¿Cómo conocí a vuestro padre? (I)

Aika se encontraba tranquilamente en las escaleras observando a sus retoños, por una vez, en mucho tiempo, todos sus hijos se encontraban en una misma habitación hablando o, más bien discutiendo, entre ellos.

- ...1~... 2~... 3~... - Comenzó a contarlos en voz baja - 17~ - Concluyó finalmente. Sin duda eran muchos. 

Aunque ¿de dónde habían salido tantos? Podía llegar a entender lo de que tuviera, en un remoto caso, descendencia con Yuuto, Bel, Fran y Byakuran. Incluso con Nao, Noah y la piña, pero... ¿Y el resto? ¿Cómo y por qué?

- ¿Ocurre algo? - Aito fue el primero en acercarse a ella.

- ¿Cómo conocí~ a tu padre~? - La pregunta llamó la atención del resto, tanto que habían dejado de discutir, ese día sería largo.

El castaño dudó un poco ¿debería contarselo? ¿Eso no haría que perdiera la magia?

- Oh~... Esto es un tema interesante, escuchemos las historias del resto~ - Listo, permiso concedido.

- E-Está bien... - Aceptó - Mejor sentémonos en el sofá - Propuso cargando a su madre.

Una vez la dejó sentada prosigió.

- Bien... - Murmuró pensativo - Papá me ha contado muchos detalles, aunque no se si todos son reales o una exageración suya. Aun así intentaré contarlo lo mejor que pueda - Un día de primavera...

Era un día como otro durante el curso escolar, en ese entonces mi padre iba al Aoba Yosai como yo en mi dimensión. Según me contó papá, mamá se había trasladado a mitad del curso de la nada y sin dar explicación alguna. Lo único que sabía de ella era su nombre y que se sentaba dos asientos más atrás. Aun así, la primera vez que la vio... surgió el amor a primera vista para ambos.

- ¡Hola! - La saludó felizmente una vez el profesor se marchó - Soy Toru, Oikawa Toru. Pero tu puedes llamarme como quieras, preciosa. 

Ella levantó la vista para mirarle.

- Perdedor~ - Fue lo único que soltó antes de volver a su teléfono. Como es normal, ese había sido un duro golpe en el orgullo de mi padre.

- ¡N-No soy un perdedor! ¡Soy el capitán del equipo de voley! - Intentó mejorar la situación. Sin embargo, el que mamá lo ignorara por completo únicamente sirvió para que se fuera, haciendo un puchero, con el tío Ushijima. 

Según me dijo varios días pasaron y ninguno volvió a dirigirle la palabra al otro, aunque él estaba bastante ocupado preparándose para su siguiente torneo, qué hacía mamá, lo desconocía totalmente. 

Un día se fijó en ella durante el descanso, era bastante solitaria en comparación con lo popular que era él. Entonces, ¿por qué no aceptó su amistad cuando se la ofreció? Con esa pregunta en mente se acercó a encararla.

- Tú - La llamó.

- Perdedor~ - Sin duda eso le molestó, pero prefirió callar sus quejas... Al menos por el momento.

- Deberías venir a alguno de los partidos ¡Así podrías ver con tus propios ojos lo genial que soy! 

- No~ gracias~ - Se negó, aun así mi padre no iba a rendirse tan fácilmente.

Es por esa razón que a partir de ese momento seguía a mamá cada vez que podía para invitarla a ir a verle, gracias a eso formaron una especie de amistad.

Un día un gran estruendo sonó en la cancha mientras practicaban. Rápidamente todos fueron a ver qué ocurría, era su gerente, al parecer se había torcido el tobillo cargando algunas cosas para ellos. Al parecer la chica debía reposar por unas semanas, no hubiera habido problema si el torneo no fuera en unos pocos días y necesitaran tan urgentemente la ayuda de alguien. Fue ahí cuando a papá se le ocurrió la mejor idea de su vida, según cuenta.

