Llamada perdida
Kyouka estaba tumbada en su cama, era de noche y llovía a mares, no estaba siendo un buen día. Su habitación solo estaba iluminada por el reflejo de la luna.
El sonido de su teléfono móvil la sacó de sus pensamientos. No sabía quién podría ser a aquellas horas. Agarró el dispositivo alumbrando la habitación con el brillo de la pantalla.
"YaoMomo"
Mierda. No quería cogerlo. Ambas habían peleado ese día. Yaoyorozu había estado algo extraña esos días, incluso distante y muy a la defensiva, por eso se enfadó con ella. Necesitaba que fuera sincera, pero no lo estaba siendo. Le estaba ocultando algo.
No lo pensó mucho antes de voltear el teléfono para disponerse a dormir. Este sonó un par de veces más y dejó de sonar a la quinta vez.
Al levantarse por la luz solar filtrándose por sus esbeltas ventanas cogió el teléfono de nuevo, la había llamado más veces. No tenía que preocuparse, seguramente le iba a pedir perdón o algo por el estilo. Todo iba bien.
❝Tienes un mensaje de voz en el contestador y cinco llamadas perdidas.❞
La pelimorada suspiró pero decidió escucharlo, tal vez estaba siendo algo dura con ella, pero de todas formas tenían mucho tiempo para hablar.
En ese momento se sintió realmente mal, apretó al botón para escuchar el mensaje que su amiga le había dejado.
—Hola...
Su voz sonaba rota, quebrada. Un nudo en la garganta se formó en la de baja estatura.
—Sé que últimamente no hablamos mucho...—hubo una larga pausa—...pero me siento muy sola ahora mismo y quiero ser sincera contigo.
Estaba llorando.
—No sé si te importa o no...—su voz estaba cada vez más rota—Pero es que no entiendo porque todo el mundo me odia tanto—los ojos de Kyouka se humedecieron—¿Por qué tengo que ser así? ¿Por qué todos me odian? ¿Por qué me siento tan sola?—tragó saliva—Siento que me estoy ahogando.
Sus palabras le dolían. Nunca hubiera llegado a imaginar que se sentía así. Fue una egoísta pensando en ella misma y no en su mejor amiga, lo había pasado mal y no estuvo a su lado por puro egoísmo.
—¿Tú me odias Kyouka?
❝Mensaje de voz finalizado ¿Desea eliminarlo?❞
Un mal presentimiento recorrió todo su cuerpo. Tendría que haber cogido su llamada ¡Tendría que haber cogido la puta llamada!
Como si su vida dependiera de ello agarró algo de ropa y salió de su casa dirigiéndose hacia la de la morena. Corrió, corrió y corrió hasta llegar.
Comenzó a picar el timbre exterior de la puerta, pero nadie abrió.
Un minuto.
Tres minutos.
Cinco minutos.
Nadie abría.
Cómo último recurso escaló la grande verja de metal de aquel recinto y se dirigió a la puerta principal. Cogió una de las macetas cercanas y sacó una llave que tenían de repuesto.
—¡YaoMomo!
Subió las escaleras con rapidez dirigiéndose a la habitación de la morena.
Esta se encontraba tumbada en su cama, su respiración estaba calmada y sus ojos cerrados, mientras su cabello estaba esparcido por la almohada.
Estaba dormida.
Un suspiro de alivio salió de los labios de la de baja estatura. Por un momento pensó que algo malo había ocurrido.
Se acercó a ella sentándose en un hueco de la cama mientras la observaba. Se veía como un verdadero ángel.
No tendría que haberse enfadado con ella, simplemente no se lo merecía ¿De verdad se sentía sola? ¿De verdad todo este tiempo ha sentido que todos la odian? ¿Todo este tiempo ha estado sufriendo y nadie se ha dado cuenta?
Supongo que después de todo las personas no son lo que parecen. Tal vez Momo no era una chica sonriente con la vida que todos habían imaginado. Hasta ella podía tener inseguridades de todo tipo.
