondía la conversación. Y no quería hacerlo desnudo y con el culo doliendo.

—No le diré a nadie Seokjin, llevo un tiempo sabiéndolo... No te preocupes.

Seokjin dejó la habitación en el momento que Eunwoo se estaba acercando a él.

Pasó por las habitaciones rápidamente y antes de llegar a las grandes puertas que daban hacía el club Wendy lo interceptó.

Deneb, ¿qué diablos pasó allí dentro?, el cliente salió con los guardias, desnudo. No podemos dar esa imagen.

—Era un hijo de puta, no vale la pena.

—Es un cliente Deneb.

—Lo sé. Estoy un poco enojado ahora mismo Wen, lo siento.

Abrió las puertas y su semblante cambió, dentro del club, en el gran salón no podía mostrarse enojado.

No, él siempre debía sonreír y actuar como si estuviera en el mejor lugar del mundo, aunque sintiera ganas de vomitar y mandar todo al carajo. Debía mentir al resto y también a él mismo.

Sonrió al pasar por las mesas. Todos los hombres que estaban por ahí lo observaron, sus ojos lujuriosos pasaron por su cuerpo.

Seokjin tragó. Jamás se acostumbraria a esas miradas hambrientas sobre él en todo momento.

Jackson estaba observando el lugar con el ceño fruncido. Seokjin se dirigió donde él.

—Jackson.

—¿Cómo está Eunwoo?

—Bien.

—Me avisaron los de seguridad que hubo un problema con un cliente... Pero que no es cualquier cliente —bufó molesto el administrador —esos jodidos policías. Me tienen aburrido.

Seokjin se apoyó en la pared —Dijiste que debíamos atenderlos como siempre. Aunque no creo que él esté ligado a ninguna investigación, me parece un típico cliente.

—Pero no es típico y hoy lo echamos. Espero que no venga mañana con sus jodidos compañeros.

Seokjin se quedó en silencio.

—Hoy nos avisaron... Unos informantes —Jackson se pasó su mano por su cabello castaño —que el jefe que está a cargo de la investigación está pidiendo una orden para revisar el lugar. Yo no sé qué esperan encontrar.

—¿Quién es el jefe? ¿Ha venido de cliente?

—No lo creo, lo reconocería.

—¿Tan llamativo es?

—Es un hijo de puta petulante que se cree dueño del mundo... ¡Mierda!

Seokjin lo miró, pero Jackson ya estaba caminando hacía la entrada a pasos apurados.

En la entrada varios hombres observaban el lugar.

—Buenas noches ¿Wang?

—Oficial...

—Capitán, ¿ya se olvidó de mi? Soy el capitán Jung Hoseok encargado del departamento de Antinarcóticos y Crimen Organizado... Pero creo que se lo había dicho ¿no?

Jackson tensó su mandíbula y observó el salón y la barra. Estaba lleno de clientes esa noche.

—Creo que necesita sacar a todas estas respetables personas para que podamos hacer nuestro trabajo.

El policía le mostró la orden de cateo y volvió a mirar por el lugar. Una mueca de asco se dibujó en sus labios cuando vio a Wonho subir al escenario con nada más que ropa interior.

—¿Cuánto demora el show?

—15 minutos.

—Demasiado, no tenemos toda la noche, bajelo del escenario y saque a todas estas personas. Necesito que los trabajadores, todos, se presenten aquí en el salón —lo miró con una ceja alzada por qué Jackson no se movía.

—No voy a parar el show, va a servir de distracción mientras le avisamos a las personas que se deben retirar. Si quiere puede tomar asiento y esperar.

—No gracias con mi equipo esperaremos aquí —estaba asqueado, quería irse lo más rápido posible. No entendía como tres de sus mejores oficiales habían sucumbido ante tal asqueroso lugar.

Odiaba a los maricones.

Jackson apretó sus puños y mandó mensajes a los miembros encargados de los chicos y la seguridad.

Jung Hoseok se giró y fue donde su personal que estaba esperando por sus instrucciones. Estaban lejos de cualquiera que los pudiera escuchar.

—Yong Hwa ven aquí un momento.

El joven policía se acercó a su superior.

—Como es tu primer operativo quiero que te quedes aquí en el salón mientras nosotros subimos a las habitaciones.

—Si señor.

—Cualquier conducta inapropiada de esos maricones me llamas por radio.

Asintió y se quedó estático mientras en el escenario un hombre con un cuerpo de infarto se movía de la manera más provocativa que Yong Hwa había visto en toda su vida.

