Capítulo 56

Harry, Hermione y Umbridge salieron del castillo, una fresca brisa sopló mientras caminaban por el césped. Umbridge tenía que prácticamente correr para mantener el ritmo del par de Gryffindors.

― ¿Está en la cabaña de Hagrid verdad? ―preguntó Umbridge con la respiración agitada

― Por supuesto que no ―respondió Hermione inmediatamente ― Hagrid podría activarla por accidente

― Por supuesto, si ese híbrido es un bruto ―dijo Umbridge y Harry tuvo que morderse la lengua para no insultar a aquella mujer

La bruja comenzó a reír y Harry estaba perdiendo todo su control, deseaba tener su varita en aquellos momentos.

― ¿Dónde está el arma? ―preguntó

― En el bosque prohibido obviamente ―respondió Hermione ― Había que mantenerla lejos de los estudiantes ―dijo tratando de sonar convincente

― Claro, si ―dijo algo nerviosa ― Ustedes dos vayan adelante ―tartamudeó

― Si vamos adelante, puede darnos su varita ―dijo Harry

― Sigue soñando Potter ―masculló la bruja

Siguieron caminando por unos cuantos minutos en silencio provocando que Umbridge se inquietase más.

― ¿Falta mucho? ―preguntó impaciente

― No, estamos cerca ―dijo Hermione

― ¿Segura que es por aquí? ―preguntó Umbridge

― Si, si ―respondió Hermione sin dejar de caminar

Umbridge tropezó con una raíz salida de un árbol pero eso no fue impedimento para que el par de amigos dejara de caminar.

― ¡Ya falta menos! ―gritó Hermione

― Baja la voz Hermione ―murmuró Harry ― Cualquier criatura podría oírnos ―aceleró su paso para alcanzarla

― Eso es lo que busco, que nos oigan ―murmuró la castaña

Siguieron caminando por un par de minutos más cuando de repente una flecha voló a toda velocidad y se clavó en el árbol, justo por arriba de la cabeza de Hermione. Segundos más tarde se oyeron ruidos de cascos, el suelo temblaba y Umbridge se abrazó a Harry asustada para que el chico de anteojos hiciera de escudo, Harry rápidamente se soltó de su agarre y visualizó a unos cincuenta centauros aproximadamente.

Umbridge estaba completamente atemorizaba y sollozaba del miedo, Harry y Hermione sonrieron satisfactoriamente.

― ¿Quién eres? ―preguntó uno de los centauros a Umbridge

Umbridge gimoteaba del miedo y miraba a los centauros completamente aterrada.

― He preguntado quien eres humana ―masculló el centauro fastidiado

― ¡Soy Dolores Umbridge! ―gritó con miedo ― ¡Subsecretaria del ministro de la Magia, directora y suprema inquisidora de Hogwarts! ―chilló

― ¿Eres del Ministerio de la Magia? ―preguntó el centauro y los demás se movieron inquietos

― Por supuesto que sí ―dijo con una voz mucho más chillona de lo normal ― Así que mucho cuidado conmigo maldito híbrido

― ¡¿Cómo me has llamado?! ―masculló el centauro

― ¡No lo llame así! ―exclamó Hermione

― La ley Quince B establece que cualquier ataque de una criatura mágica dotada de inteligencia cuasihumana y por lo tanto considerada responsable de sus actos ―chilló

― ¡¿Inteligencia cuasihumana?! ―bramó el centauro molesto y sus demás compañeros comenzaron a rugir de rabia ― Acabas de cometer un grave error humana, nuestra inteligencia supera por mucho la de ustedes ―dijo

― ¿Qué hacen en nuestro bosque? ―preguntó un centauro color gris ― ¿A qué vinieron? ―miró a Umbridge con odio

― Con que su bosque eh ―dijo Umbridge con burla ―Déjame recordarte que si están aquí es porque el Ministerio les cedió estas tierras ―temblaba del miedo

Ni bien dijo eso una flecha rozó la cabeza de Umbridge que se puso completamente pálida. Al ver la reacción de la bruja los centauros comenzaron a reír escandalosamente y otros gritaban eufóricos.

