Epílogo

Seokjin revisó una vez más el correo electrónico que indicaba la hora en que debía presentarse en la oficina de su jefe directo.

Golpeando sus dedos sobre el escritorio el azabache se encontró mirando una y otra vez la hora en su reloj pulsera, no sabía muy bien por que estaba tan inquieto, quizás era por que ese mes habían despedido a varios de sus compañeros de otras áreas del banco. También estaba nervioso por que habían decidido hacer una casa interior en elmjardin trasero de su propiedad con el fin de cuidar a su abuelo y que se pudiera mudar con ellos aún teniendo su privacidad, entonces si quedaba sin trabajo la ampliación debía ser pagada entre Taehyung y Yoongi, y ese no había sido el trato.

Se removió incómodo y respiró para calmarse, esa mañana había estado hablando con sus novios sobre el asunto de su llamado y ellos estuvieron calmandolo en todo momento, Seokjin podía ser un tanto dramático pero que lo llamaran justo cuando no había podido cumplir con sus metas como asesor financiero en los últimos meses solo le decía que no iba a ser una reunión para felicitarlo por su trabajo.

—Seokjin.

El azabache pegó un salto y le sonrió a su compañera de trabajo —me asustaste.

—Lo siento, pero uno de tus príncipes está en el área de créditos.

—¿En serio? —Jin sonrió y se miró en el espejo que tenía bajo su teclado. Luego se levantó y arregló su chaqueta de trabajo —iré a ver.

—Anda tranquilo, aprovecha que hay pocas personas y que es viernes.

Seokjin asintió y se dirigió de inmediato al primer piso para encontrarse, y como dijo su compañera, uno de sus príncipes. Todavía se sorprendía de la buena relación que tenía con ella y que eso mismo había dado paso para que le contara que tenía dos novios y que era realmente feliz por aquello.

Sonrió amplio al ver a Yoongi con sus manos en los bolsillos de su pantalón de tela negro que se amoldaba de manera sexy a sus piernas.

—Hola guapo —Seokjin atrajo a su novio y lo besó. Sólo unos segundos para separarse de inmediato.

—¿Está todo bien? —Yoongi tomó la mano del menor y entrelazó sus dedos —voy camino a la oficina y estaba un tanto inquieto por eso pasé. Espero que no te moleste.

—No me molesta, incluso me encanta que hayas venido —Seokjin suspiró —sigo nervioso pero estaré bien, ya queda menos para saber por que me tengo que presentar frente al viejo.

—Estoy seguro que todo saldrá bien —Yoongi sonrió y acarició un poco más la mano suave de Seokjin antes de dejarlo ir —Tae envió esto para ti.

El azabache observó como Yoongi sacaba de dentro de su chaqueta una rosa roja preciosa envuelta en un papel rosado muy delicado. Su corazón comenzó a latir fuerte cuando la tomó.

—Es muy linda.

—Nosotros opinamos que eres más lindo que una rosa.

Seokjin sonrió amplio y atrajo a su novio para besarlo rápido —te amo.

—Yo mucho más y creo que debo irme al trabajo.

—Cierto, jefe —Jin lo besó rápido de nuevo y se separó completamente del cuerpo ajeno —un sexy jefe, estoy realmente celoso de tus trabajadores.

—No lo estés, ellos no pueden ver la mejor parte de mi y tú si.

—Eso me gusta —Jin se contuvo de besar nuevamente a su novio, después de todo estaba en el trabajo. —¿Nos vemos para la cena?

—Si, tengo varias cosas que arreglar pero llegaré a la cena… Y me gustaría empezar por el postre.

Seokjin se rió y tapó su boca con su mano —Rach está en casa esta noche.

Yoongi asintió recordando que desde que su amigo le hubiese declarado sus sentimientos, la niña no había vuelto a pisar la casa de Jeongin y parecía un estropajo desecho desde aquel día.

—Bien, ya veremos que se nos ocurre. Te amo —Yoongi le dio un beso corto antes de irse.

Seokjin lamió sus labios y se giro mirando para todos lados. Caminó de regreso a su escritorio y dejó la rosa sobre la superficie sonriendo ante lo romántico que eran sus novios.

Le envió un mensaje a Taehyung para agradecer el detalle aunque sabía que su novio no lo vería hasta muchas horas después ya que tenía una sesión de fotos realmente importante, entonces no podía distraerse.

