-Lo siento princesa, no eres tan buena como yo.-

Arthur estaba sentado en la cama de su hermana mientras ella estaba desparramada en su puf de un gato bastante más grande de lo que solían ser.

-¿Cómo puedes jugar mejor que yo?, ¿no trabajas o qué?.- Un comentario extrañado de su hermana hizo reír a Arthur, era sumamente extraño como se daban la bienvenida tan rápido y buscaban un "algo" que hacer para charlar, es como si no pudieran estar quietos.

-Trabajo mucho claro, pero en mis días libres aveces juego un videojuego, salgo a comer con gente, vivo una vida, cosas típicas. Como mucho y cago poco, tu sabes, lo de siempre.-

La risa de Arthur se vio presente en la habitación al ver la cara de asco de su hermana, aunque después de unos segundos tomaría aire.

-¿Y tú? enana, ¿qué tal la escuela?.-

-Bastante bien, tengo tecnología y leo mucho así que no creo que vaya a ser difícil pasar.-

-Esa es la actitud. Nada de drogas ni novios hasta los 36, si me entero de algo como eso te voy a llevar a un bosque y te dejare tirada, ¿entendido?.-

-Por dios, no seas exagerado, tengo 15 ya.-

-Si tienes edad para defenderte con ese argumento es que ya sabes de las drogas. Dime ¿quién te las vende eh enana?.- Arthur se levantaría de la cama y empezaría a revolver el cabello de su hermana para molestarla pero esta solo podía reír sin cuidado de ser silenciosa.

-Nadie.¡Jajajaja! , ¡nadie nadie!.- Arthur se detuvo para luego sentarse en el suelo suspirando, al paracer jugar con su hermana ya lo agotaba.

-Dios, estoy viejo, necesito correr más. Me voy a poner gordo a este paso.-

La más joven retomaba el aliento de a poco ahora con el cabello todo despeinado.

-Y tú, ya tienes novia viejo.-

-Primero, vuelves a decirme viejo y te meto a la bañera con hielo. Segundo, no, aún no cae ninguna princesa en mis encantos.-

-Eso no es lo que puso Isaac en su perfil.-

-Aún no entiendo como mierda ustedes se conocen.-

-Y no solo eso, somos mejores amigos.-

-Tranquila, se lo dire a su esposa, de seguro le corta las campanas.- Su hermana no pudo evitar reir, sin dudas le encantaba cuando su hermano la iba a visitar. -Y dime, ¿qué público Isaac?.-

-Pueeees, dijo que estaban en una noche de parejas... Mira.- la menor buscó su celular por unos segundos en la mesa donde estaba el televisor para luego volver a lanzarse sobre el puf, buscó en su célular por unos segundos una imagen para luego mostrarle a Arthur. Todo estaba sacado de contexto, al parecer Isaac les había tomado una foto a todos juntos en el restaurante en Alemania sin que lo notarán y junto a Arthur en ese momento estaba Stefany y al lado de Stefany estaba Lizzy, y junto a Isaac estaba naturalmente Rachel.

-Bien, ¿adivina cuál es mi novia en esta foto?.-

Su hermana miró la foto por un segundo y luego pensó lo obvio.

-La que esta a tu lado, ¿no?.-

-Bueno,ninguna de las dos es mi novia... Pero si alguna lo fuera sería la que esta más alejada, la chica de ojos verdes, cabello negro, con cara de hambre.-

Su hermana miró a Lizzy quien para su sorpresa en esa foto tenía una cara bastante extraña.

-Los raros se atraen al parecer.-

-Por algo te vine a visitar, ¿no?.-

-Idiota. ¿Y te irás pronto o planeas quedarte?.-

-Un amigo me pidió un favor y tengo que volver talvez mañana, la vida de un chico tan guapo como yo es complicada.-

-Oye, ¿no estas mayor ya para ser tan egocéntrico?.-

-Nunca se es suficientemente mayor para amarse a si mismo.-

-Eres todo un narcisista.-

-Aver, ¿de dónde coño aprendiste esas palabras?.-

-La escuela.- aunque lo había dicho con confianza, ella misma se sintió atrapada ya que parecía una respuesta muy tonta.

