Capítulo 14 (Sin editar)
Ethan...
Él era como un grano en el trasero. Enserio, no exagero. Cuando al fin te olvidabas de él te sientas y te acuerdas. Era ya más como mi sombra que encontrarlo en situaciones no esperadas se me era normal. Es más, que un de estos días apareciese debajo de mi cama no se me haría tan extraño a estas alturas.
Dylan tenía la costumbre de coger mi mano al momento de escribir en la pizarra. Al principio se me hizo extraño, pero se me hizo de mala educación empujarlo. Además no era como que me estaba manoseando, simplemente sostenía mi mano al dibujar los números... Ahora que lo pienso mejor si suena raro, y un poco romántico.
Pensar en Dylan de una manera romántica se había vuelto un pasatiempo en las clases de matemáticas que nunca tenía. Es decir, todas esas cinco horas semanales que tenía en el horario de matemáticas las pasaba con él. Una vez le pregunté si saltarse esas hora no le afectaba y el simplemente se encogió de hombros y me dijo que con un trabajo para esas materias era suficiente para pasar un semestre. Siempre podía decir que tenía algo que hacer como presidente del alumnado. Varias veces le dije que no era necesario que me rescatase de las clases de matemáticas, más el se negaba diciendo que al fin y al cabo el me estaba enseñando lo mismo que veía en el salón. Al final me fui acostumbrando a ser llamadas en las horas de matemáticas, que a veces no esperaba que me llamaran por el parlante para dirigirme al laboratorio de matemáticas.
Dylan siempre se portaba dulce conmigo a diferencia de Ethan. Dylan no me gritaba al ver que no entendía algo, no, el a diferencia de ese mono subdesarrollada me lo volvía a explicar. Sin chistar, y pausadamente. Era un buen amigo, y poco a poco empezaba a pensar en él de una manera diferente.
Sobre Ivanna y Allison, nos reuníamos en los recreos. Eramos un cuarteto muy extraño, yo me llevaba más con Dylan que ellas, pero igual compartimos los treinta minutos que "generosamente" nos daba el director. A veces se nos colaba Ethan y seguido por el Ryan, quien causaba que Ivanna actuara de una manera hiperactiva y desesperada. Siempre tratando de hacer conversa, cuando el ingrato de Ryan a duras penas y se acordaba de su nombre — A veces ni del nombre se acordaba— pero igual estaba Ivanna estaba ahí. Y a veces siguiendo al duo codiciado, llegaban sus amigos y "amiguitas". Y por "amiguitas", me refiero a las chicas de la semana. Y ese era nuestro recreo. Normalmente Ethan se sentaba entre Dylan y yo, causando que este ultimo siempre se retire unos minutos antes de que la campana sonase ya que por alguna razón este para no se tragaba. Dylan tampoco era santo de devoción de Ryan, pero él no pasaba de comentario sarcásticos. Ethan y Dylan era más un odio que no podía comprender.
Por eso cuando vi a Ethan en el laboratorio de matemáticas, con una mirada de ira y los puños cerrados supe que nada bueno saldría de eso. Imagine los mil un escenarios en los cuales ambos terminaban matándose a golpe, o bueno Ethan matando a Dylan a golpes ya que se notaba que Dylan no era de lo chicos que les guste mucho eso de pelear. Me imagine yo interponiéndome entre ellos y terminando con un golpe en la mejilla que me dejaría sin dientes y un moretón que tardaría semanas en irse y me obligara a aprender a maquillarme. Pasaría mis tardes viendo videos de como maquillar en youtube, mientras mi oído poco a poco se irrita de la voz de la chica que me explica como aplicar un smoothie eye o algo así. Luego me quedaría sorda y tendrían..
—¡Elizabeth!— me gritaron Dylan y Ethan, para sacarme del pequeño transe en que me había metido el simple hecho de pensar en tenerlos a ambos en la misma sala por dos horas y solo yo como intermediaria.
— Yo... Este. Estaba pensando en la lección de historia que tengo más tarde— le dije.
—Aja— dijo Ethan dudoso en creerme si eso era lo que me tenía tan lejos de la realidad— Bueno ¿y que hacían?— preguntó como un niño pequeño cuando aparece inoportunamente en el cuarto de sus padres cachándolos infraganti en un acto adulterio.
— Le explicaba a Beth como funcionan las funciones lineales— le respondió Dylan, mientras Ethan parecía bufar ante la mención del apodo que arbitrariamente Dylan me había otorgado. Preferí no buscarle una razón de ser a las acciones de Ethan, él era un cubo rubik que no tenía ganas de descifrar. Solía odiar los cubos rubiks, eran el único tipo de rompecabezas que no podía armar y eso causaba mi odio. Luego de estudiar al cubo y prácticamente ser el cubo, comprendí que para resolver el cubo, tienes que comprender al cubo. Eso y saberte los algoritmos.
