2. Miradas Bajo La Lluvia.
La paz que me produce la lluvia me recuerda mis días de locura.
Hoy estaba más que feliz de haber dormido, su alarma estaba sonando desde hace un rato pero ella no le tomó importancia, ¿por qué lo haría?, estaba feliz inexplicablemente, repaso su rutina diaria al levantarse y prepararse para el trabajo. Comió una rebanada de Pizza que había dejado el día anterior y después de comer salió directamente a su trabajo, sus cabellos seguían mojados por la ducha pero se sentía muy fresca, tenía esta vez su bolso y sus ánimos, además de que llevaba una sombrilla, la misma sombrilla que cierto chico le había dado el día anterior y en una bolsa traía el suéter ya seco, planeaba dejarlo en el trabajo de aquel chico cuando saliera del suyo.
-Dios, odio sentirme agotada después de dormir tan bien, necesito dormir más. Maldición que flojera trabajar.- Ella tenía unas ancias descomunales de estirar su cuerpo lo cual hizo sin vergüenza alguna, después de un rato llegó a su trabajo tan cómoda como segura. Llegó a la recepción tan agotada como siempre y se encontró con su amiga de recepción charlando especialmente cómoda con un sujeto. -Oye Stefany, ¿acaso estas buscando otro compañero para esta noche?.-
Aquella chica solo le hizo señas para que se callara pero el sujeto se retiro después de unos segundos.
-Eres de lo peor, te juro que si él no me acompaña esta noche por tu culpa, te voy a patear ese pequeño trasero.-
-Tienes un pie aún más pequeño para eso, jaja ja.- Lizzy marcó su llegada en el tablero electrónico.
-Un hombre te estuvo buscando hace un rato, dijo que le debías algo.-
-No puede ser... Agh, era el chico este castaño con ojos negros, blanco como la leche y una actitud de mierda.-
Solo con pensar en aquel chico ella se volvía un poco histerica, odiaba ser ayudada por aquel que se burló de ella tantas veces.
-Yo diría que su cabello es negro, esta rico ese chico, ¿ya le viste las mejillas de atrás?, son perfectas.- Comento Stefany haciendo una forma redonda con sus manos- Lastima que ni siquiera se intereso un poco en mí , podría haberle enseñado mucho más que... Tú.-
-No lo dudo.- Lizzy entró en los vestidores con calma y con sus cosas en mano, Camino entre los armarios/casillas con cuidado y abrió uno empezando a quitarse su camisa.
Stefany por otro lado sonrió al ver a su amiga entrar a los vestidores, una gran sensación de victoria creció en ella -(Planeaba decirte que esta ahí dentro, pero me dañaste mi noche... Idiota).-
Lizzy estaba cambiándose su ropa con gran comodidad, pero una voz tras de ella la dejó paralizada.
-Vaya, esperaba que fueras más discreta.-
Lizzy se volteo más que exaltada, Arthur estaba en los vestidores sentado mirándola de pies a cabeza, ella no tenía más que su ropa interior y una cara exageradamente roja.
-Tu amiga me dijo que te espere aquí, tú también tienes un gran trasero por cierto.-
Lizzy no pudo evitar sonrojarse en gran medida, él no parecía estarla comiendo con la mirada, pero supo que la miró completa y eso le incomodaba, ella se cubrió con una toalla y miró a Arthur con un gesto evidentemente enojado.
- ¡Eres un maldito pervertido!.-
-Y tienes toda la razón, al parecer no sólo tu trasero es lindo, también tienes buenos pechos, diría yo que eres un ocho de diez. Tu actitud es muy complicada.-
-Pues vete a la mierda, ¿qué coño quieres?.-
Ella estaba perdiendo los estribos, él aun seguía viéndola con la toalla, esta vez solo tenía sus ojos directamente enfocados en los pechos de ella.
-Hoy e venido a cobrar, espero que aun recuerdes que me debes dinero.-
-Mis ojos están aquí arriba- explico ella señalando sus ojos con sus dedos.
-Si lo se, estoy viendo tus pechos, tranquila.-
-¡Volteate Animal!.-
Arthur con gran fastidio se volteo no sin antes mirarla una última vez, con toda la desconfianza del mundo ella se quito la toalla y se cambió a gran velocidad colocándose su traje de enfermera, él seguía en la misma posición viendo a la pared mientras ella terminaba por colocarse sus zapatos, sacó de su bolso un par de billetes y camino con gran firmeza hacia él.
-Date vuelta.- Arthur se dio vuelta y con una de sus manos sujeto la palma de ella la cual casi le daba una bofetada -No me sujetes bestia, ¡te la tienes ganada!- Ella forcejeo por unos segundos hasta que decidió alejarse ya notando que era un caso perdido y lanzandole un billete - Ya no te debo nada.-
-Deberías darmelo en la mano, yo no te tire mi abrigo al suelo.-
Él solo la miró por unos segundos a lo que ella recogió con gran odio el billete y se lo dio en la mano con todo el coraje del mundo.
