I


Odiaba el olor de esa habitación, odiaba todo lo que estuviera dentro de ella, se odiaba por seguir en ese mismo lugar, odiaba la necesidad que tenía de esperar todas las noches por sus clientes. Los mismos que pagaban cantidades exorbitantes de dinero semana a semana.

Seokjin no se podía quejar, era el preferido del lugar, los mejores hombres pagaban por pasar unas horas con él, por eso ahora mismo se estaba levantando, tenía que arreglarse para una nueva jornada de trabajo.

Abrió la ventana para dejar entrar los débiles rayos de sol. Eran cerca de las cinco de la tarde, ya pronto abrirían las puertas de Paradise, el lugar se había convertido en su hogar. Llevaba cerca de dos años en dicho lugar.

Llegó hasta el baño, se sacó su pijama, revisó su cuerpo. Una de las órdenes que tenían los clientes en ese lugar era no marcar a los anfitriones, pero había un cliente en particular que jamás hacía caso a las reglas del lugar... No acataba ninguna en realidad.

El sonido de alguien golpeando la puerta de su habitación lo sacó de sus pensamientos. Cerró la llave y se dirigió a atender. Antes de abrir se colocó su camiseta.

-Hola guapo, pensé que estabas durmiendo.

-Pasa Jae.

Su compañero pasó a su habitación y se sentó en la cama.

-Yo no me sentaría ahí si fuera tú.

Jae se carcajeó y se acomodó entre las frazadas.

-Ven Jinnie.

Seokjin negó con su cabeza sonriendo.

-A esta hora ya no soy Seokjin... Ni tu eres Jae Hwan.

-Oh, vamos no seas así. Aún quedan como tres horas para que abran las puertas, ven, solo un rato.

Accedió, se subió a horcajadas sintiendo ya medio duro a su compañero de oficio.

-Joder Jinnie, de solo mirarte me dejas con una maldita erección.

Seokjin sonrió, pero como siempre la sonrisa no llegaba hasta sus verdes ojos.

Seokjin bajó cabeza hasta dejar un húmedo beso en la clavícula de Jae.

-No importa cuantos hombres me besen Jinnie, siempre serás el último que recuerdo.

Estaba mal, muy mal, pero Seokjin necesitaba sentir que alguien lo buscaba más allá de lo físico y que por supuesto no pagaba por caricias bajo las sabanas desgastadas.

-Me tengo que terminar de arreglar.

Seokjin se levantó, se sacó su camiseta. Y se dirigió al baño.

-¿Ese hijo de puta otra vez te dejó marcas?

El pelinegro se encogió de hombros y abrió de nuevo la llave de la ducha. Jae lo siguió hasta el baño.

-¿Porqué lo dejas Jinnie?

-No es que lo deje Jae, solo pasa en un segundo, no sé.

-Tú no eres un jodido animal para que te marquen.

-Soy menos que animal Jae, todos los que estamos acá lo somos.

-No, mírame. -Jae lo sacudió un poco para tratar de hacerlo entrar en razón. -Lo que hacemos en estas cuatro paredes no nos define como personas Jinnie. Todos tenemos sueños, solo debes buscar el tuyo... Me prometes que vas a tratar de buscar una salida a esto.

-Lo prometo...

-Ahora arreglate, seguramente el administrador debe estar por aparecer y no queremos que pase lo de la última vez.

-Si. Anda Jae, yo estaré bien.

-Lo sé Jinnie, eres fuerte cariño. -Lo besó una última vez antes de salir.

Seokjin se tocó los labios sintiendo un pequeño hormigueo, en su oficio él no besaba, nadie podía hacerlo. Aunque muchas veces en los dos años que llevaba trabajando con su cuerpo había deseado un beso, pero no se lo podía permitir, un beso era un paso más allá, y era bastante irónico pensar que no estaba entregando tanto cuando dejaba que hombres de todas edades y profesiones lo tocarán hasta perder el aliento. Su boca solo era besado por su compañero Jae, aunque nunca eran los besos que él quería sentir.

Cuando su ducha terminó buscó la ropa que usaría esa noche. Observó el costoso traje que era completamente negro y comenzó a vestirse lentamente.

Peinó su cabello negro, decidió que llevaría la frente despejada. Se maquilló un poco los ojos mientras la alarma de su celular sonaba en algún lugar de esa habitación.

≪ °❈° ≫

-Caballeros, ya saben que hoy viene la dueña... ¡Deben estar listos en 15 minutos!

Seokjin salió de su habitación a paso lento llegó hasta donde estaba el administrador del club.

-Buenas tardes Jackson.

-¡Ven esto! Si Seokjin puede llegar a tiempo todos ustedes pueden.

-Hay personas que tenemos vida Jackson, no somos bastardos que viven en su lugar de trabajo.

