Desaparecidos en Navidad (I)
Faltaban unas pocas horas para que llegara la víspera de Navidad y todos nuestros queridos personajes se encontraban ocupado organizando y preparando los últimos detalles para la festividad. Por esta razón habían dejado a los adolescentes gemelos al cuidado de los más pequeños.
- ¡Lo he onseido! - Exclamó una pequeña castaña de apenas seis años dando saltos de emoción por las escaleras.
El resto de infantes la miraron con curiosidad.
- ¡Athem y Lunneth on Santa! - Explicó.
Nada más decirlo escucharon a los nombrados discutir mientras bajaban por las escaleras.
- Esto es horrible... ¿Donde está mi ropa?
- ¡Vamos, Athem, te queda bien! ¡Aparte Mitsuki lo buscó para nosotros!
Su hermano le miró mal justo antes de tirarle de las orejas.
- Mi ropa. Ya - Exigió.
- ¡Duele, duele! ¡Me haces daño! - Se quejó intentando soltarse - ¡Yo n-no la tengo!
- Así que Mitsuki decía la verdad~ - Sintieron una burlona voz femenina bastante cerca suyo.
- Largo, deja de molestar - Ordenó el mayor de todos rodeándola.
- No le hagas caso, solo está molesto por no lograr negarse a las suplicas de una niña - Le explicó Lunneth riéndose hasta que recibió otro golpe por parte de su hermano. Comenzando otra de sus peleas.
La pelirroja se alejó de ellos y se acercó a un albino que se encontraba apartado en una esquina.
- ¿Y? ¿Qué me dices señor Emo? ¿Lograste sacar alguna foto~? - Le preguntó.
El chico levantó un poco la cabeza para mirarla de forma impasible.
- ¿Qué gano mostrándotela?
- Prometo que dejaré de molestarte por lo que queda de día - Le sonrió con amabilidad.
Rihan suspiró y le mostró su cámara.
- ¡Eres realmente bueno en esto! - Le felicitó con sinceridad, hasta le terminó abrazando de la emoción.
- Es c-cosa de la cámara... - Se excusó ocultando sus rojas mejillas bajo su capucha.
- Por cierto... ¿Dónde está mi pequeña? - Preguntó Naomi a todos los que se encontraban en la sala.
Nada más escucharla los gemelos detuvieron su pelea.
- No te interesa - Contestó Athem.
- Está arriba co... ¡Para! ¡Para! ¡Me vas a arrancar la oreja! - Chilló adolorido el albino.
- ¡Bien, iré a ver a mi pequeña Sypha~! - Canturreó la joven antes de dirigirse a la planta de arriba.
- Idiota - Soltó el mayor - Sabes que no es una buena influencia para ella. Aún sigo sin entender por qué papá la eligió como niñera.
- Porque yo estoy demasiado ocupado con mis clubs y tú te negaste a hacerlo - Le recordó Lunneth ¿Estás preocupado~?
- Callate.
Cuando Naomi llegó a la planta superior se encontró con varias prendas de ropa tiradas por el suelo haciendo una especie de camino hacia una de las habitaciones. Se acercó hacia ella escuchando varias voces de niñas que parecían estar jugando. Se asomó un poco para ver que hacían.
- ¡Renmin! -Llamó una niña de diez años a otra de su misma edad - ¡¿Me parezco a Santa?! - Preguntó girando sobre si misma.
- Kae, te sienta muy bien ¡Pareces Mamá Noel! - La animó la niña peliverde.
- Ren... - La llamó esta vez un niño peliazul - ¿Por qué tengo que vestirme de gato?
- Si fuera de reno todavía le encontraría sentido. Pero esto... E-Es humillante - Continuó hablando.
- Kairi ¿No sabes el secreto de Santa?
- ¿Secreto? - Repitió.
- Prometedme que no se lo direis a nadie - Pidió y todos asintieron atentos - El otro día le pregunté a tío Shion que como hacía Santa para saber cuándo nos portábamos bien y me dijo que antes durante todo el año convierte a sus renos en gatos para así poder vernos sin que lo sepamos.