-Listo.- Ella sorpresivamente le dio una cachetada ahora con su otra mano esta vez sin ser detenida, alejándose un poco ya más calmada -no debiste haberme visto.-
-No me arrepiento, fue lindo lo que vi, aunque eres bastante delgada, ¿hacés ejercicios?-
-No voy a tener una charla sobre esto, vete de aquí, este es un lugar privado.-
-Vale, vale.- él se levantó con calma y se dirigió a la puerta esperando un poco antes de abrirla -Por cierto, lindo lunar.-
Arthur salió con velocidad al ver que ella lo miró más enojada que avergonzada, ella se tocó el pecho pensando algo más que evidente muy avergonzada ahora estando sola.
-(¿Cómo lo noto tan rápido?, es pequeño) Maldita Stefany, es una puta.- Lizzy salió del vestidor y aprovechando el descuido de su amiga y le dio una nalgada tan fuerte a Stefany que resonó un poco dejando a su amiga con las piernas arqueadas casi callendose al suelo del ardor.
Ambas empezaron una pequeña disputa que no pudo durar mucho ya que el supervisor del hospital llegó sin cuidado y las regaño a ambas poniéndolas a trabajar, dejando a Lizzy con una experiencia tan incómoda como repentina.
Lizzy estuvo trabajando con gran fastidio el resto del día al igual que Stefany pero, a diferencia de su amiga, Lizzy no tenía un dolor en su trasero por una nalgada. Ella pasó su día con calma, varias miradas se fijaban en ella y muchas más de sus pacientes, no creia hacer nada malo, pero las miradas la hacían dudar. Al llegar la hora de salir del trabajo ella se cambio en los vestidores con su amiga y sin problemas esta vez además de más tranquilas, ninguna se disculpo pero esos conflictos parecen ser tan casuales que no le tomaron importancia.
-Y, ¿qué harás esta noche?.-
-Solo iré a comer y dormir, como siempre.- Lizzy normalmente tenia una rutina simple y poco compleja, no salia mucho a lugares diferentes y solo anciaba el ir a dormir.
-Puedes acompañarme si quieres, sabes que no tengo problemas con que vengas una noche, te puedo presentar a chicos.- A diferencia de su amiga, Stefany salía muy seguido a fiestas viviendo en cada una de sus locuras en las noches.
Stefany solo recibió una mirada algo cliché, ya Lizzy parecía cansada de rechazar esa oferta tan natural.
-Vale, ¿entonces irás a ver a tu novio sexy nalgon?.-
-Ese imbécil no es mi novio, solo es un chico que conocí ayer y que espero no volver a coincidir. Es tan molesto... Ahora que lo pienso se la tengo que devolver.-
-Vaya... Que lastima. Sabes él me dijo algo muy lindo cuando pregunto por ti. Dijo algo como "Las noches son agotadoras, debes dormir mejor. Imagino que hasta una chica como tú quiere una relación seria".-
-Y treinta minutos después te encontre coqueteando con otro chico. Eres una puta-
-Obvio, ¿por qué le haría caso a alguien que no conozco?.-
Ambas llenaron la habitación de risas y comentarios, no pudieron contener la risa tras aquella situación tan natural en Stefany. Los minutos pasaron y ambas ya se estaban despidiendo, había una lluvia constante que caía sin cuidado, ella no tenía problemas con esto ya que aun tenía la sombrilla de Arthur con ella, el aire era un poco molesto, pasó frente al trabajo del chico ya que este estaba de camino a la estación de taxis pero tras dar un leve vistazo por el cristal vio a dos chicos diferentes trabajando en aquel lugar y ninguno era el que ella estaba buscando. No fue hasta que miró al otro lado de la calle que daba con vista al mar estaban dos chicos sentados hablando poco animados.
-Deberías tomarlo con calma, eres joven y guapo, si no tuviera esposa de seguro te daría un par de nalgadas.-
-Jajajaja, vaya idiota esta hecho, es igual de imprudente que siempre, Profesor.-
-Niño, ya no soy tu puto profesor, ni siquiera soy maestro ahora. Esos ineptos piensan que mi área ya no es necesaria. Deberías hacer más que solo vender café, sabes que puedes conseguir más, yo te ayudaré si es necesario.- aquel sujeto no tenia una apariencia mayor, ni siquiera parecía mucho más mayor que Arthur quien era el chico con el que hablaba.
-Así estoy bien, creo que... Encontré algo diferente.-
-Siempre te ha gustado lo simple, deberia de darte un par de bofetadas para que no seas tan humilde- Las risas crecieron nuevamente entre ambos, no parecían fastidiados por nada.