― ¡Asquerosos híbridos! ―gritó furiosa ― ¡Bestias salvajes! ―llevó sus manos a la cabeza

― Cállese ―masculló el centauro

Umbridge furiosa sacó su varita y apuntó al centauro.

¡Incarcerous! ―exclamó

Unas cuerdas apresaron al centauro, éste comenzó a tratar de liberarse y gritó debido a la furia que sentía en esos momentos. Harry rápidamente tiró a Hermione al piso al ver como los centauros se lanzaban sobre Umbridge.

― ¡Suéltenme, soy subsecretaria no tienen derecho a tocarme! ―gritaba horrorizada

Harry levantó la mirada y vio como un centauro tenía tomada a Umbridge de la túnica y se marchaban al fondo del oscuro bosque.

Harry y Hermione volvieron al castillo para poder ayudar a sus compañeros, Harry estaba que lo consumían los nervios debía hacer algo por Sirius si quería que estuviera a salvo.

― Debemos hacer algo rápido Hermione ―dijo Harry nervioso

― Sin nuestras varitas no podemos hacer mucho ― se lamentó la castaña

― Eso mismo le decía a los chicos ―dijo una voz a sus espaldas y ambos voltearon

Y allí estaban Luna, Ron, Ginny y Neville, ambos tenían rasguños y magulladuras pero a ellos no le importaba en lo más mínimo.

― Bien, ahora hay que pensar como ir hasta el Ministerio ―dijo Ron entregándole a Harry su varita

― ¿Cómo lograron escapar? ―preguntó Harry

― Unos cuantos hechizos aturdidores y un hechizo mocomurcielagos a Malfoy como disfruté aquel momento ―dijo Ron sonriente

― ¿Mi varita? ―preguntó Hermione

― La tiene Gallagher y nunca volvió desde que fue a buscar a Snape ―dijo Neville

Una falsa tos se escuchó y el grupo de amigos volteó para ver de quien se trataba.

― ¿Nott? ―preguntó Harry

― No vengo a pelear ni nada de esas cosas ―se defendió Theo con anticipación ― Solo vengo a darle a Granger su varita, April me pidió que se la devolviera ―le entregó su varita a Hermione

― Muchas gracias ―agradeció Hermione aliviada al recuperar su varita

― ¿Acaso tu amiga no tiene piernas para devolverle la varita a Hermione? ―preguntó Ron molesto

― Lo haría si no estuviera en depresión ―respondió Theo con frialdad ― No hables si no sabes lo que está pasando mi amiga Weasley ―le dio una mirada severa y se dio vuelta para marcharse

― ¿Qué le ocurrió? ―preguntó Harry preocupado

― April me matará pero te lo diré de todas formas ―suspiró preocupado ― Mal de amores Potter, solo eso ―dijo y se marchó

Harry en ese instante quiso ir y golpear a Malfoy con todas sus fuerzas, por su culpa April estaba en depresión. Necesitaba verla y consolarla como lo hacía en los viejos tiempos, como deseaba estar en el lugar de Malfoy pero él no la haría sufrir, al contrario, él haría lo imposible para que la hermosa sonrisa que tiene nunca se desvanezca de su rostro.

― ¡Harry! ―gritó Ginny

― ¿Qué ocurre? ―preguntó saliendo de sus pensamientos

― Que ya decidimos como iremos al Ministerio ―dijo Neville

― ¿Cómo? ―preguntó

― Volando ―respondió una Luna sonriente

Theo entró a su habitación y vio a su mejor amiga recostada mirando las cortinas que tenía la cama.

