Diez años en el futuro (II)

Khalil:

La situación en la que se encontraba era totalmente rara e incómoda.

Justo en frente de él estaba el Aoki del futuro. El simple hecho de poder verlo ya era sorprendente y vergonzoso para el pelirrojo. Aunque no había cambiado mucho seguía viendose tan bien como siempre.

Por raro que pareciera no estaba dormido. Si no bien despierto y atento ¿A qué? A un bebé de unos pocos meses que jugaba con un peluche a su lado.


- No~ te comas eso~ - Le reprendió quitandole un papel de la boca.

- ¡Gugu da!

- Sí~ sí~. Pero~ nada~ de papel~

Khalil no pudo evitar sonreir. Eso había sido muy tierno por parte de ambos.

- ¿Um~?... - Aoki se fijó en él haciendo que se tensara.

- 《L-Lo siento no qu-quería molestar...》 - Le dijo en lenguaje de signos.

- Um~... Toma~ - Le pasó al bebé y él lo cogió torpemente - Necesito dormir~ un rato~... - Dijo acostandose en el sofá.

- 《Pero y-yo no sé si po-podré...》

Sin embargo, Aoki no habia podido verlo. Ya estaba dormido.

- ¿Gu...? - El pequeño le miró con curiosidad.

- "Parece ser muy bueno. Quizá pueda encargarme de él... Cr-Creo..." - Pensó viendo como ahora el niño jugaba con sus manos.

Khalil le cuidó por un rato. Estaba empezando a sentirse un poco más seguro. No se le daba tan mal cuidarle.

De repente el bebé empezó a llorar de la nada.

- ¡B-Buaaaa! ¡Buaaa! - Gritó pataleando en los brazos de Khalil.

El pelirrojo intentó que se calmara, pero no dio resultado.

- "P-Puede que tenga hambre" - Se le ocurrió - "Pero... ¿D-Donde está la co-cocina?" - Pensó totalmente perdido.

De repente dejó de sentir el peso del bebé en sus brazos.

- ¿?

- Te cambié~ el pañal~ hace poco~ ¿Cómo~ es posible~ que hayas vuelto~ a ensuciarlo~? - Le preguntó Aoki al bebé.

Khalil siguió a Aoki hasta la habitación y se sorprendió de lo rápido que cambió su pañal. Incluso sabía por qué lloraba con solo verlo. Era increible.

- ¿Um~?... ¿Que~ ocurre~? - Preguntó él con el pequeño en sus brazos, ya se había calmado.

- 《S-Solo pensaba que er-eres un buen pa-padre...》 - Contestó sonrojado.

- U-Um~... Solo~ es practica~. Irás aprendiendo~ poco a poco~.

- 《N-No creo que pueda s-ser tan bueno como tú...》

Aoki se detuvo un instante pensando.

- Eres~ mucho mejor~. Después~ de todo~ nuestro hijo~ no estaría aquí~ si no fuera por ti~ - Le sonrió suavemente haciendo que sus mejillas se calentaran.

- "¿No e-estaría de no ser po-por mí?... ¿A que se re-refiere?" - Pensó con curiosidad.

Sin embargo, esa pregunta quedó en el olvido una vez que el bebé empezó a llorar de nuevo.

~¤~

Evan:

El rubio observaba a Ikusu totalmente preocupado.

Ahora, no sabía como, se encontraba en el futuro. Pero eso no era lo que importaba ahora. Cuando encontró a la rubia en el jardín de la casa donde apareció ella estaba tumbada en el suelo con cara de estar sufriendo mucho. Así que se la llevó lo más rápido que pudo al hospital.

Se fijó en su barriga, ahora estaba muy rechoncha y grande, aunque eso no hacía que Ikusu se viera menos tierna. Más bien todo lo contrario.

- ¿Gr? - Ella le descubrió mirándola y le sonrió feliz.

Aún con esos dolores tan fuertes aún era capaz de sonreir para no preocupar a otros.

- ¿Como te encuentras?...

- Bien, duele, pero estoy feliz - Le respondió.

Esa era otra cosa que le había sorprendido al encontrarla. Ikusu podía hablar mucho mejor que antes. Era cierto que no lo hacia perfectamente y aún le costaba. Pero se alegraba mucho por ella.