Él había soñado ser bailarín, pero en su familia de policías estaba mal visto dicho arte. Observó cómo Wonho se movía elegantemente, sus piernas flaquearon al escuchar la música y los aplausos.

Aplausos que él jamás escucharía en su vida.

—Jung, concéntrate, no quiero que piensen que estás en este operativo por que eres mi sobrino.

—Si señor.

Hoseok dió unos pasos en la entrada del lujoso club. Habían unas lámparas demasiado caras colgando del techo, el lugar era bastante acogedor para ser un club de prostitutos.

Jung se sorprendía día a día que existiera ese tipo de lugares. No entendía como podían gustarse entre hombres.

Era un puto asco.

La música cesó y los clientes comenzaron a abandonar el lugar, algunos salían por la puerta principal. Otros, como un senador que Hosoek había reconocido salió por la puerta de atrás.

Jackson encendió todas las luces y poco a poco todos los anfitriones llegaron al salón, también lo hicieron los trabajadores.

—Bien, vamos chicos.

Hoseok avanzó por el pasillo y entró una a una a las habitaciones en donde los anfitriones recibían a los clientes.

—Agente Choi Soobin.

—Si señor —el joven agente de acerca a Jung a paso firme.

—Ve a buscar al administrador.

Choi se retira y Hoseok sigue a sus agentes por la habitación. Suspiró cuando abrió uno de los cajones.

Condones.

Lo único que había en ese mueble, abrió otro mueble, más parecido a un armario, en ese habían muchas botellas de lubricante y otros elementos que Hoseok no quiso tocar.

Miró a una de sus agentes que había pedido para ese trabajo y puso los ojos en blanco.

—Hee Yeon ¿en serio? —la chica se rió y dejó la caja que estaba observando.

—Pero jefe, está limpio no ponga esa cara.

Los agentes que estaban en la habitación se rieron.

—¿Por lo menos te pusiste guantes para tocar eso?

—Por supuesto, ¿me va a decir que nunca había visto un dildo? —Hee Yeon rió de nuevo al ver el rostro desfigurado de su jefe.

—¡Por supuesto que no!

—Estaba sellado, no se ponga así.

Hoseok dejó la habitación para continuar en la próxima en donde estaba su otro equipo.

—Pobre de su esposa.

—Pobre de él —rió otra agente de apellido Kang —te apuesto mi sueldo que la mujer debe tener mínimo diez de estos, ese hombre no está nunca en su casa.

Ambas rieron y siguieron buscando por los cajones de la habitación ambientada en una selva.

Seokjin se sentó junto a su amigo Jae Hwan, MJ y Wonho en una de las mesas del lugar. Los otros anfitriones estaban en las mesas restantes junto con el resto del personal.

Todos estaban ahí, algunos nerviosos y otros molestos.

Nadie entendía que estaba pasando ya que solo Seokjin, Eunwoo y Wonho sabían lo de los policías supuestamente infiltrados.

Y era todo supuesto por que los policías no habían aparecido por ahí, solo Min Yoongi.

Se miraban los unos a los otros pero nadie decía nada.

Jackson había salido para acompañar a los policías en el recorrido.

Seokjin esperaba que no hubiera nada fuera de la ley, no sabría que hacer si llegaban a cerrar el club.

Aún necesitaba un poco más de dinero para salir de ahí.

—Se están demorando un poco ¿no? —Lee Sung Jong se acercó a la mesa.

—¿Revisaran las habitaciones personales también?

—A mí me da igual, yo no vivo aquí.

Eunwoo se unió a la conversación.

—Yo no creo que encuentren algo, habría que ser muy estúpido para meter algo indebido acá —MJ tomó un sorbo de su vaso de agua y prosiguió —nos rodeamos de personalidades, senadores, ministros etc.

—Eso es verdad, espero que se vayan rápido y cierren esta mierda. Mañana tengo clases —Jae Hwan apoyó su cabeza en el hombro de Seokjin —¿Por qué estás tan callado? —murmuró solo para que su compañero lo escuchara.

—Solo estaba pensando —respondió sin ganas.

—¿Puedo dormir contigo hoy?

—¿Qué? pensé que tenías clases mañana —el pelinegro lo miró de reojo.

—Tengo, pero hace mucho que no dormimos en la misma cama ¿qué dices?

Eunwoo y Sung Jong miraron en dirección a Seokjin y Jae Hwan.

—¿No estás cansado Deneb? —preguntó Eunwoo con una sonrisita en la cara.

