Nuestro futuro juntos
Esta historia comienza en un pequeño pueblo de la Región de Johto conocido como Pueblo Primavera varios años después de los sucesos ocurridos tras la Liga Pokémon.
- ¡Aika-chii! ¡Mira, mira! - Exclamaba una y otra vez una pelirroja al otro lado de la pantalla - ¡Es un anillo! ¡Kalm-chii me ha pedido matrimonio!
- Um~... Felicidades~ - Contestó sin tomar mucho interés, aunque en el fondo se alegraba por su amiga.
- ¡Tienes que prometerme que vendrás a la boda! - Pidió - ¡Y no acepto un no por respuesta!
Tras eso la mujer dejó de mirar a la pantalla por un instante.
- ¡Ahora mismo voy! - Le contestó a alguien - ¡Me voy Aika-chii, los preparativos de mi boda me llaman! - Explicó antes de colgar apresuradamente.
La castaña suspiró apagando el aparato.
- Um~... Una~ boda~... - Murmuró para si misma mirando por la ventana.
Allí en la calle, pudo ver a Gold haciendo vete tu a saber qué con sus Pokémon, aunque no podía importarle menos.
Ahora que lo pensaba, desde que Dana le pidió matrimonio a Red todas sus amigas parecía que se habían puesto en común para tenerla de una boda para otra. Hasta la pareja de tsunderes de Pearl y Reika se había casado el mes pasado. Mientras esos pensamientos recorrían su mente comenzó a concentrar su mirada cada vez más en el azabache. Por otra parte ellos dos tenían... ¿Se podía considerar eso una relación si quiera?
Regresó a la realidad cuando se dio cuenta de que Gold la estaba saludando con cara de idiota. Prefirió ignorarlo y levantarse para volver a su cama a tumbarse. Lo que menos se esperaba es que le diera un mareo por el cual, si no llega a ser por la ayuda de Cinder, hubiera acabado en el suelo.
- Estoy~ bien~... - Susurró intentando calmar a su Pokémon, pero ni ella estaba segura.
Gracias a la Typhlosion logró llegar sana y salva a la cama.
- Um~... - Fue el único sonido que produjo observandose la mano. Después de todo desde hace unas semanas había estado con esos horribles mareos y bastantes nauseas. Claro que no se lo había dicho a nadie, ni sus amigas lo sabían, y todo porque en el fondo sospechaba qué podía ser. Pero prefería no confirmarlo.
- Pachiii - Su Pachirisu se frotó contra su mejilla.
- No~ es nada~ - Trató de tranquilizarla acariciándola. De ser posible no le gustaría preocupar a sus Pokémon, sin embargo no iba a alejarlos de ella por una tontería así.
Cerró los ojos. Ahora mismo lo que más quería era olvidarse de todo a su al rededor.
- Toc, toc - Sonó la puerta.
Pero claro, tenía que ser imposible.
- ¡Oye, se que me has visto! ¡¿Por que me has ignorado?! - Se quejó la voz de Gold al otro lado de la puerta.
Se giró para ignorarle. Ahora mismo era la última persona a la que quería ver.
- Aika... - Le escuchó decir su nombre - No respondes a mis llamadas y ahora ni me saludas ¡¿Se puede saber por qué?! - Preguntó, se notaba que estaba frustrado.
No contestó. Es decir, desde hacía un mes que se había ido con Black a hacer ya ni se acordaba qué sin decirle ni una palabra ¿Y ahora que estaba de vuelta le pedía explicaciones? Ni de broma.
- ¡Haz lo que quieras! ¡Me iré a disfrutar con las chicas kimono! - Gritó finalmente antes de que se escucharan sus pasos bajando la escalera.
- Como si~ me importara~ - Le respondió a la nada.
Esta vez sí, cerró los ojos. Sabía que sus Pokémon la estaban observando preocupados, pero no le importó. Prefirió sumirse de nuevo en sus sueños.
Cuando abrió los ojos de nuevo el sol ya estaba a nada de ocultarse.
- "Seguro~ se lo ha pasado~ en grande~ con sus adoradas~ chicas kimono~" - Pensó aún adormilada.
- Al fin despiertas - La voz del azabache a su lado la despertó totalmente.
- ¿Um~?... - Se giró perezosamente para verlo sentado a un lado de la cama con las piernas cruzadas - Sabes~ que entrar~ en casa~ de una mujer~ y verla~ mientras duerme~ es ilegal~ ¿No~?