- ¡¿Entonces tío Shionmin es un reno de santa?! - Preguntó rápidamente Kae.
- Le pregunté lo mismo... Pero me dijo que se había jubilado hace tiempo...
La peliazul hizo un puchero.
- ¡Pero aun así hay que guardarle el secreto a tío Shion! ¿Vale? Así que ¡Shhh!
Naomi rió para sus adentros. Los niños eran demasiado inocentes.
- ¿? - Miró hacia abajo cuando notó a alguien tirando de su falda - ¡Sypha, pequeña! - La cargó felizmente - Así que aquí estabas ¿Te estás divirtiendo?
La castaña hizo una casi imperceptible mueca de disgusto.
- ¿Ocurre algo? - Negó - ¡Vamos, confía en tu hermana mayor! ¡Estoy aquí para cuidar de ti!
Notó como la pequeña de seis años desvió la mirada.
- Yo también quiero ser Santa... - Murmuró jugando con sus deditos.
La pelirroja sonrió acariciándole la cabeza.
- Yo te ayudaré con eso - Nada más escuchar esas palabras su rostro se iluminó.
- Vamos, veamos si los inútiles de tus hermanos pueden hacer algo por una vez~.
Mientras las dos bajaban fueron recibidas por un abrazo que hizo tambalear a la mayor.
- Hisui, has llegado
- ¡Sí! Aunque... Llegamos tarde porque como siempre nos perdimos, tonto - Se quejó posiblemente hablando de su padre Quartz.
- Ese disfraz te queda muy bien, ¿verdad Sypha? - La pequeña asintió con la cabeza.
- ¡Soy la mejor Santa! - Afirmó moviendo su bastón de caramelo.
- No se yo, arriba te esperan grandes competidoras~ - Bromeó.
- ¡No voy a perder! - Dijo orgullosa.
- Por cierto, ¿y Hibiki?
- Tú idiota está sentado en la mesa - Interrumpió Athem quitandole a Sypha de las manos - Al parecer se ha enfermado de nuevo.
Naomi iba a quejarse, pero antes de eso echó un vistazo hacia el azabache. Se encontraba mirando hacia la tele con las mejillas bastante rojas.
- Athem, mejor vete a hacer incesto con Lunneth. Estoy segura de que eso es lo único que se te da bien~ - Le echó en cara con una sonrisa burlona - Ven, Sypha, Hibiki nos ayudará a buscarte un disfraz.
- Primero que nada estás enferma. Segundo, alejate de mi hermana - Contraatacó alejandola.
- Vaya, veo que puedes llegar a ser un hermano decente si te lo propones~ - Comentó - Una desgracia que la adorable Sypha me prefiera a mí.
- En tus sueños.
- ¿Estás intentando autoconvencerte de que tengo razón?
Mientras discutían ninguno parecía darse cuenta que a cada palabra cruel que decían el rostro de la pequeña se arrugaba más y más.
- Parad los dos. Vais a hacerla llorar - La voz ronca y enferma de Hibiki acompañado con el hecho de que era ahora él quien tenía a la niña les hizo callar por un instante.
- Así que estás vivo.
- Y yo que ya estaba planeando el entierro~ - Secundó Naomi.
- Lunneth... - Llamó al albino como pudo antes de toser con fuerza.
- ¿Sí? - El chico se asomó desde la puerta del baño y un niño rubio hizo lo mismo.
- ¿Me he perdido algo? Estaba ayudando a Shaoran con el baño - Explicó.
Al menos uno de los dos gemelos era algo más responsable.
- Lunneth... ¿No te dije que te quedaras vigilando a Lily y Jiro? Recuerda que llevan poco andando y no paran quietos - Le recordó su hermano.
- Pero es que Sha-Shaoran...
- ¿Sabes donde están... verdad? - Preguntaron esta vez los tres mayores.
- ¡B-Bajo la mesa! ¡Los deje allí!
Rápidamente corrieron hacia el comedor.
- ¿Estáis bien? ¿Necesitais que ayuda con algo? - Preguntó bajito una voz saliendo bajo la mesa.
- ¡¿Has visto a Lily y Jiro?! - Exclamó preocupado el albino.
