Capítulo 15: ¿Un Simple Mito?

Lizäri tiene los ojos abiertos y totalmente blancos, no responde al llamado de sus amigos, por lo que se asustan.

—¿Qué pasa? ¿Por qué no responde? —exclama Jena, nunca ha presenciado a su amiga en ese estado.

—¡No, no lo sé! —responde Denathal nervioso, mientras se aleja de todos, él también había sentido una descarga fuerte cuando tocó a Lizäri.

—Liza amiga, responde —dice Jena, totalmente asustada y triste.

Mientras tanto, Lizäri despierta en otra dimensión, abre sus ojos y al contemplar el lugar es rojizo y oscuro.

—¿Dónde estoy? ¿Jena, Renfaz, chicos a donde se fueron? —dice la joven cazadora, mirando a su alrededor.

—Lizäri —habla en susurro una voz dulce.

—¿Quién eres?

—Lizäri, mi pequeña —dice nuevamente la voz de Flora, mientras aparece una silueta de ella en frente de su hija.

—¿¡Mamá!? —exclama Lizäri, mientras camina hacia ella, intenta abrazarla, pero no puede por ser solo una silueta, un recuerdo sin cuerpo real.

—Hija, debes ser fuerte y constante, yo creo en ti —alaba Flora.

—Pero... no puedo.

—Claro que puedes, eres mi hija y la hija de Lázaro. Yo sé que puedes —dice mientras desaparece poco a poco.

—¡Mamá, no te vayas! —grita con ojos llorosos.

—Te llaman. Daerys ella te dirá...

Fue lo último que dijo antes de desaparecer por completo.

—¡MAMÁ! —exclama Lizäri, abriendo los ojos, observa el cielo ya oscurecido, ha transcurrido varias horas desde que cayó desmayada.

—Lizäri, Lizäri, ¿estás bien? —dice Jena y Renfaz casi al unísono, quienes están más cerca, sentados junto a su amiga esperando a que se despertase.

Denathal está más lejos, sentado junto a su amigo muy preocupado, le comenta de la sensación que experimentó al tocar a Lizäri.

—Amigo, que podrá ser —pregunta muy intrigado Won.

—Ni yo sé a qué se debe, no puedo estar a su lado, ya ha ocurrido en tres oportunidades —sentencia Denathal, con las manos en su cara, muy confundido.

No quiere ser un peligro para Lizäri, por lo que piensa en alejarse de ella. Alza su vista a donde está la joven de ojos verdes tumbada en el suelo. Mirando que se levanta, por lo que se acerca con cautela, seguido de su amigo quien le preocupa ver a Denathal con un mal semblante.

—Denathal, ya Lizäri despertó —dice Vía que se acerca al vampiro a informarle.

Denathal solo asiente y ve a la joven cazadora, levantarse con ayuda de Jena y Renfaz. Lizäri muestra una cara de tristeza y de preocupación.

—Amiga que bueno que estés bien, me preocupaste —dice Jena muy inquieta.

—Perdón amiga, no sé qué me ocurre. —Se cuestiona Lizäri, quien tiene la vista ida, pensando en lo último que le dijo su madre Flora.

—Daerys, ¿Conocen a Daerys? —pregunta de repente la joven Lizäri.

—Sí, mi padre la conoce —responde Edmund—, ella tiene su botica en el extremo norte del barrio comercial.

—Ok, debo ir con ella —dice en tono serio.

Lizäri, da media vuelta para dirigirse hacia la aldea en busca de respuestas, Denathal está cerca y pudo escuchar la pregunta de Lizäri, y la respuesta dada por el joven príncipe.

—Iré con ella —indica Denathal, encaminándose de una vez hacia la aldea, los demás se quedan viendo la cara, mientras Jena y Renfaz los siguen, Won por otra parte se queda junto a los demás.

—Sería mejor que esperásemos, vamos al rio —señala Won, que caminaba hacia el lugar donde conocieron a la joven Lizäri.

—Es un poco tarde para entrenar —dice Edmund mientras observa a Lizäri.

Por la mente de Lizäri comienzan a reproducirse las palabras de su madre y las dos vivencias, comprende que no conoce nada, que hasta ahora solo era nada y que realmente desconoce su propio origen. Denathal va detrás caminando, mientras la observa, tratando de leer sus comportamientos o por lo menos intentarlo. Seguido de Jena y Renfaz que se muestran inquietos por su amiga.

—Liza, Liza... Espera un momento —dice Jena apresurando el paso hasta llegar a su lado.

—¿Qué pasa? —responde Lizäri.

—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Te sientes bien? —pregunta con angustia su amiga elfa.

—Necesito averiguar algo con Daerys. ¡Y debe ser ahora! —exclama mientras camina hacia la aldea Claro Este.

De repente pasa por su mente un pequeño recuerdo de cuando se dirigía a entrenar con su amiga.

INICIO FLASKBACK

—Pasarás por calamidades solo por el poder que cuelga en tu cuello...

FIN FLASKBACK

Toma con su mano derecha el péndulo, mientras apresura su paso hacia el barrio comercial.

—Amiga espera ya es tarde, mejor vamos mañana temprano, debes descansar —menciona Jena, pues desde que se había desmayado Lizäri, ha transcurrido varias horas, ya siendo de noche Lizäri se detiene para analizarlo.