- Si te duele mucho podemos volver a avisar al médico...

La rubia negó.

- ¿Quieres que llame a alguien?... Estoy seguro de que el padre quiere estar aquí... - Preguntó, en el fondo no quería descubrir de quien era el bebé.

- ¿Grr? - Le miró confundida - ¿Evan puede llamarse a si mismo?

- ...¿A mí mismo? - Repitió sin entender a qué de refería.

Ambos se quedaron en silencio al ver como el médico entraba a la sala.

Después de varios chequeos y muchas preguntas por parte de este. Terminaron concretando que posiblemente Ikusu rompería aguas ese mismo día. Así que optaron por que permaneciera en el hospital.

A medida que las horas pasaban el dolor de la rubia aumentaba más y más. Evan no soportaba verla así.

El rubio fue a buscar un poco de agua por petición de esta. Sin embargo, al volver pudo ver a varias enfermeras y doctores corriendo hacia la habitación de esta. Les siguió rápidamente.

- Disculpe, pero no puede entrar a no ser que sea el marido - Le dijo un enfermero que no le permitía entrar.

- P-Pero...

Escucharon aún más gritos provenientes de la rubia.

- ¡E-Evan! - Le llamó con su voz plagada de dolor - ¡¡¡Traigan a-a Evan!!! ¡¡¡Aaaaa!!! - Chilló con más fuerza.

El rubio no pudo ignorar su petición y entró empujando un poco al enfermero.

- E-Estoy aquí... - Le dijo tomandola de la mano intentando tranquilizarla.

- E-Evan... - Sus ojos estaban llenos de lágrimas - ¡Du-Duele!

- Lo s-siento... Pero prometo que no te dejaré so-sola - Acarició su cabeza con su otra mano.

- G-Gracias... Te am-amo... - Murmuró seguido de otro grito.

Evan estaba totalmente sonrojado. Ikusu acababa de decirle que le amaba. Sin embargo, ahora no era momento para eso. Debía mantenerse tranquilo para intentar ayudarla a ella y al bebé.

~¤~

Allen:

Después de horas andando al fin logó llegar a la agencia. Abrió la puerta con su llave, aunque no parecía haber nadie.

- Quizá salieron... - Se dijo así mismo aliviado, no quería ver a Noah después de la discusión que habían tenido.

Sin embargo, su suerte no duró demasiado. La puerta detrás de él volvió a abrirse.

Decidió no girarse y la otra persona también le ignoró caminando hasta el sofá. Eso realmente le molestaba.

- ¡Deja d-de ignorarme! - Exclamó sin poder evitarlo.

Escuchó un gran suspiro de su parte.

- Como si ya no fuera molesto aguantarte vuelves a ser un crío - Le dijo.

- ¡No s-soy un crío! ¡Ni mo-molesto!

Fue en ese momento en el que se fijó realmente en él. Tenía una sonrisa burlona. Aunque eso no era el problema ahora, una parte de su cara, al igual que lo que veía de su cuerpo, estaban cubiertos por vendas.

- ¡¿Qu-Qué te ha pasado?!

- ¿Hm?... ¿Preocupado~? - Preguntó haciendole sonrojar.

- ...S-Si... ¡Quiero d-decir no! ¡Solo e-es curiosidad!

- Hm... - Contestó simplemente.

- Al fin has vuelto, ya estabamos artos de hacer de niñeras - Les interrumpió una voz entrando desde el pasillo.


- ¿A-Athem? - Le reconoció inmediatamente. Estaba mucho más alto.

- ¿Por qué ha vuelto a ser un adolescente? - Le preguntó a Noah.

- ¿Importa?

- ¿Qué haceis? - Cuestionó Lunneth con curiosidad entrando.

- ¡¿Papá se ha encogido?! - Gritó sorprendido.

- No seas idiota - Le insultó su hermano - ¿No ves que es más jóven?

- ¡N-No soy id-idiota!

- Todo el mundo sabe que sí

- ¡N-No! - Negó dando comienzo a otra de sus peleas.

Allen iba a detenerles. Sin embargo, algo se le adelantó.