La niña asintió de forma educada.
- He conseguido que se durmieran - Avisó señalando una manta bajo la mesa.
- ¡Eres la mejor, sin duda! - Corrió a abrazarla.
- Menos mal que Nyoko es más responsable que tú~ - Se burló la pelirroja.
- Tenemos suerte de que se parezca a Amethyst y no al pervertido - Secundó Athem.
Hibiki le dejó a Sypha al azabache y se agachó a cargar a los pequeños.
- Lo hago yo, si normalmente no tienes fuerza ahora quizá te desmayas por el camino~ - Comentó Naomi con burla llevándose a los bebés.
- Hibiki, ¿cuándo la invitarás a salir? - Soltó de la nada el albino.
- S-Sabes que me di-dirá que no... A ella le g-gustan los chicos fuertes como su pa-padre... - Murmuró avergonzado.
- ¡Nosotros podríamos ayudarte con eso! ¿Verdad Athem?
- No me interesa - Cortó marchándose.
Por otra parte, varios de los faltantes entraban por la puerta justo en ese momento.
- ¡Voy a enseñarle el nuevo vestido que me ha regalado papi a Mitsuki! - Avisó a los demás una pequeña albina, nada más cruzar por la puerta.
- Rumi-san - Le preguntó una peli azul a su niñera por ese día - ¿Puedo ir con Yua?
La mayor dejó de jugar con su teléfono por un momento para mirarla con desgana mientras tomaba su batido.
- Puedes hacer lo que quieras, solo tengo que encargarme de que no os matéis - Aceptó.
- Gracias, Rumi-san - Le sonrió agradecida despidiéndose del resto con la mano.
- ¡Erin, vamos, vamos! - Le metió prisa la albina ya en las escaleras.
La pelirrosa ignoró al resto sentándose en uno de los sofás y poniéndose a jugar con su móvil. Por su parte, uno de los chicos que la acompañaba trataba de despertar a otro que cargaba a su espalda mientras sujetaba a un bebé y ayudaba a andar a un niño.
- Akira, Akira - Repetía a cada segundo - Despierta y ayudame con los niños - Pidió, pero al ver que no recibía respuesta acabó por tirarlo al piso. Normalmente nunca haría algo así, más bien prefería complacer a todo el mundo como su madre, pero le daba miedo que si lo hacía el bebé pudiera caersele de los brazos.
- ¿Qué~? - Preguntó el nombrado abriendo los ojos.
Issei, que así era como se llamaba el otro suspiró.
- Puedes seguir durmiendo si quieres, pero ve a una de las habitaciones, no me gustaría que te enfermaras - Le recomendó - Te llevaría yo mismo, pero Rumi-sama me ha encargado cuidar de los pequeños - Le recordó señalándose a si mismo.
- ¿? - Observó como el pequeño que le sujetaba la mano no paraba de observar a la chica, o más bien a su teléfono.
- Rumi-sama... No quiero molestarla, pero Taki parece querer jugar con usted - Le dijo a la chica, aunque la mirada de desagrado que le envió fue suficiente para entender que no iba a aceptar - Mejor vamos a jugar con el resto ¿Si? - El niño asintió - Además así Hideaki podrá echarse la siesta - Propuso observando al bebé en sus brazos.
- Akira, ¿vie...? - Al volver a echar la vista al chico le encontró de nuevo durmiendo en el suelo - Está bien... - Suspiró aceptando y dejó a Hideaki en el suelo, al menos ya sabía andar, más o menos - Taki, sujetalo de la mano ¿Vale? Voy a evitar que nuestro primo tenga un resfriado mañana - Le explicó antes de volver a cargarse al chico en la espalda para poder subir las escaleras.
- La estirada ha llegado - Fue el primer comentario que hizo Athem desde lejos al ver a Rumi sentada en el sofá con su teléfono.
- No seas malo con ella - Le regañó Lunneth.
- A ninguno nos cae bien.
- No deberías generalizar tanto - Intervino esta vez Hibiki.
- Yo la odio - Dijo Rihan.
- Solo le cae bien a Issei porque es su perrito faldero~ - Secundó Naomi - ¿O es que tú también has caído en sus encantos~? - Le preguntó al azabache.