- ¿Estás seguro de que podrás convencerla? - Le preguntó el tío - Llevas más de medio mes intentando que vaya a un entrenamiento sin éxito alguno ¿Cómo harás para que se vuelva nuestra gerente?

- ¡Suplicando! - Contestó felizmente.

- ... - Lo único que obtuvo por respuesta fue un gran suspiro.

Y tal y como lo dijo, fue a pedirle por favor que les ayudara. Tuvo que insistir muchas, muchísimas veces, incluso ponerse de rodillas y prometerle que haría lo que quisiera por un mes entero. Pero, finalmente lo logró.

- ¡Chicos, mirad! ¡Traigo a nuestra nueva gerente!

- Ya~ me estoy~ arrepintiendo~

Igualmente mamá cumplió con su parte del trato, estrechando aún más su relación.

- No~ lo haces~ tan mal~.

- Te quiero - Soltó papá de la nada, según me dijo, era una de las pocas veces en las que volvían solos a casa y esa había sido la primera vez que lo felicitaba por algo. Así que era la ocasión perfecta para confesarse.

Ella lo miró por unos instantes.

- No~ - Afirmó y continuó caminando.

- ¡¿Por qué no?! - Preguntó él siguiéndola, de nuevo el bucle de ir tras ella suplicándole cosas había empezado.

- Fin - Dijo terminando con su historia.

- Por lo visto, funcionó~ - Comentó la albina.

El castaño asintió - Sí, pero en ese momento papá no sabía nada sobre mafias, creo que a día de hoy tampoco se da cuenta de su existencia. Por eso fue un duro golpe para él cuando mamá... murió.

- Um~... - Aika simplemente asintió, después de todo ya estaba acostumbrada a la inminente idea de morir por una u otra razón - Sigo~ sin creerme~ que saliera~ con él~

- Y te casaras~ - Le recordó la albina.

- Sí~... Eso~... - Su mirada pasó a Kai, empezaría por los más normalitos e iría subiendo hacia los peores.

- ¡Tch! ¡¿Por qué cojones tengo que hacer esta mierda?! ¡Pregúntale al viejo directamente! ¡Además no me importan esas estupideces! - Se quejó - Solo a Kei le gustaban... - Murmuró.

- Pero tú siempre estabas a su lado, seguro que terminaste escuchando la historia un par de veces.

El pelirrojo suspiró - ¿Si lo hago dejareis de dar por culo? - Sorprendentemente había aceptado rápido - Tch... - Chasqueó la lengua al notar como todos le miraban atentamente - Mis padres se conocieron y se casaron, fin - Contó sin ganas.

- Kai, la historia completa.

- ...Era un 30 de marzo, lo sé porque cuadra con mi cumpleaños así que guardaos las gilipolleces - Dijo cortante.

Mi viejo había regresado a Australia luego de pasar un tiempo en Japón compitiendo, por lo que había decidido darse un pequeño respiro antes de volver a sus entrenamientos. Al parecer la vio por primera vez paseando por la costa, ella estaba sentada en la arena observando el mar en calma sin mover ni un músculo. Sin duda le había dado curiosidad, pero no iba a acercarse de la nada, por lo que prefirió dejarlo estar y seguir su camino.

Cuando llegó a su casa de acogida, sí no me preguntéis por qué mierda vivía con allí en lugar de pagarse una casa. Da igual... Lo importante era que los dueños le contaron que tendría una nueva compañera. A papá no le importó del todo, después de todo solo estaba allí para comer y dormir, así que no la vería mucho. Aún así, cuando el timbre sonó no pudo evitar quedarse esperando.

- Eres... - Murmuró al reconocerla.

- ¿Um~?... ¿Tienes~ un fetiche~ por los tiburones~? - Eso fue lo primero que le dijo.

- ¿Fe-Fetiche?

- Tus dientes ¿te los limas~ para parecerte~ a uno~?

- ¡Son d-de nacimiento! - Contestó algo molesto, no había sido la mejor primera impresión.