-Eunwoo basta, no empecemos hoy también... -Jackson miró la hora.

Seokjin miró de soslayo a su compañero, no sabía muy bien por que Eunwoo lo odiaba tanto, él se llevaba bastante bien con todos sus compañeros, hasta podría decir que tenía un par de amigos. Pero su relación con Eunwoo siempre había sido una especie de competencia, mientras Seokjin tenía sus clientes habituales, Eunwoo los cambiaba todo el tiempo.

Por cada nuevo cliente a los anfitriones se les pagaba un bono extra con su sueldo. Eunwoo estaba conciente de todo el dinero que le hacía ganar a dueña del lugar. Seokjin por su parte ahorraba lo que más podía para un día poder salir de ese sitio y no volver nunca más.

-Estoy listo -Wonho le guiñó un ojo a Seokjin mientras se terminaba de abotonar su camisa negra, que era casi trasparente.

-¿Por qué siempre estás tan vestido Seokjin?

El pelinegro rió -No me gusta mostrar mucho, eso ya lo sabes Myung Joon.

-Vamos hombre, soy MJ.

-Lo siento... MJ.

-Mucho mejor -el chico le dió una palmadita en el hombro y se fue a sentar con el resto de sus compañeros.

-¿Dónde están Ken y Sung Jong?

-Revolcándose seguramente -otra vez Eunwoo habló.

Seokjin metió sus manos en los bolsillos de su pantalón Armani, incómodo, él sabía que Lee Jae Hwan o Ken como se hacía llamar, tenía un pequeño amorío con otro compañero. No sentía celos, él había sido claro con Jae sobre la relación de ellos. Su compañero le había declarado su amor y él lo rechazó, desde ese entonces ellos a veces tenían sexo pero nada más fuera de eso.

Entendía que Jae necesitaba más contención que unos cuantos polvos al mes. Y parecía que Sung Jong era capaz de darle eso que él no podía entregarle.

-Bien, en lo que llegan necesito que Wonho haga su ensayo.

El aludido se levantó del sofá en el que había estado sentado los últimos minutos y subió al escenario.

Mientras Feeling Good de Michael Bublé llenaba el salón y Wonho hacía gala de su talento, y por supuesto de su cuerpo, Seokjin tomó asiento mientras miraba de tanto en tanto el pasillo donde se encontraban sus habitaciones, Jae Hwan aún no aparecía y el pelinegro estaba luchando con las ganas de ir a ver que era lo que lo tenía atrasado.

-Debe estar por venir, hoy me dijo que tenía entrenamiento -su compañero MJ le sonrió con estima.

-No... Yo no estaba...

-Hey, lo sé, ustedes son amigos ¿no?

Seokjin asintió y volvió a mirar por el pasillo.

-No está con Sung Joong, él me envió un mensaje que venía atrasado de la Universidad -le pasó su celular para que Seokjin pudiera verlo. -Eunwoo habla por que tiene boca... Es un imbécil.

Seokjin se quedó en silencio, observó a su compañero Wonho en el escenario que ya se había quitado casi toda su ropa, solo quedaba el apretado boxer negro que lo hacía lucir mucho más pálido de lo que ya era. Era atractivo de ver, muchos de sus clientes gustaban de mirar su show antes de pasar a la habitación.

La música se apagó y Wonho bajó del escenario con su ropa en la mano.

-¿Y? ¿Qué te pareció Seokjin? -lo miró mientras se lamía los labios -Ese baile es para tí -le guiñó el ojo y se alejó para vestirse.

-Un día se te va a tirar encima ese hombre. -MJ tomó un sorbo de agua. -¿No te parece atractivo?

El pelinegro se giró para responder pero en ese momento las puertas principales se abrieron dejando ver a la dueña del club entrar con el séquito de seguridad que la seguía a todos lados.

-Buenas noches muchachos.

Todos se levantaron, Seokjin vio a Jae incorporarse a ellos y le sonrió cuando sus miradas se conectaron.

-Señorita Anh -Jackson se acercó para tomar su abrigo.

Si bien ese era un club gay, para todos los hombres que estaban ahí la presencia de su jefa era una extraña mezcla de miedo y deseo. Ella era sensual, su cabello negro llegaba hasta su cintura, sus ojos maquillados de negro le daban una mirada felina y sus labios rojos hacían que se viera como una verdadera diosa. Su cuerpo era voluptuoso y ella lo sabía muy bien, al caminar agregaba un toque extra a sus caderas.

-Jackson por favor acompáñame a mi oficina, hay algo de lo que tenemos que hablar.

