Llamada 94
Llamada en curso...
—DVD rent, alquiler a domicilio ¿En qué puedo servirle?
—Takemitchy, Takemitchy, Takemitchy.
—Mikey-kun, Mikey-kun, Mikey-kun.
—El trinomio cuadrado no es tan perfecto comparado contigo.
—.....
—¿Quieres bailar? Yo puedo poner tu inercia en movimiento~
—..........
—Te amare hasta que una asíntota horizontal corte el eje ox.
—¿Mikey-kun...?
—Neh, neh, es mentira. Ni siquiera sé qué es una asíntota.
Takemichi hizo un esfuerzo sobrehumano para no reírse y delatarse a sí mismo. Vio de reojo a la gerente caminar por los pasillos de la tienda hasta perderse de su vista.
—¿Qué estas haciendo?
—Debo retomar la rutina, estoy atrasado con mis piropos de este mes.
—Pero Mikey-kun ya me dice todo el tiempo piropos...
—¿En qué momento?
—C-Cuando pasamos tiempo juntos, en las salidas, por mensajes y... también en llamadas... ¿Por qué dices que no es así?
Una risa suave y bonita se escucho desde el otro lado de la llamada, y un rubor hizo acto de presencia en la expresión nerviosa del azabache.
—Ah, cariño. También debo llamarte al trabajo y decirte piropos.
—¿Por qué?
—Ya te lo dije, es un clásico.
—¿Y por eso me estas soltando piropos de matemáticas? Pensé que odiabas esa materia.
—Lo sé, ¿Irónico, no? Fue lo primero que me apareció en Internet.
—Vaya, el invencible Mikey, un amante del dorayaki empedernido, ¿Sacando sus piropos del Internet? Quien lo diría.
—Sí, sí, sí. Demándame, ¿Me haces el honor de escuchar estos piropos de matemáticas sin sentido que te quiero dedicar?
—Sorpréndeme.
Con una sonrisa amplia y sintiéndose cálido por tan solo escuchar la voz de su amado, le echo una mirada de reojo al papel que tenia en sus manos.
—Juguemos a que yo te oxido y tú me reduces.
—Estoy seguro que eso es química.
—Shhh. No arruines el momento.
Se aclaro la garganta dispuesto a continuar.
—Si dejas que tu ácido reaccione con mi base, te entregaré cien moles de agua y sal.
—......
—...... ¿Y eso qué significa?
—El piropo pierde su gracia cuando el receptor debe explicarlo.
—Takemitchy malo, malo, malo.
Mikey logro escuchar con claridad un chasquido de lengua, probablemente su pareja intentaba aguantarse las ganas de reírse de él. Ya lo conocía lo suficiente.
—Veamos, las bases se encuentran entre los aceptores de protones más importantes en química. Y una sal es una sustancia que se disocia en el agua en cationes y aniones.
—¿Y eso en japonés es...?
—Creo que me estas pidiendo neutralizar mutuamente nuestros efectos... porque al mezclar un ácido y una base en cantidades equivalentes se produce la llamada reacción de neutralización. Ni siquiera sé si es correcto lo que estoy diciendo, ¿Quizás quieras darme tus nutrientes?
—Bueno, en pocas palabras, si tienes mi cuerpo y mi corazón, también tienes derecho a tener mis nutrientes.
—A-Ah... Ay, Mikey-kun.
La mano de Takemichi se encontraba desde hace rato en su rostro, en un intento inútil de ocultar su vergüenza y sonrisa estúpida.
—¿Manjiro Sano? Por favor, acompáñenme.
—Oh, sí, por supuesto.
—Takemitchy, debo irme. ¿Te llamo cuando salga de mi reunión?
Takemichi recién recordó que Mikey el día de hoy tenía que reunirse con las personas encargadas de la orquesta para iniciar con las lecciones. Y se preguntó si lo había distraído demasiado.
—Claro, seguro deben de estar esperándote. Te deseo mucha suerte, Mikey-kun.
—Siempre la tendré mientras te tenga a ti a mi lado. Bye, bye~
Llamada finalizada.
Takemichi soltó un suspiro insatisfecho. No tuvo tiempo suficiente para despedirse bien antes de que cortara la llamada, ni siquiera un "Te amo" al menos.
—¿Cuántas veces tengo que decirte lo mismo? Hanagaki Takemichi-kun.— Takemichi grito sobresaltado, dándose cuenta recién de la presencia de su jefa. Sudó frío al verla.— No se permiten llamadas personales con el teléfono de la tienda.
—Uh... Lo sien...
—¡Sí! ¡Todo lo que haces es disculparte!
De vuelta a la rutina miserable del patético Hanagaki Takemichi que tanto debería de haberse acostumbrado a estas alturas.
