IV


Seokjin miró por el reflejo del espejo, aunque no lo necesitaba hacer, reconocía esa voz. Esa dulce pero autoritaria voz.

—Hola Jimin.

—Es raro verte en otro lugar que no sea el Paradise —se acercó lentamente por detrás —Debo decir que te ves jodidamente sexy con este traje Deneb. —Lo abrazó por la cintura y puso su nariz en su cuello. —Ya se fueron las marcas parece ¿tendré que ir al club a hacerte más?

Seokjin se alejó de él como si el tacto del rubio quemara sobre su ropa. Con Jimin sentía cierta debilidad que no lo dejaba pensar correctamente cuando estaba cerca de él.

—¿Viniste con Namjoon?

Se miraron. Jimin sonrió cuando Seokjin recorrió su cuerpo y se relamio los labios.

—¿Lo conoces?

—Sí, es el mejor amigo de mi hermana. No sabía que Namjoon pagaba por esta clase de servicios. —Dijo pensativo.

—¿Tú hermana?

—Sí, Park Chae-Young .

—¿Quién?

—Roseanne o Rosé, así se presenta.

—Ah.

Jimin llegó hasta él. —He extrañado tu presencia en mi cama ¿sabes?

—Bueno, la última vez que nos vimos te recuerdo que me sacaste de tu casa casi a patadas.

—Si, lo hice y me arrepiento.

—¿Lo haces?

Jimin lo acorraló contra la pared y puso una de sus piernas entre las de Seokjin —Ese no fue un buen día... ¿A qué hora terminas con Namjoon?

Seokjin trató de moverlo, pero Jimin era fuerte. —No lo sé, pero si lo que quieres es llevarme a otro sitio la respuesta es no. Estoy trabajando ahora.

Jimin chasqueó la lengua irritado, no le gustaban las negativas. —Namjoon es un aburrido, tú y yo podríamos hacer cosas mucho más interesantes que estas cenas patéticas.

Seokjin se tensó al sentir la mano de Jimin subiendo por su muslo hasta su abdomen. La mano siguió subiendo hasta su garganta y ahí ejerció una suave presión con sus dedos sacándole un jadeo al pelinegro.

—Jimin...

Lo soltó y se alejó rápidamente.

—Tienes mi número, sabes donde encontrarme también.

—No, eso no pasará... No otra vez.

Jimin sonrió —Eso mismo has dicho las últimas tres veces que te quedaste a dormir conmigo... ¿A quién quieres engañar? Ya ni siquiera aceptas mi dinero.

Cerró los ojos —Estaba triste y borracho...

—Acepta que te gusta estar conmigo, que te gusta...

—No.

—Bien, mejor me voy... No queremos que el mejor amiga de mi hermana se entere de que en este lugar hay otro hombre que ha pagado por tí... Aunque hay muchas diferencias entre nosotros dos, incluso... Estoy seguro que hay muchas diferencias entre tus clientes y yo ¿no es así?

Le envió un beso con su mano y salió del baño.

Con sus ojos cerrados Seokjin se quedó paralizado en la pared unos minutos más.

La última vez que había estado con Jimin había sido un encuentro salvaje, aunque con Jimin siempre era así. El oficial de policía siempre era rudo y se sentía con el derecho de marcarlo y morderlo a su antojo, y Seokjin odiaba que en fondo le gustaba que el rubio fuera así con él. Se sentía vivo cuando se encontraba con Jimin, porque ese cliente en particular jamás acató las reglas. Más de alguna vez había tratado de besarlo y al no poder hacerlo lo marcaba y a Seokjin le gustaba eso. Era enfermo, pero le gustaban las marcas en su cuerpo.

—¿Estás bien?

La voz de Namjoon llegó desde algún lugar del baño. Abrió los ojos y Seokjin se alejó de la pared sonriendo.

—Sí, solo estaba haciendo una llamada pero ya terminé.

—Oh, está bien, me había preocupado cuando no volviste. Quiero presentarte al hermano de mi mejor amiga, llegó tarde hoy... Él es una persona un poco difícil de tratar te lo advierto.

—No es problema, sé tratar con personas así. —Seokjin arregló su camisa y junto a Namjoon volvieron a la fiesta.

Namjoon sostuvo su mano mientras atravesaban las mesas, Jimin quien ahora estaba sentado junto a su hermana no perdió movimiento alguno de la pareja que se acercaba a ellos, y mientras atravesaban el gran salón su hermana quien también miraba y esperaba a la pareja que se avecinaba preguntó —Se ven lindos ¿no?