- ¿Un bebé? - Preguntó al escuchar un llanto.

- A mi no me toca. Llevo todo el día cuidandola - Dijo Athem.

- ¡Yo la he cuidado! ¡Tú solo leías!

- Que vaya padre. Después de todo es su favorito - Señaló a Noah.

- Que molestia... - Se quejó él suspirando. Aún así, para sorpresa de Allen se levantó del sofá y se fue hacia la habitación.

- ¿Alguien puede explicarme que ocurre?

- ¿No lo sabes?

- Lunneth, callate. Solo hablas para decir tonterías - Ordenó su hermano y el albino empezó a quejarse pero este le ignoró - Hace diez años que nos adoptasteis. Unos seis años después padre dejó de ser tan idiota y te pidió casarte con él. Y hace unos meses tuvisteis la estupida idea de adoptar a un monstruo lleno de babas - Explicó.

- ¡No llames así a nuestra hermanita!

Allen se quedó estático. Era demasiada información junta. Apenas podía hacerse a la idea de haberse casado con Noah ¿Sin embargo, lo de otro hijo? Eso debía ser una broma.

En ese momento volvió Noah con un bebé en brazos confirmando lo que había dicho Athem.

- ¡Gu gu! - Movía sus bracitos hacia él nada más verle.


- D-Dime que es u-una broma...

- ¿Hm?... - Noah movió la mano para sujetar mejor a la niña dejando que pudiera ver el anillo de su dedo.

El albino se sonrojó con fuerza. Todo eso estaba pasando de verdad.

Al final terminaron todos sentados en el sofá hablando. Bueno, Athem y Lunneth eran los únicos que hablaban, más bien discutían, Noah solo los ignoraba y Allen aún trataba de procesar todo.

Cuando se dió cuenta Noah se encontraba con su hija sobre él. Ambos totalmente dormidos.

- ...Tierno... - Susurró sonriendo sonrojado.

Se acercó y observó a Noah más detenidamente. Apenas había cambiado. Quizá tenían razón con eso de que no envejecía.

- Acosador... - Escuchó la voz de Athem, al fin habían dejado de discutir.

- ¡N-No es así!

- ¡Buaaaaa! - Se quejó la bebé al haber sido despertada.

~¤~

Shion:

Shion se encontraba en el parque durmiendo en su forma de gato. No le importaba lo más mínimo donde estaba.

O eso era antes de dejar de sentir el suelo.

- ¿? - Abrió con pereza uno de sus ojos.

Estaba algo más de un metro del suelo. Parecía que alguien se lo estaba llevando a algún lado. Aunque no se iba a quejar. Estaba realmente cómodo.

- Prrr~ - Ronroneo salió al sentir como le acariciaban debajo de la mandibula.

Escuchó una pequeña risa. Supuso que de una mujer.

- ¿? - Se giró hacia ella levemente.

- Siento haberte despertado, Shion - Le dijo dulcemente - Pero si te dejaba allí los niños intentarían llevarte de nuevo.

¿Llevarselo a él? ¿Quién era esa chica y de qué lo conocía?

- ¿Quién~ eres~?

Ella se le quedó mirando sin entender el por qué de la pregunta.

- ¿No me recuerdas? Soy Akai, tu n-novia... - Respondió con un rubor en sus mejillas.

Shion escondió su cabeza entre los brazos de la chica. No quería dejar que lo viera sonrojado.

- ¿S-Shion? ¿Estas enfadado por haberte despertado?

- N-No~...

- ¿Entonces qué ocurre?

- Na-Nada~ - Respondió intentando no preocuparla.

- Estás muy extraño... Aparte hoy pareces más pequeño que normalmente... ¿Seguro que estás bien?

- ¡! - Shion se sonrojó.

Decidió saltar de sus brazos para volver a ser humano.

- Y-Yo~... - No sabía muy bien qué decir.

Miró a Akai, se veía demasiado hermosa con ese sonrojo en su rostro.

- ¿Eres d-del pasado?

- Eso~ creo~

- Quizá no d-debí haberte dicho lo de antes. Lo s-siento...

- No t-tienes~ que disculparte~. No~ lo sabías~

- Sí debería. Una v-vez Marine me contó que viajasteis diez años en el futuro. Pero n-no creí que fuera justo hoy...