- Um~... - Contestó indiferente - Toma~ - Le entregó sus maletas - Déjalas~ en mi habitación~

- Hazlo tú solita - Le contestó enfadado dejándolas caer y marchándose de allí.

- No~ está mal~ - Su voz le sorprendió abriendo la puerta de su habitación.

- ¿Qué haces aquí?

- Es~ mi cuarto~ - Al escuchar esas palabras se dio cuenta de una cosa, en aquella casa solo estaba su habitación y la de los dueños ¿Acaso la harían dormir con él?

- B-Búscate otro lado - Murmuró desviando la mirada.

- Es~ el más barato~.

- ¿Te das cuenta de que do-dormiremos juntos?

- ¿Importa~? - Le contestó con toda la tranquilidad del mundo - ¿O~ es que te gustan~ las mujeres~ además~ de los tiburones~?

- ¡Claro que me gustan! ¡Me e-encantan! - Le contestó, aunque la cara seria de mi madre le indicó que quizá no fue la mejor respuesta.

- Um~... Suerte~ que soy hombre~ - Le dijo dejándolo en silencio - Buenas~ noches~ - Escuchó un rato después desde la cama, él mientras parecía un gilipollas parado en medio de la habitación dudando si lo que decía era o no verdad.

- Mejor... Me voy a dormir - Se aconsejó metiéndose bajo las sábanas. Allí pudo admirarla de cerca por primera vez, le parecía muy bonita, aunque su personalidad dejaba mucho que desear. La pregunta era... ¿de verdad era un hombre? Iba a acercar su mano para tocar su rostro, pero se detuvo ¿y si pensaba que era un acosador? Mejor se dormiría de una vez.

- Mmnng... - Se quejó al escuchar su alarma, era hora de salir a correr. Adormilado intentó levantarse, pero algo se lo impidió - ¿Pero qué...? - Como un imbécil se sonrojó al verla dormida sobre su pecho abrazándole.

- ¿Um~?... - Al parecer el ruido la había despertado - Buenos~ días~...

- B-Buenos d... - Antes de acabar su frase ya había vuelto a caer dormida sobre su pecho. Suspiró, mejor empezaría a entrenar más tarde.

- Y se acabó esta mierda - Terminó de manera abrupta.

- ¿Y cómo le pidió salir? - Preguntó Hitomi con curiosidad.

- Ni puta idea.

- Mou... - Hizo un puchero.

- Solo sé que tuvieron una especie de cita cutre y ahí se confesó. Aunque el muy idiota aún dudaba si se había vuelto gay por ella o no. 

- Quizá~ debería usar~ esa broma~ más a menudo~ Jijiji~ - Se burló su madre - Aqua~, ¿quieres~ seguir tú~?

- ¿Aqua puede? - El resto asintió - Será un placer para Aqua - Aceptó con una sonrisa - El padre de Aqua conoció a su madre un día mientras la madre de Aqua nadaba en el mar.

Su madre aún era bastante joven en ese momento, tendría unos 6 años en edad humana, ese día había ido de visita a la playa con lo que su padre creyó que era su familia. Él desde hacía un tiempo había aprendido a apreciar un poco más a los humanos, pero sabía que su vida era muy corta, por lo que prefirió estar lo más lejos posible de ellos.

- ¡Misha, vamos a nadar! - Escuchó la voz de la niña a lo lejos luego de unos pasitos que corrían hacia el agua. Prefirió alejarse aún más, muchos niños tenían la capacidad de ver cosas que los adultos no, por ejemplo a él. 

Durante bastante rato, ambas se encontraban jugando sobre su cabeza, hasta que de la nada la castaña empezó a descender. 

- ¿? - Se quedó paralizado al encontrarse con su mirada ¿Podía verle? Un saludo y una sonrisa de su parte le dio la respuesta. Tras eso ella volvió a subir, parecía haberse quedado sin aire - ¡Misha, hay un hombre muy guapo mirándonos! 