—Es raro ver a Namjoon con alguien.

—Se ve feliz y eso es lo que me importa.

—¿Desde cuando lo conoces?

—¿A Kwan?

—¿Quién? —preguntó Jimin arrugando el entre cejo.

—Kwan, la pareja ee Namjoon, así se llama. —Rosé puso los ojos en blanco.

Jimin sonrió y negó con la cabeza. —Kwan. —Dijo en voz alta saboreando las palabras en su boca. —Es bastante atractivo para Namjoon.

—¡No seas así Chimmy! Nam, merece un hombre hermoso a su lado.

—Lo que sea. —Tomó un gran sorbo a su trago y se pasó la mano por su suave cabello rubio.

Observó que Namjoon y Deneb, como él lo conocía, pararon en una mesa a conversar con otros invitados. Vió a su anfitrión conversar y reír a carcajadas. Jamás lo había visto reír de esa forma, Jimin solo había escuchado gemidos, jadeos y palabras sucias cuando estaban juntos.

Volvió a tomar su vaso y terminó el contenido de un sorbo. Estaba celoso, celoso de sus manos entrelazadas, celoso de las sonrisas que Deneb le daba a Namjoon.

El arma que siempre llevaba consigo en el borde de su pantalón comenzó a molestarle.

—¿Te imaginas si llegaran a casarse?

La voz de su hermana lo sacó de todos los malos pensamientos que estaba teniendo, su imaginación llevándolo a escenarios oscuros en donde él fríamente le disparaba a Namjoon o donde lo dejaba amarrado en un cuarto oscuro lejos de todo y de todos. Sonrió.

—¿Matrimonio? —Jimin quería reírse de las estupideces que hablaba su hermana, si realmente supiera que el tal "Kwan" no era más que un trabajador sexual, uno de los mejores podría decir Jimin, un trabajador que cobraba bastante caro pero que cada maldito billete valía la pena, porque Deneb era exquisito, era el hombre más hermoso y delicado que Jimin había conocido. Su piel era tan suave, tersa y de un color que hacía que el policía quisiera morderlo cada vez que lo tenia entre sus brazos.

—Hermano... —Rosé lo miró.

—¿Qué?

—No seas mal educado con Nam, sé que las cosas entre ustedes terminaron muy mal, pero trata de no llevar las cosas al límite ¿si? Se amable. Por favor.

Jimin suspiró, su hermana aún creía que él guardaba rencor en contra de su mejor amigo, pero no era así, Jimin lo había olvidado, se había dedicado a olvidarlo buscando otros hombres en muchos lugares, siempre en un cuerpo distinto...

Hasta que entró al Paradise a hacer un control de identidad y a revisar las visas de trabajo por si hubiera algún inmigrante indocumentado, y ahí vió por primera vez a Deneb con sus ojos verdes y su cabello negro que hicieron que Jimin perdiera todo profesionalismo y guardara dentro de su memoria los datos de Deneb.

O...debería decir Kim Seokjin.

—Disculpen la demora, es que nos quedamos hablando con unos amigos de mis padres, pero aquí estamos. Ven Kwan, te voy a presentar. —Namjoon posó su mano en la espalda baja de Seokjin y lo acercó hasta donde estaba el hermano de su mejor amiga que a la vez era su ex novio.

Jimin se levantó de su lugar y le dió la mano a Seokjin sonriendo mostrando todos sus perfectos dientes.

—Park Jimin.

—Hola, soy Kwan.

—Es un gusto. —Jimin se relamió su grueso labio enferior.

Seokjin observó esa lengua que se deslizaba por ese labio que tantas veces había querido probar. Sacó su mano y se alejó un poco buscando la compañia de Namjoon.

Era raro pero en muy pocas horas Seokjin se dió cuenta que el médico tenía algo que lo tranquilizaba, aunque podía caber la posibilidad que eso lo sentía por que estaba con personas extrañas. Aunque la presencia de Jimin lo tenía alerta, lo conocía, sabía que el rubio empezaría a jugar con él, a hacer preguntas y no estaba dispuesto a que Namjoon la pasara mal en su cena.

Pero Seokjin realmente no conocia al verdadero Park Jimin.

—No sabía que tenías pareja Namjoon, siempre trabajas tanto... Como pudiste encontrar a un hombre tan apuesto.

—Siempre hay tiempo para estar con la persona que uno quiere Jimin. Y no, nadie sabía que tenía pareja... Digamos que era una sorpresa.

—Y una sorpresa bien grande... Kwan ¿cierto? —Jimin asintió respondiendose solo a su pregunta —¿A qué te dedicas?