- Sabes q-que no - Murmuró desviando la mirada.
- ¿Creéis que si le pedimos a Issei que cumpla todos sus caprichos nos ignorará?
- Lo hace siempre y aun así no para de ordenarnos cosas imposibles cada vez que nos ve - Le recordó Athem a la chica.
- Estamos en problemas - Comentó el albino con voz lúgubre.
- ¡Vamos, no puede ser tan malo! ¡Solo acerquémonos y seamos amables con ella! - Sugirió Lunneth animado, a lo que todos asintieron.
- ¿Qué quieres? - Fue lo primero que le soltó nada más acercarse.
- ¡Veníamos a saludarte! ¿Qué tal estás?
- ¿Veniais? Solo estás tú, han escapado nada más te diste la vuelta.
El albino se giró comprobando que los demás ya no estaban.
- ¡Traidores!
- Rumi-sama, ya he vuel... - Las palabras de Issei se detuvieron nada más vio a Lunneth - ¿Qué hace él aquí?
- Molestar, échalo - Le respondió haciendo un gesto con la mano antes de continuar bebiendo su batido - Y cuando termines tráeme otro batido.
- Será un placer - Le sonrió - Vamos - Le ordenó al otro con seriedad agarrándolo del brazo.
Al llegar a la cocina se encontraron con el resto de los mayores.
- Veo que te han dado la patada~ - Se empezó a reír de él Naomi.
- Diría que me sorprende, pero no la verdad - Secundó su hermano.
- ¡Sois unos traidores! - Les echó en cara nada más Issei le soltó.
- Lo s-siento... - Se disculpó Hibiki inmediatamente.
- Todos sabemos que es mejor no acercarse a ella. Ahora su guardaespaldas está furioso - Señaló Rihan al nombrado que estaba buscando algo en la nevera.
- No paráis de molestarla y burlaros de ella, es normal que me cabree - Les respondió - ¡Aquí está! - Gritó al encontrar lo que buscaba - Ahora seguro que Rumi-sama me felicita por mi buen trabajo - Sonrió embobado.
- Parece un cachorrito.
- Sí que lo tiene bien domesticado.
- Mejor vuelvo antes de que se enfade - Contestó ignorando sus comentarios - Si cualquier cosa solo avisadme, pero por favor intentad ser un poco amables con ella - Pidió antes de marcharse.
- Eso lo explica todo - Habló Naomi con cara de haber descubierto un misterio - A Issei le gusta Rumi, por eso es mucho más servicial con ella que con el resto y se preocupa tanto porque no la tratemos mal. Ojalá alguien se preocupara tanto por mi... - Finalizó con un pequeño suspiro mirando al azabache por el rabillo del ojo sin que se diera cuenta. Por eso le hizo gracia ver como Lunneth codeaba al otro mientras él se sonrojaba.
Sin embargo, todo este tranquilo momento fue abruptamente interrumpido por un grito de auxilio proveniente de la planta superior.
- ¡Hisui! - Reconocieron todos inmediatamente la voz antes de echar a correr, hasta los que se encontraban en la sala les siguieron escaleras arriba sin dudar.
- ¡¿Qué ocurre estais todos bien?! - Preguntó Hibiki alterado abriendo la puerta de la habitación, entre lo enfermo que estaba y lo que había corrido no sabía como aún no se había desplomado en el suelo.
- ¡Ayuda, ayuda! ¡El kraken intenta secuestrar a nuestras princesas! - Gritaba una y otra vez la chica, solo estaban jugando.
- Auda... - Pedía Mitsuki detrás de ella siendo abrazada por Yua.
- Tranquila, la capitana nos salvará - Intentaba tranquilizarla la otra.
- ¡Así es! - Exclamó Kae subida a un armario con una espada de juguete - ¡La intrépida capitana Kae derrotará a ese monstruo!
- Vuelve a recordarme por qué tenemos que hacer de Kraken... - Le pidió Kairi a Ren interrumpiendo toda la escena.
- Es divertido, además yo creo que el disfraz te queda bien - Le dijo sonriéndole.