—Será mejor que vayas a organizar y exhibir los DVD's, entregados hace horas, a la sección de películas de acción.— ordenó con suma monotonía, los orbes cafés de la mujer simplemente estuvieron en su persona por un rato para así después desviarlos con molestia.— Ya te dije antes que cuando un DVD es devuelto, se exhibe de inmediato.
—Sí, ya iba a hacerlo. —murmuro Takemichi mientras se rascaba la nuca.
—Si ya ibas a hacerlo, entonces hazlo de una vez.
Hasegawa rodeo la caja registradora, en dónde Takemichi se encontraba en aquel momento, y le hizo un gesto para que se quitara de su camino. El azabache en silencio se apartó, y camino unos pasos hacia un costado hasta quedar del otro lado. De cierta forma era gracioso y al mismo tiempo humillante seguir las órdenes de una persona menor que él.
—Algunas cosas cambiaran a partir de mañana. Hemos tenido algunas quejas de los DVD's que acaban de regresar. Por favor, hazlo correctamente antes de que recibamos más quejas.
—Lo siento.
—¡Sí, sí! ¡Todo lo que haces es disculparte!
Una gota de sudor rodo por su sien, y Takemichi no sabía si reír o llorar.
Cuando Takemichi está en el trabajo sentía que las horas se volvían eternas, y las varias ocasiones que le había echado una mirada al reloj de la pared, también aseguraba que las agujas del reloj y el tiempo mismo se burlaba de su existencia. Lo único que lo aliviaba y mantenía a flote, es la simple y maravillosa presencia que lo recibiría en su casa al final de la jornada. Probablemente hoy tocaría los abrazos asfixiantes que le daría la bienvenida si su turno se alargaba unas horas más. El pensamiento fue agradable.
Arrodillado frente a la fila de DVD's sin guardar, comenzó a revisarlas y a colocarlas en su respectivo lugar en pleno silencio.
"Mikey-kun ya lleva dos semanas trabajando para Kazutora-kun."
Sus pensamientos fluyeron como agua en un canal recién desembocado en el río.
"A pesar de la inicial incomodidad de Mikey-kun sobre la idea de retomar el piano. Ahora que tuvo tiempo para tocar con tranquilidad el instrumento en mi casa, nunca lo había visto tan feliz."
"Y en ciertas ocasiones, lamentablemente, Kazutora-kun despierta las pocas inseguridades que aún me quedan."
En un mal calculo, los DVD's que Takemichi había acumulado en una repisa se cayeron a la vez, ocasionando que el desastre inicial se volviera peor. El azabache se lamentó por ello, y se agachó para juntarlas nuevamente.
Takemichi rezaba para que ninguna tuviera ningún daño a simple vista, sino tendría que pagarlo con su salario de ese mes.
"Yo solo trabajo en una tienda de DVD's, y soy un inútil para cualquier cosa que quiera comprometerme. Y aunque quiera darle solo lo mejor a Mikey-kun, el esforzarse no es nada si no logras dar los frutos requeridos para seguir avanzando."
"Kazutora-kun pudo regresar la música a la vida de Mikey-kun, y la música hace feliz a Mikey-kun. El estúpido pensamiento me hace hundirme más y más en mi miseria."
"Además, el simple hecho de que él tenga más que ofrecerle a Mikey-kun que yo me hace sentir muy pequeño."
Justo cuando tomo entre sus manos la cubierta plástica para guardar algunos DVD's que se salieron de sus empaques por el golpe, la sostuvo con fuerza contra su pecho.
"También está la posibilidad de que Kazutora-kun aún sienta algo por Mikey-kun."
Takemichi recordó vagamente sus conversaciones casuales con Kazutora, aquellas que se presentaron en la primera semana que acompañó a Mikey.
"Takemichi, ¿Sabes de qué conozco a Mikey?
Ah, qué gracioso, te lo dijo. Excelente, pues así es, lo cierto es que no terminamos muy bien.
Vaya, eso fue lo que te dijo, ¿verdad?
Cuando amas a alguien quieres lo mejor para esa persona, y yo... Le amaba en aquel entonces.
Si la vida le da lo que se merece, tendrá un futuro brillante como músico. Si tengo la oportunidad de ayudarlo para que pueda lograrlo, pues me alegra, se la debo.
Parece feliz contigo.
Me alegra que haya encontrado a alguien que complemente su pequeña alma inquieta."
"Kazutora-kun dijo que se alegraba de que estuviéramos juntos, pero ya no estoy tan seguro de eso."
"Pude ver como mira a Mikey-kun a veces. Era como si Mikey-kun fuera algo que quiere pero no puede obtener. ¿Será mi propia imaginación jugando con mi cabeza?"
"También me he percatado de esa decepción disimulada que pasa por su mirada cuando está felizmente hablando con Mikey-kun y aparezco yo."
Una mueca se mostró en la expresión del azabache e inevitablemente frunció el ceño.
"¿Todo estará realmente en mi cabeza por culpa de mis propias inseguridades?"
maratón 3/4
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