Dejando su teléfono de lado se acomodó en su silla y sonrió hacia las personas que esperaban por él para ser atendidas.

Seokjin necesitaba una distracción y si todo salía bien y no quedaba sin trabajo, esa noche podría disfrutar de su familia y así poder seguir con los planes que tenían todos ellos en mente.

****

Taehyung se irguió en toda su altura maldiciendo a su espalda. Había pasado las últimas tres horas sacando fotografías en distintos ángulos a la banda que lanzaría un nuevo disco o algo así había escuchado. Su empresa trabajaba desde hace algunos meses con compañías de entretenimiento, entonces Taehyung ya no estaba fotografiando modelos, sino cantantes y bailarines.

Era muy por lejos el estilo de fotografías que él quería tomar pero la paga era espectacular y él necesitaba el dinero, por supuesto. Todavía mantenía a sus abuelos por lo que la idea de cambiarse de rubro era cada vez más lejana.

Quizá si en algún momento no tuviera tantas responsabilidades…

—¿Eres Taehyung?

El castaño asintió mirando al hombre frente a él. Sabía que era uno de los mánagers de la banda a la cual él estaba fotografiando.

—Soy Taehyung, si —sonrió.

El hombre frente a él asintió despacio sin dejar de mirar su rostro. El castaño miró hacia un lado y luego al otro un tanto incómodo.

—Llevamos muchas horas aquí, ¿Te gustaría tomar algo? Todavía debemos esperar el último cambio de ropa de los chicos.

—Eso estaría bien, si.

—Sígueme.

Taehyung siguió al hombre hasta un salón en donde habían varias mesas llenas de comida y bebidas. Su estómago gruñó enseguida por que llevaba varias horas sin comer.

—Gracias —dijo al hombre que asintió serio.

—Nunca te había visto, ¿Eres nuevo en la empresa?

—No, solo que antes trabajaba en otra división. —Tae quería dejar de hablar y comenzar a comer, pero no quería ser mal educado.

El manager sonrió y estiró su mano —disculpa, no me presenté, soy Chansung.

—Soy Tae… Taehyung —se desdijo enseguida —aunque eso lo sabías —el castaño sonrió.

—Si, es un lindo nombre, me gustaría saber si estás disponible para salir alguna vez…

Taehyung iba a morder su croissant y se detuvo. Al parecer el hombre estaba coqueteando con él y eso no le gustó para nada. Él podía ser un hombre simpático y según sus novios muy amistoso, pero eso no le daba pie a otros hombres para mirarlo como si fuera un enorme trozo de filete.

Era incómodo.

—Gracias, mi esposo también cree que mi nombre es lindo y no, no estoy disponible para salir con nadie que no sea mi pareja —finalmente mordió su croissant y se deleitó con la mirada sorprendida del otro.

—No pensé…

—¿Que tenía pareja? —el castaño tomó una servilleta y limpió sus dedos. Tenía muchas ganas de decir que no tenía solo un novio, sino que dos, pero no podía decirlo abiertamente y mucho menos en el trabajo. —Hace varios años, también una hija de 13 años… tengo una hermosa familia la verdad. —Suspiró el fotógrafo.

—Te ves realmente joven.

—No lo soy tanto, ahora Iré a sentarme antes de continuar —Taehyung agachó un poco su cabeza en modo de agradecimiento por la comida y atravesó la estancia para aterrizar en uno de los sofás allí dispuestos para el descanso del personal.

Inmediatamente tomó su teléfono y lo encendió. Muy pronto comenzaron a llegar las notificaciones pero una en particular era la que estaba esperando.

Sonrió al ver la fotografía que su novio Seokjin había enviado para él, en ella sostenía la rosa que había comprado. Taehyung lamió sus labios cuando observó la foto detenidamente, su novio seguía siendo tan espectacular como cuando ellos se habían conocido y no había manera en el mundo en que él quisiera perder a su familia por estar coqueteando con otro hombre.

Iba a guardar su teléfono justo cuando sonó indicándole que un nuevo mensaje había llegado, lo desbloqueó enseguida al tratarse de Yoongi.

Mordió su labio mientras leía el encabezado de la fotografía.

Esta es la de hoy, te amo mucho y no te andes tocando en los baños.

Taehyung se echó a reír y satisfecho por tener una nueva fotografía de su novio que iría directo a una galería secreta que tenía de ambos. Sin esperar más contestó el mensaje.