—Preciosa, mañana te acompañaré mejor ve y descansa —insta Denathal.

Ella voltea y mira detenidamente a Denathal, asintiendo a lo que le sugiere.

—Debo averiguar que sucede conmigo. Pero... —hace una pausa.

—Estaré contigo amiga, me quedaré contigo hoy —menciona la joven elfa, quien le sigue.

—No es nece...

—Si es necesario, Lizäri. No acepto un no como respuesta —objeta Jena con una voz más seria.

—Pero...

—Es mejor preciosa, no es bueno que estés sola —añade Denathal.

—Una fiesta de chicas, yo me uno —dice Renfaz, corriendo hacia las chicas.

—No te vistas, que no vas —responde Jena, colocándole la mano derecha de forma ruda a Renfaz deteniéndolo.

Estos se encuentran en pleno centro del barrio comercial, mientras que, por la puerta oeste viene entrando Edmund y compañía, estos al verlos los esperan para platicar un poco.

—¿Está todo bien? —pregunta el joven Edmund.

—-Si, todo está bien —responde Jena, sin mirar a los ojos al príncipe.

—Siento mucho que perdieran el tiempo por mi culpa —expresa Lizäri.

—No, Liza. No te culpes —expresa Edmund.

—Hay muchos días para poder entrenar, no te preocupes —añade Vía.

—Es mejor que vayamos a nuestras cabañas —interrumpe Jena—. Lizäri necesita descansar, nos vemos mañana.

—Está bien, hasta mañana —pronuncia Narva, mientras caminaban en dirección a sus hogares.

—Te acompaño Narva. Lizäri, ten ánimo —dice Renfaz, mientras alcanza a la cazadora de raza enana.

Se despiden, cada uno yendo a su destino.

Es otro día y Lizäri se encuentra caminando hacia el lugar de puntería, junto a su amiga Jena.

—Me gustaría entrenar un poco —dice Lizäri a Jena, mientras se dirigen al campo de entrenamiento.

—Vamos, es bueno que quieras relajarte. Que mejor manera que entrenar puntería —menciona la joven elfa.

Caminaron quinientos metros desde las cabañas hasta el campo de entrenamiento, específicamente en la parte de los Cazadores Arcanos. Lizäri se caracteriza por ser silenciosa, pero a la vez amable y con lo ocurrido, ya dos veces, su semblante ha ido cambiando poco a poco, solía saludar con cariño a los aldeanos cosa que ha dejado de hacer.

Denathal está por allí cerca y se percata de Lizäri y de Jena, pero decide no acercarse, solo observarla y escuchar. Lizäri toma su arco y una flecha de su aljaba, comienza a apuntar a la diana, suelta y da justo en medio, vuelve y repite lo mismo un par de veces. Luego de eso, lo hace caminando con unos muñecos de entrenamiento, dándole con velocidad en los puntos señalados.

—¿Ves cómo eres buena en puntería! —dijo Jena—. No debes menospreciarte amiga, solo seguir siendo constante en tu entrenamiento.

—Si me gusta mucho, me siento bien cuando uso mi arco —habla Lizäri—. Pero no es suficiente. Tián tiene razón, de qué sirve la Esencia Arcana Verde, se supone que soy cazadora, no sacerdotisa.

—No es verdad, Lizäri. Él solo lo dice para hacerte sentir inferior, pero no lo eres.

—Jena, tu si puedes usar la Esencia Arcana, dime de que sirve una Cazadora Arcana, que no puede usar un poder tan común.

—¡Basta, Lizäri! —exclama Jena—. Cuantas veces te he dicho que no te menosprecies, si no pudieras usar Esencia Arcana, ni siquiera proyectarías la Esencia Arcana Verde. Eres la primera Cazadora que puede dominar una esencia distinta. Puedes curar, restaurar. Eres única.

—Hermosa, Jena tiene razón, no debes menospreciarte —dice el Vampiro, acercándose hacia las chicas—. Tienes potencial, debes seguir persistiendo.

—Por cierto, ese collar. ¿Quién te dio ese péndulo? —pregunta Denathal, pues había estado indagando en eso toda la noche.

—¿Mi péndulo? —resalta de forma extraña mientras lo tomaba entre sus manos—. Como te dije lo tengo desde muy pequeña, lo he tenido siempre —menciona—. Aunque, hace dos años exactamente, un sujeto desconocido y muy extraño me dijo que guardaba un poder inconmensurable que causaría grandes catástrofes, yo no le creí.

—Lizäri, es mejor que vayamos a donde la maga.

La joven humana asiente a lo dicho por Denathal. Se apresuran a ir a la tienda de Daerys, casi llegan al barrio comercial, cuando un sujeto les parece extraño, con un comportamiento inusual. Denathal fue el primero en notarlo, le parece haberlo visto antes por el Oeste Sombrío, pero prefiere no decir nada.

El sujeto mira fijamente a Denathal, luego a Lizäri y al péndulo que esta posee. La joven humana siente una sensación extraña y un recuerdo comienza nuevamente a resurgir.

«Todo lo que conoces, será destruido por el poder del péndulo rojo»

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