- ¿Ho-Hombre?... - Escuchó decir a la otra.

- ¡Sí, sígueme! - Escuchó antes de volver a hundirse, esta vez sí le dio tiempo de esconderse como es debido - Te prometo que estaba ahí... - Le dijo ya de vuelta.

- Por si acaso v-volvamos... - Murmuró asustada.

Mientras ellas se alejaban, su padre se asomó levemente y de nuevo sus miradas se cruzaron. Una pequeña despedida con la mano fue lo único que pudieron decirse. 

El tiempo pasó, aunque no para él. Sin embargo, ella no volvió.

- Mi señor... - Un pez se acercó a hablarle - Los humanos, de nuevo lo están haciendo... - Con solo decir esas palabras ya sabía a qué se refería. Con gran velocidad subió a la superficie, debía enseñarles a no contaminar las aguas.

Cuando llegó lo menos que se esperaba era ver a su madre ya adulta regañando a unos niños por tirar unas latas.

- Ahora~ a casa~ - Les ordenó luego de hacerles recoger todo eso. Suspiró una vez se fueron - Estoy~ cansad... - Se quejó girándose hacia la playa. Sus miradas volvieron a conectar luego de tanto tiempo - Um~... - ¿Por qué no le saludaba como otras veces? ¿Ya no le veía?

Su padre estuvo a punto de retirarse, de nada servía quedarse allí, ya habían hecho su trabajo.

- ¿No vas~ a darme~ las gracias~? - Le preguntó.

- ¿Gracias? - Dijo confundido volviendo a mirarla, ¿de verdad hablaba con él?

- Al fin~ me contestas~

- No pensé que pudieras verme... - Contestó sin verla, ahora parecía un idiota.

- Um~... - Balbuceó simplemente, sentándose en la arena. Sin duda había cambiado radicalmente - ¿Vienes~? ¿O no~ puedes salir~ del agua~?

Paso a paso él fue a su lado.

- No~ has cambiado~ nada~ - Mencionó viéndole de arriba a abajo - ¿Aún sigues~ acosando~ a niñas~? 

- ¡N-No te acosaba! - Se defendió - Solo me aseguraba de que no tirabais nada al agua.

- ¿Eres~ un dios~? - La pregunta le descolocó - Me lo tomaré~ como un sí~ ¿Tienes~ un nombre~?

- Takeru, Totsuka Takeru ¿Y tú?

- El dios~ del mar~. Eso explica~ muchas cosas~ - Comentó - Aika~.

- Canción de amor - Mencionó.

- Eso~ dicen~

Tras eso su madre iba todas las noches a visitarle, hasta el punto de que terminaron enamorándose el uno del otro.

- ¿Qué~ escondes~? - Le preguntó un día al ver como ocultaba algo tras su espalda.

- Solo n-no te rías hasta que termine - Pidió sin poder verla directamente y se arrodilló - Se q-que no debería de haberme v-vuelto a enamorar de una humana.

- Y menos~ de una~ que conociste~ cuando tenía 6 años~

- Solo d-déjame terminar - Se quejó - Mejor lo suelto directamente... - Se dijo a si mismo - Cásate conmigo.

- ¡Qué romántico! - Exclamaron varias de las chicas.

- Por ahora~ ha sido~ el mejor~ - Añadió Aika.

- Aqua se alegra.

- Seishi...

- Oh~... Mejor lo dejamos para más tarde - Yashiro habló sobre ella - Quartz, te toca.

- ¡Yaoh! ¡Seguro que nada más escuchar la historia escogerás casarte con papá otra vez! - Exclamó totalmente convencido - ¿Por dónde debería empezar?... ¡Ya sé! En mi caso, mamá no existía en mi dimensión hasta que fue transportada a ella por mi padre y sus senpais. Es por eso que necesitaba a alguien que la cuidara y la guiara en su camino, ese era mi padre...