A los minutos recibió otro.

¿Estás listo para esta noche, osito?

El castaño asintió mirando el aparato. Respondió rápidamente y luego guardó el teléfono.

Esa noche le pedirían matrimonio a Seokjin, llevaban semanas con Yoongi ideando la mejor manera de hacerlo. Habían pensado en hacerlo en un restaurante de lujo pero esa idea quedó descartada de inmediato, necesitaban privacidad para poder sorprender a la pareja de ambos de la mejor manera posible. Una noche en un hotel también había estado dentro de la lista pero no era muy romántico según Yoongi.

Entonces decidieron hacerlo en casa junto a Rachel.

Taehyung sonrió amplio por los planes que tenían para el futuro y estaba más que listo para poder casarse finalmente con los más grandes amores de su vida.


****


Yoongi se echó para atrás en su silla y mordió su labio ligeramente, revisó la fotografía que Taehyung le había enviado y su corazón comenzó a bombear mucho más rápido al ver el lindo rostro de sus novios ya que el castaño le había reenviado también una fotografía de Seokjin besando la rosa que él había llevado horas atrás al banco.

Dejó su teléfono sobre su escritorio y se levantó para quitarse la chaqueta. Siempre olvidaba quitársela al llegar pero al pasar las horas comenzaba a molestar, volvió a su sitio y se acomodó de mejor manera en su silla para empezar una nueva jornada de trabajo. Tenía varios documentos y contratos por revisar y el tiempo se hacia poco para todo lo que tenía que aprobar.

La puerta fue golpeada suavemente. Yoongi alzó la cabeza cuando su secretario de reemplazo entró a la oficina.

—Señor Min, hay alguien afuera que quiere verlo, pide encarecidamente que lo atienda.

El rubio arrugó su ceño —¿Quién es?

—Anoté su nombre aquí —sonrió el joven buscando en su libreta de notas.

Yoongi entrelazó sus dedos un tanto inquieto por la lentitud de su joven trabajador, a falta de su secretario de planta que había decidido fracturarse el tobillo mientras jugaba fútbol, él había tenido que contratar a un inexperto universitario.

—¿Y bien?

—Creo que...

La puerta fue golpeada y Yoongi sonrió de inmediato cuando vio a quien se estaba asomando.

—CEO Min Yoongi ¿Eh?

Yang Yi Jeong entró en la oficina haciendo que Yoongi se levantara de su sitio para darle un cálido abrazo.

—Tantos años que no te veía Yi.

Ambos hombres tomaron asiento en los sofás que Yoongi tenía en su oficina.

Habían pasado varios años desde que Yoongi hubiese dejado la Policía Nacional pero había mantenido contacto con Yang a lo largo del tiempo y aunque no había podido concretar una visita en sí, ellos acostumbraban a mandarse mensajes de vez en cuando.

—Mucho tiempo —Yi Jeong observó detenidamente el lugar y silbó asombrado —buen lugar tienes aquí, linda decoración.

El rubio asintió pero antes de continuar la conversación miró a su secretario de reemplazo —¿No tienes llamadas que hacer, Jiwon? 

El chico asintió y antes de salir se giró —¿Necesitan algo?

Yoongi negó y miró a su ex compañero de trabajo mientras miraba a su trabajador salir de la oficina.

—Tiene 24 años y tú estás viejo para él.

Yi Jeong rió —vieja mi ropa. Además tú tienes una relación con dos hombres menores que tú, no me jodas Min.

—No hay tanta diferencia de edad —Yoongi se encogió de hombros —dime, a que debo esta grata visita.

El policía suspiró —ya sabes que hace un año que estoy en la unidad de encubiertos, bueno me enviaron a mí y aún puñado de agentes a una misión.

—Oh, eso se oye genial.

—Si, supongo, es mi tercera misión pero no nos habían enviado fuera, pero bueno, aquí estamos.

—¿Puedo saber algo de la misión? —Yoongi se cruzó de piernas sin dejar de mirar a Yi Jeong.

—No puedes, pero si me invitas una cerveza podría contarte.

—Viniste el peor día de todos, hombre. Hoy tengo un cerro de trabajo y una cena con mi familia en la noche.

Yi Jeong rodó los ojos —pero eres el maldito jefe, ¡Los jefes no trabajan tanto!

