Capítulo 6: Denathal

El joven desconocido sale del escondite en el cual estaba y se dirige hacia donde esta Lizäri, al llegar pronuncia:

¡Brisa golpeante! —A la vez que extiende levemente sus manos hacia los insectos, dirigiendo una fuerte brisa en dirección a las abejas logrando dispersarlas lejos.

Las abejas Pecho Blanco son de un tamaño considerable, más grandes que las comunes y con un fuerte veneno que podría matar si no se le aplica el antídoto a tiempo.

—Ya puedes salir —dice el joven.

Lizäri, sumergida en el agua, no lo ve venir porque tiene los ojos cerrados, pero lo escucha y se asusta, tragando un poco de agua. El desconocido reacciona rápidamente y la saca del agua.

—Calma, te vas a ahogar —dice el joven, mirando a Lizäri. Siente una sensación extraña al ver a la joven humana.

—¿Q-qué y quién eres? —exclama Lizäri, alejándose del sujeto. Aún sigue tosiendo, pero su curiosidad por aquel extraño no disminuye.

—Pues, ¿qué crees tú que soy? —pregunta el desconocido con sarcasmo.

—Un... un venthyr, pero, ¡¿qué hace un venthyr aquí?! —Lizäri sabe que los venthyr, huargen y ogros viven más allá de la barrera que protege el Claro Este, aunque no sabe exactamente dónde.

—¡Hurra! Sí, soy un venthyr y pues... me gusta estar aquí —dice Denathal mientras mira a su alrededor y luego redirige la mirada hacia la chica de ojos verdes.

Lizäri observa al venthyr, tratando de entender su personalidad, su forma de ser y sus intenciones.

—Digamos que te creo... ¿Alguien más está contigo? Y, ¿cómo pudieron cruzar el campo de protección? ¿No se supone que los venthyr no pueden soportar la luz del sol?

—Calma, calma —dice, haciéndole señas a su amigo para que se acerque, pues Won estaba atento a todo lo que hacía y decía su amigo y la chica—. Soy el único, aparte de mi amigo, que puede cruzar el campo de protección. Digamos que mi padre tenía conexión con el Rey de este lugar. Y con respecto al sol, mi clan puede protegerse de los rayos solares...

El huargen se acerca a donde están la joven y su amigo. Con su aspecto de hombre lobo, pero de pie, Lizäri no se inmuta; era raro lo que le asustaba y, como cazadora, debía dejar el miedo a un lado, aunque con las abejas era diferente...

—Él es mi amigo, como verás, es...

—Un huargen —termina de decir Lizäri.

—Exacto, qué inteligente —destaca Denathal—. Por cierto, no me he presentado... —hace una reverencia con su capa, colocando una mano detrás, en su espalda, y con la otra extiende la capa de color negro.

»Mi nombre es Denathal y, como ya dije, él es mi mejor amigo...

—Won Crin, un gusto... —Le toma solo dos segundos cambiar su forma de huargen a un humano común.

—Soy Lizäri, y espero que vengan en son de paz. Al más mínimo movimiento extraño...

—No te preocupes, hermosa... No haremos nada que pueda perjudicarnos —afirma Denathal, pues sus intenciones son poder hablar con el rey, por lo que decide pedirle ayuda a la chica de ojos verdes. Un fuerte y extraño sentimiento le da vueltas dentro de sí. Won, que también está presente, se percata de lo que siente Denathal.

»Hermosa, si te pido que nos lleves ante el Rey Peters, ¿nos ayudarías? —pregunta sin atajos el joven venthyr.

A Lizäri le parece sorprendente que le pidan tal favor.

—Para ti soy Lizäri. ¿Qué quieren con el Rey?

—Si te contamos, ¿lo harías? —pronuncia esta vez el joven huargen.

—No sabría decirte —responde Lizäri.

Mientras tanto, Renfaz y Jena ya se están preocupando por su amiga Lizäri.

—¿No te parece extraño que Lizäri se esté tardando tanto? —pregunta Jena a Renfaz, a lo que este afirma con la cabeza y procede a levantarse y tomar sus espadas.

—Vamos a ver qué sucede —dice Renfaz, precipitándose al bosque.