Pasaron juntos muchísimos meses desde aquel momento, hasta que mamá concluyó con su aventura. Pero, por mucho que papá lo intentara había algo que nunca se había atrevido a admitir... Desde el principio había caído ante su enorme grandeza.

- Mentira~, pasemos~ a otro~ - Le interrumpió su madre.

- ¡Eso no vale! ¡Llevo todo este rato callado escuchando! Para una vez que me hacéis caso... - Murmuró agachando la cabeza.

- ¿Por qué será~? - Se burló Kitsu.

- De-Deberíamos d-dejarle... - Se atrevió a hablar Leiko.

- ¡Leiko! ¡Te quiero! - Corrió a abrazarla, aunque en medio del trayecto una patada por parte de Kiri le detuvo.

- Tienes pareja, deja de comportarte como un idiota.

- Solo era un abrazo... - Se quejó adolorido.

- Venga, Quartz, continua - Le pidió la albina y él suspiró.

Mamá no se negaba a aceptar que le gustaba, aún cuando él hacía todo lo posible para lograrlo. Como intentar ponerla celosa.

- Eso explica muchas cosas - Comentó Seishirou y todos asintieron.

- ¡Dejad de interrumpirme o no seguiré contando! - Frunció el ceño molesto.

El caso es que por una vez papá se planteó dar el paso. Aunque tenía bastante dudas ¿y si realmente mamá le odiaba tanto como parecía?  Por si acaso optó por invitarla a unas cuantas copas en su casa, así  cuando estuviera media confundida por el alcohol y le rechazara quizá, a la mañana siguiente, se olvidara de todo.

- Esto mejora por momentos~ - Volvió a interrumpir Kitsu.

- Hitomi~ ve a por~ palomitas~ - Le pidió Aoki.

- ¡Voy! - Exclamó corriendo hacia la cocina. 

- Mejor grabo esto~ Chii~ - Se rió la conejita.

El azabache se quedó en silencio esperando ¿Tan rara le parecía su historia? Si para él era bastante genial...

Una vez la castaña volvió, prosiguió con su narración.

Como decía, papá invitó a mamá y ella, luego de algo de insistencia por su parte, accedió. Nunca habían bebido juntos, por lo que él pudo notar como mamá a lo mucho se bebía una copa cada hora y media y con bastante lentitud. Así su plan nunca podría funcionar, por lo que decidió pasar al plan B, apostar con ella por quien bebía más. A los pocos minutos mamá se abalanzó a abrazarlo, la primera parte de su plan marchaba a la perfección.

- Dime Aika tú me...

- ¡Te quiero Gold! - Le soltó adivinando lo que iba a decir y tras eso le besó.

Papá se quedó mudo, técnicamente había logrado que lo admitiera, pero no de la manera que esperaba.

- Yo t-también te quiero - Le sonrió algo avergonzado.

Continuaron dándose caricias y besos el uno al otro hasta que acabaron en su cama. 

- En otras palabras, se aprovechó de ella...

- Bueno... A la mañana siguiente le dio una gran paliza y estuvo evitándolo por varias semanas ¡Pero lo bueno es que unos meses después nací yo!

La habitación se quedó en silencio durante unos largos minutos.

- ¿Qué pasa?

- Mejor... No apliques los métodos de tu padre con Sei - Le aconsejó Kiri.

- Nunca~ más probaré~ el alcohol~ - Escuchó murmurar a su madre algo más lejos de él de lo que estaba antes. 

La albina miró a los restantes pensativa, hasta que se detuvo en el peliceleste.

- ¿Aoki, te gustaría ser el siguiente?

- Que~ pereza~... - Respondió, pero debido a la atenta mirada de su madre terminó acceder - No conozco~ todos los detalles~ - Detalló antes de comenzar.

Mis padres se han conocido desde que eran pequeños, así que es normal que en algún punto terminaran sintiendo una pequeña atracción por el otro. Aunque eso se acentuó cuando mi madre comenzó a ayudar en Varia, al poder estar tan cerca como al principio se volvieron aún más inseparables.

