No te convengo

- He invitado a Amethyst a pasar la noche conmigo - Confesó Kitsu nada más entrar a la oficina.

- ¡¿P-Pasar la noche en la mi-misma habitación?! - Exclamó Allen - ¡No! 

- Mn... - Suspiró - No le haré nada, simplemente será una pijamada normal entre amigos - Explicó con tranquilidad. Los presentes se miraron entre ellos algunos, estaban inseguros y a otros les daba bastante igual, pero Kitsu no había bromeado en ningún momento así que intuían que, en parte, tenía que estar siendo sincero - Además, ella ya está enamorada de alguien, no soy tan cruel como para intentar forzarla... - Añadió.

- Tori, ¿tú le crees? - Preguntó Allen bastante inseguro.

- Señorito... Aunque no lo parezca, va muy en serio.

- Aun así, no es recomendable que el idiota se junte con ella, a saber si puede llegar a pegárselo - Comentó Athem entrando en la conversación.

- Yo tampoco estoy demasiado de acuerdo - Secundó el ave.

- Kitsu... - Le llamó Lunneth - ¿Por qué has venido a contárnoslo? Podrías haber quedado con ella y nosotros no saberlo nunca - Sin duda era una muy buena pregunta.

- Ah, eso... - Hizo una breve pausa antes de seguir hablando - Lo pensé, pero sabía que os acabaríais enterando y sermoneándome como siempre, además, ella es alguien importante para todos vosotros así que lo más normal era que si alguien como yo fuera a pasar una noche con ella, lo dijera.

- No digas pasar una noche con ella, suena a que es otra de tus conquistas - Le corrigió Athem y él asintió en silencio.

- Haz lo que quieras... - Finalmente Noah se decidió a poner cartas en el asunto.

- ¿Mn?... ¿De verdad? - Preguntó con algo de emoción en su voz, su aceptación era realmente la única que necesitaba.

- ¿Acaso nuestra opinión cuenta? Aunque te dijéramos que no lo ibas a hacer igual.

- Pillado~ - Admitió este levantando las manos.

- Tú... - Vio como un enfadado Allen se acercaba a él.

- Bien, ahora que tengo el consentimiento de todos, tengo que irme a buscar ropa interior sexy para esta noche~ - Mencionó antes de teletransportarse la ciudad y comenzar a caminar - ¿Mn~?... Si que está enfadado~ - Comentó con una pequeña carcajada al captar un grito lejano que, sin duda, era del albino.

- Kitsuki, ¿tienes presente que lo que has hecho no es correcto? - Le preguntó Tori.

- He hecho cosas aún más incorrectas durante toda mi vida - Contestó observando al infinito con un rostro serio.

- Tú... 

- No quiero hablar del tema y no te interesa. Céntrate en seguir siendo molesto y yo decidiré lo que hago o dejo de hacer - Le interrumpió de forma cortante y al otro no le quedó otra opción que callarse - Lo siento, sinceramente ya no sé ni lo que estoy haciendo - Confesó en un tono de voz tan calmado.

- Kitsuki ¿qué deseas hacer con tu vida? 

- Yo... - Negó - Es muy tarde para querer algo así, después de todo lo que he hecho.

- La señorita podría llegar a aceptarlo.

- ¿Estás loco? - Preguntó con incredulidad - Ella... es demasiado inocente, es por eso que aún me deja estar a su lado, sino ya me hubiera apartado. Aunque no es nada demasiado raro que ocurra - Mencionó lo último con una leve carcajada, la cual expresaba de todo menos felicidad - Igualmente da igual lo que piense o sienta, ella ya está enamorada de alguien - Murmuró haciendo que el ave le mirara con pena - Tori, necesito que me prometas algo.

- Estoy a su entera disposición - Aceptó sin dudar.

- Una vez logremos que ella salga con ese tipo... prométeme que evitarás por todos los medios que me acerque a ella.

- Pero... - Soltó con los ojos totalmente abiertos por la sorpresa.

- Sé que no sería nada bueno para ellos que yo estuviera cerca, ya sabes como soy. Seguramente acabaría intentando coquetear con Amethyst como siempre hago y eso acabaría en una discusión. Así que necesito que me prometas que me mandarás lejos hasta que logre olvidarme de ella.

- De acuerdo... - Aceptó de forma servicial.

- Bien, ahora vamos a por lo que habíamos venido~.

- ¡Kitsuki! ¿Aún p-piensas comprar ropa interior?

- ¿Mn~?... Pues claro, tengo que aprovechar el tiempo hasta que esté con su futuro novio~.