- Para una vez que te veías sexy~ - Contestó con picardía, recibiendo una patada en toda la barbilla como respuesta - ¡Eso duele!
- Por~ pervertido~
- ¿Y bien? ¡Auau! - Se quejó al tocar la zona afectada con sus dedos - ¿Se puede saber qué te pasa?
La castaña se le quedó mirando.
- Nada~ - Soltó simplemente.
- ¿Y entonces por qué me ignoras?
- Prefiero~ no relacionarme~ con acosadores~ - Dijo molestándole.
- ¡El gran Gold no tiene nada de acosador! ¡Después de todo, cualquier chica se moriría por estar conmigo! - Se defendió - ¡Además, llevas desde que lo hicimos en la boda de Pearl evitandome gruelmente!
Ya está. Lo había soltado. Esa había sido la gota que había colmado el vaso.
- ¿A-Aika...? - Susurró con miedo al ver como la nombrada se iba levantando en su dirección con cara de pocos amigos.
Y normal que temiera. Después de todo el golpe que se llevó terminó tirandolo por la ventana, por suerte estaba abierta.
- Mejor vuelve~ con tus~ chicas kimono~. Seguro~ que ellas~ te hacen~ más caso~- Comentó seriamente antes de cerrar la ventana con fuerza.
Se dejó caer en el suelo suavemente. La ridícula discusión con Gold la había agotado más de lo que se podía imaginar.
- Ojalá nada~ de eso~ hubiera pasado~ - Se dijo a sí misma comenzando a recrear los sucesos de aquel estúpido desliz.
Era una bonita mañana de primavera. La flores estaban en plena floración y los Starlys cantaban alegremente. Sin duda, parecía Pearl y Reika habían escogido el mejor día del año para casarse. Pero eso no hacía que sus discusiones disminuyeran.
- ¡¿Chocolate como entrante?! ¡Solo se le ocurriría a alguien como Reibaka! - Gritaba desesperado el rubio dando vueltas por toda la habitación con tu traje ya puesto.
- Um~... Ya sabes~ como es~ ¿Para qué~ la dejas escoger~?
- ¡Pensé que Nadia la detendría!
Así es, la pelirroja le había ganado a Ruby el derecho de organizar la boda en un Piedra, Papel o Tijeras.
- Idiota~ Jijiji~ - Se burló la castaña.
¿Que qué hacia allí? Bueno, por alguna extraña razón le había tocado a ella aguantar sus gritos.
- Esto va a ser un desastre... - Suspiró sentandose derrumbado.
- Um~... - La castaña se acercó a él - Tienes~ la corbata~ mal~ - Aclaró y empezó a arreglarla.
- G-Gracias - Murmuró algo avergonzado.
- ...No~ le des~ importancia~ a esas cosas~ - Empezó a decir - Quizá~ no sea~ la mejor boda~. Pero~ lo importante~ es que vas~ a pasar~ el resto~ de tu vida~ con la persona~ a la que amas~.
- ¡N-No la amo! ¡Es Reibaka d-de quien hablamos!
- Hai~ hai~ - Asintió sin creerse ni una palabra - Listo~ - Soltó su corbata.
- ¿Aika-senpai, tú y Gold-senpai estais...?
- ¿Con~ ese pervertido~? - Le cortó a mitad de la frase - Antes~ prefiero salir~ con un Magikarp~. Sería~ más útil~.
Pareció que Pearl quería seguir preguntando. Pero una llamada de Diamond abriendo la puerta para ir a buscarle les interumpió. La boda iba a empezar.
Sorprendentemente todo transcurrió con normalidad. Claro que hubieron peleas y algún que otro combate surgido de la nada durante la noche, pero nada a lo que ya no estuvieran acostumbrados.
La castaña estaba aburrida en una de las mesas jugando con su copa de vino mientras el resto bailaba.
- Si tanto te aburres deberías bailar como los demás - Le sugirió Gold sentándose a su lado. Había estado todo el día coqueteando con una de las Líderes de Sinnoh por lo que apenas le había dirigido la palabra.
- Que~ pereza~ - Contestó - ¿Tu cita~ te dejó~ plantado~ de nuevo~?
- ¡Cl-Claro que no! - Exclamó rápidamente - Solo fue al baño... - Admitió desviando la mirada.
- Um~...
- ¿Acaso estás celosa~? - Se burló.
- Solo pensaba~ que pobre~ de ella~ por tener~ que aguantar~ a un pevertido~ como tú~.