—Ajá, soy el jefe aquí y puedo aplazar ciertas cosas, pero en casa no —el rubio rió —en casa debo acatar.

—¡Oh por dios y ni vergüenza te da! ¿Donde está tu orgullo de macho?

Yoongi se echó a reír —no tengo y la recompensa vale la pena.

—Hijo de puta suertudo, ya sabes la envidia que te tengo.

—Lo sé —Yoongi rió fanfarrón, luego miró su reloj pulsera —tengo una hora para un café, si quieres. Hay una cafetería cerca de aquí.

—Bien, me interesa.

Yoongi caminó hasta su perchero y tomó su chaqueta para luego seguir a Yi Jeong fuera de la oficina.

En la cafetería hablaron de todo un poco siendo la soltería del policía el tema de mayor interés para Yoongi.

Yi Jeong no era un tipo tan horrendo como para que estuviera tanto tiempo solo, pero seguramente había una enorme razón para que el hombre de 32 años todavía no hubiese encontrado su lugar junto a alguien, aunque eso a ojos de Yoongi no estaba mal. Habían un montón de personas en el mundo que preferían estar de esa manera, menos complicaciones y todo eso. Pero un hombre como Yi Jeong, que suspiraba cada vez que veía una película romántica, era un tanto extraña su soledad auto impuesta.

—¿Nada de citas? —Yoongi estaba curioso.

—Nada, la última persona que conocí tenía una rara fascinación por ahorrar.

—¿Eso es malo? —sus cejas subieron hasta casi llegar a la raíz de su cabello —Tae es un hombre ahorrador, bueno con lo referente a comida y esas cosas... No con la ropa, ni zapatos —el rubio se encogió de hombros —lo normal supongo.

—No esa clase de ahorro —Yi Jeong suspiró —digamos que una vez me dio de cenar comida reciclada del restaurante chino de la esquina de su departamento. Una comida de basurero en pocas palabras.

Yoongi hizo una mueca de asco —ya entendí, como los ahorradores de la televisión.

—Si, el sexo era bueno pero nunca tanto como para dejar pasar eso…

—Sin detalles.

—Aburrido. —Jeong tomó un sorbo de su café —a mi me encantan los detalles, incluso no tendría problemas en escuchar los tuyos, ya sabes…

—Pasan los años y sigues siendo un dolor en el culo Yang.

—Jamás nadie se ha quejado así que doy dolor en el culo, pero de los buenos —el policía guiñó un ojo haciendo bufar al rubio.

—Eres asqueroso.

—Lo sé, quizá por eso no tengo a nadie, quien sabe.

—Algún día, si te vuelves un loco buscando a la persona jamás llegará, simplemente ocurre.

—¿Te funcionó a ti?

—No tan así —Yoongi se apoyó en su mano —yo busqué a Seokjin, estuve ahí todo el tiempo esperando… Él tenía a Taehyung en sus pensamientos, ¿Recuerdas que te conté lo que ellos vivieron?

—Si, lo recuerdo y también recuerdo haberte dicho que no te sintieras como un ladrón, tu esa vez dijiste que a veces sentías que le habías robado a Taehyung. Estabas muy borracho cuando lo dijiste.

—En ese entonces la distancia me tenía pensando demasiado, pero ya no lo veo así, creo que si hubiese sido de esa manera nosotros no estaríamos juntos.

—Te hubiesen dejado hace mucho —Yi Jeong le dio la razón a su amigo —algo bueno debes tener.

Yoongi negó con su cabeza divertido —ellos me aman y soy afortunado por eso así que sí, algo bueno debo haber hecho estos años.

—Ahora deja de hablar que cada vez que te escucho hablar de tus novios me siento más solo.

—Exagerado.

—Así es, soy muy dramático, mamá siempre me decía que debería haber sido actor y no un policía.

—Quizá hubieses sido buen actor —Yoongi terminó su taza de café —ahora cuéntame sobre lo que te trae a esta ciudad.

—Pensé que lo habías olvidado —Yi Jeong sonrió —nos enviaron a cuidar a una persona, pero lo más gracioso es que no tengo idea quién es, nos dieron unas cuantas informaciones pero nada más. Es un hombre por lo que sé y está amenazado de muerte.

—¿Los enviaron sin saber nada más?

—Lo justo y necesario antes que comience el trabajo de verdad —Jeong se encogió de hombros luciendo despreocupado —el viático fue bueno así que no me quejo y de paso podré conocer esta ciudad.

