Capítulo 49
― Mierda, mi cabeza ―se quejó April al abrir sus ojos y cerrarlos al instante por la claridad
― Eso te pasa por tomar mucho whisky de fuego ―murmuró una voz ronca en su oído provocando que la azabache diera un repingo, cayera de la cama y chocara con alguien
― ¡Mierda! ―masculló una voz masculina, provocando que April gritara ― Deja de gritar loca ―se quejó
― Zabini deja de llamar a mi novia loca ―masculló Draco ― Te ayudo amor ―tendió su mano, April la tomó y se puso de pie
― Juro que volveré a beber ―dijo April acostándose al lado de Draco y éste la abrazó por la cintura
― Espero no haber hecho el ridículo ―dijo Blaise incorporándose
― Si te dijera las estupideces que has hecho vas a tener que cambiarte a Durmstrang ―dijo Theodore con voz somnolienta
― ¿Qué hice? ―preguntó el moreno aterrorizado
― La pregunta sería que no hiciste ―respondió Draco burlón
― Díganme qué demonios hice ―insistió Blaise
Draco y Theodore cruzaron miradas y comenzaron a reír.
― Confundiste al gato de Apri con Draco ―dijo Theo
― Dijiste que era sexy ―dijo Draco sonriente
― Cuando el pobre gato te mordió y fue con Apri dijiste que volverá cuando ella engañe a Draco con Potter ―dijo Theodore divertido
― ¡Blaise! ―exclamó April molesta
― Ya creo que es suficiente ―dijo el moreno avergonzado
― Mejor iré a mi cuarto a bañarme ―dijo April levantándose de la cama del rubio
Las fechas de los TIMO se acercaban cada vez más, los profesores dejaron de envíales deberes a los alumnos de quinto para que prepararan sus exámenes como era debido. April estaba nerviosa y completamente histérica al tener que estudiar junto a Blaise que lo único que hacía era decir alguna idiotez cada tres minutos, comenzó a estudiar después de clases en la biblioteca hasta la hora de cenar y luego repasar a solas en su cuarto.
― Enserio April, si sigues estudiando de esa forma enfermarás ―dijo Theo preocupado
― Estoy bien Theo ―respondió sonriente ― Quiero tener las mejores calificaciones en mis TIMO al igual que tú ―dijo sin quitar la mirada de sus apuntes de Historia de la magia
― ¿Cuántas horas estudias? ―preguntó curioso
― Unas diez horas diarias ―murmuró
― Yo estudio ocho ―respondió ― Maldición, somos los máximos empollones de Slytherin ―masculló
― Y no te olvides de Draco, él estudia la misma cantidad de horas que tú ―dijo sonriente
― Hablando de Draco, ¿Dónde está? ―preguntó
― Con Blaise, dijo que le explicaría algo de Transformaciones ―respondió
― Ya me los imagino, Draco molesto porque Blaise no le entiende ―dijo tratando de evitar reír
― Como podrán ver ―comenzó a hablar Snape mientras con un movimiento de varita aparecieron los horarios de los exámenes en la pizarra ― Sus exámenes están repartidos en dos semanas seguidas, por la mañana serán los exámenes teóricos y por la tarde los prácticos. La única excepción es el examen de Astronomía que será por la noche como es lo lógico ―explicó ― Está de más decir que se van a aplicar los encantamientos anti trampa más estrictos que puedan existir en sus hojas de exámenes, las plumas con autorespuestas están completamente prohibidas al igual que las recordadoras y la tinta autocorrectora. Espero que ningún estudiante de Slytherin infrinja estas normas de lo contrario serán severamente castigados por la nueva directora ―advirtió ― Solo espero que den lo mejor de ustedes porque parte de su futuro depende de sus TIMO ―dijo
― ¿Cuándo sabremos los resultados? ―preguntó Draco
― Se les enviará una lechuza con sus resultados en el mes de julio ―respondió Snape
Aquella noche, en la Sala Común de Slytherin reinaba el silencio y los nervios.
― Zabini, nunca más pierdo mi valioso tiempo tratando de ayudarte ―se quejó el rubio
― ¡No es mi culpa que expliques horrible! ―se quejó Blaise
― ¡No es mi culpa que tu cerebro sea más pequeño que el de un troll! ―exclamó Draco
― ¿Quieren callarse? ―preguntó Theo molesto
― Ya dejen de molestar, Blaise la próxima estudia solo porque con tus malditas quejas no dejas concentrarme y Draco si sabes que Blaise no te entiende para qué demonios le explicas ― masculló April fastidiada ― Parecen críos de primer curso, se callan o les lanzo un hechizo silenciador para que se callen a la fuerza ―los amenazó y ambos guardaron silencio
El desayuno de la mañana siguiente fue demasiado silencioso, alumnos de quinto y séptimo se encontraban repasando lo máximo posible. April tenía unas ojeras violetas que contrastaban tanto con su pálida piel.
― Solo espero que me vaya bien ―murmuró April
― ¿Bromeas? Si estudiabas como doce horas diarias eres TheThe versión mujer ―se burló Blaise
― Gracias Blaise ―agradeció April sin quitar la vista de sus apuntes
Alrededor de las nueve y media los alumnos volvieron a entrar al Gran Comedor, separados por clase, las cuatro mesas de las casas habían desaparecido dejando su lugar a una gran cantidad de pupitres individuales. Todos tomaron asiento y una vez que el bullicio desapareció McGonagall los miró con seriedad.
― Ya pueden comenzar ―anunció mientras daba vuelta el enorme reloj de arena
April dio vuelta su hoja de examen y suspiró aliviada al leer las preguntas, las sabía a todas. Tomó su pluma y comenzó a escribir tranquila, hoy sería un día agotador.
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