El azabache suspiró con fuerza.
- Si sigues con esa actitud nunca dejarás de estar soltera... ¡Serás una vieja arrugada y sola a la que nadie querrá! - Le soltó de la nada levantandose - Será mejor que me vaya, mi CI-TA a vuelto~ - Se burló poniendo énfasis en lo de "Cita" y se fue.
Segundos después Aika acabó acostando su cabeza contra la mesa.
- Idiota~ - Pensó en voz alta. Hasta que una idea pasó por su cabeza al ver de nuevo la copa de vino.
Es cierto que odiaba beber y mucho más emborracharse. Disfrutaba mucho más viendo a todos los demás embriagados hasta el punto de no poder ni mantenerse en pie, pero ahora mismo no necesitaba.
Y así fue como acabó, media hora más tarde, tras unas siete copas de vino. Era un milagro si podía pensar claramente o caminar sin tropezarse.
- ¿Hermanita?/¿Aika-chan? - Yami y Erza la interceptaron preocupadas cuando volvía a su mesa.
- ¿Te encuentras bien, Shi~? - Le preguntó la azabache observando como estaba.
- Um~... - Se lo pensó por un segundo - Perfectamente~ - Contestó tambaleándose levemente.
- Hermanita, quizá sea mejor que descanses un rato - Sugirió la pelirroja ayudándola a mantenerse a la vez que Erza le quitaba la copa de las manos.
- Estoy~ bien~ - Dijo separándose un poco - Podéis volver~ con el afeminado~ y el glotón~ - Después de todo no quería ser ella la que les estropeara la fiesta.
- P-Pero... - Erza trató de negarse insegura.
- Iba~ a irme ya~ después de todo~.
- ¡No puedo dejar que mi hermanita vuelva sola! ¡Podría pasarte algo, te acompañaré! - Se ofreció la pelirroja sin dudar.
- Estaré~ bien~. Tengo~ a mis Pokémon~ - Les recordó.
Las dos se miraron entre ellas totalmente preocupadas.
- P-Por lo menos deja que G-Gold-kun te acomp... ¡S-Shi! - La mujer se escondió asustada detrás de su amiga, al parecer la mirada de la castaña la había intimidado.
- Um~... - Suspiró - Mejor me~ voy ya~. Despediros~ de Reika~ de mi parte~ - Se despidió antes de empezar a caminar hacia la salida.
Todos los Pokémon se encontraban reunidos en el patio del hotel. Algunos jugaban, otros comían o simplemente descansaban. A decir verdad no le fue muy difícil dar con su propio equipo.
- Lo siento~ pero ya~ es hora~ de irnos~ -Se disculpó.
- ¿Risu? - Kiba empezó a buscar algo detrás de Aika. Pero esta negó.
- El pervertido~ se va~ a quedar~ un rato más~
Sus Pokémon se miraron entre ellos confundidos. Aunque no les culpaba, después de todo había venido desde Johto el día anterior junto a él.
- Mejor~... Quedaos aquí~. Quien sabe~ si alguien~ va a necesitar~ vuestra ayuda~ en algún momento~ - Sugirió. Después de todo su habitación no estaba tan lejos como Yami lo hacía ver.
Todos celebraron entre ellos. Aun así Cinder se negó a volver hasta que su entrenadora llegara a su cuarto.
- Aquí~ ya está~ bien~ - Avisó a un pasillo de su destino - Gracias~ por acompañarme~. Ve a disfrutar~ con Explotaro~ - Le agradeció acariciando su cabeza y con algo de duda por parte de la criatura observó como se alejaba.
Continuó con su camino ayudándose de la pared. Solo esperaba no pasarse lo que quedaba de noche vomitando por el alcohol. Finalmente llegó a su puerta y se dispuso a abrirla.
- ¡Aquí estás! - La voz de Gold acercandose corriendo de forma agitada la distrajo - Yami me dijo que te habías ido sola - Le explicó una vez llegó a su lado.
- Cinder~ me acompaño~
- Sí, acabo de verla por las escaleras. Aun así... - Se rascó la mejilla - Q-Quería asegurarme de que estabas bien.
- Um~... Así~ que si~ te ha dejado~ plantado~ - Dedujo haciendo que el hombre se tensara.
- ¡No e-es as...! - No pudo terminar de hablar. Los brazos de su compañera de viaje rodeando calidamente su cuerpo no se lo permitieron - ¿A-Aika?