—¿Por cuanto tiempo se quedarán?

—No lo sabemos a ciencia cierta, somos un equipo de diez personas, a unos cuantos los enviarán a recabar toda la información necesaria para saber quién está detrás de las amenazas, otros cuidarán el entorno del hombre en cuestión y así.

—¿Y tú?, ¿Cuál es tu trabajo?

El policía suspiró mirando su taza —bueno yo tendré la genial tarea de cuidar el culo del imbécil ese, no tengo idea que mierda hizo o con quien se metió pero tendré que prácticamente cambiar sus putos pañales.

—Hace un rato no te parecía mala idea…

—Lo sé, solo que es primera vez que nos envían a algún lugar sin darnos mayor información. Eso no tiene intranquilo por que significa que el tipo es muy importante o sabe cosas. Tu entiendes.

—Si, pero estoy seguro que no puede ser tan malo, no enviarían a sus mejores hombres para cuidar a un tipo corrupto o no sé, un delincuente.

Yoongi trató de animar a su ex colega y no estaba envidiando para nada su labor.

Se despidieron una hora más tarde y el rubio se maldijo por haber estado tanto rato fuera de la oficina. Los documentos por revisar seguían en su escritorio y tenía que dejar todo eso listo antes de irse a casa.

No quería ni pensar en lo enojado que estaría Taehyung por demorarse en un día tan importante como ese, por lo que apurando lo que tenía que hacer, Yoongi se contuvo de hacer llamadas o incluso contestarlas.

Tenía que llegar a tiempo a casa, eso era lo más importante de todo.


****


Rachel alzó la mirada de la televisión y entrelazó sus dedos nerviosa. Estaba en casa de su tía Sandara y todo marchaba bien, ella ese día no había ido al colegio por ser el último día ante del receso de verano.

Eran finales de noviembre, unos pocos meses antes ella había cumplido 13 años y eso había estado bien, pero aún así ella seguía extrañando a su mejor amigo.

Sus mejillas se ruborizaron ante el recuerdo de Jeongin diciendo todas esas cosas sobre ella para después intentar besarla.

Rachel tomó la almohada del sofá y se lo puso en la cara para tapar su rubor. Aún le costaba entender a Jeongin y esa confesión no ayudaba en nada, tampoco lo hizo su propia reacción a aquello, ella todavía recordaba los ojitos tristes de su amigo.

Nosotros somos amigos Jeongin, yo te quiero pero como amigo.

No había querido ser dura con él, simplemente Rachel no correspondía a sus sentimientos. Todavía se sentía muy joven para eso, si bien tenía cierta curiosidad por los niños, ella todavía no sentía como si le gustara alguien.

—¿Quieres un vaso de jugo, cariño?

Rachel le sonrió a su tía Sandara, le agradaba mucho ella, además de que era muy bonita y siempre tenía una sonrisa en los labios, se sentía muy cómoda cuando ambas estaban solas. Su esposo también era muy agradable, Deokwoo siempre hacia bromas y sonreía todo el tiempo.

Caso a parte era el hijo de ambos.

No había razón para que ellos se llevaran tan mal pero así era, no se soportaban. Pasaban la mayor parte del tiempo discutiendo o retandose con la mirada. El niño era insoportable a ojos de la rubia que odiaba que fuera tan engreído y petulante.

Jihoon era un chico popular en su colegio o al menos eso fanfarroneaba todo el tiempo, era molesto y Rachel simplemente lo odiaba.

—Estoy bien, tía. Gracias.

—Tengo algunas cosas que atender en mi trabajo y luego iremos por Jihoon al colegio ¿Si?

Rachel asintió pero apenas la hermana de su papá Yoonie se giró ella hizo una mueca de asco. No quería estar en el mismo lugar que ese niño pesado. Pero no podía elegir y aunque hubiese preferido quedarse en casa sola, sus padres jamás le permitirían aquello.

Rodó sus ojos ante el recuerdo de sus papás negándose a que ella pudiera quedarse una mañana sola.

Los adultos casi habían hecho un escándalo tremendo cuando había mencionado aquello, ella se sentía preparada para quedarse una mañana con Sasha en casa, pero todos ellos se negaron y entonces a Rachel no le quedó más remedio que acatar.