- ¡No podéis hablar! ¡Los monstruos no hablan! - Se quejó Kae desde donde estaba.
- ¿Puedo hacer una pregunta? - Levantó la mano Erin - ¿Por qué el señor pulpo es malo?
Vale, eso sí que les había sacado a todos de contexto.
- En algunas culturas es un ser que secuestra gente para comersela - Le explicó Nyoko.
- ¿Comer? - Repitió Shaoran rugiéndole el estómago.
- Mejor bajemos a que comáis algo - Sugirió Hibiki.
- ¡Pero, el juego! - Se quejó Kae.
- Ya seguirás luego ahora bajate de ahí - Le dijo Athem cortante sujetándola de la capucha del disfraz para bajarla.
- ¡La vas a asfixiar! - Le advirtió su hermano.
- Entonces hazte tu cargo de ella - Respondió antes de soltarla en el piso.
- ¡Buh! - La niña le enseñó la lengua.
- ¡Issei, Issei! ¿Nos llevas a caballito? - Le pidió Yua en nombre suyo y de Mitsuki.
- Está bien - No era como si pudiera negarse.
- Iré a ver como están mis pequeños~ - Avisó Naomi.
- ¿Cuándo dejará de verlos como sus hijos? - Pensó Rihan en voz alta.
- Déjala está loca.
- Pero Hibiki está loco por ella - Intervino Rumi por primera vez.
- ¡¿Ves?! ¡Hasta ella lo sabe! ¡Deberías confesarte de una vez! - Animó Lunneth al nombrado que solo pudo taparse la cara avergonzado.
Una vez abajo empezaron a repartirles algunos dulces a los pequeños. Hasta que Naomi llegó, estaba totalmente sola a excepción de por lo que arrastraba.
- ¡Hola Akira! - Le saludó el albino mayor.
- ¿Naomi? - La llamó Hibiki al notarla bastante distraída.
- No están... - Balbuceó dejando a todos los presentes confundidos - ¡Mis bebés no están!
Solo podía ser una broma de la chica ¿No? Es decir, no se los habrían llevado mientras no miraban... ¿Verdad?
- Mi Shypa... - Susurró con cara de preocupación, eso era suficiente para confirmar las sospechas del resto.
- Engendro - Antes de que se dieran cuenta Rumi ya estaba amenazando a Akira sujetándolo por el cuello - Eras el único que estaba con ellos ¿A donde han ido?
El chico dio un largo bostezo para luego encogerse de hombros.
- Estaba~ durmiendo~.
- Lo mejor será buscarlos por la casa, todavía no llegan a los picaportes de las puertas así que aún deben estar por aquí - Sugirió Athem con calma.
- Sí que te importan~ - Se burló Naomi, ya había vuelto a la normalidad.
- Solo no quiero que me estén gritando todo lo que queda de noche...
- Vosotros quedaos aquí, no queremos que hayan más perdidos - Le pidió Hibiki a los demás.
- ¡No, nosotros también queremos ayudar! - Se negó su hermana - ¡Somos mayores ya podemos hacer cosas!
- ¡Eso eso! - Secundó Kae mientras los demás asentían.
- Si nos negamos será peor - Les recordó Rihan.
- Haced lo que queráis, pero no molestéis - Accedió Athem.
- E id acompañados siempre de uno de nosotros - Comentó Issei.
- Mejor dividámonos, abarcaremos más terreno así.
- Hay tres plantas más el sótano, el desván y el jardín, podemos encargarnos cada uno de un sitio. Nos reencontraremos aquí en una hora.
- Me llevo a Mitsuki y Yua a la tercera planta~ - Dijo Naomi abrazando a ambas niñas antes de llevárselas con ella.
- Yo me voy con mi hermano - Afirmó Hisui abrazándose al brazo de Hibiki.
- ¡Y yo con Hisui! - Exclamó Kae siguiéndoles - ¡Así podremos seguir jugando!
- ¿Podemos ir contigo? - Le preguntó Ren a Lunneth tomada de la mano de un avergonzado Kairi.
- Claro - Les sonrió antes de irse con ellos.
