April abrió lentamente sus ojos con mucha dificultad, sus párpados le pesaban el doble de lo habitual, una enorme ventana estaba frente a sus ojos y pudo ver que todavía era de noche. Intentó levantarse a tomar un poco de agua, ya que, su garganta estaba tan seca como un desierto pero un brazo le impedía moverse. Fue en ese instante cuando recordó todo y despertó de golpe, una sonrisa involuntaria se coló en su rostro, recordó lo ocurrido hace un par de horas atrás, cuando Draco y ella demostraron su amor el uno al otro. Tratando de no despertar al rubio corrió el brazo de éste que se encontraba situado en su cintura, luego procedió a vestirse para ir a la cocina a beber un vaso de agua.

Salió del cuarto de manera silenciosa y bajó las escaleras de la misma manera, al llegar al living vio el enorme reloj que daba las cuatro de la madrugada. Cuando se dirigía a la cocina vio que la luz del despacho de Lucius estaba encendida y varias voces hablaban. La Slytherin, curiosa se acercó a la puerta.

― ¿Cuándo se llevará a cabo el golpe mi señor? ―April distinguió la voz de Lucius

― Muy pronto Lucius, pero primero debemos liberar a Bellatrix y a los demás, son cruciales para nuestro golpe ―habló una gélida voz y April comenzó a temblar del miedo ― Tú serás el encargado de buscar esa profecía Lucius y mi querida Emma también ―April cubrió su boca con sus manos para evitar gritar

Lord Voldemort estaba bajo el mismo techo que ella.

― ¿Yo mí se... señor? ―preguntó una nerviosa Emma

― Sí tú Emma ―habló Voldemort ― Verás como John no lleva la marca tenebrosa por precaución y como es un importante funcionario del Ministerio no quiero que nadie sospeche de él porque pretendo que sea uno de mis infiltrados, cuando yo triunfe en el mundo mágico ―explicó

April no quiso oír más y se alejó a paso apresurado a la cocina. Se sirvió un vaso de agua y lo bebió tan rápido como pudo, no quería estar en el mismo techo que Lord Voldemort, siempre le tuvo mucho miedo y odio. Sabía que su madre la obligaría en un futuro en convertirse en una mortífaga más y con solo pensarlo se le ponía los pelos de punta. No quería saber nada con ser mortífaga y ser una asesina despiadada como seguramente su madre lo es, porque con todas las cosas que le ocultó, no le sorprendería que ella fuera una asesina sin piedad.

Cuando llegó al cuarto cerró la puerta con más fuerza de la requerida provocando el despertar de Draco.

― April ―dijo con una voz más ronca y profunda de lo habitual ― ¿Qué ocurre? ―preguntó mirándola preocupado. April lo único que pudo hacer es correr y refugiarse en los brazos de su amado ― Tranquila amor estoy contigo, no llores ―murmuraba mientras acariciaba la espalda de la azabache

― Él... él... él está a...aquí ―murmuraba asustada

― ¿Qué dices? ―preguntó nervioso

― Está abajo ―clavó su mirada en la gris mirada de su novio ― Con tú padre y mi madre ―murmuró

― Ignóralos por favor ―pidió el rubio

― ¡No puedo! ―exclamó ― No puedo, lo siento -bajó el tono de voz

― Los ignorarás porque pensar en ello te hace mal cariño, joder April esta noche tendría que ser especial porque estuvimos juntos por primera vez y vienen nuestros padres con sus putos temas de los mortífagos a cagarla ―dijo completamente frustrado

― Lo siento ―bajó su mirada

―Tú no tienes la culpa de esto ―dijo más calmo ― Tú madre y mi padre son los únicos culpables aquí, vamos a dormir ya es muy tarde ―palmeó el colchón y la azabache se recostó quedando a los pocos minutos dormida.

A la mañana siguiente antes de que todos despertaran Draco se marchó a su cuarto para que piensen que durmió allí. April aprovechó y envió regalos para Harry y Hermione y una carta de disculpas para Sirius, él era una víctima más de su madre tanto como ella y su padre.