Tomó su teléfono y respondió al mensaje de buenos días de sus amigas. Yuqi y Shuhua seguían siendo sus mejores amigas en todo el mundo, las quería demasiado. Eran inseparables desde que Rachel hubiese llegado a ese colegio, siempre juntas viviendo cada etapa de su niñez primero, y ahora su adolescencia. Pero les quedaba solo un año para seguir en el mismo lugar de estudio y ese recuerdo hizo que el estómago de Rachel doliera.

Sólo un año más tendrían para estar juntas y luego todas tomarían rumbos diferentes, Yuqi y Shuhua elegirían una escuela diferente a la de Rachel y aunque amaba a sus amigas con todo su corazón, también amaba pintar y últimamente bailar. Entonces una escuela de arte entraba en todo lo que ella deseaba en el futuro.

Sus padres le habían dado su apoyo y aunque todavía podía cambiar de opinión ella estaba segura que quería ir a una institución de arte.

Rachel suspiró y se levantó del sofá, caminó hasta la oficina de su tía Sandara y se quedó fuera de la puerta cerrada. No golpeó por que luego observó al final del pasillo la puerta roja que tenía muchas advertencias pegadas en ella.

Sonrió de lado cuando estuvo dentro de la habitación de Jihoon.

Quizá después de todo no era tan mala idea quedarse en casa de los Park.

****


Cuando Seokjin dejó la oficina de su jefe lo hizo con una tremenda sonrisa en sus labios. Su corazón todavía latía desbocado en su pecho al escuchar esas simples palabras pero que para él se habían sentido como si estuviera en el mismísimo cielo.

Serás promovido, tienes todas las competencias necesarias para convertirte en el nuevo jefe de tu división, tu trabajo ha sido impecable al pasar los años, queremos que de forma permanente te quedes en el área de asesoramiento financiero pero ya no atenderás público. Bienvenido a bordo Seokjin.

Una risita nervioso se coló en su boca. Volvió a su escritorio y suspiró aliviado de que las cosas hubiesen funcionado de buena manera.

Cuando su jornada finalizó tomó su bolso, se despidió de sus compañeros y prácticamente corrió al estacionamiento como cada viernes. Ansioso de ver a su familia es que Seokjin aceleró por las calles del centro, paró en un semáforo, justo frente a la cafetería en donde muchos años atrás solía juntarse con Yoongi cuando Taehyung estaba en el hospital.

Si bien era un recuerdo triste el de Tae, por otra parte esas juntas a tomar café habían sido el inicio de su historia junto al rubio. Cada palabra, cada caricia había hecho que él, como primera cosa, hubiese recuperado a Taehyung y en la actualidad pudiese disfrutar del amor de Yoongi.

Tenía más de lo que alguna vez hubiese deseado y eso hacía que él solo quisiera sonreír como un idiota todo el tiempo.

Pasó por la pastelería favorita de Yoongi y Taehyung, paró de inmediato y bajó para comprar el pastel favorito.

Había que festejar su ascenso. Además que sus novios eran un poco más feliz cuando comían aquel pastel de chocolate con almendras y otros frutos que Seokjin también amaba.

Luego de esa compra manejó hasta casa de su cuñada. Allí lo esperaba su hija quien prácticamente corrió al automóvil. Seokjin se despidió de Sandara y solo cuando estuvo dentro del vehículo observó a su hija por el espejo retrovisor.

—¿Todo bien en casa de los Park?

—Si, lo de siempre, ya sabes.

Jin asintió mientras doblaba en una esquina —compré pastel. —Rachel parecía distraída mientras revisaba su teléfono. Seokjin suspiró y se acomodó aún mejor en su asiento —¿Puedes soltar eso un momento? Estoy tratando de conversar contigo.

—Lo siento, papá. —Rachel mordió su labio y guardó el teléfono en su mochila —hoy Jihoon dijo que soy adoptada y que me encontraste en el basurero que está cerca de la casa del abuelo.

—Ese niño. —Seokjin aclaró su garganta. Y es que el sobrino de Yoongi no estaba tan errado. Su niña era prácticamente adoptada, pero él no estaba preparado para contárselo, quizá nunca lo estaría.

—¿Puedo ir a dormir donde Yuqi mañana?

—Puede ser, déjame conversarlo con tus otros papás ¿Si? No sé si tienen algún plan para nosotros este fin de semana.

Rachel asintió —está bien, eso también me gustaría.

