Capítulo 9: Te protegeré, siempre lo haré.

Lizäri corre sin parar, tropezándose y levantándose para seguir su camino. Vislumbra una cueva a unos cincuenta metros a su derecha y se apresura a entrar en ella. Dentro, se sienta en una roca y comienza a mirar sus manos y su ropa, sintiéndose confundida por lo que pasó y triste por haber lastimado a Denathal sin querer.

—¿Qué... qué me pasó? ¿Por qué lo ataqué?

Llorando e inquieta, no se da cuenta de que un oso frontino crespo está a punto de atacarla. Al escuchar la respiración de la bestia, intenta buscar su arco y flechas, pero las había dejado en la plaza.

—Este es mi fin —susurra para sí mientras camina hacia atrás, chocando con la pared de la cueva.

Denathal vio a Lizäri entrar en una cueva, por lo que se adentra también en ella. Mientras la joven está conmocionada por el oso, sabiendo que va dispuesto a devorarla, escucha una voz conocida.

—Descarga eléctrica —dice el joven venthyr, descargando su poder en el oso, muriendo al instante por el cortocircuito.

Luego, camina apresurado hacia la joven de ojos verdes, inquieto por saber si ella está bien.

—Hermosa, ¿te encuentras bien?

Toma sus manos y comienza a inspeccionar si no tiene heridas o rasguños, pero ella se aparta rápidamente.

—Aléjate, mira lo que hice, lo que te hice... ¿Cómo, yo...? —Se deja caer sentándose en el suelo, con las manos en el rostro—. ¿Cómo pude hacer eso? Yo no quería...

—Abejita hermosa, no pasó nada...

Denathal se coloca al nivel de Lizäri, señalando su cuello, brazos y pecho, que ya han sanado completamente.

—Estoy bien, solo mírame —dice mientras sutilmente toma las manos de Lizäri y las aparta de su rostro—. Todo está bien.

Lizäri lo mira y comienza a tranquilizarse; hay algo en Denathal que la hace sentir cómoda y segura a su lado.

—Lo... lo siento, Denathal. No fue mi intención. Solo sentí de repente una descarga proveniente de mi pecho, o más bien de mi colgante —señala el péndulo en su cuello—. Y comencé a sentirme extraña, como si absorbiera una gran cantidad de... poder inconmensurable. Cuando te toqué, sentí esa reacción.

Denathal se extraña por lo que le responde la joven y pregunta:

—¿Desde cuándo tienes ese péndulo? ¿Antes había sucedido algo parecido?

—Ehh... lo tengo desde que tengo uso de razón, pues ha estado conmigo desde que nací, supongo —dice, tomando el péndulo con su mano derecha—. Y no, no había sucedido nada extraño, hasta ahora.

—Debemos averiguar qué sucede con eso, Lizäri, para que no ocurra nada más como lo de hoy. Puede ser peligroso para ti —dice con determinación. Por un segundo la contempla; algo en ella le atrae con mucha fuerza.

Lizäri voltea mirando hacia donde está el cuerpo del oso que intentó atacarla. «Si no hubiese sido por Denathal, tal vez no lo cuento», piensa.

—Gracias. Ya me has salvado dos veces —menciona, mientras contempla al oso y recuerda lo de las abejas venenosas.

—Te protegeré, siempre lo haré... —afirma Denathal, mientras mira hacia el inerte cuerpo del oso.

En ese momento, Renfaz y Jena están por llegar al lugar donde Lizäri y Denathal se dirigieron. Les perdieron el rastro debido a la velocidad del venthyr, pero gracias a Won, pudieron encontrarlo con su súper olfato.

Jena ve una cueva y dice:

—Busquemos allí, Ren —señala hacia una cueva a su derecha y camina apresurada hacia ella. Renfaz la sigue y efectivamente los encuentran allí, ambos en cuclillas.

Won se queda más atrás, esperando que los demás salgan de la cueva.