- ¿Hoy~?

La cara de la castaña volvió a ponerse colorada de nuevo.

- Ho-Hoy es... nuestro aniversario de o-ocho años

- ¡! - Shion apartó su rostro. Nunca en su vida se había sentido tan feliz como en ese momento.

~¤~

Sei:

El pelirrojo se encontraba reunido con su familia. Él ya había conocido tanto al Quartz del futuro como a sus hijos. Aún así se sorprendía cada vez que tenía la oportunidad de verles.

- ¡Eres tan tierno mi Sei! - Dijo Quartz por ya ni sabía que vez abrazándole con fuerza.

- N-No lo soy... - Negó sonrojado. Seguía sin acostumbrarse a ver a Quartz así.

- ¡Ven a jugar con nosotros! - Le pidió Hisui con una sonrisa.

- ¡No es justo! ¡Yo he llegado primero! ¡No podeis quitarme a mi Sei! - Se quejó Quartz.

- Papá, Hisui, no de-deberíais discutir - Les dijo Hibiki.

- Eres tan tierno Hibiki - Le dijo Sei totalmente enternecido.

- N-No lo soy... So-Solo dices eso p-porque me quieres... - Negó avergonzado.

- Eso se suena de algo - Comentó divertido mirando hacia el pelirrojo.

- S-Sabes que es ve-verdad... - Contestó este.

- ¡Claro que no!

- ¡Eso eres muy tierno! - Secundó Hisui - ¡Al igual que Hibiki!

Los nombrados se sonrojaron.

- ¡Tan tiernos! - Exclamó Quartz abrazando a ambos.

- ¡No es justo, yo también quiero abrazarlos! - Hisui se quejó haciendo un puchero.

- ¡Se siente! - Quartz le enseñó la lengua de forma infantil.

Sei dejó escapar una risa. Aunque la niña se pareciera a él, en cuanto a apariencia, era como una mini-Quartz en personalidad.

Sintió los pequeños brazos de su hija a su alrededor y su sonrisa aumentó. Era muy feliz con solo tenerlos a ellos en su vida.

- Lo he logrado - Hisui repitió el gesto que le había hecho su padre segundos atrás.

- Aun así hay algo que tú no puede hacer... - Le dijo retándola y acercó su cara a la de Sei.

- ¿Q-Quartz? No po-podemos los n-niños están d-delante... - Trató de recordarle comenzando a sonrojarse por la cercanía del hombre.

Sin embargo, Quartz le ignoró juntando sus labios con los de él en un apasionado beso. Sei se puso como un tomate al notarlo, pero acabó correspondiendole.

- ¿Lo ves? - Le preguntó a su hija con una sonrisa triunfal al separarse - Yo gano

- ¡Y-Yo también pu-puedo hacerlo! - Exclamó con las mejillas rojas de la vergüenza.

- Eso cuando cumplas cuarenta. No quiero novios o novias antes de eso en casa. Eso va también por ti Hibiki

- S-Sí - Asintió el niño como un tomate.

- ¿Y si mi novio en mi papi? - Preguntó Hisui.

- ¡Oh no! ¡Eso sí que no! - Abrazó a Sei con fuerza - ¡Sei es solo mío y no os lo dejaré por muy tiernos que seáis!

- ¡Vamos Hibiki! - La pelirroja tomó la mano de su hermano - ¡Salvemos a nuestro papi de ese horrible monstruo!

El azabache asintió tímidamente.

- ¡Jamás dejaré que os llevéis a mi hermosa princesa! - Exclamó cargando al chico antes de salir corriendo.

- ¡Vuelve aquí! - Gritaron sus hijos mientras les seguían.

Sei sonrió feliz. Agradecía saber que podría tener una familia tan maravillosa junto a Quartz.

~¤~

Sya:

La pelivioleta había aparecido de la nada en una mansión bastante similar a la que vivía Sayumi. Sin mucho que hacer empezó a caminar por los pasillos en busca de alguien.

- Sya no encuentra a ninguna persona por aquí... - Dijo pensando en voz alta.