- Me~ alegro~ - Murmuró contra su pecho.
- ¿E-Eh? - Fue lo único que pudo balbucear desde su vergüenza y confusión.
- Gold~... - Se separó un poco para mirarle fijamente a los ojos.
- ¿S-Sí?
- ¿Qué~ me falta~? - Cuestionó dejandole aún más confundido - ...Déjalo~ - Le soltó - Tengo~ sueño~ - Bostezó girándose hacia la puerta para abrirla.
La cosa es que el propio Gold no se lo permitió.
- ¿Qué querías decir? - Preguntó evitando que escapara atrapándola entre su cuerpo y la madera.
- Nada~ q-que te interese~ - Se negó a hablar sin darse la vuelta para mirarle. Sin embargo, la mirada que estaba sintiendo en su nuca la obligó a hacerlo.
El azabache se quedó quieto esperando.
- Desde~ que te conozco~ siempre estás~ coqueteando~ con cualquiera~. Hasta~ con hombres~
- ¡Eso s-solo pasó una vez!
- Hai~ hai~... ¿Por qué~ conmigo~ no es igual~?
Gold apartó la mirada sonrojado.
- Lo he i-intentado pero siempre me golpeas.
- Por~ pervertido~ y perdedor~
- ... - Agachó la cabeza tristemente.
- Um~... - Se le quedó mirando por unos minutos.
- ¿Q-Qué?
- Está~ bien~ - Le agarró del brazo que impedía que abriera la puerta para moverlo y poder entrar - Te daré~ una oportunidad~ - Afirmó antes de arrastrarle al interior.
- Maldito~ alcohol~ - Maldijo saliendo de sus pensamientos al recordar como había terminado todo - Ugh... - Se llevó la mano rápidamente a la boca al sentir una nueva arcada aproximarse - Esto~ es el infierno~ - Murmuró observandose el estómago por encima de la ropa - "¿Qué haría~ si lo supiera~?" - Se preguntó mentalmente - Está claro~ es un cobarde~.
- ¡Aika! - Escuchó a su madre llamar desde abajo - ¡Tienes visita!
- ¿Um~?... "¿Acaso ese idiota molesto había vuelto?"- Pensó aunque lo dudaba bastante, conociéndolo a estas alturas ya debería estar haciendo alguna de sus tonterías.
- ¿Pu-Puedo pasar? - La voz de Natsumi tras unos pequeños toques en la puerta corroboró su teoría.
- Adelante~ - Fue lo único que dijo, realmente no tenía ganas de hablar con nadie, pero tenía que aparentar que se encontraba bien.
- Gr-Gracias... - Murmuró pasando con la mirada en el suelo. Luego de eso se hizo el silencio, la castaña estaba esperando a que sacara el valor para decirle el por qué de su visita, pero parecía que iba a costar si ella no hablaba antes.
- ¿Qué~ ocurre~? ¿El rojito~ y tú~ habéis decidido~ tener un bebé~? - Preguntó con un deje de burla a la vez que sentía una punzada en su pecho al saber que en su caso no sería una idea tan descabellada.
- N-No - Negó rápidamente alzando la mirada por primera vez con las mejillas de color carmín, para a continuación volver a desviar la mirada - Gold-san y t-tú... ¿Habéis di-discutido?
- ¿Por qué~ la pregunta~?
- Él... Vi-Viene mucho por ca-casa preocupado por ti...
- Um~... - Respondió, así que ya no era suficiente con molestarla a ella que tenía que ir a interrumpir el ambiente romántico que existía en la casa de sus amigos - No~ es nada importante~, simplem... ¡! - Una arcada repentina hizo que su mano se moviera instintivamente a su labios, ¿de verdad su cuerpo no podía esperar a que la pelirosa se fuera? Con esa duda en su mente y bajo la atenta mirada de humana y Pokémon tuvo que correr hacia el baño.
- A-Aika...san - Unos pocos minutos después, justo cuando ya había logrado calmarse, una asombrada y temerosa Natsumi se asomaba por la puerta, seguramente preocupada por su reacción - ¿Te e-encuentras bien? - Preguntó acercándose y agachándose a su altura. La castaña suspiró.
- Esta es la razón por la que evito a Gold - Respondió seriamente sin verla.
- No e-entiendo...
- Estoy embarazada o al menos eso creo - Dijo pasando los dedos por encima de su vientre - Es una gran sorpresa ¿verdad? Él y yo, que no somos nada más que amigos... con un bebé, sin duda cuanto más lo pienso menos me lo creo.