—Liza, ¿estás bien? —pregunta Jena con preocupación, mirando a su amiga y luego de reojo a Denathal y al oso que está a pocos metros de ellos.

Lizäri, que se encuentra sentada, se levanta con la ayuda de Renfaz, quien se acerca a su amiga para ayudarla.

—Sí, gracias a Denathal estoy bien, gracias chicos.

—¿Por qué saliste corriendo de esa manera? —pregunta el enano.

—Y, ¿por qué este venthyr andaba todo herido? —cuestiona con intriga la joven elfa.

—Este venthyr tiene su nombre... Denathal —reitera el joven mago, pues sabe que no le agrada a Jena.

—¿Podrían llevarse bien? —implora Lizäri—. Pues... —duda por un momento en contar lo que había sucedido.

—Vamos, Liza, ¿qué fue lo que pasó? —insiste Jena, preocupada por lo acaecido.

Lizäri toma una bocanada de aire para proceder a contar.

—Fui yo quien, sin querer, lo lastimé —se siente fatal al mencionarlo, no comprende por qué lo atacó.

—¿Qué? No puedo creerlo, ¿por qué harías tal cosa? ¿No será que...? —Jena es interrumpida por Lizäri.

—El no hizo nada, no lo culpes. Yo no... —mira sus manos y aun no sale de la confusión en su cabeza—. No sé qué sucede conmigo, sentí una extraña corriente y no recuerdo nada más.

Renfaz voltea a ver a Denathal, y estaba intacto, las marcas y heridas habían desaparecido.

—Pero, ¿cómo es que tú ya no tienes las heridas? —inquiere el joven enano.

Jena también observa al venthyr, pues este ya no presenta las cicatrices que tenía al salir del palacio del Rey Peters Bryan.

—Pues, los venthyes, en especial mi clan tiene la habilidad regenerativa, las heridas que nos hagan, se curarán en unos pocos minutos —responde el joven Lóbrego.

—Y, ¿cómo es que los venthyes no nos atacan? —interroga la joven elfa.

—¿Piensas que nosotros bebemos sangre humana? pues no.... hace mucho tiempo mi clan dejó de hacer tal vileza, mi padre no los inculcó siempre insistía en llevarse bien con las demás criaturas... cosa que los ogros nunca han entendido ni respetado, pero hay quienes si consumen sangre humana.

—Entonces, ¿cómo se mantienen ustedes? —pregunta Renfaz.

—Chicos, ya déjenlo de acosar con preguntas —suplica Lizäri.

—Es normal hermosa, les responderé así dejan de mirarme mal —mira a Lizäri, mientras sigue respondiendo a sus preguntas—. Nosotros nos mantenemos como ustedes, consumimos cualquier alimento, pero es verdad que la sangre nos da más vitalidad y podemos encontrarla en animales como ese —señala el oso electrocutado.

—Pero, imagino que...

Jena fue interrumpida por su amiga quien la mira de forma fastidiosa.

—Ya está bueno Jena Vendaval, déjalo quieto —sube su tono de voz para detener el bombardeo de preguntas al vampiro.

—Bueno, no te molestes amiga. Es hora de regresar a la aldea —dice caminando hacia donde esta Lizäri, tomándola de la mano.

Salen de la cueva para así retornar a la aldea, Lizäri y Jena van adelante, seguidos de Renfaz, Won y Denathal. El joven enano mira de reojo a Denathal, este no le cae mal, el comprende un poco más que la elfa. Mientras que el joven venthyr está sintiendo poco a poco algo más grande, un sentimiento de unión por esa joven de ojos verdes y cabello de color caoba, siente la necesidad de protegerla a toda costa.

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✩Descripciones de los personajes, habilidades y objetos:

//Descarga eléctrica, una habilidad del origen eléctrico donde el usuario manipula su esencia arcana azul, concentrándola en sus dedos y produciendo una fuerte corriente al tocar cualquier superficie u oponente capaz de adormecer una extremidad o de matar al instante si este toca el punto corazón//

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