—Yo soy un simple trabajador, común y corriente.

—¿Sí, en que empresa?

Seokjin iba a responder cuando Rosé intervino molesta.

—Jimin por favor que te importa a tí en que trabaja —Rosé sonrió cálidamente hacia Seokjin y miró a Namjoon —Ustedes deberían ir a bailar, anda quiero verte Joonie.

Namjoon tomó la mano de Seokjin. —Vamos, Rosé tiene razón.

Se alejaron hacia la pista de baile mientras eran observados por todos los presentes en el lugar.

—Que incómodo es bailar cuando todos te miran —Namjoon trataba de mover sus piernas y que estas estuvieran en compás con sus brazos. La música era rápida y no estaba ayudando en nada.

—Tranquilo, solo deja que la música y el movimiento fluya por tu cuerpo. —Seokjin lo tomó por la cintura para acercarse a él.

Namjoon lo miró sorprendido. —Deberíamos salir a bailar un día, así me enseñas.

—Claro, cuando tu quieras.

Seokjin sentía la penetrante mirada del rubio y siempre pensó que había algo aterrador en el policía, pero él no tenía miedo, todo lo contrario. Había algo en Jimin que hacía que el pelinegro volviera donde él. En el club nadie sabía de sus salidas nocturnas. Después de sus horas de trabajo Seokjin se arrancaba al departamento de Jimin buscando su protección y sus caricias. Y aunque el rubio era salvaje la mayor parte del tiempo habían veces que Seokjin se dormía entre sus brazos mientras le cantaba una canción o simplemente le acariciaba el cabello hasta que finalmente se dormía.

—Disculpa por el comportamiento de Jimin y ese interrogatorio, es policía por lo que le sale natural andar por la vida preguntando todo.

—No te preocupes, iba a decirle que trabajo en una tienda de café.

—¿Sí?

—Ajá, en eso trabajaba antes de volver a Corea.

—¿Algo así como una cafetería?

—Sí. Eso mismo.

Namjoon sonrió y sus hoyuelos salieron nuevamente. Seokjin sonrió también, definitivamente se sentía a gusto junto al médico.

La fiesta fue avanzando y Seokjin se sentía somnoliento, necesitaba dormir.

—¿Quieres que te vaya a dejar a tu casa?

—No quiero dejarte solo Namjoon.

—Tendría que ir a dejarte y volver. No es problema para mí.

Estaban sentados en su mesa mientras miraban a las personas bailar. Jimin los miraba cada cierto rato, su hermana también se encontraba junto a ellos.

—Joonie no puedes irte aún, siempre eres el último y esa tradición hay que respetarla. —Miró a Seokjin. —Cariño, si te quieres ir a descansar mi hermano te puede llevar.

Seokjin observó a Jimin quien se quedó serio y tomó otro sorbo de su trago.

—No creo que el esté en condiciones de manejar Rosé. —Namjoon tensó su mandíbula.

—Podemos irnos en taxi, lo paso a dejar donde él quiera.

—¿Y tu auto hermano?

—Lo dejé en la comisaría, vine en taxi.

—Mejor aún —Rosé miró a su mejor amigo —Nam, deja que Chimmy cuide de tu chico. No le va a pasar nada, quien mejor que él para cuidarlo —Rosé junto sus pequeñas manos y se levantó de la silla —No se diga más, tú llevas a Kwan a su casa.

Seokjin buscó la mirada de Namjoon.

—Entonces...

—Ve con él, —se acercó y le habló solo para que él escuchara —voy a llamar a tu mánager para acordar otra salida.

—Está bien. —Seokjin se levantó, Namjoon y Jimin lo siguieron.

Seokjin se despidió de Rosé y se paró al frente de su cliente. —Buenas noches Namjoon.

Rosé miraba con ojos ilusionados el intercambio, hizo un puchero cuando ambos novios se separaron sin siquiera darse un beso.

—¿No se van a besar? Les recuerdo que ya no son unos niños.

Ambos rieron y Seokjin recordando la cláusula de no besar a sus clientes puso sus manos en sus bolsillos nerviso.

Namjoon tomó su pequeña cara entre sus manos, se acercó lentamente y lo miró para pedirle permiso. Seokjin asintió levemente y en ese momento el médico dejó un delicado beso en sus labios. Namjoon chupó el labio inferior de Seokjin mientras se preparaba para seguir con el labio superior.