—¿Por qué estaría cansado si hoy no hemos atendido clientes? ¿O tú si? —Jae miró a su amigo y frunció el ceño al no recibir respuesta.

Eunwoo sonrió satisfecho y se acercó a Jae Hwan solo para susurrarle algo al oído.

Seokjin estaba casi seguro de que habría dicho Eunwoo y se levantó de la silla.

—¡Todos sentados! —gritó Yong Hwa desde la entrada.

Seokjin bufó enojado y se sentó.

—Esto es una jodida mierda —Wonho se acostó sobre la mesa y cerró los ojos.

Jackson volvió al salón.

Deneb, ven aquí. Van a revisar tu habitación.

Seokjin se levantó y llegó hasta donde Jackson lo estaba esperando.

En su habitación por lo menos habían unas siete personas. Movían sus cosas por todos lados, su ropa estaba en el piso, su colchón a un costado.

Era un caos.

—Capitán Jung, él es quien vive en este dormitorio.

Hoseok se giró y observó al hombre frente a él. Era alto, unos centímetros más que él por lo menos. Vestía de negro y tenía un bonito rostro para ser un hombre, Hoseok miró sus labios.

¿Cómo un hombre podía tener los labios de esa forma?

¿Y sus ojos eran verdes?

Nunca había visto nada igual.

—Su nombre —preguntó mientras aún observaba su rostro.

Deneb.

—Bien, voy a pasar por alto que no me ha dicho su verdadero nombre y sí el de una estrella, la más brillante de la constelación Cygnus ¿lo sabía? —Hoseok se movió alrededor de él —¿sabía que su nombre artístico es por la estrella que más brilla en el cielo nocturno?

—N-no, yo no lo sabía.

—¿Usted vive aquí?

—Si.

—¿Usted se queda solo en este lugar?

—No. Un guardia cuida las instalaciones de noche, las puertas que dan acceso al club quedan cerradas, yo solo puedo transitar de aquí a la cocina y al gimnasio del club.

—¿Usa mucho el gimnasio?

—¿Qué?

—Nada —Hoseok tosió incómodo.

—¿Qué están buscando? —Seokjin observó cómo una agente tenía en sus manos su camiseta preferida.

—Amo esta alpaca —la agente Kang se la mostró a Soobin que estaba mirando embelesado a Seokjin

El pelinegro volvió su mirada al imponente capitán.

—Contrabando —contestó Jung.

Asintió y volvió a mirar a la agente que ahora tenía una fotografía de Rachel en su mano.

Se acercó rápidamente y se la quitó de las manos.

—Estas son cosas personales.

Hoseok intervino al ver a Seokjin esconder la fotografía en su bolsillo. Aunque no pudo apreciar que había en ella.

—Ahora queremos hablar con los trabajadores. Con todos.

—No entiendo para qué capitán Jung. Acá no se ha cometido ilícito, esto parece cualquier cosa menos una investigación seria.

—¿Y qué sabe de investigaciones ex oficial Wang? Qué haya alguna vez pasado por la institución no le da derecho a pensar que estamos jugando aquí. No entorpezca mi trabajo por favor.

Seokjin sorprendido salió detrás de todos los agentes y cerró su puerta para volver al salón donde el resto de sus compañeros esperaban.

¿Jackson había sido policía?

Seokjin siempre se había preguntado que había hecho el administrador antes de llegar a ese lugar. Y ahora que lo sabía entendía mucho del comportamiento disciplinado del mayor.

Cerca de las tres de la madrugada los policías se fueron del club.

Jackson cansado les pidió que se retirarán. Podían quedarse a dormir ahí o irse a sus respectivos domicilios.

El pelinegro fue a la cocina, necesitaba algo caliente antes de irse a la cama. Puso la tetera al fuego y buscó algo para comer en el refrigerador.

Optó por hacerse un sándwich mientras esperaba que el agua hirviera.

Estaba de espalda a la puerta por lo que no sintió cuando alguien entró y lo abrazó por la cintura.

Sintió un cariñoso beso en una de sus mejillas y sonrió al reconocer ese perfume.

—Yo también quiero, tengo hambre.

Seokjin se giró y Jae Hwan le plantó un húmedo beso en los labios.

Lo empujó suavemente hacía la encimera y posó sus manos en el rostro de su compañero. Mordió ligeramente los gruesos labios del pelinegro.

Seokjin lo alejó un poco de él.

Jae alzó una ceja, Seokjin jamás se negaba a sus besos.

—El agua está lista Jae, ¿quieres un café?