El resto del día pasó con normalidad para el chico, algunas mujeres u hombres se le acercaban para coquetear con él, se encontró con alguno de sus clientes, los cuales no paraban de preguntarle cuando volvería a quedar con ellos. Sí, cada vez le quedaba más claro que él y la chica vivían en mundo demasiado diferentes y que estos debían alejarse cuanto antes mejor. 

Tras todo ese agotador día, entró a un piso que se encontraba en un edificio no muy alejado del centro, allí pasarían la noche juntos. Obviamente, ni de broma iba a ir a la mansión sabiendo que no iban a parar de interrumpirlos y, por otra parte, lo mejor era no pasar por la oficina hasta que a Allen se le quitara el cabreo. Por todo eso solo le quedaba ese pequeño piso, aunque no es que le apeteciera mucho estar con ella allí, después de todo ese era el lugar donde solía tener sexo con gente aleatoria, no obstante, hubiera sido bastante extraño llevarla a un hotel.

- Sigue siendo igual de que siempre - Comentó observando el espacio en la oscuridad - Al menos en esta dimensión no está la marca del cuchillo en la habitación - Añadió encendiendo las luces y pasando de una vez, con el fin de abrir las ventanas y ventilar el lugar.

Una vez lo hizo se dejó caer suave colchón, en realidad era bastante bueno y le gustaba, pero le desagradaba el recordar lo todo lo que había hecho en él.

- Tori... Soy una mierda de persona ¿verdad?

- No creo que sea correcto contestar a esa pregunta - Respondió, pero el otro se le quedó mirando en búsqueda de una respuesta - No lo es, simplemente no ha tomado las decisiones de debía, sin embargo, ahora se arrepiente e intenta cambiar. Me alegra ver que por fin está madurando - Dijo provocando una leve carcajada en el otro.

- Quizá debí hacerte caso desde un principio.

- No lo dudo, aun así, son sus propias decisiones las que lo han traído hasta esta dimensión.

- Algo bueno han tenido~

Justo en ese momento tocaron en al timbre, haciendo que el chico se tuviera que levantar para ir a abrir, no sin antes peinarse un poco con las manos delante del espejo.

- Kitsu - Le reconoció Amethyst nada más abrir la puerta - Menos mal, tenía miedo de haberme equivocado de edificio.

- No se preocupe señorita, lo ha hecho perfectamente - La animó el pájaro posándose en su hombro. 

- Hola a ti también, Tori - Le saludó acariciándole la cabeza.

- Vamos, entra. Lo pasaremos muy bien esta noche~ - Avisó el azabache dejándole paso.

- Es un sitio bonito - Mencionó observando el lugar.

- Sí... Suelen decirlo - Murmuró el otro en respuesta dejándola algo confundida.

- No sabía que tenías un piso propio - Comentó siguiéndolo hacia la habitación.

- Sí, aunque ahora no le doy uso - Contestó abriendo la puerta - Adelante, hermosa dama~ - Le cedió el paso haciendo que se ruborizara - Puedes dejar las cosas donde quieras.

- ¿Aquí está bien? - Peguntó yendo a dejarlas sobre un sofá apartado, hasta que Kitsu apareció delante de ella evitándoselo.

- Me-Mejor decido yo el sitio - Propuso tomando la bolsa y observando la habitación en su conjunto - "¿La dejo sobre la cama? No, ese es el peor sitio ¿En el tocador? No, ambos sabemos lo que ha pasado ahí ¿En el armario? No, menor no lo hagas ¿La pongo en uno de los colgadores de chaquetas? ¿Recuerdas la vez que ataste las manos de una chica a eso con una corbata? Será mejor que no lo hagas" - Su mente no dejaba de recordar que nada en ese lugar, o más bien en el piso entero, estaba puro.

- ¿Kitsu? ¿Ocurre algo? - La voz preocupada de Amethyst le sacó de sus pensamientos.

- No, nada, todo está perfectamente - Mintió lo mejor que pudo. 

- Kitsuki, deberías dejar la bolsa de la señorita colgada del pomo de la puerta - Sugirió el cuervo.

- Buena idea  - Aceptó él haciéndolo - Listo, ya podemos divertirnos~ - Le dijo coqueto guiñándole un ojo.

- Sí ¿qué hacemos primero? - Como siempre no se enteraba de sus insinuaciones. 

- ¿Hay algo que quieras probar?

- No estoy segura, nunca he hecho algo así - Admitió haciendo que Kitsu la mirara con algo de pena.

- Nosotros le enseñaremos, señorita - Por suerte Tori actuó rápidamente.

- Cierto~ - Segundó el más alto - Primero que nada hay que ponernos nuestros pijamas~ 

- Está bien ¿dónde puedo cambiarme?

- Podemos hacerlo aquí, juntos~ - Contestó haciendo que ella se sonrojara.