Él es incondicional con sus amigas y no permite que nada malo les suceda. Jena se levanta y toma su arma, encaminándose hacia donde se encuentra su amiga Lizäri. Caminan unos doscientos metros hasta el bosque Claro Este y se percatan de que está con dos desconocidos, uno de ellos es...

—¡Un Venthyr! —exclama Jena.

—¡Y un Huargen! ¿Cómo harían para cruzar? —pregunta extrañado el joven guerrero.

Rápidamente, Jena toma una flecha de su aljaba y, con su arco, dispara una flecha con esencia arcana imbuida. Lo hace sin pensar, solo quiere salvar a su amiga. El joven Denathal es veloz y capta todo sonido, por lo que puede esquivar la flecha con facilidad. Lizäri también se percata y reconoce que es de su amiga elfa, volteándose en esa dirección.

—Son amigos —grita Lizäri a sus amigos, moviendo sus manos para que se acercaran.

Renfaz y Jena caminan al lugar en el que está su amiga y los otros dos desconocidos.

—¿Quiénes son? ¿Cómo hicieron para cruzar el campo de protección? ¿Qué buscan? —comienza a interrogar Renfaz, mientras apunta a ambos con sus espadas.

—Calma, Renfaz —dice Lizäri mientras se coloca frente a su amigo y baja sus manos para que dejara de empuñar las espadas—. Son buenos, no harán nada malo.

—¿Cómo puedes confiarte de que no harán nada? —inquiere Jena a Lizäri con incredulidad, pues a ella se le caracteriza por ser desconfiada y, muy por el contrario de su amiga, ella es más astuta y sigilosa.

—Confíen en mí, lo sé —mira fijamente al venthyr como en señal de que, si no era así, será venthyr muerto.

A unos treinta metros está Edmund, quien ha seguido a Jena y Renfaz. Luego de verlos ir hacia dentro del bosque, se había fijado en Denathal precisamente. Recordó una vez que su padre le mencionó las grandes hazañas de su mejor amigo, un gran mago venthyr que ayudó a proteger Claro Este de un caos hace más de cincuenta años. No se omitió en darle las características y detalles de dicho amigo y que tenía un hijo, que eran los únicos, además de un huargen, que podían cruzar, porque dicho campo de protección había sido creado con el poder de Delmas.

Decidido, se acerca hacia ellos y el primero en percatarse fue Won por sus sentidos agudos de oído, por lo que pregunta:

—¿Viene con ustedes? —mientras señala en dirección al príncipe.

—Sí, él es... —dice Lizäri, siendo interrumpida.

—Chicos, ¿están bien? —pregunta el joven príncipe, luego de mirar fijamente al venthyr—. Tú eres el hijo del mago Delmas, ¿no?

Sorprendido, Denathal le pregunta a Edmund:

—¿Conoces a mi padre?

—Yo no, pero mi padre me contó del tuyo. Tengo órdenes de mi padre de llevarte con él si te veía por aquí —responde el joven príncipe de manera seca, a su vez que se presenta—. Por cierto, soy Edmund Bryan, hijo del Rey de todo este lugar, Peters Bryan.

—Un gusto, él es Won Crin y yo soy... Denathal Lóbrego.

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✩Descripciones de los personajes o poderes:

//Brisa golpeante es una habilidad del origen aire, la cual se concentra su esencia en una o ambas manos, creando una fuerte brisa capaz de defenderse o golpear//

//Denathal es un chico de piel blanca, cabello lacio largo hasta la media espalda en color blanco, ojos en color rojizo, nariz perfilada, labios delgados, su vestimenta una camisa blanca manga larga con puños, cuello y botones en color negro, un pantalón color vinotinto y zapatos de cuero negro, atado a su cuello una larga capa en color gris oscuro con detalles en vinotinto.

Won Crin es un huargen que, en su apariencia de cambia forma, tiene el pelaje de color grisáceo con destellos blancos y sus ojos en color ámbar, puede andar en dos patas tal cual lo hace como humano y en cuatro patas como un lobo. En su forma humana su piel es de color mestiza, ojos ámbar, nariz tipo griega, labios delgados. Su vestimenta un chaleco sin manga de cuero marrón y unos pantalones cortos hasta las rodillas, le gusta andar descalzo por lo que no porta calzado más que sus pies//

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