- Issei, nos vamos al sótano - Ordenó Rumi saliendo de la habitación.
- Mejor será que vengas con nosotros - Le sugirió a un dormido Akira cargándolo sobre su espalda antes de seguirla.
Erin tiró de la chaqueta de Athem.
- ¿Crees que Taki estará bien?
El chico no supo qué contestar, no era bueno consolando a la gente. Por suerte Shaoran fue más rápido y le acarició la cabeza.
- Todo salir bien.
- Mejor vamonos... - Pidió el mayor incómodo.
Por tanto ya solo quedaban dos personas en la sala.
- ¿Nos quedamos aquí? - Le preguntó Nyoko al albino. Por como se tensó al escucharla seguramente pensaba que se había quedado solo.
- ¿No preferirías haberte ido con los demás?... - Le preguntó tapándose la cara con su capucha.
- Estoy bien aquí. Aunque puedo irme si lo prefieres.
- ...¿No te doy miedo? - Ella negó.
- Vamos, tenemos que ayudar a los demás - Le ofreció su mano.
- S-Si... - Aceptó con una pequeña sonrisa.
En la planta más alta, las tres chicas buscaban mientras la mayor aprovechaba para hacerles preguntas.
- ¿Os gusta alguien~?
- ¿Ustar? - Repitió la castaña inocentemente.
- Sí, cuando queréis tomar su mano todo el tiempo y sonríes con solo estar con esa persona.
- ¿Como cuando estás con Hibiki? - Habló esta vez Yua, no parecía haberlo dicho con ninguna intención, probablemente solo fuera curiosidad.
- Algo así~ - Les sonrió ella.
- Me gusta Mitsuki - Contestó la albina tras pensárselo un poco.
- ¡Y a mi Yue! - Exclamó la nombrada.
La pelirroja rió, no sabía si lo decían de verdad o solo porque eran mejores amigas. Pero de ser así, había sido la primera en escuchar su confesión.
En la planta de abajo, Lunneth se reía al ver como se comportaban Kairi y Ren.
- ¿Por qué tienes que probarme todo lo que encuentras? - Le preguntó el peliazul, con una margarita en el pelo.
- ¡Estás más tierno así! - Contestó ella sonriéndole - ¿Verdad Lunneth?
- Sin duda - Asintió intentando no reirse, provocando que el niño se sonrojara aún más.
- ¡Mira, una tiara! - Exclamó al ver una tirada en el suelo de la habitación en la que estaban - Seguro que con ella estarás mucho más tierno - Le dijo sonriéndole de nuevo.
Hibiki por su parte, había terminado en el oscuro y, según él, terrorífico desván.
- ¡Ahí se ha movido algo! - Gritó Kae antes de correr a investigarlo. Aunque eso no ayudaba para nada a los nervios del azabache.
- Tranquilo - Le dijo su hermana - ¡Yo te protegeré! - Afirmó totalmente segura de si misma - ¡Atras, fantasmas malos! ¡Alejaos de mi hermanito! - A veces se preguntaba quién era el mayor de los dos.
- "Me pregunto que pensaría ella si me viera siendo un cobarde... Seguro se reiría de mí" - Pensó deprimido.
- ¡Mirad, he atrapado al ladrón de queso! - Corrió hacia ellos Kae agarrando algo.
- U... Una... ¡Rata! - Chilló escondiéndose tras su hermana. Sin duda era un perdedor.
En la parte más alejada de la mansión, el sótano, Rumi le había ordenado a Issei ser algo así como su alfombra personal. Obviamente no iba a tocar el suelo con lo sucio que parecía.
- ¿Ve a-algo...? - Murmuró el pelivioleta sintiendo como le pisaban la espalda.
- Solo al engendro durmiendo. Deberíamos dejarlo aquí, seguro que nadie lo echará de menos.
- Rumi-sama quizá no deb¡Mhg! - Un pie sobre su cabeza le obligó a besar el suelo.
- Mejor volvamos, esto es una pérdida de tiempo.
Athem por su parte, se había quedado en la primera planta junto con Shaoran y Erin.