-Lo peor es que tu respuesta me parece una mentira, venga.-

-Pueeees...- ella le señaló la computadora a su hermano intentando indicar algo -Isaac comento que tu eras escritor y después de investigar un poco encontré tus libros... Desde ese momento suelo leer libros.-

-Vaya, eso es...- Arthur sintió un poco de comezón en su cabeza cerrando los ojos, estaba ligeramente avergonzado sin siquiera saber porque. -Me alegra que te guste la literatura, te voy a enviar un par de libros cuando llegue a casa, veo que no tienes ninguno en físico.-

-¿Cuál es la diferencia?, los puedo leer por la computadora.-

-Creeme, hay una gran diferencia.-

Ambas estaban en la habitación de Lizzy, ya había pasado un buen rato desde su charla y ambas ahora estaban sentadas con una taza de café en mano viendo sus celulares.

-Oye Lizzy, ¿por qué elegiste enfermería?.-

-En realidad quería ser doctora, pero aún me falta mucho para eso, y trabajar como enfermera no esta mal por ahora, pagan bastante bien a decir verdad.-

-Ya, si está bien y todo pero... Tienes algo más planeado para el futuro o quieres hacer eso para siempre.- Mientras decía aquello Lizzy estaba sorbiendo el poco de azúcar que quedaba en su taza de café.

-Pues si, ¿no?, no es como que tenga muchas alternativas, yo no tengo una vida tan entretenida como ustedes.-

-¿Nosotros?.-

-Isaac, Arthur, tú, talvez crees que su vida es normal pero es mucho más... ¿Cómo decirlo?, diferente.-

-Dinámica, y no, aunque no lo creas, nuestra vida suele ser muy monótona, claro Isaac siempre hace algo para salir de la monotonía y al estar casada con él eso me incluye, pero si yo estuviera soltera creeme que no dirías eso, y Arthur, bueno es Arthur, un día lo encontramos desmayado con un charco de sangre cerca de su rostro, se había pasado muchas horas trabajando. Y cuando digo muchas es que ni él sabía cuanto tiempo estuvo trabajando, capaz fueron días y ni lo había notado, así que de ahí puedes tomar referencia de lo divertida que es su vida...- Rachel se mantenía tranquila aúnque defendió tanto el tema que dio la impresión de estar enojada.

-Vaya, ¿eso es muy común en él?, digo, el trabajar tanto.-

-Es más normal de lo que crees, Isaac lo va a visitar cada tantos días para ver si esta vivo, o también para molestarlo. Una vez se desmayo de inanición, ¿lo puedes creer?, vaya forma de vivir tiene ese idiota.- Sin duda alguna Rachel estaba mostrando un lado que nunca habría pensado lizzy que tendría, estaba muy a la defensiva y habladora, casi inesperado viniendo de una dama que siempre era tan cuidadosa.

-Que tonto, debería mejorar eso.- Rachel miró por unos segundos a Lizzy y habló un poco más calmada.

-Oye lizzy, ¿acaso tú no trabajas o qué?, lo digo porque siempre estas libre.-

-Bueno, casi, de igual manera ahora soy amiga del dueño del hospital, no creo que me despidan por un día libre que me tome.-

-Dios, juro que un día le voy a dar una paliza a Isaac por hacer tantas estupideces.-

-Jajajaja, estas loca.- Lizzy sujeto su cabello y estiró su espalda agotada.