—Lo siento.
Kyouka agachó la mirada mientras miraba su rostro adormecido. Desvió la mirada para observar la habitación, todo estaba tan ordenado como siempre.
—¿Jirou?
No sé dio cuenta de que había despertado. Notó sus ojos oscuros sobre los suyos y no pudo evitar sonreír.
—Has despertado.
Estaba aliviada de ver que estaba bien, aunque el nudo en la garganta por aquel mensaje no desaparecía.
—¿Qué haces aquí?
Momo se recompuso apoyando su espalda sobre la pared de su cama. Se frotó los ojos, algo rojizos, y bostezó.
—Me tenías preocupada.
La pelimorada apretó los puños mientras agachaba la mirada. Solo pensar en toda aquella situación le daban ganas de llorar por lo egoísta que había sido.
—Jirou...
Momo alargó su mano para intentar consolarla, pero Jirou la apartó mirándola fijamente con los ojos llorosos.
—¿¡Por qué no me habías dicho como te sentías?!—masculló—¡Pensaba que te había pasado algo! ¡Estaba realmente preocupada! Pensé que...te había perdido—su voz temblaba—N-No puedes mandarme ese mensaje como si nada.
—Mírame, por favor.
Hizo caso aunque sus lágrimas no cesaban. Momo la abrazó mientras acariciaba su cabello. Le gustó sentir la cabeza de la contraria sobre su hombro.
—Todo está bien, estoy bien ¿De acuerdo?
La pelimorada asintió, cerrando los ojos con fuerza mientras sentía el corazón de la contraria latir con fuerza.
—Lo siento, YaoMomo. No debí enfadarme contigo por aquella estupidez. No sabía que te sentías así...—apretó más su cuerpo al suyo—Estaba celosa y fui una completa egoísta.
La más alta no dijo nada durante unos segundos, solo siguió acariciando el cabello de la contraria.
—No te preocupes—una sonrisa algo entristecida se dibujó en sus labios—Cada día estoy mejor, gracias a ti y a los demás. No te dije nada porque no quería preocuparte.
Jirou no quería separarse de aquel abrazo pero lo hizo. Quería ver sus ojos, su rostro y sus labios.
—Me has preocupado mucho más así, tonta—dijo limpiándose las lágrimas—YaoMomo, eres la mejor persona que he conocido, todos te queremos—sonrió—Eres jodidamente maravillosa.
Momo no pudo evitar desviar la mirada emocionada por sus palabras. Para ella no había nada mejor que oír cumplidos de las personas que más le importaban.
—Si te soy sincera quería oír tu voz—al fin pudo sonreír—Me alegra que no estés enfadada, Kyouka.
Momo reconocía que todo habría sido más fácil si la chica le hubiera cogido la llamada en su momento. Pero verla en persona lo compensaba todo.
—¡Claro que no lo estoy! Ahora sonríe y no vuelvas a pensar cosas malas de ti. Sí alguien se atreve a hacerte daño créeme que me encargaré de él o ella.
—Gracias.
Momo estaba realmente agradecida. Se sentía mucho mejor.
Ella siempre había tenido muchos problemas de confianza y mucha presión por parte de sus padres, problemas que no solía mostrar.
—Oye Jirou—la pelimorada la miró—¿Cómo es eso de que estabas celosa?
El rostro de Kyouka cobró un tono rojizo mientras intentaba no tartamudear.
—Bueno...yo...—respiró hondo—Pensaba que te gustaba Todoroki y me lo estabas ocultando.
Momo se sorprendió por sus palabras, no era la primera vez que decía aquello pero sabía que por aquel chico solo sentía admiración y respeto.
—Te he dicho muchas veces que no me gusta.
La morena recobró su habitual sonrisa mientras se cruzaba de brazos algo divertida por la situación.