― Ya le he devuelto la varita a Granger ―dijo Theo sentándose al lado de su amiga

― Muchas gracias Theo ―murmuró April

― Debes descansar ―dijo en un tono suave

― No puedo ―sollozó ― Quiero dormir pero no puedo porque lo que me dijo ese idiota me retumba en mi cabeza ―secó sus lágrimas con la manga de su túnica

― Le iré a pedir a Snape un poco de poción para dormir, necesitas descansar April ―Theo se levantó de la cama y salió de la habitación

― ¿Cómo está? ―preguntó Blaise

― Destrozada, Snape le dio un poco de poción para dormir ―respondió Theo

― Jamás creí que el hurón le diría todas esas cosas ―Blaise se sentó en uno de los sofás de la Sala Común ― Tanto que decía que la amaba y terminó diciéndole que no quería saber nada de ella, estúpido hurón ―masculló molesto

― Yo tampoco lo creía posible Blaise, pero los celos de Malfoy sobrepasan los límites, cree que cualquiera se la va a robar, como si Apri fuera una cosa ―suspiró

Alguien había entrado a la Sala Común, ambos amigos voltearon a ver de quien se trataba y vieron que era Draco. Decidieron ignorarlo, porque la imagen de su amiga sufriendo por él no se la borrarán nunca de sus mentes.

― ¿Dónde está? ―preguntó llegando hacia donde estaban sus amigos ― ¿Se fue con San Potter verdad? ―dijo con asco y odio

― ¡¿Puedes dejar de decir tantas estupideces?! ―explotó Theo y Draco lo miró sorprendido

― ¿Disculpa? ―preguntó el rubio

― ¡Ella no se fue a ningún lado, está durmiendo gracias a una poción porque no paró de llorar por tu jodida y maldita culpa! ―exclamó furioso

Las palabras duras de Theo llegaron al corazón del rubio.

― Quiero verla ―dijo

― Eso no será posible mi odiado hurón albino ―dijo Blaise ― Ella está descansando, ya la has jodido bastante déjala en paz ―masculló

«Destellos de luces por todo el lugar, mortífagos atacaban a más no poder a Harry y los demás.

― Emma, eres una maldita traidora ― masculló Bellatrix Lestrenge

― No soy ninguna traidora ―masculló

― Amas al traidor de mi primo, para mí eres una asquerosa traidora ― dijo desquiciada

― ¡Eso no es verdad! ―exclamó Emma

― Entonces mátalo ―una sonrisa de maldad se dibujó en el rostro de Bellatrix

Emma empalideció completamente.

― ¿No quieres hacerlo? ―preguntó ―Entonces te mataré, ¡Avada Kedavra! ― exclamó la mortífaga

La maldición iba directamente hacia Emma, pero alguien se interpuso salvándole la vida.

― ¡No! ―exclamó Emma al borde del llanto»

April despertó sobresaltada, tenía que ir al Ministerio deprisa si quería salvarle la vida a su madre. Se levantó de la cama rápidamente provocando que un mareo se hiciera presente.

― ¿Qué ocurre Apri? ―preguntó Theo somnoliento

― ¿Qué haces en mi cuarto? ―preguntó asustada

― Estás en mi cuarto Apri, Snape quiso que sea así para que alguien te tuviera un ojo encima y además recuerda que los chicos no podemos ir a los cuartos de las chicas ―respondió

― Te usurpé la cama lo siento ―dijo apenada

― No importa, Snape hizo aparecer un colchón ―le restó importancia ― Ahora dime que ocurre ―la miró preocupado

― Mi madre está en peligro, tengo que ir al Ministerio a ayudarla ―dijo asustada

― ¿Estás loca? No puedes salir del colegio ―dijo Theo

― Puedo usar la chimenea que se encuentra en el despacho de Umbridge ― se arregló el cabello

― Blaise y yo iremos contigo ―dijo Theo

― Ni lo piensen ―dijo April rápidamente

― Ya está tomada la decisión ―salió de la habitación y entró a la de al lado ― Arriba Blaise, debemos irnos ―sacudió al moreno

― Mhmmj ―se quejó Blaise y golpeó a Theo

― ¡Idiota! ― Theo le devolvió el golpe y el moreno despertó ― Vamos, levántate ― lo destapó

― ¡Joder Blaise! ―exclamó April tapándose los ojos

― ¿Qué? Es cómodo dormir desnudo ―dijo sonriente

― Vístete y vámonos de una maldita vez ― April salió de la habitación

― ¿A dónde vamos TheThe? ―preguntó Blaise mientras se vestía

― Al Ministerio, así que apúrate Blaise ―respondió Theo

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