-Oye, ¿tú no has pensado en tener pareja?.- tras aquel cometario de Rachel, Lizzy se ahogo con su propia saliva avergonzada -Digo, ya estas en edad de tener pareja, ¿no?.-

-S-si, pero no es para preguntarlo así, mmmm. ¡Hmmm!- Lizzy revolvía su propio cabello intentando buscar palabras que no sonarán tan simples -No hay nad...- Tras intentar hablar pudo notar que en los ojos de Rachel ella ya estaba descartando su respuesta y decidió suspirar -No me creerás si digo eso, ¿verdad?.-

-Obviamente no.-

-En mi defensa yo y él no estamos en nada, ustedes y todo el entorno siempre intenta emparejarnos pero solamente somos mejores amigos.-

-¿Mejores amigos?.-

-...No tengo más amigos hombres, así que es el mejor por descarte, y Isaac no cuenta en esto.-

-¿Por qué piensas que él te ve como amiga?.-

-Pues no a intentado nada raro, y tampoco sabría como reaccionar.-

-Primero, hablamos de Arthur, el no hará nada que dañe su imagen en público, talvez no lo dice pero odia que los demás lo vean como alguien diferente. Segundo, no intentará nada raro no porque no quiere molestar, simplemente no se le a dado la oportunidad.-

-Oye, ahora que lo pienso, aquel día cuando nos emborrachamos en casa de Isaac y fue cuando te conocí, él me estaba tocando mucho... Que maldito asqueroso.-

-Bueno,creo que ya no hace falta preguntar por tu reacción, ya sabemos cual sería.-

Ambas estaban en silencio, estaban algo incomodas repentinamente, talvez hablar de aquel chico no era lo mejor pero... No podían dejar de hacerlo ahora.

-Arthur, no es de mi tipo, no es de los chicos que me gustan pero... Siento que extrañamente estoy atada a él de alguna manera u otra...-

-Jeje, que linda, me pregunto si yo también habré sido así cuando me enamore de Isaac.-

-¿Así cómo?. -

-Mentirosa e inocente.-

-¡No soy mentirosa!... Solo... Talvez... - Elizabeth recogió sus piernas pegandolas a su pecho mientras miraba a otro lado -Talvez estoy solo un poco enamorada.-

Eran las dos de la mañana, la hermana de Arthur apenas había pasado veinte minutos desde que se había quedado dormida y él simplemente espero un poco leyendo en su teléfono en la aplicación de wattpad un libro cualquiera.

-Sin dudas, cualquier libro tiene algo especial. Pero hay tantos tan mal escritos que es inquietante leerlos.-

Al notar que su hermana estaba dormida decidió salir de la habitación esquivando todo con cuidado, tenían un pequeño desastre en aquel cuarto que parecía tan ordenado. Al abrir la puerta solo escucho un par de voces que desde hace rato ya lo estaban molestando, al cerrar la puerta quedo de cara a la sala de aquella casa.

Miró con cuidado a los portadores de voz quienes eran varias personas y al estos sentir la presencia de Arthur detuvieron su conversación ipso facto.

-No deberían hablar tan fuerte, la van a despertar.-

Las miradas se cruzan alzando la tensión, era evidente que todos tenian un rencor escondido por aquel chico presente.

-¿Cuándo llegaste?.- el mayor de los presentes habló, su porte era de alguien alto, poco más que Arthur, manos grandes y una mirada tan expresiva como ninguna otra.

-Quién sabe, no podría decirlo.- Arthur dio un par de pasos a la sala en dirección a la puerta de salida. Antes de avanzar más miro a su hermano quien estaba sentado junto a otro sujeto en uno de los Sofás, aun no era mayor de edad pero ya tenía una botella de cerveza en mano. -Si sigues los pasos de estas escorias no me pidas ayuda, porque solo te escupire la cara y me reire de ti.-

-No le hables así a mi hijo.- el mayor de todos dejo su comentario al aire mientras evitaba ver a los ojos de Arthur por... ¿Vergüenza?.

-Si están bajo mi techo escucharan lo que yo tenga que decir. Pero por ahora eso es todo, me largo... Por cierto, la niña necesita un Internet más rápido, encarguense.- Arthur abrió la puerta pero por última vez la voz del mayor lo detuvo.

-¿Te vas tan pronto?.- Arthur respiró profundo.

-Si.- Sin esperar mucho más solo salió por la puerta caminando por las calles que aunque estaban algo vacías se podía escuchar música en alguna de las casas y ver gente fuera de algunas charlando con aquellas botellas en mano. -Creo que ya es hora de volver, realmente es asqueroso este sitio, no entenderé nunca porque a ella le gusta.-

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Gracias por leer.