Sin saber muy bien como terminó llegando a lo que parecía el garaje de la mansión. Era enorme y con muchas cosas, a cada paso que daba encontraba vehículos nuevos.

De repente, escuchó un disparo y la ventana de uno de los coches a su lado estalló rompiéndose en pedazos.

- ¿Quién eres y qué vienes a buscar aquí, plebeya? - Escuchó una voz muy familiar a su espalda.

- ¡¿Sayumi-sama?! - La llamó sorprendida y feliz - ¡Sya se alegra de encontrarla!

La rubia se relajó bajando sus armas.

- ¿Sya? ¿Qué haces aquí? Hace unos minutos dijiste que te marchabas a casa.

- ¿A casa? Sya no recuerda haberle dicho eso a Sayumi-sama...

- ¿Te has golpeado la cabeza? - Preguntó extrañada - Eso ocurrió hace nada. De todas formas ¿qué haces aquí?

- Sya no lo sabe... Sya siente ser una molestia para Sayumi-sama... - Se disculpó.

La nombrada suspiró.

- Plebeya tonta... - Susurró.

- Sya lo lamenta...

- Subamos, una princesa no debería estar todo el día rodeada de trabajo y plebeyos idiotas - Comentó subiendo por unas escaleras.

Sya la siguió procurando no molestarla.

- Sayumi-sama... ¿Has crecido desde ayer? Sya la nota un poco más alta

Sayumi se detuvo.

- ¡Pl-Plebeya t-tonta! ¡No es c-culpa de la princesa que la mayoría de ple-plebeyos sean más altos q-que ella! - Exclamó enfadada aún dándole la espalda.

- ¿Sayumi-sama, se encuentra bien? Sus orejas están algo rojas

- ¡! - Ella se las tapó rápidamente - ¡Si-Silencio o te castigaré, plebeya! - Ordenó subiendo más rápido las escaleras.

De esa forma, en total silencio, llegaron hasta la entrada.

- ¿? ¿A dónde vamos Sayumi-sama? - Preguntó al ver como abría la puerta.

- ¿N-No es obvio?

- Sya no entiende a lo que Sayumi-sama se refiere...

- ¡T-Tch! - Chasqueó la lengua apartando la mirada con un sonrojo - A ca-casa... - Murmuró de forma que la chica pudiera oírla - S-Si que estás e-extraña hoy...

- Sya lo lamenta ¿Sya puede preguntar algo?

- ¿El qué? - Respondió Sayumi saliendo tras ella y cerrando la puerta.

- ¿Qué es a lo que se refiere Sayumi-sama con ir a casa? ¿Vamos a casa de Sayumi-sama?

La rubia se mordió el labio con nerviosismo.

- ¡Pl-Plebeya si continuas con t-tus tonterías te castigaré!

- Pero Sya habla en serio...

- ¡! - Se sonrojó aun más de lo que ya lo estaba - A-A casa... A nu... nuestra ca-casa... - Susurró.

~¤~

Misaki:

La chica había llegado a la mansión Vonglia poco antes de que Marine encendiera al robot. Pero, no se quejaba, si no todo lo contrario. Más bien agradecía mucho haberlo hecho.

- ¡¿A-Ah?! - Volvió a la realidad al escuchar a un molesto Kai - ¡¿Quieres que te m-mande al hospital de una parada ma-maldita pulga?! - Encaró a su hija aún con un cigarro en la boca.

- Todos sabemos que es verdad. No le pediste casarte a mamá hasta que nací porque tenías miedo~ - Se burló la niña riendo.

- ¿Así que el macarra más duro de todos tenía miedo de una simple pregunta~? - Fue la oportunidad perfecta de Misaki para molestarlo.

- ¡¿A-Ah?! - Vieron como se sonrojaba - ¡D-Dejad de joder, mierdecillas! - Gritó realmente molesto.

Misaki se fijó en que la gente empezaba a detenerse para observarles.

- Esas chicas parecen estar en peligro... - Escuchó.

- ¿Es-Está bien que las dejemos con ese hombre? Seguro que es un delincuente...

Notó como el pelirrojo apretaba los puños y su frente se fruncía con ira.