Lizzy no había escuchado su conversación ya que estaba cruzando la calle, pensó que esta era su oportunidad de cobrar venganza de una manera similar a la que él hizo.
-Oigan, ¿qué hacen ustedes aquí afuera así?.-
Ambos chicos voltearon y miraron a Lizzy, Arthur tenía el cabello levemente mojado pero él otro sujeto no lo tenía ni un poco húmedo.
-No algo. Alguien diferente quisiste decir, alumno imbécil. ¿Quién eres chica?, ¿acaso la novia de mi cariñito está celosa de que él este conmigo?-
Lizzy no pudo estar más que avergonzada en aquel momento, el mayor solo rio un poco y se levantó sin cuidado siendo mirado de la peor manera por Arthur.
-Ya, ya, perdona, solo te molesto. Los dejo jóvenes, este rey dejó a su reina muy preocupada en casa.-
Él ya más atento con tales palabras tan dramáticas se fue de aquel lugar con completa calma dejando un solo comentario a sus espaldas.
-Ve a visitarme Arthur, o la próxima vez no vendre sólo.-
Aquello le dejó los pelos de punta a Arthur, ¿cómo podía una persona ser tan agradable y tan intimidante a su vez?. Pregunta que no parecía tener respuesta.
-Veo que un pobre chico está bajo la lluvia y necesita ayuda.- Comento ella colocando la sombrilla sobre él pero sin dejar de cubrirse a sí misma.
-No lo necesito pequeña, a diferencia de ti, yo no me preocupo si me enfermo o no, al final, algo tan simple se cura rápido.-
Lizzy le dio un pequeño golpe en la cabeza con el mango de la sombrilla sin pensarlo dos veces, para luego sentarse junto a él donde antes estuvo el mayor.
-Eres un imbécil, deberías de preocúparte más por tu salud.- y en ese preciso momento su ética de enfermera salió a relucir.
-No tengo porque. Por cierto esta mañana fue increíble, empecé mi día de una gran manera muy divertida.-
-Bien, ahora sabes que tengo un lunar cerca del pecho, ¿y?.-
-Tambien tienes uno en la clavícula justo en medio y otro en la espalda, no te quedan nada mal. Son muy sexys.-
Lizzy en aquel momento no podría estar más avergonzada y enojada, no quería decir más nada solo para alejar un poco la conversación.
-Tu amiga también me contó varias cosas, te gusta el chocolate, eres muy vaga y no te gustan los trios, vaya descripción me dio tu amig...-
Una mirada asesina de Lizzy basto para que Arthur se callara y luego se riera un poco solo para aligerar el ambiente. Las chicas pueden llegar a dar una mirada tan intimidante que darían miedo no solo a los chicos.
-Ya, ya. Vamos, calmate , no es para tanto.-
-Eres muy idiota, ¿lo sabes?.-
-Claro que lo sé, es lo único que conozco. Pero no miento, eres linda y no lo digo como algo romántico, podrías conseguir cualquier hombre si te arreglas un poco más, pero no muestres demasiado, eso es deplorable hasta para las más extrovertidas.-
-Todos dicen la misma mierda, yo me siento bien así como estoy.-
-¿Si puedes estar más bella no lo intentarías estar?.-
-Eso no me importa. Si perfectas, que si bellas, que si hombres o mujeres,¡¿Acaso eres imbecil?!. A mi me gusta lucir bella tanto como fuerte.-
Aquella imagen de ella mirando a la nada pero pensando seriamente en todo lo dicho, aquellas palabras tan profundas que se colaron en la mente de Arthur y no pudieron salir, aquella presión que llegó tan fuerte y repentina al pecho de él que casi lo dejó inmóvil, no pudo expresar nada más que.
-Tienes razón, eres perfecta así mismo, no necesitas cambiar ni un poco.-
Él acompaño la mirada de ella a la nada, solo tomando un poco de conciencia por lo dicho. Ella hizo un gesto facial algo avergonzada.
-Deja de molestar idiota.-
- Lo haré cuando te esté molestando, ahora mismo solo digo lo que pienso, y pienso que eres perfecta.-
Lizzy solo se mantuvo mirando al mar, volteo a verlo casi por un par de segundos juntando sus titubeante ojos con los decisivos de él, pero al sentir el primer gran impacto de su corazón palpitar descontrolado volteo de nuevo al mar con unas ganas de reír insanas y unas mejilla muy rojas.
-Mejor... ¿Vamos a tomar un café?.-
-No.- Ella se levantó y se estiró un poco intentando parecer más que natural aún sabiendo que si quería ir a por un café.
-¿Y un chocolate?.-
Aquí ella se detuvo y lo pensó por unos segundos con calma, ya que él sabía su mayor preferencia en sabor, solo un pensamiento recorrió su mente.
-(Si tengo frío) No puede ser... Vamos antes que me arrepienta. -
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Gracias por leer.
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