- Ignórelo señorita, tiene el baño de al lado a su entero servicio para poder hacerlo tranquilamente.

- Gra-Gracias - Le agradeció con una sonrisa antes de salir de la habitación hacia dónde le había indicado.

- Aburrido... - Se quejó Kitsu rodando los ojos.

- Apúrate, la señorita no tardará en llegar.

Mientras tanto, la nombrada se cambiaba con algo de nervios y curiosidad por la novedad del lugar. Una vez estuvo cambiada, se miró ante el espejo preguntándose si al chico le gustaría como estaba, después de todo sus hermanas la obligaron a irse a comprar un pijama nuevo y bastante más corto de lo que acostumbraba.

- ¿De verdad le gustará?... - Se preguntó en voz alta apoyando la mano en uno de los armaritos al lado del cristal sin darse cuenta, hasta que escuchó un pequeño "click" que hizo que levantara la mano, provocando que este se abriera - ¿? - Confundida observó lo que había dentro, eran una especie de cuadraditos de plástico de diversos colores, los cuales se encontraban unidos entre sí formando una tira. Tomó uno para poder verlo más de cerca, al tacto podía notarse que tenía una especie de circunferencia en el centro ¿qué se suponía que era eso y para qué se usaba?

- Bonitas vistas~ - De repente escuchó la voz del chico de la nada y notó como, sin nada de tela de por medio por su parte, la abrazaba por la espalda, de lejos podía escuchar a Tori gritando algo que no entendía.

- Ki-Kitsu - Le habló sin girarse a través del reflejo del espejo, suerte que llevaba un rato ya lista. Aun así le daba algo de vergüenza que la viera así, por lo que inconscientemente se cubrió un poco como pudo con los brazos.

- ¿Mn?... Amethyst, ¿qué hace ese armario abierto? ¿Y por qué tienes un condón en la mano? - Su rostro estaba bastante serio, realmente parecía haberle molestado que ella se pusiera a cotillear en sus cosas.

- ¿Condón? Así q-que así se llama... - Murmuró con algo de nervios y culpabilidad por la situación.

- Sí, supongo que debería explicarte para qué se usan ¿o quizá debería enseñarte yo mismo~? - Susurró lo último en su oído haciendo que se tensara aún más.

- E-Está bien - Asintió ella y él dejó de contestar, simplemente la observaba a través del cristal - ¿Kitsu?

- Eres tan inocente~ - Contestó tras, por alguna razón, negar - Aunque deberías tener cuidado, nunca se sabe cuándo alguien como yo podría llegar a atacarte~.

- Soy buena defendiéndome, así que no me pasaría nada, pero ¿a qué te refieres con alguien como tú?

- ¿Mn~?... ¿Curiosa~? - Preguntó de nuevo contra su oreja, aunque esta vez, un pequeña mordida por su parte se hizo presente, provocando que ella no supiera ni como reaccionar más allá de sonrojarse y asentir.

Para mala suerte de ambos, algo empezó a golpear la puerta interrumpiéndoles.

- ¡Kitsuki, sea lo que sea que estés haciendo, deja a la señorita en paz! - Se escuchó la aguda voz de Tori desde el otro lado.

- Aguafiestas... - Se quejó el nombrado rodando los ojos a la vez que la soltaba, para luego dirigirse hacia la puerta - Te espero en la cama, te daré una clase especial sobre condones~ - Avisó en tono seductor antes de marcharse.

Una vez el chico salió de allí, Amethyst se llevó la mano al pecho de forma inconsciente, tratando de calmar su elevado pulso. Sin lugar a dudas, el chico la hacía experimentar cosas que no había vivido nunca, quizá por eso había acabado enamorándose de él en secreto. Tomó aire despacio intentando relajarse y, una vez más tranquila, fue hacia dónde él la esperaba.

- ¿Mn?... Hola de nuevo~ - La saludó nada más llegar. La vista fue un poco demasiado para ella, después de todo, no estaba acostumbrada a ver al chico que le gustaba acostado de lado sobre la cama, mostrando su trabajado pecho y con su sedoso cabello cayendo en cascada  contra la almohada - ¿Te has petrificado~? - Inquirió en noto burlón.

- Es lo que pasa cuando una persona ve a otra desnuda ¡Ponte una camisa, K-Kitsuki! - Le corrigió Tori.

- No pa-pasa nada, si él está más cómodo así, por mí no hay problema - Se atrevió a hablar y empezar a andar hacia él.

- ¿Lo ves Tori? A Amethyst no le importa~ - Repitió él mirando con superioridad al otro.

- Estoy lista para la clase - Advirtió ella una vez estuvo sentada en la cama.