- ¿Por qué te pones sí? No es como si mintieran~ - Le recordó la chica divirtiéndose con la situación. Kai no tardaría en estallar y mandarlos a todos a la mierda.

- Y tienen razón, pareces un delincuente~ - Secundó Naomi, su hija.

- ¡¿Ah?! ¡¿Queréis una paliza?! - La amenazó enfadado.

- No, gracias - Contestaron a la vez.

- ¡¿Y vosotros que miráis mierdecillas?! - Gritó girándose hacia el resto de personas - ¡Dejad de joder antes de que os saque los dientes de un puñetazo!

- Esa amenaza es nueva... - Comentó Misaki viendo como la gente se marchaba corriendo - No está mal~

- ¿Verdad? Fui yo quien le dije que tenía que mejorar su repertorio

- Buen trabajo por lograr convencerlo. A mí me costó bastante que admitiera que me quería.

- Yo nunca le he oído decirlo...

- ¿No?...

Misaki sonrió con malicia y caminó hacia el pelirrojo.

- Kai.

- ¿Ah? ¿Qué mierda quieres ahora?

- ¡Dinos! ¿tú nos quieres~?

Dejó escapar una suave risa al ver como toda su cara se ponía del color de su pelo.

- Pareces un semáforo~ - Se rió Naomi mientras le señalaba.

- ¡¿A-Ah?! - Al fin reaccionó - ¡Una ri-risa más y os p-parto las piernas! - Intentó sonar amenazante, pero su tartamudeo no ayudaba para nada.

- Eres mucho más tierno cuando sacas tu lado tsundere~ - Opinó la azabache con una sonrisa burlona.

- ¡C-Cierra la boca de una ma-maldita vez!

- No hasta que respondas... - Atrajo a Naomi hacia ella abrazándola - ¿Nos amas?

~¤~

Amethyst:

Nada más aparecer la chica se encontraba sentada en un banco de una bonita plaza.

- ¿Donde estoy? - Se preguntó levantandose para buscar algo que pudiera decirle su localización.

Sin embargo, no encontró nada más allá del nombre de la propia plaza.

- Quizá debería preguntar a alguien... - Se dijo mirando a la gente - Pero no quiero molestar.

- ¿Mn~?... - Un hombre se detuvo a su lado y ella le miró.

- Dejame adivinar - La miró de arriba a abajo - Estás perdida~ - Adivinó.

- ¿Cómo lo has sabido? - Preguntó pensando si la había escuchado.

Él se encogió de hombros.

- Simple intuición~.

- ...¿Eso es posible?

- Solo si eres tan bueno como yo~ - Le guiñó un ojo.

- Kitsuki, no deberías comportante de una forma tan arrogante frente a la señorita.

- ¿Tori? - Llamó al ave la chica al recoconer su voz.

- U-Un placer verla señorita - Saludó posandose sobre su hombro.

- Aguafiestas... - Se quejó el hombre rodando los ojos.

- ¿Kitsuki?... ¿Realmente eres tú?

- Puede... - Se acercó peligrosamente a su cara - ¿Qué harías si lo fuera~?

Amethyst retrocedió un paso sonrojada.

- ¡Kitsuki, no deberías tratar así a la señorita! - Le reprendió Tori.

- Ella adora ser molestada por mí ¿No es cierto~? - Le sonrió de forma coqueta.

- N-No... o e-eso creo... - Murmuró lo último.

- ¿Crees~? - La sonrisa de Kitsu se amplió - Masoquista~

- ¿? ¿Masoquista? ¿Qué es eso?

Él se dispuso a explicarlo, pero Tori le tapó la boca antes de que pudiera hacerlo.

- Las s-señorítas no deberían escuchas e-esas cosas... - Explicó completamente nervioso.

- ¿Tan malo es?

- No/S-Sí - Respondieron ambos a la vez.

- No lo entiendo... ¿Lo es o no?

Kitsu metió al ave en el bolsillo de su chaqueta antes de que pudiera interrumpirlo de nuevo.

- Confía en mí. No lo es~

- Pero Tori dijo que...

- Eso es solo porque es un amargado... Mn... Estabas buscando como llegar a casa ¿No?

Amethyst asintió.

- Te acompañaré~

- No hace falta. Puedo ir sola. No quiero molestarte.