- Corre~ - Le avisó la castaña al encontrárselo por el pasillo escapando de Squalo. No le quedó otra opción que seguirla, a saber en que clase de broma estaba incriminándole esa vez.

Mientras huían se encontraron con un pequeño armario y se ocultaron allí.

- A~ salvo~ - Murmuró mamá.

- Aika-senpai~ ¿por qué~ siempre~ me mete~ en sus bromas~? La otra vez~ Bel-senpai~ casi me deja calvo~.

- Tú planeaste~ esa broma~ - Le contestó - Además~ los amigos~ están para ayudarse~ ¿No~?

Papá simplemente asintió, nunca le terminó de agradar el que solo lo viera como un amigo y no como el hombre que era. Sin embargo, un día todo cambió.

- ¿Aika-senpai~? - La llamó papá al verla sentada sola en el jardín.

- Fran~ - Ella se giró a verle, no sin antes limpiarse la cara. Se notaba que había estado llorando.

- ¿El príncipe~ caído~ sigue sin darse cuenta~? - Él sabía que mamá estaba enamorada de Bel, no porque ella se lo dijera, sino porque la conocía demasiado.

- Eso~... ¿Cómo~ lo sabes~?

- Aika-senpai~ ha sido~ de las últimas~ en notalo~

- Um~... He decidido~ rendirme~ - Le respondió dejándole levemente sorprendido.

- ¿Ya no~ le quieres~? - Preguntó sentándose a su lado.

- No~... - Negó desviando su mirada - ¿Alguna vezhas estado~ enamorado~?

- Desde pequeño~ llevo enamorado~ de Aika-senpai~, pero ella~ solo me ve como~ un amigo~

- Que cru... Espera~ - Trató de procesar lo que había dicho - Es broma~ ¿No~? - Él negó.

- Siempre~ he querido~ que me veas~ como un hombre~ que puede~ sentir atracción sexual~ hacia ti~. Pero~ solo soy~ como tu hermano~ - Hizo un leve puchero.

- Um~... - Se lo pensó por unos segundos - Necesito algo~ de tiempo~. Pero~... ¿Alguna vez~ has besado~ a alguien~?

- No~ ¿Y Aika-senpai~? 

- Tampoco~ ¿Deberíamos~ intentarlo~? Quizá~ me ayude~ a... - Fue interrumpida por los labios de mi padre.

- ¿Qué~ tal~?

- Q-Quizá~ podría llegar~ a acostumbrarme~... - Susurró.

Aoki bostezó, hablar tanto le había dado bastante sueño, ahora que se fijaba algunos parecían algo cansados.

- Ya es algo tarde - Dijo Kiri - Mamá, ¿te importa que sigamos mañana? Los pequeños deben dormir.

- ¡No soy pequeño! - Se quejó Seishirou.

- Adelante~ - Aceptó Aika.

- Bien, los cuatro, cepillaos los dientes y a dormir - Les mandó el chico como si de una madre se tratara - Si queréis luego voy a arroparos.

- ¡N-No hace falta! ¡Podemos solos! - Exclamó el pelirrojo tomando de la mano a Aqua - ¡Vamonos! - Ordenó arrastrándola.

- Akai, asegurate de que van derechos a la cama y hazme el favor de llevarte a Namichi a su cuarto y encerrarla ahí para que descanse. Yo mientras voy a recoger todo esto - Le pidió y ella asintió.

- ¡Pero tengo trabajo! - Se quejó la conejita siendo arrastrada por las escaleras.

- Vosotros también, a dormir - Le dijo al resto - Y que alguien se lleve a Aoki, cada vez que duerme en el suelo termina estornudando todo el día siguiente.

- Sí mamá... - Aceptaron con desgana, con lo cansados que estaban ni ganas de discutir tenían. 

Aika por su lado los observaba divertida, sin duda le encantaba estar con ellos. Aunque aún desconocía el porqué de varios de ellos, si no le daba pereza les preguntaría por la mañana. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top