- "Mierda, no pensé que fuera a comportarse tan seria con el tema" - Pensó él desviando la mirada de nuevo hacia Tori, el cuál simplemente se cruzó de brazos en señal de que no iba a ayudarle, después de todo había sido culpa de él mismo - "Gracias, eres una gran consciencia..." - Se quejó en su mente y volvió a centrarse en ella suspirando - Un codón es una especie de globo que sirve para evitar que nazcan bebés - Explicó de la forma más simple que se le ocurrió evitando verla a los ojos. 

- ¿Y cómo se usa? 

- En ese caso el chico se los pone.

- ¿Se los pone? ¿En dónde, en su habitación? - Preguntó haciendo que el chico casi se riera, más que sea sirvió para disminuir un poco la tensión que sentía.

- No... Se los pone en... - Hizo una breve pausa mirándola de nuevo, hasta él mismo podría notar que estaba sonrojado - A la mierda - Dijo tomándola del brazo, haciendo que cayera sobre la cama y poniéndose sobre ella. Su paciencia no llegaba a más.

- ¿Kit-Kitsu? - Le llamó sin entender nada.

Él no contestó, estaba teniendo un gran conflicto interno. Le había dicho a su familia que no haría nada, hasta se había convencido a sí mismo que si alguien debía quitarle la virginidad a la chica debía ser quién le gustaba, no él, y aún así, ya no podía aguantar mucho más. Hacía años que no se sentía así, con verdaderas ganas de tocar y besar a alguien.

- ¿Ocurre algo? - Preguntó preocupada posando su mano en la mejilla del dubitativo joven, acariciándola levemente. Él sonrió y tomó su mano para besarla antes de apartarse. Ella era demasiado buena, alguien como él no podía corromperla.

- Mejor el resto te lo explico otro día... - Afirmó, haciendo que el pequeño ave, que había estado en tensión y preparado para interrumpir todo el tiempo, se tranquilizara.

- ¿He echo algo que te haya molestado? - Se giró a verla aún acostada. Él negó.

- La culpa ha sido mía. Tranquila, me aseguraré de explicártelo como se debe cuando al fin ese chico acepte tus sentimientos - Le aseguró acariciando su cabeza.

- ¿Y si nunca lo hace? - Inquirió ella con inseguridad.

- Lo hará estoy seguro, y si no me encargaré de golpearle por haberte hecho daño.

- Pero... - Una risa por parte del azabache la interrumpió.

- Realmente le quieres mucho si te niegas a que le haga daño, aun cuando él te haya herido a ti. Aunque, es un poco toxico.

- ¿Toxico? - Repitió.

- Cosas de las relaciones, no te preocupes por eso - Le restó importancia - Aun así, en caso de que no acepte tus sentimientos, estaré a tu lado para limpiar tus lágrimas - Añadió con una sonrisa totalmente sinceridad.

- Gracias, Kitsu - Sonrió igualemente ella.

- Ya empiezo a parecerme al idiota de Quartz y sus cursiladas... - Se quejó con un pequeño deje de broma - Bien, hagamos palomitas y veamos una película - Propuso llevando su mano a la mesita a su lado para tomar el mando a distancia.

Así lo hicieron, se pasaron el resto de la noche acostados en la cama viendo varias películas de diversas temáticas y comiendo muchos aperitivos, entre risas y bromas. 

- ¿Mn?... - Murmuró al notar como la respiración de la chica a su lado era mucho más pausada - Se ha dormido~ - Observó divertido al verla con los ojos cerrados y un hermoso rostro de total calma - Al parecer soy el único que queda despierto - Se dijo en voz baja al ver como Tori también se había dormido sobre la cabeza de esta. Apagó la tele y se acomodó para poder verla gracias a la blanquecina luz que entraba por la ventana, era preciosa, sin duda. Con mucho cuidado pasó su dedo por su rostro, intentando memorizarlo de todas las formas posibles, después de todo, no sabía durante cuánto tiempo iba a poder seguir a su lado - Te quiero, siento ser un cobarde y no decírtelo, pero es mejor que sigas persiguiendo a ese chico, él te hará más feliz... Que duermas bien, Amethyst - Susurró besando su frente y observándola por última vez.

Luego de eso tomó la decisión de que se teletransportaría al sofá, dormir juntos no le haría bien a ninguno, o esa era su idea, no obstante, las manos de la chica rodeando su cuerpo le impidieron moverse.

- Tonta, no deberías seguir aferrándote a mí, no quiero que me acabes odiando - Le aconsejó con una leve sonrisa. Aunque pensó por unos instantes en escaparse, el sentimiento de paz que le transmitía no le dejó y acabó quedándose dormido, con ella entre sus brazos. Deseando que el sol nunca saliese, para evitar tener que enfrentarse de nuevo a la realidad de que él solo era su amigo.


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