Seokjin sintió una descarga recorrer su espalda pasó sus manos por la cintura de Namjoon para acercarlo más. Mucho tiempo había pasado desde que había recibido un beso, Seokjin olvidó las reglas, olvidó las personas a su alrededor y apretó a Namjoon más fuerte mientras era besado deliciosamente por el médico.

Cuando se separaron Seokjin tenía los ojos brillantes —Te voy a esperar. Quiero que tú me lleves.

Namjoon miró a Jimin que tenía una mueca de disgusto en su rostro. —No te preocupes Jimin, puedes irte. Yo llevaré a Kwan hasta su casa.

Jimin dejó su vaso de golpe sobre la mesa, se despidió con un movimiento de cabeza y se fue del lugar.

Namjoon miró su reloj pulsera. —Bueno, hay tradiciones que se pueden romper, hoy me iré antes que los invitados.

Rosé abrió sus ojos sorprendida pero terminó abrazando a su amigo. —Cuídense ambos.

—Lo haremos, nos vemos el lunes querida. —Dejó un beso en su mejilla y tomó la mano de Seokjin y se fueron del lugar.

Ya fuera del gran salón de eventos ambos se miraron sin saber muy bien como continuar la noche.

—Tengo una habitación por esta noche... ¿Quieres subir conmigo?

Seokjin parpadeó unas veces y asintió.

—Sí, quiero subir contigo Namjoon.

Se ganó otra sonrisa con hoyuelos por parte del médico, volvieron a unir sus manos y se dirigieron rápidamente hasta el ascensor.

Entraron a la habitación en silencio.

—Puedes ducharte si quieres, yo haré unas llamadas por mientras.

—Podrías ducharte conmigo si quieres. —Seokjin se metió al baño mientras se sacaba la ropa en el camino.

Namjoon decidió que las llamadas podrían esperar.

No había nada más importante que probar aunque sea por una vez la hermosa piel de su anfitrión, quizá hasta podría besarlo nuevamente.

Namjoon entró al baño, su mirada se fue directamente hasta el hombre que estaba de pie completamente desnudo.

—Te estaba esperando. —Seokjin se giró y se acercó lentamente a él.

Le sacó la chaqueta y luego la corbata, abrió la camisa de un solo tirón.

—¿Sabes qué es una camisa costosa?

—Lo sé, pero me imagino que tienes muchas más.

Namjoon rió mientras observaba el cuerpo de su acompañante.

La camisa cayó al piso y Seokjin deslizó su mano por todo el torso de Namjoon, su pecho era firme, tenía su cuerpo levemente marcado pero era tan sexy, tan varonil que Seokjin no lo pensó dos veces y comenzó a besarlo por el cuello, siguió por su clavícula y comenzó a bajar lentamente dejando besos y chupando todo a su paso.

Llegó hasta el cinturón, Seokjin se arrodilló en el piso cerámico y le sacó el cinturón y el pantalón. Namjoon levantó su pierna para sacarlo completamente.

—Ven. —El médico levantó a Seokjin del piso mientras este lo miraba confundido.

—No tienes que hacer nada por mí.

—¿Qué? —Seokjin se alejó un poco. —¿Estás hablando en serio?

—Estás muy acostumbrado a dar placer. Estás algo así como automatizado.

Seokjin se sintió ofendido —Te recuerdo que estás pagando por esto ¿O no es lo que quieres? ¿No te quieres acostar conmigo?

—¡Por supuesto que si!, pero no tiene que ser por obligación. Que yo haya pagado por tus servicios no quiere decir que tenemos que llegar a esto.

—Es ridículo lo que estás diciendo, soy un trabajador sexual, tengo sexo todos los días... No te entiendo... ¿Qué querías de mi si no es sexo?

El médico negó con su cabeza —Voy a volver a la habitación, duchate si quieres. Estaré en la cama.

—No, mejor voy. Si no habrá sexo no puedo quedarme. No suelo dormir con mis clientes.

—Eres libre de hacer lo que quieras.

Seokjin salió del baño, buscó toda su ropa y agradeció internamente que Namjoon se haya quedado donde estaba. No quería que viera su cara de decepción, a él jamás lo habían rechazado de esa forma.

Seokjin no entendía ¡ellos se habían besado! Y aún así Namjoon quería actuar como si fueran hermanos.

¿Quizá Namjoon sintió asco de él?

Por supuesto, eso debía ser pensó Seokjin.

Terminó de vestirse y salió de la habitación.


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*En el capítulo II se hace referencia de que Jimin sería actor, Jaehwan piensa que lo es y ya verán más adelante porque Jimin no podía decir que era policía abiertamente.

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