— Bueno pues, ya que le estabas explicando por que no continuas, yo puedo rellenar los vacíos que ella pueda tener— le contestó Ethan, tomando asiento en la mesa centrada de la primera fila. Dylan le regaló una sonrisa falsa que nunca antes había visto y acepto.
—Ven, Beth. Te explico— Dijo llamándome para regresar a como estábamos antes de Ethan entrara azotando la puerta brutalmente. Antes de que siquiera pudiese moverme Ethan me tomó de la muñeca y me jaló hasta que me sentó en el asiento continuo a el suyo.
—Creo que es mejor, si se lo explicas como si fueses su profesor, no su novio— opinó hablando prácticamente entre dientes, casi lanzando ira en cada palabra de la corta oración que había formulado.
—Creo que ella entendería mejor si estuviese cerca del pizarrón—le contestó Dylan en el mismo tono que anteriormente Ethan había usado, realizando la misma acción. Solo que el me agarro del brazo y me jaló hasta el pizarrón.
Ethan se puso de pie y cogió mi otro brazo.
—Yo no tuve un profesor manoseándome y aprendí muy bien— le contestó furioso.
— ¡Él no me estaba manoseando!—manifesté ofendida antes su comentario.
—Si, claro— me contestó sarcástico.
—Actuas como un novio celoso— le respondí jalando de mis brazos para que ambos me soltarán, pero ambos se negaban a dejarme ir— ¡Ya mierda!¡Suélteme!— Ambos un pocos asombrados por mi reacción me soltaron a escuchar mis gritos— Vamos a pasar lo que resta del año aquí encerrados, cinco horas semanales y me niego a perder un diente y quedarme sorda en efecto de esto. Así me voy a ir, y lo que resta de la hora van a resolver sus diferencias. Las cuales no me interesa saber, solo llévense mejor.
Ambos me miraban anonadados mientras caminaba furiosa hasta la salida.¿Quienes se creían que eran al tratarme como una muñeca de trapo, jalándome de un lado al otro?
Salí tirando la puerta dando un efecto completamente dramático y caminé hasta la salón donde daban la clase matemáticas. Me paré frente a él y el miedo recorrió mi cuerpo, haciendo que este se retorciese y temblase al momento de girar la perilla. No quería entrar, todos lo comentarios de Dylan sobre este profesor y su mala manera de enseñar, más la mayoría de comentarios de mis compañeros de clase a bombardearon mi cabeza llenándome de pánico.
Lentamente giré la perilla, y empujé la puerta. Mis piernas querían salir corriendo a un lugar muy lejano de ahí, como Alaska o Canada. Pero ya era tarde, la puerta se había abierto completamente dejándome a la vista de todos los que estaban dentro de la clase.
Un profesor gordo y con barba estaba sentado, mientras que Ivanna estaba parada al frente en la pizarra resolviendo lo que para mi era una formula tan complicada que podría ser la que encontraba la cura para el cáncer.
—¿Usted es?— me preguntó no mostrando mayor interés en saber mi identidad.
— Soy, Elizabeth Miller— le contesté tratando de disfrazar mi nerviosismo y rogando que no empezase a tartamudear.
— Oh, la señorita Miller. Al fin tengo el honor de conocerla. Pensé nunca tendría esa dicha— contestó en lo que podría ser un tono sarcástico, pero no entendía el sarcasmo en esta situación— Siéntese al final, junto a la señor Pleinster. Y como llegó tarde tiene que hacer cinco ejercicios extras sobre la clase de hoy. Bienvenida a su infierno— Y luego sonrío como el mismo diablo. Juro que si no hubiese sido embarazoso me hubiese persignado ahí mismo, incluso quizás hubiese rezado por primera vez el rosario sin quedarme dormida en la mitad.
Caminé cabeza abajo hasta el final del salón no sin antes saludar discretamente a Allison, quien se sentaba en la segunda fila. Su asiento continuo esta vacío así que supuse que se sentaba junto a Ivanna.
Tomé asiento y me quedé en silencio toda la clase, tomando atención, tratando de pasar desapercibida. De vez en cuando mi mente se dejaba llevar por imaginaciones sobre que estaba haciendo ese par y si ya se habían matado el uno al otro.
Decidí no martirizarme con eso y concentrarme en la clase. Al y al cabo, que era lo peor que podía pasar. ¿Verdad?
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