—¿Porqué me estás rechazando?

—No lo estoy haciendo, tengo hambre Jae.

—No te creo nada.

Seokjin suspiró cansado —Estoy agotado, no quiero discutir contigo esta noche.

—¿Cómo estuvo el trío? —se acercó nuevamente al pelinegro y lo tomó de las muñecas, lo empujó hasta la mesa del comedor.

—¡Sueltame ahora!

—Ahora si estás hecho una verdadera puta ¿no? ¿Cuál sería la diferencia si te saco la ropa aquí mismo y te follo contra la mesa?

—¡Déjame, me estás haciendo doler!

Seokjin intentó zafarse pero el agarre de Jae Hwan era mucho más fuerte.

—Eres un hijo de puta ambicioso, jamás quisiste hacer eso conmigo y te lo pedí tantas veces... Ahora entiendo, querías tirarte a Eunwoo ¿no?

—No, mierda Jae sueltame ¿qué te pasa?

Su compañero lo miró, cerró los ojos y se alejó de él.

Seokjin se frotó las muñecas y se enderezó.

—Me gustas Jin. Me gustas tanto que me duele verte en brazos de otros hombres, y es una mierda sentir esto por ti cuando hacemos esto todas las noches. Nos vendemos por dinero y me siento asqueroso por hacerlo, pero quisiera sentir algo real dentro de esta basura de doble vida que llevamos. Quisiera sentir que me quieres.

—Jae...

—¿Tú estás enamorado de otra persona?

—Yo... No lo sé —Seokjin pensó en Jimin inmediatamente, su corazón se agitó al recordar los besos del policía, sus caricias bajo las sábanas y todo lo que el rubio le hacía sentir con solo una mirada.

Jae Hwan lo miró por última vez, había dolor en sus ojos.

—Descansa Jinnie.

Seokjin se quedó en medio de la cocina.

No podía querer a su amigo.

No sabía si podía querer a alguien.

Jimin estaba molesto, realmente muy enojado. Su jefe Jung Hosoek no dejaba de caminar delante de su escritorio, de un lado a otro sin decir ni una palabra.

Park sabía que la noche anterior habían ido al club Paradise y que la diligencia no había salido como esperaban los superiores.

No habían encontrado nada.

Ni un gramo de la supuesta cocaína que se encontraba escondida en el club. Jimin comenzaba a creer que había alguien detrás de todo, alguien que quería incriminar a la dueña del club de un ilícito que no era tal.

¿Pero quién?

—Park —finalmente Hoseok se había dirigido a su sub alterno.

—Señor —el rubio levantó la vista de su escritorio.

—Necesito que vuelvas a mi equipo.

—Si señor.

—Anoche no pudimos encontrar lo que estábamos buscando, pero algo me dice que ese muchacho, el que vive ahí sabe algo.

Jimin escuchó los latidos de su corazón tan fuerte que estaba seguro que su jefe también lo escucharía.

Jung estaba hablando de Seokjin.

—¿Qué le hace creer eso señor?

Hoseok se movió por el lugar pensativo, sabía que su agente altamente calificado Park Jimin había sucumbido ante ese club pecaminoso pero no había podido averiguar a quien iba a visitar.

Tampoco era algo que le importara tanto, se preocuparía más si su agente estuviera visitando a ese chico de labios rosados y gruesos.

Ese chico era muy misterioso.

Pero habían tantos trabajadores en ese lugar. Podía estar enredándose con cualquiera.

Puto asco, pensó.

—Estaba demasiado nervioso, miraba por toda su habitación como si temiera que encontráramos algo.

Esto está muy mal. Jimin sabía que cuando a Jung se le metía algo en la cabeza nada lo frenaba. Siempre sus sospechas se hacían realidad.

Siempre.

—Bien, me voy a adelantar trabajo, desde mañana vuelves a mi grupo Park. Te espero mañana a las 8 en la sala de reuniones. Puedes retirarte, te daré la tarde libre.

—Gracias señor.

Jimin corrió al ascensor.

Tenía que buscar a Seokjin y esperaba que el anfitrión fuera lo suficientemente honesto para contarle si estaba metido en algo tan ilegal y peligroso como las drogas.

Y si no era así.

Debía protegerlo, aunque pusiera en riesgo su propio trabajo y hasta su propia vida.


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Hola!

Mucho amor para todas las personas que leen esta historia.


¡Qué tengan una hermosa y productiva semana!

Nos leemos pronto 😜

sujin084 ten un bonito día 🤗

❤️❤️❤️





































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