- No está... - Agachó la cabeza la niña. Ya habían recorrido toda la zona y ninguno de los bebés aparecía por ningún lado.
El rubio volvió a acariciar su cabeza preocupado.
- Gracias - Le sonrió ella algo más animada.
- Si solo me hubiera quedado en casa... - Pensó el mayor en voz alta. Aunque en el fondo también estaba bastante preocupado por su hermana, pero eso es algo que nunca admitiría.
Por último, Rihan y Nyoko recorrían el, ahora, nevado jardín. No parecía que nadie hubiera estado allí o al menos eso esperaban. Si los bebés hubieran salido seguro ya habrían enfermado.
- Hace frío... - Susurró ella soplándose las manos. Ahora que el albino se fijaba, las tenía bastante rojas debido a la baja temperatura.
- Puedes volver si lo necesitas.
- Estoy bien... Solo no me gusta mucho el frío... - Le dijo temblando.
Él le puso su chaqueta sobre los hombros.
- Solo p-pontela hasta que volvamos - Le dijo evitando que pudiera verle la cara.
- Muchas gracias.
El tiempo pasó y todos comenzaron a volver a la cocina.
- ¿Vosotros tampoco? - Le preguntó Naomi al último grupo.
- Nada, ni rastro de ninguno.
- ¿Dónde se pueden haber metido? - Habló Lunneth preocupado.
- Y si... ¿Realmente se los han llevado? - Sugirió Hibiki temiéndose lo peor.
- Ya los hubieran devuelto, son demasiado molestos.
- Pero siguen siendo hijos de mafiosos - Les recordó Issei.
El silencio inundó la sala ¿Realmente no iban a ser capaces de encontrarlos? Justo en ese momento tocaron al timbre, ¿acaso sus padres habían vuelto ya? ¿Y cómo les explicarían todo?
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Sí, sí, ya sé que esto está demasiado fuera de fecha, pero es que para la época de Navidad no pude terminarla y no fue hasta justo ayer que me acordé de ella, así que aquí está. La verdad es que quería hacerlo todo en un solo capítulo, pero Wattpad no me deja poner más de 20 imágenes y aún me faltan unas cuantas, así que mejor lo parto en dos.
Para aclarar, a continuación, pondré quién es hijo o hija de quiénes y la edad de cada uno/a en este One Shot.
- Athem, Lunneth y Sypha son los hijos de Noah y Allen. Los dos primeros tienen 17 años, siendo los mayores de todos, y la pequeña casi 5.
- Hibiki y Hisui son los hijos de Quartz y Sei. El azabache tiene 16, mientras que su hermana 10.
- Naomi es la hija de Kai y Misaki. Ella al igual que Hibiki tiene 16 años.
- Rihan, el hijo de Ethan y Yashiro, es un año menor que los anteriores, teniendo 15 años.
- Rumi, por su parte, tiene la misma edad que el albino y es la hija de Megami y Ain.
- Issei, es el hijo de Sya y Sayumi. Tiene 13 años.
- Akira, tiene un año menos y es el hijo de Shion y Akai.
- Ren, por si alguien no lo ha notado, es la hija de Souta y Kenneth. En esta historia tiene 10 años.
- Kae, la hija de Hitomi y Kasumi también tiene la misma edad.
- Nyoko, hija de Kitsuki y Amethyst tiene un año menos que las anteriores.
- Al igual que Kairi, el hijo de Katsu y Kiri.
- Erin y Taki son los hijos de Onix y Aqua. Contando la primera con 8 años y su hermano con 4.
- Shaoran, el hijo de Evan e Ikusu, nació un año más tarde que la anterior.
- Mitsuki, hija de Aito y Marine tiene 6 años.
- Al igual que su mejor amiga Yua, la hija de Kane y Seishirou.
- La hija de Chrono y Leiko, Lily tiene 4 años en este momento.
- En penúltimo lugar, Jiro, el bebé de Aoki y Khalil cuenta solo con 3 años recién cumplidos.
- Casi mismos que Hideaki, el pequeño de Yuudai y Namichi.
Dicho todo esto me despido para ponerme manos a la obra con la otra parte. Hasta entonces, ¡Bye-by~!
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