-Claro. -Jackson medio sonrió y antes de seguir a su jefa se giró para hablarle a los trabajadores. -Vayan a revisar los dormitorios de la segunda y tercera planta. Si falta algo ya saben donde buscarme. -el administrador se alejó mientras todos se levantaban a seguir las instrucciones.

Seokjin llegó hasta la habitación que usaría esa noche, era una de las más grandes y elegantes. Entró y buscó en los cajones, contó los condones y ordenó las botellas de lubricantes.

-Deneb, ya vamos a abrir -Seokjin se levantó al escuchar su seudónimo.

Solo tres personas en ese club tenían un alías relacionado con las estrellas. Él por supuesto era uno de ellos.

Deneb era el nombre que su jefa había elegido, ningún cliente sabía su verdadero nombre, él había elegido esa modalidad, otros de sus compañeros no tenían problema en decir su nombre real. Él no, Seokjin no quería que nadie supiera a lo que se dedicaba por las noches.

Se sentó en la barra mirando como su compañera Wheein preparaba las botellas y vasos para esa noche.

-¿Quieres tomar algo Deneb?

-Sólo agua. Gracias.

-Hoy parece que va a ser una noche ocupada.

Seokjin se giró en su asiento para mirar el club que ya se estaba llenando como cada noche -Hoy va ser un día como cualquier otro -tomó un sorbo de su agua.

-Deneb... Llegó tu primer cliente, ya está en la habitación.

-Gracias Wendy.

Seokjin se levantó y se dirigió a su habitación designada, solo dos de sus clientes entraban por la puerta del fondo, esa puerta estaba destinada a todos los clientes que por supuesto no querían ser vistos por nadie. Lo ocupaban algunos famosos, también hombres casados o de doble vida y también algunos que no querían ser vistos entrando a un club para pagar por sexo.

Seokjin podía fácilmente adivinar quien estaba en la habitación.

Giró la manilla de bronce y entró en el habitáculo.

Un hombre joven lo esperaba sentado en uno de los sofás.

-Sabía que eras tu cariño...

El hombre se levantó y se acercó hasta Seokjin.

-¿Me extrañarte? Porque yo sí lo hice...

-Por supuesto que te extrañé.

Seokjin recibió una sonrisa que hizo arrugar sus bonitos ojos al hombre que era casi de su misma estatura.

-Vamos a la cama Deneb.

El pelinegro lo tomó de la mano y lo llevó hasta la enorme y cómoda cama que estaba en el centro de la habitación.

-¿Cómo te fue en tu viaje? -Seokjin lo acostó y comenzó a sacarle la ropa lentamente.

-Cansador... -se relamió los labios mientras su anfitrión le sacaba el jeans. -Me lesionaron.

-Lo ví, ¿por cuánto tiempo debes estar fuera? -Seokjin se acomodó entre sus piernas para sacarle la camisa.

-Dos semanas.

El pelinegro besó su cuello mientras era acariciado por su cliente.

-Sácate la ropa para mi hermoso.

Se bajó de la cama y comenzó con su chaqueta, sonrió al ver la excitación en sus castaños ojos, siguió con su corbata. Seokjin sabía que no pasaría más de un minuto antes de que uno de sus clientes favoritos le quisiera arrancar la ropa.

El joven cliente comenzó a tocarse por sobre su boxer blanco. -Mierda, eres tan hermoso.

Seokjin se rió mientras se sacaba la camisa lentamente.

-Oh vamos, me estás matando...

-Entonces ven a hacerlo tú.

Se levantó de la cama y se acercó al único anfitrión que visitaba en ese lugar y por el cual pagaba demasiado dinero, aunque eso no era problema ya que al ser futbolista profesional ganaba millones a la semana. El dinero nunca era problema si con eso podía estar cerca de Deneb.

Le terminó de sacar la ropa y lo tiró a la cama para subirse sobre él.

-Estás salvaje hoy...

-Ya te dije que te extrañé. -besó su cuello para bajar por su clavícula.

Seokjin cerró los ojos para dejarse llevar por el tacto de su cliente, relamió sus labios cuando sintió que esa lengua bajar hasta su dura extensión.

Se dejó llevar por las sensaciones de ese encuentro, había algo en ese cliente en particular que lo alejaba de todos sus pensamientos negativos y de sus recriminaciones internas por desempeñar dicho trabajo.

Ya después pensaría de nuevo y como cada noche si lo que estaba haciendo lo hacía por que realmente lo necesitaba o si había algo más...

Algo de lo que estaba escapando.


≪ °❈° ≫

Primer capítulo de mi nueva historia, como puse en la descripción esto es Jin x Bangtan.

Habrá versatilidad y parejas variadas.

El primer cliente deben adivinarlo, aunque de todas formas lo leerán en el próximo capítulo.

Espero que me den su amor en este nuevo proyecto.

Nos leemos pronto 😘

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