CAPÍTULO XXXVI

El día pasaba tan aburridamente, ya estaba lista, mañana iría de nuevo a ese hospital para tratar mi posible síndrome, estaba desesperada, confundida, creí que poco a poco perdería la poca cordura que me queda, me daba tanta pena de hablar de esto con alguien, sentía que debía decírselo a Vanessa o a un profesional, me daba tanto miedo de lo que fueran a decir de mí, me daba miedo de que abrieran una conferencia de prensa y dijeran lo que la loca de Abigail Weidenhaft había pasado, tenía miedo de que distorsionaran la realidad cuando desde un principio fue sincero y hasta inocente lo que había pasado, bueno para mí pero para las otras personas, obviamente dirían que estaba loca, y si lo estoy.

Hundida en mis pensamientos, llegó mi mamá y entró a mi cuarto.

-Abigail, necesitamos hablar- dijo ella- Sé que no he sido una madre excelente pero también siento que debes decirme la verdad-

-¿Qué verdad?- pregunte triste-

-Quiero que me digas toda la verdad- dijo ella con un aire supersticioso- Todo lo que paso con el psicópata, y lo que te dijeron sus padres-

-Mamá- dije enojada- ¿Para qué quieres saber? Lo único que te puedo decir es que tengo el síndrome de Estocolmo-

-Oh- dijo ella sorprendida- Eso quiere decir que te enamoraste de él-

-Si-

-Bueno pero sabrás que ése síndrome solo surge cuando malinterpretas la actitud de tu secuestrador con algo de "amor". Probablemente fue eso hija-

-No mamá- denegue- Fue amor en cada una de sus escalas. Completo y puro-

-No puedes decir éso- me dijo enojada- Simplemente no puedes enamorarte de tu secuestrador-

-¡Pues lo hice!- le grité- Lo hice mamá y por ello me arrepiento pero no por el que dirán o cosas así,  si no porqué fue un error para mi un completo error-

-Me das vergüenza- dijo mamá- En serio no puedo creerlo-

-¡Si!- le grite furiosa- Ya de que te doy vergüenza,  que soy una indecente.  Que ahora tus amigas se burlan de ti pero ¡No me importa lo que digas ni lo que hagas! Ya pasó y jamás te diré lo que paso.  Ahora ¡Vete, Lárgate!- grité y señale la puerta-

-Desde este momento- dijo ella- Solo tengo a mi hija Vanesa- salió del cuarto-

Siempre fui una desgracia para mi mamá, nunca le agrade por más que lo intentará,  pero ahora me voy a dormir, mañana será un largo día

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