- ¿Gold-san l-lo sabe? - Se aventuró a preguntar con voz temerosa haciendo que Aika negara.
- Eres la primera en saberlo, si se lo hubiera contado a alguien más seguro me hubieran obligado a decírselo.
- Pero u-un bebé, es el símbolo de vu-vuestro amor - Por como se tensó tras mencionar esas palabras no cabe duda que la castaña la había mirado de forma intimidante.
- Lo siento - Se disculpó relajando su semblante - No quiero decir que no vaya a tenerlo, eso es algo que pienso hacer, pero todos sabemos que Gold lo que menos tiene son sentimientos amorosos hacia mí.
- ¿De dónde sacas eso? - Intervino una voz masculina proveniente desde el marco de la puerta. Al alzar la vista y reconocer al azabache, las mejillas de Aika parecieron calentarse, aun así mentalmente estaba arrepintiéndose de haberse sincerado tanto.
- U-Um~... ¿Qué~ haces aquí~? - Cuestionó intentando sonar lo más normal posible.
- Vine con Natsumi, solo que estaba esperando a que ella me diera una señal para poder entrar - Explicó haciendo que la nombrada palideciera y la otra simplemente suspirara.
- Lo si-siento... - Balbuceó como pudo.
- No pasa nada, has sido de mucha ayuda - Le sonrió el azabache ayudándola a ponerse en pie - Ahora, creo que es mi turno - Comentó haciendo que ella asintiera antes de salir de la habitación. A continuación Gold miró hacia Aika, la cual como era de suponer ni se dignaba a mirarle, así que optó por comenzar por sentarse a su lado - Aquí apesta ¿sabes? - Dijo en tono de broma.
- ¿Nunca~ te has olido~ a ti mismo~? - Respondió abrazando sus piernas.
- No te quejaste la noche que tuvimos sexo~ - Continuó recibiendo una mirada fulminante - Así que un bebé... ¿eh? - Mencionó cruzando sus brazos tras su cuello provocando que el cuerpo de la chica se tensara al escucharle - Casi me desmayo al escucharlo - Rió levemente - ¿Por qué creías que no me iba a gustar la idea?
- Yo no te gusto... - Comenzó a decir antes de una leve pausa - Tú no me gustas. Todo esto fue un error a causa del alcohol.
- Eso no es verdad - Intervino tomándola de la mano, haciendo que por acto reflejo le mirara - Tú m-me... - Tartamudeó nervioso ante la atenta mirada de ella - Ya sa-sabes... - Se acobardó en el último momento desviando su mirada.
- Gold... - Le llamó y cuando volvió a verla se encontró con una pequeña sonrisa que, si bien parecía amable, denotaba tristeza - No tienes que obligarte a autoconvencerte de esto por nosotros, estaremos bien. Puedes seguir siendo tú mismo y vivir tu vida como mejor consideres.
- ...¿Por qué? - Susurró dejándola confundida - ¡¿Por qué siempre tienes que ser así?! ¡¿Cómo es posible que seas la única que aún no se haya dado cuenta de que nunca dejo de buscar tu atención?! ¡Te qu-quiero, más que nadie! ¡Si no jamás me hubiera acostado contigo! Entonces... - La voz del sonrojado castaño iba debilitándose a medida que las palabras salían de su boca - ¿Por qué n-no lo notas?... ¿Tanto odias la idea?
- ...¿Desde c-cuando? - Se atrevió a preguntar con la cara ardiendo.
- ¿E-Eh?
- ¿Desde cuando sientes... e-eso?
- Desde que te conocí ¿tan raro te parec...? - Intentó contestar con un puchero en su rostro, no obstante unos labios le silenciaron - Ac-Acabas de... - Balbuceó
- No odio~ la idea~ - Respondió interrumpiéndole - Y~ tú~... - Desvió la mirada - También~ me gustas~, solo~ un poco~ - Continuó hablando provocando que la felicidad invadiera el rostro del azabache y le impulsara a volver a juntar sus labios.
- Sabes a vómito~ - Bromeó nada más separarse, recibiendo un puñetazo en el estómago como respuesta.
- Idiota~ - Rió ella levemente a la vez que se levantaba. Se observó su vientre en el espejo y sonrió acariciándolo - "Puede que las cosas entre nosotros siempre sean difíciles, pero tus padres harán todo lo posible para que seas feliz, Quartz".
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