- Sería más molesto si te perdieras. Vamos~ - Empezó a caminar.

Ella le siguió hasta estar a su lado.

- ¿Puedo saber qué hacías en esa plaza?

- Kitsuki estaba esperando a alguien - Contestó Tori volando hasta posarse sobre su cabeza.

- Si es así puedes decirme como llegar. No quiero que de enfaden contigo por mi culpa.

El cuervo negó.

- Estabamos esperando a la señorita.

- ¿A mí? - Se ruborizó - ¿P-Por qué?

Notó como Tori iba a responder, pero Kitsu se le adelantó.

- ¿Mn~?... ¿Tanta curiosidad tienes?

- Un poco...

- Entonces tendras que esperar, si te lo dijeramos mataríamos toda la diversión~ - Contestó de una forma que parecía disfrutar de la situación.

~¤~

Ethan:

No sabía como ni por qué, pero se encontraba paseando por la ciudad junto a un niño que no paraba de grabarle.


- ¿Quieres parar de una vez? - Preguntó ya bastante molesto.

- No, seguro que me triplican la paga por esto - Le contestó - Espera...

El niño se acercó más a él.

- Agachate un poco - Le dijo.

- ¿Para qué?

- Aún no soy tan alto.

Ethan bufó, pero terminó cediendo.

- Listo, con esto se confirma que ganaré más dinero apartir de la próxima semana~ - Comentó observando la grabación.

- Deja de hacerte ilusiones y borra eso.

- Es mi cámara, puedo tener en ella lo que quiera.

- No siempre y cuando una persona no quiera estar en ella - Ese niño estaba acabando con su paciencia.

- Eso es problema suyo. Si no querían que no se hubieran dejado grabar.

- Dame eso. La borraré yo mismo - Ordenó intentando quitarsela.

- Quizá cuando haya hecho una copia - Se negó escondiendo la cámara tras él.

- Como si te fuera a dejar ¡Damela!

- Oh... Al fin os encuentro - Les interrumpió una voz femenina.

- "Debe ser su madre" - Pensó el chico aún sin verla - Digale a su hijo que borre el vídeo que me ha sacado - Exigió - ¡¿?! - Se sonrojó al ver el rostro de la mujer.


- ¿Y-Yashiro?

- ¿Oh~?... Interesante~ - Sonrió - Si creo haber entendido bien, ¿dices que nuestro hijo te estuvo grabando~?

- ... ... ...¿N-Nuestro hi-hijo? - Repitió sin creerselo.

- Así es. Es tan tierno como tú ¿no crees~?

Ahora que lo decía se parecían mucho.

- Y-Yo no soy ti-tierno... - Negó Ethan.

- ¿Oh~?... Lo eres. Sobretodo cuando te dejé embarazado. Parecías tan violable~

- ¡¿Y-Yo?! ¡¿Em-Embazado?!

- Oh... No lo sabes... ¿Dime ya nos hemos casado?

- Aún n-no...

- Entiendo si fuera así Rihan ya estaría empezando a formarse dentro de tí~ - Rió suavemente al ver la cara de Ethan - Tierno~

- Ya te he d-dicho que n-no lo soy.

- ¿Podeís parar antes de que empeceis a hablar sobre si papá es o no tierno? - Pidió Rihan.

- Oh... Cierto ¿Realmente grabaste a Ethy?

- ¿Me triplicarás la paga si te digo que grabé una toma de los dos juntos?

- Depende de qué tan buena sea~

- ¿D-De verdad le pa-pagarás por eso?

- ¿Oh~?... Por supuesto~ ¿Qué hay de malo en recompensarle por sus logros?

- Dudo que eso pueda considerarse un logro... - Se quejó Ethan.

Apartir de ese día todos tuvieron que quedarse en el futuro durante dos semanas enteras mientras esperaban que Sei y Hibiki crearan otra máquina del tiempo, puesto que la suya se había estropeado al llegar. Aunque, no es como si realmente les hubiera molestado.

Por otra parte, en el presente. Es posible que los Minami estuviran conviviendo con las versiones futuras de sus parejas o quienes serían sus parejas dentro de un tiempo. Por lo que todo había acabado bien.

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