—¡Lo sé! ¡Lo siento!—Jirou estaba completamente avergonzada—Soy idiota—se alegraba de haber venido.
Momo sonrió dulcemente ante sus reacciones. Kyouka era tan adorable que podría abrazarla siempre.
—YaoMomo.
—Dime.
La pelimorada recobró cierta seriedad agarrando una de sus manos. La más alta entreabrió los labios.
—Prométeme que aunque algún día te sientas mal no harás ninguna estupidez—la miró fijamente—Prométemelo.
Yaoyorozu agachó la mirada, notó como sus manos temblaban, pero consiguió mantenerse firme y asentir. Ella nunca creía llegar a ese extremo.
—Te lo prometo—sonrió—Estaremos juntas y seremos grandes heroínas.
La chica de los auriculares suspiró aliviada. Aliviada de sus palabras y de que todo hubiera salido correctamente.
—¿Así que no te gusta Todoroki?
—¡Kyouka!
La más bajita soltó una sonora carcajada. A veces le gustaba preguntarle ese tipo de cosas para molestarla. Le aliviaba saber que la respuesta siempre era negativa, eso significaba que tal vez en un futuro tendría una mínima oportunidad con la chica que siempre le había gustado.
—Solo bromeaba—dijo mientras Yaoyorozu se colocaba uno de sus mechones negros detrás de su oreja.
—Lo sé—sonrió—¿Quieres bajar a tomar té? Mis padres no están en casa y podemos hacer algo juntas.
—Antes he de enseñarte algo.
Momo la miró con curiosidad mientras Kyouka sacaba su teléfono móvil.
—Justo antes de recibir tu mensaje te hice uno como disculpas por haberme enfadado. Lo iba a enviar pero al final no lo hice. Me gustaría que lo escucharas—la morena asintió, mientras la contraria le entregaba su teléfono con algo de timidez.
—¿Segura?
—Por favor.
Nunca había estado tan segura en su vida. La más alta se dirigió a sus mensajes de voz sin enviar y apretó el último que se encontró, duraba unos minutos.
—Uh, hola YaoMomo—hubo una pequeña pausa—Siento haberme enfadado, ni siquiera tenía ningún motivo aparente. Estaba celosa y no te lo merecías. Pero tengo miedo de que te alejes de mí, de no ser suficiente para ti.
Momo la miró, conmovida por sus palabras, pero antes de decir algo decidió terminar el mensaje.
—Estoy algo nerviosa—una risa nerviosa se oyó al otro lado de la línea—¿Sabes? Me gustaría estar a tu lado siempre y quiero que confíes en mí, porque yo daría incluso mi vida por ti—el corazón de Momo latió con fuerza—Porque te quiero YaoMomo y dudo que deje de hacerlo aunque pasen los años.
❝Mensaje de voz finalizado ¿Desea eliminarlo?❞
Jirou estaba muy nerviosa. Tenía miedo a que su extraña declaración fuera rechazada. Pero sentía que su decisión era la acertada.
—Yo también te quiero, Kyo—colocó su mano sobre su corazón—Gracias, de verdad.
Una sonrisa de felicidad se dibujó en los labios de la pelimorada mientras la chica le devolvía el teléfono.
—¿Puedo abrazarte?
—Siempre.
Los brazos de la morena rodearon a los de la contraria mientras la de pelo morado se apoyaba en su pecho. Se habría quedado en aquella posición para siempre. Disfrutando de sus latidos y de su aroma particular.
—Me alegra que no me cogieras la llamada. Tal vez si lo hubieras hecho no hubiéramos tenido esta conversación.
Jirou se separó de sus brazos para poder mirarla. Sintió su respiración muy cerca de la suya y sin pensarlo demasiado la besó.
Un beso fugaz como la misma llamada perdida que las había unido aún más esa mañana de verano.
¡Hola de nuevo! Cómo siempre espero que os haya gustado. Se me ocurrió esta mini idea y quise escribir algo corto ¡Muchas gracias por leer!
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