El mayor sonrió dejando la pequeña preocupación sobre el real origen de su hija de lado. Ya tendría tiempo para pensar y hacer algo al respecto.

—Bien señorita, baja tus cosas y recuerda que debes sacar a Sasha a pasear antes que anochezca.

—Le diré a mi papá Taetae que me acompañe.

—Si, eso estará bien, cualquiera de los dos. Yo iría pero estoy muriendo, quiero dormir mucho este fin de semana.

Ambos Kim pararon fuera de la puerta de la casa y Rachel fue la primera en entrar.

Seokjin tomó el pastel entre sus dos manos luego de abrir la puerta e ingresó a su hogar.

No alcanzó a dar dos pasos cuando paró de golpe al ver a sus dos novios parados frente a la puerta. Ambos lucían como salidos de una revista de moda con sus cabellos peinados e impecables trajes.

Seokjin mordió su labio cuando ambos se arrodillaron en el piso de la sala. Atónito, el azabache tragó ante la vista que tenía. Luego sonrió y se arrodilló también frente a ellos dejando el pastel a un costado para que no se arruinara —¿Me quieren matar de amor?

—Claro que no, Jinnie —Tae sonrió —no queremos ser viudos.

—Tenemos una pregunta que hacerte. —Yoongi sacó dos cajas del interior de su chaqueta y le entregó una a Taehyung.

Seokjin asintió y alzó su cabeza para mirar a su hija que tenía la sonrisa más hermosa de todas mientras limpiaba las lágrimas que caían por sus mejillas.

—Kim Seokjin —Taehyung habló —esto será lo más raro que haremos los tres y eso que hemos hecho un montón de cosas cuestionables… Ya saben.

El azabache se rió pero aún así estaba emocionado, el matrimonio no era algo que pudieran lograr entre los tres, no legalmente al menos. Pero él no iba a mentirse, amaba lo que estaba ocurriendo. Tener un anillo de sus chicos era por lejos el broche de oro para ese día cargado de emociones.

—Al grano —Yoongi apuró —mis rodillas ya no son las de antes, bebé.

Tanto Seokjin como Taehyung rieron pero luego volvieron a quedarse en silencio.

—Tenemos la vida que hemos deseado siempre, a tu lado, Jinnie, donde pertenecemos.

—Queremos pedirte que seas nuestro en una ceremonia simbólica que planeamos para nosotros —Yoongi abrió la caja, su mano temblaba ligeramente.

—Queremos que esta relación que tenemos avance un poco más y que sigamos siendo la hermosa familia que hemos formado junto a ti y nuestra niña.

Tae miró a Rachel y estiró su mano para que ella también se uniera a ellos.

—Queremos que todos nosotros nos casemos y hagamos una linda ceremonia con las personas que nos aman... ¿Que dices Jinnie?

Seokjin mordió su labio y asintió. Su estómago doliendo por todas las emociones que se arremolinaban en su interior.

Yoongi sacó el anillo de la caja y tomó la mano de su prometido. —Este anillo es la fusión de los nuestros.

—¿Sus anillos de familia? —el azabache estaba realmente sorprendido.

—Si —Tae sonrió —el anillo que me regalaron mis abuelos y el anillo de Yoongi que pertenecía a su padre… Ahora ambos forman el tuyo y los nuestros.

—Menos mal eran anillos grandes, sino no iba a alcanzar para tantos —Yoongi bromeó pero sus ojos estaban llenos de lágrimas mientras miraba a Seokjin.

—Los amo tanto —Jin dejó que ambos pusieran el anillo en su dedo y luego él hizo lo propio pero en las manos de sus prometidos.

—Te amamos mucho más, Jinnie.

Seokjin cayó en los brazos de sus prometidos y así mientras todos ellos compartían un cálido abrazo lleno de amor y promesas de un futuro mejor, Seokjin se sintió en calma.

Había decidido de la mejor manera tantos años atrás y no había día en que no reafirmara que quería estar con Taehyung y Yoongi hasta que fueran unos abuelitos.

Sabía que habían temas que afrontar con Rachel, pero por mientras quería enfocarse en las personas que había elegido para recorrer el camino de la vida.

Y estaba seguro que de la mano de Yoongi y Taehyung todo sería más fácil de llevar. Ya que tenía el amor que muchas veces fue esquivo en su vida...

Seokjin ya no estaba solo y no lo estaría nunca más.

☆☆☆☆

Muchas gracias x tanto 💕

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