Bajó las escaleras para desayunar y era la última que faltaba en la mesa.

― Buenos días ―saludó la chica

― Buenos días cariño ―saludó Narcissa cariñosamente ― ¿Cómo dormiste? ―preguntó

― Muy bien gracias por preguntar ―respondió y por el rabillo del ojo vio cómo su novio sonreía de manera pícara

― Luego del desayuno abriremos los regalos e iremos a casa princesa ―le notificó John

― Si papá ―respondió la chica sonriendo

Harry vio como una lechuza negra golpeaba la ventana con su pico, pudo reconocerla al instante; era la lechuza de la familia Gallagher. Ésta llevaba dos paquetes y un sobre, el Gryffindor rápidamente abrió la ventana y dejó entrar a la lechuza. Desató los paquetes y sobre de sus patas y luego de darle una golosina y un poco de agua el ave se marchó.

El muchacho examinó los paquetes y vio que ambos paquetes tenían nombre para diferenciarlos. Harry y Hermione. Rápidamente Harry abrió su regalo y vio que era una linda camiseta con los colores de Gryffindor y dentro del paquete llevaba una nota.

«Espero que sea de tu agrado, no sabes lo difícil que fue comprar esto... Ten una feliz Navidad Harry junto a las personas que quieres.

April xx»

Harry sonrió y tomó el sobre que llevaba el nombre de Sirius. Se levantó de la cama con el regalo de Hermione y la carta de Sirius en su mano y se dispuso a bajar para desayunar.

― ¿Y ese regalo Harry? ―preguntó Ron ni bien Harry puso un pie en la cocina

― Es para Hermione ―respondió el azabache entregándole el paquete a su mejor amiga

― ¿Para mí? ―preguntó sorprendida

― Si, es de parte de April ―respondió

― Ten cuidado Hermione, ya veo que te envió un crucio por correspondencia ―bromeó Fred

― ¡Ella no es así! ―exclamó Hermione indignada

― Para mí que le envió un vociferador insultándote ―bromeó George

― Bueno ya basta ―cortó Sirius ― La chica no es mala, déjenla en paz ―la defendió

― Es la novia de un rubio albino arrogante, es mala y además tiene un gusto de porquería -dijo Fred

― Yo que tú Harry le pasaría tus anteojos, porque está ciega al salir con un hurón ―siguió George

― ¡Ya! ―exclamó Sirius

― Por cierto Sirius, ella te envió esto a ti ―Harry le extendió el sobre a su padrino

― Muchas gracias Harry, ya mismo iré a leerla -sonrió mientras se levantaba de su asiento

Sirius subió hasta su habitación y una vez que estuvo en ésta se dispuso a abrir el sobre. Pudo ver una letra prolija y completamente legible en el amarillento pergamino.

«Señor Black:

Antes que nada quería desearle una muy feliz Navidad, espero que la pase muy bien con Harry. Le escribo esta carta para disculparme por mi comportamiento el día que lo conocí, siento mucho si se llevó una mala impresión de mí pero tanto usted como yo, somos víctimas de la red de mentiras de mi adorable madre.

Aquella mujer que me mintió diciéndome que ella y mi padre eran novios desde Hogwarts, la que engañó a mi padre, un gran hombre, con usted; la que puso en duda la paternidad de mi padre y sembró ilusiones en usted por tanto tiempo. Pido disculpas en su nombre porque me siento completamente avergonzada de ser su hija.

El otro motivo de esta carta es advertirlo a usted y a todo el entorno de Harry, no tengo el valor de decírselo a su ahijado porque él iría tras él y no me lo perdonaría nunca. El innombrable planea dar un golpe muy pronto, estén muy atentos por favor.

April»

Sirius guardó la carta en el sobre. Debía avisarle rápidamente a Dumbledore de lo ocurrido.

¡Hola! Acá un nuevo capítulo, mi regalo de navidad para ustedes (? espero que les guste, de ser así voten y comenten all the love xx

pd: si queres que te dedique un capítulo comenta :)